100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-44.1
Capítulo 44: Políticas Draconianas (Parte 1)
[Punto de vista de Alkelios]
No fui capaz de dormir apropiadamente esa noche. Me giraba y volvía en mi cama, mientras seguía pensando en las palabras de los soldados y de mi pronta visita al palacio. ¿Qué iba a pasar? ¿A quién iba a conocer? ¿Qué es lo que iba a decir? ¿Cómo iba a actuar? ¿Qué iba a hacer si…?
No era emoción o anticipación lo que sentía… sino miedo.
Después de todo, yo era humano y ellos eran dragones. Yo era débil y ellos fuertes. Sin ellos, era aún más débil. Sin ellos, moriría, aun junto a ellos, mi vida estaría bajo constante amenaza. Era humano y diferente, así que ellos procuraban eliminarme. Era débil y diferente, así que era natural para ellos el tratar de intentar atacar a aquellos como yo.
Tales pensamientos y preocupaciones rondaban por mi mente y mi corazón como mosquitos molestos en un caluroso día de verano, atormentándome a través de toda la noche, todas las doce horas. Estaba empezando a odiar el hecho de que un día en este planeta significaban 32 horas. Sobre todo, incluso el año era más largo, pero otra vez… este era un planeta diferente.
Despertarme en la mañana fue un cruel y agonizante proceso para mí, quien no había dormido muy bien en la noche anterior. Entrecerré mis ojos hacia el cielo por varios minutos, entonces me giré a un lado y me caí de la cama. El duro piso de madera estaba dándome la bienvenida suficiente para intentar tomar cinco minutos más de sueño, pero estaba bien seguro de que no iba a poder cerrar mis ojos así de fácil.
Con una maldición escapando de mis labios, me levanté y caminé hacia el balde lleno de agua. Me lavé la cara varias veces, y me sequé con una toalla. Tres bostezos después, decidí que estaba demasiado cansado para funcionar normalmente en un mundo lleno de dragones, así que me tome una poción curativa y una poción Rotiqus también con el fin de recuperar algo de mi fuerza. Aunque mi mente aún estaba un poco distraída.
Para ponerlo en pocas palabras: estaba temeroso.
Esta era la conclusión que alcancé después de una noche de alboroto. Estaba temeroso… de los dragones, pero no de aquellos que se habían convertido en mis amigos. En realidad, sentía que esa era la única forma de mantenerlos a raya de tratar de matarme.
Sabía que probablemente estaba exagerando debido a que tenía más que fuerza suficiente para defenderme por mí mismo de la mayoría de dragones que trataran de atacarme, pero esto no impedía que evitara pensar en aquellos contra los que no podía.
Todo estaba desordenado, lo sabía… ¿pero que podía hacer al respecto?
Dándome por vencido tratando de encontrar la causa de mis miedos y resolverlos, me dirigí hacia la taberna y tomé asiento en una mesa cercana a la ventana. Fue aquí donde esperé a Kleo y a Kataryna, y como esperaba… no tenía miedo de ellas. Al contrario, me sentía seguro a su alrededor.
Después de tener un pequeño desayuno, nos fuimos de la posada.
Varios minutos después, estábamos sentados en frente de las puertas del muro exterior del Palacio Real, y todos estábamos tomando turnos para bostezar.
"¿Están ustedes tres aquí debido a una convocatoria?" dijo uno de los guardias.
"Sí. Mi nombre es Alkelios."
"¿Es así? Denme un momento." Dijo y fue adentro a revisar la lista.
Después de cerca de dos minutos, regresó a su puesto.
"¿Y bien?"
"Un guardia fue enviado para hacer saber a Sir Seryanna de su visita. Ustedes esperarán aquí por ella."
Parpadeé sorprendido.
Pensé que el que nos convocó fue ese tipo Draejan, no ella. ¿Qué está pasando?
"Vamos a esperar entonces." Dijo Kataryna después de bostezar otra vez.
Me encogí de hombros y traté de encontrar algo para matar el tiempo.
Luego de veinte minutos después, la dragonesa pelirroja finalmente arribó a la puerta.
"Abran las puertas y déjenlos pasar."
"¡Si, Sir Seryanna!" todos saludaron e hicieron como ordenó.
Después de entrar, la dragonesa nos saludó a todos.
"Me disculpo por esta convocatoria inusual, mis amigos."
