100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-38

Capítulo 38: Calor


[Punto de vista de Seryanna]

Gracias a Alkelios, ya me estaba sintiendo mucho mejor. Mi fiebre bajó y mi tos se detuvo. Después de una sola noche, me sentí como si ya no estuviera enferma. No sé si el deseó que me curara así de rápido o si él sabía exactamente qué hacer para ayudarme, pero ya me estaba sintiendo en buena forma y lista para salir. Aun así, el hombre se negó a dejarme salir de la cama.

"Dije que me siento bien."

"¡Sí! ¡Sí! ¡Nos iremos mañana, después de asegurarme al 100% que lo estás!" replicó cuidadosamente trabajando con algunos frascos en el laboratorio de la esquina.

El dragón comerciante llamado Vanazalez lo instaló ahí para él cuando yo aún estaba dormida esta mañana.

"Urgh…" dejé escapar un gemido de insatisfacción y me di la vuelta.

"Solo relájate Seryanna. Este tiempo libre de descanso y relajación te van a hacer bien."

No respondí.

Después de desayunar, me dio otra Poción Rotiqus y un poco de jugo de fruta. La poción sabia a tierra, pero él decía que me iba a servir para recuperarme, no vi razón para no creerle.

"¿Qué estás haciendo de todas maneras?" le pregunte después de estar completamente aburrida, ya no podía soportarlo.

"Pociones Virlullian para el señor Vanazalez. Fue la condición por dejarnos quedar aquí. Él está esperando una poción por día, pero voy a hacer 10 de ellas debido a la amabilidad que nos mostró."

"¿No está siendo extrañamente amable para ser un extraño?"

Usualmente, nosotros los dragones éramos cuidadosos sobre a quién le dábamos la bienvenida a nuestros hogares, especialmente cuando esos dichosos dragones eran comerciantes. Incluso mi abuelo era extremadamente sospechoso de Alkelios hasta que lo interrogó, pero su ya existente relación de amistad conmigo y mi hermana probablemente fue un factor decisivo para aceptarlo. Cuando recordé esta escena, no pude evitar sentir que la razón principal por la que actuó así con Alkelios fue debido a que el, a pesar de ser un humano, no mostro temor hacia él, un renombrado desmembrador de humanos en el campo de batalla. El tampoco mostró señales de intentar tomar ventaja de mi por ser una no despertada, pero otro factor importante fue el cómo trató a Kleo.

Mientras otros dragones mantenían su distancia de ella o incluso la consideraban como algo sucio, no pude evitar sentirme asombrada por su amabilidad y su naturaleza gentil, completamente diferente de lo que escuché acerca de cómo se comportaban los humanos con los dragones. Incluso si él fuera un dragón, este lado de él era algo bastante raro y difícil de encontrar en un mundo donde los fuertes mandaban sobre los débiles, y donde en veces la familia en donde nacías podía decidir todo sobre ti y tu futuro.

De una forma, yo esperaba que el nunca viera esa fea parte de nuestro mundo... Y con este torneo por el que la princesa me llamó, así como también la posibilidad de que alguien estuviera tramando algo a nuestras espaldas, las probabilidades de que Alkelios no se encontrara con el lado oscuro del mundo eran escazas… para bien.

Tal vez esta es una de las cosas que temía sobre nosotros…El hecho de que un día él podría ver el lado oscuro de este mundo y estar rodeado solo por dragones, él lo llegaría a ver en mí… y eventualmente me odiaría.

En la tarde, después de que Alkelios terminó con sus pociones, se las llevó al viejo Vanazalez. El momento en que las miró, estaba más que alegre. Tanto, que yo lo escuché desde adentro de mi habitación. Aparentemente, no estaba esperando recibir tantas y de tan alta calidad.

Cuando Alkelios regresó, tenía una tierna mirada estupefacta en su rostro.

"Creo que estaba complacido." Dije con una sonrisa.

"Si…" dijo con una mirada extraña.

"¿Sucedió algo?"

"Me abrazó tan fuerte que pensé que mis huesos se iban a romper… Y esa fue la primera vez que un dragón macho me besó en las mejillas… y uno viejo para terminar." Parpadeo y entonces caminó hacia la cama.

Incliné mi cabeza un poco.

"¡Hya!" dejé salir un sonido de sobresalto cuando el de repente cayó en la cama de cara.

"Necesito sanación…" dijo con una voz medio sorda.

"¿S-Sanación?"

"Sí." Levantó la mirada y me abrazó. "Necesito que mi tierna dragonesa pelirroja me abrace. Para borrar el sentimiento del abrazo de ese hombre." Dijo casi llorando.

No pude evitar dejar salir una risilla.

"Por favor, no te rías… esto es serio…"

"Ya. Ya…" dije y lo abracé en respuesta, gentilmente palmando su cabeza. "Estas exagerando mucho esto, ¿no es así?"

"Si, lo estoy…"

"Está bien…" 

Era mi amante, no me importaba.

Más tarde esa noche, después de que vino a la cama, encontré que mi corazón latía muy rápido otra vez. Era la primera vez en mi vida en que estaba completamente consciente de un hombre junto a mí, y el día antes cuando apenas y podía mantener la postura no contaba. Y tampoco las otras veces cuando compartimos la cama en el pasado. Esta era también la primera vez que estaba segura de que Kleo y Kataryna no iban a salir espiando dentro de nuestra habitación con ojos que mostraban la espera de que ‘algo’ pasara.