"No hay necesidad de preocuparse por ello, ¿pero por qué fue ese tipo Draejan el que nos llamó?"
Seryanna alejó la mirada por un momento, pero no respondió.
"Síganme, la Princesa Elleyzabelle ha pedido conocerlos."
Parpadeé y luego miré de vuelta a Kleo y Kataryna, quienes simplemente se encogieron de hombros. Ellas tampoco sabían de qué se trataba esto. Por otro lado, deseaba en mi mente que esta reunión fuera bien, o que al final del día, aun siguiera vivo y no encerrado en una celda esperando por mi ejecución.
Mientras seguíamos a Seryanna, yo miraba los alrededores del Palacio. Me recordaba un montón a los edificios que seguido miraba en las películas de Fantasía. Cada piedra, columna, e incluso los setos en el jardín se miraban al punto de dar la impresión de que este era un lugar de gran elegancia y refinamiento. Solo con seguir a Seryanna a través de este lugar, sentí la necesidad de sumir mi estómago y sacar mi pecho, para erguirme derecho y parecer más noble que antes.
El número de guardias patrullando este lugar daba una cierta sensación de seguridad, así como de peligro. Si algo pasara, no sería divertido. Escapar de este lugar con vida era una hazaña que ningún hombre ordinario podría lograr, aun así, gracias a aquellos juegos de sigilo que jugué, sorprendentemente encontré un buen monto de ‘agujeros’ en su seguridad. Una falta de cámaras de seguridad era la razón principal de esto, pero también era la forma misma en que los guardias patrullaban. Mientras que se miraban intimidantes, un asesino habilidoso podría incluso caminar detrás de ellos sin que lo detectaran.
"¿Es idea mía o realmente podrías infiltrarte en este lugar con demasiada facilidad?"
"El Palacio Real de Drakaria tiene una de las vigilancias más estrictas en todo el Reino Albeyater. No creo que sea tan fácil infiltrarse en este lugar." Respondió Seryanna.
"Yo puedo siempre cargar a través de las puertas frontales." Bufo Kataryna.
"Yo usaría mis sombras para ocultarme a mí misma. ¡Dame cualquier noche del año e incluso podría ir tan lejos como llegar a la recámara del Rey y la Reina! ¡Kyahaha!"
"Yo me abstendría de hacer tales declaraciones dentro del Palacio Real, podrían tomarlo de la forma equivocada." Kataryna nos advirtió con un tono serio.
Después de pasar a través del gran jardín frente al Palacio, finalmente arribamos a la entrada. Mientras que este lugar era bastante grande, tenía el presentimiento de que el Palacio Parlamento en Bucharest era por mucho más grande.
Los dos guardias dragones en la entrada saludaron a Seryanna y nos dejaron pasar. Una vez adentro, otra vez me encontré a mí mismo sin palabras debido a la belleza y detalle puesto al hacer este lugar. Los exquisitos cuadros colgados en las paredes, la tapicería, las columnas espirales con dibujos de dragones grabados en la parte superior e inferior, la alfombra que guiaba a una escalera arqueada, los elegantes candelabros colgando del techo por cadenas doradas, todo esto me hizo jadear de la impresión.
"Vas a atrapar una mosca de esa forma." Kleo rio.
"Si… yo solo estaba… Este lugar es… wow." Dije estupefacto.
"Es uno de los muchos lugares del cual nuestro reino está orgulloso. Se dice que más de 1000 dragones trabajaron incansablemente para construirlo." Dijo Seryanna.
"Increíble."
Al final de la alfombra, justo entre el par de escaleras, miré dos puertas doradas grandes con dos grabados de dragones europeos escupiendo fuego.
Curioso, pregunté "¿Qué hay ahí adentro?"
"Esa es la habitación del trono donde su Majestad usualmente recibe a sus invitados o donde lleva a cabo reuniones."
"¿La habitación del trono? Hm, ¿pero por qué ‘usualmente’? ¿Sucedió algo? ¿Están haciendo reparaciones?"
"Ah, no… Su Majestad actualmente tiene algunas circunstancias y últimamente no se ha aparecido en público con tanta frecuencia…" respondió y miró al piso con una mirada triste en sus ojos.
Subimos las escaleras a la derecha y justo cuando alcanzamos la cima, nos encontramos con un dragón que vestía una larga túnica azul real bordada con hilo dorado y rojo/rosado. Tenía cabello castaño largo, pasando de sus hombros, y tenía una expresión seria en su rostro. Como dragón, su cola estaba escondida bajo su túnica, y sus alas eran del tamaño promedio y cubiertas con escamas cafés y doradas.
"Buenos días, Primer Ministro Elovius." Dijo Seryanna e hizo una reverencia en frente de él.
Seguimos la etiqueta e inclinamos nuestras cabezas, a excepción de Kataryna, quien solo le levanto una ceja.
"Buenos días, Sir Seryanna. Veo que has traído algunos invitados peculiares dentro del Palacio. ¿A petición de quien se les convocó debo preguntar?" nos miró con su barbilla arriba.
"Sir Draejan Andrakaryus Doesya los convocó, pero la Tercera Princesa Elleyzabelle Sojourn Seyendraugher desea verlos primero." Respondió obedientemente.
"Ya veo. Mi hermana quiere, ¿hm?" el entonces entrecerró sus ojos hacia mí.
¿Qué pasa con este tipo?
"Estoy sorprendido que trajeras a un… humano dentro del Palacio Real, Sir Seryanna." Dijo Elovius, claramente mostrando lo disgustado que estaba con mi especie.
Tragué saliva y solo pude preguntarme que hice para merecer eso.
"Él ha recibido una convocatoria oficial, y puedo asegurarle que…" Seryanna trató de explicar, pero el levantó una mano, deteniéndola.
"No me importan tales cosas, Caballero Real, pero deberías saber muy bien la vergüenza que puedes traer a la Tercera Princesa solo por el hecho de estar alrededor de los de su especie, sin mencionar tu propia reputación. Digo esto por preocupación, pero deberías arrojar a esta oveja fuera de la capital antes de que muestre su verdadero ser y te arranque la punta de tu cola." Habló en un tono de voz muy frío.
"Entiendo, su excelencia."
"Me pregunto si lo haces… ¿Necesito recordarte el dolor y sufrimiento que su especie trajo sobre la Familia Real? Tú de todas las personas debería saber mejor de lo que son capaces, Sir Seryanna. Tu familia sufrió la mayor parte debido a ellos y ahora te enfrentas a la posibilidad de ya no estarlo. ¿O has olvidado las lágrimas que tú misma lloraste en la tumba de tus padres?" preguntó fríamente.
"No, su excelencia… pero creo que no todos los humanos son iguales." Ella apenas habló esas últimas palabras, pero estaba claro que estaba agitada tanto por la presencia de este dragón y de sus despiadadas declaraciones.
Mientras tanto, yo no tenía idea de que decir. Todo lo que sabía era que Albeyater, como todos los otros Reinos Dragón, estaba en una guerra con los humanos, y que algún tiempo atrás Brekkar estaba en una batalla que casi le cuesta la vida. Sin embargo, el viejo dragón estaba ahora vivo y curado. Para los padres de ella, todo lo que sabía era que ya no estaban vivos, ¿pero tiene algo que ver la guerra con su muerte?
"Rezo para que pienses sobre esto, Sir Seryanna. A diferencia de mí, su Majestad no tomará esta… intrusión a la ligera. Buen día." Dijo y pasó de nosotros.
Todos permanecimos en posición de reverencia por unos cuantos segundos más y entonces continuamos con nuestro camino. Aun así, las cosas que este dragón dijo me hicieron preocuparme un poco. Parecía como si el pasado de Seryanna no fuera tan simple como inicialmente pensé que sería.
Me pregunto qué significa para ella haberse enamorado de mí. ¿Contra qué clase de sentimiento luchó? Pensé mientras miraba su espalda y ella guiaba el camino a través del corredor.
Ni Kataryna ni Kleo dijeron algo más. Silenciosamente la seguimos y esperamos que ningún otro dragón fuera a meterse en nuestro camino. Al mismo tiempo, recé que no fuera a conocer al Rey ahora debido a que quería con todas mis fuerzas permanecer con vida, y no convertirme en una plasta de sangre sobre las exquisitas paredes.
Deteniéndonos frente a una puerta de madera negra, Seryanna tocó tres veces y anunció su llegada.
"Tu Caballero Real, Seryanna Draketerus, ha traído a aquellos a quienes convocó, su alteza."
"Entren." La voz de una mujer vino desde el otro lado.
Tragué saliva.
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