Hasta ahora, nunca pensé de mí misma el ser una mujer cuya belleza podía superar con creces incluso a las dragonesas de aspecto más simple. Comparada con una despertada, yo era sino una niña sin cola ni alas… era fea. Aun así, Alkelios… el…

"¿Realmente crees que soy linda?" le pregunté en un susurro, pero entonces oculté mi cara de vergüenza debajo de la sabana.

¡¿Qué estoy haciendo preguntando esto?!

"¿Hm?" se acercó a mí y jaló la sabana para quitarla. "No solo linda, sino hermosa, fuerte, amable, valiente, de mente abierta, encantadora e increíble también." Dijo sonriendo.

"¿Cómo puedes decir algo como eso con un rostro tan serio?" pregunté y por alguna razón lo observé.

"Hey, no es fácil para mí tampoco… Es duro confesar estas cosas…" agachó su cabeza. "Pero es la verdad… así es como te miro…"

"¿Me amas?"

"Si… te amo…" sonrió.

Tragué saliva.

Mirando dentro de sus ojos café oscuro, extrañamente me encontré yo misma atraída como magia. Estaba avergonzada, mi corazón estaba regocijándose en mi pecho, y si tuviera una cola, pudo haber estado meneándose y moviéndose sin descanso bajo las sabanas, aun así, lo observé. Alkelios era como una droga que movía todo tipo de emociones dentro de mí, y como una tonta osada… quería más.

Como es que sería si el… ¿si el me abrazara? Si él fuera el primero… pensé en una mirada, pero para el tiempo en que esta frase en mi cabeza terminó, ya había movido mi mano sobre la cabeza de Alkelios y lo acerqué.

Ahora estábamos compartiendo la misma respiración. Su esencia, su calidez, su toque… todos ellos encendían las llamas dentro de mí. Todos ELLOS movían una extraña energía la cual me decía que estaba bien… No, me empujaban hacia ello y me demandaban que CLAMARA a este humano como mío. Si… humano, no dragón… esta energía, este deseo… demandaba al humano Alkelios.

Lo besé, y él me besó de vuelta.

Ya nada me importaba…

Nobleza… clase… rango… estado… ¡al Abismo con todos ellos! Yo quería a Alkelios… ¡y lo quería AHORA!

Mis besos se volvieron más salvajes y antes de que lo supiera, ya me encontraba encima de él. Estaba febril y caliente, mis mejillas enrojecidas y mi aliento parecía olas. Tragué saliva y lo besé una y otra y otra vez…

Lo que pasó y como, no lo sabía. Pero era una dragonesa, y como todos aquellos de mi especie, demandábamos tener control sobre nuestras parejas. Deseábamos dominarlos o ser dominados por ellos… Yo quería lo mismo.

El calor en mi cuerpo, en mi centro… me quemaba como lava en un volcán rugiente. Aun así, deseaba este calor abrasador, y quería que creciera más… para que me liberara.

Me quité la blusa, y continué besándolo… continué queriéndolo…

Sus manos se movían por mi cuerpo también. Él también me quería. El calor dentro de él también era grandioso, demandaba mi ser. Una fusión de flamas era lo que nuestra naturaleza clamaba y quería.

A través de besos y abrazos… lentamente perdí el control de mi ser a mi lado dracónico, incluso mi vista se estaba volviendo extraña.

Aun así, cuando era tiempo de seguir adelante…

Estaba flojo.

"¿Huh?" Salí del trance.

"Lo siento…" Alkelios miró lejos con una mirada complicada en su rostro.

Dentro de mí, las flamas… se estaban apagando. Él dijo que me amaba… que me encontraba hermosa y atractiva, ¿aun así porque estaba flojo ahora? ¿Cómo?

No podía entenderlo, pero debido a esto… lágrimas rodaron por mis mejillas. Unas cuantas cayeron en su rostro.

Sorprendido, me miró.

"¿Seryanna?" preguntó con ojos grandes.

"No… Lo siento si yo no… yo no…" intenté terminar de decir la oración: No soy lo suficiente buena para ti.

Su cuerpo era honesto a las palabras en su corazón. Me amaba. Me cuidaba. Tal vez, pero él no me encontraba TAN atractiva. Después de todo, yo era un dragón, y él era humano… ¿Qué es lo que estaba esperando?

Incluso así, él se disculpó y se siguió disculpando mientras me abrazaba y me mantenía en sus brazos. Yo ni siquiera sabía por qué estaba llorando así de fuerte, por qué me sentía rechazada, pero él se siguió disculpando y trataba de calmarme, para limpiar las lágrimas que había derramado… aun así el dolor en mi corazón no se iba a ningún lado.

Lo acepté y lo quería con todo el fondo de mi ser, aun así… ¿estos eran solo sentimientos de un lado? Como no podía sentirme tan devastada, tan triste… ¿tan quebrada? Así que lloré… lloré por mí misma por dormir en sus brazos debido a que no importaba que tanto luchara, él no me dejaba ir.

Pero adentro, estaba feliz de que lo hiciera. Si él me hubiera soltado de su abrazo, si me hubiera dejado llorar en soledad… ese pudo haber sido, el final de ambos. Pero así, lo sabía… de algún modo, de alguna manera, que él estaba intentando dar lo mejor para sobrepasar esto porque tal vez… solo tal vez, él me quería tanto como yo a él.




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