100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-42.1

Capítulo 42: El Consejo de un Amigo (Parte 1)


[Punto de vista de Seryanna]

Las noticias que la Princesa Elleyzabelle me entregó fueron devastadoras. Cuando cerré la puerta detrás de mí, sentí que ni siquiera tenía la fuerza para mantenerme de pie, pero como caballero, no podía permitirme a mí misma el sucumbir a mi situación actual. No tenía permitida demostrar tal debilidad…

Intenté pensar de una forma positiva, que tal vez de alguna manera en algún lugar aún había un pequeño rayo de esperanza. Si ahora mismo estuviera peleando en una campaña de guerra y me encontrara atrapada en una Fortaleza rodeada por las tropas enemigas, dándome por vencida o sucumbir ante la desesperación solo bajaría la moral de mis tropas. Así, tenía que mantenerme fuerte y luchar hasta el último momento debido a que no podía saber cuándo ese rayo de ayuda podría aparecer.

Tomando un respiro profundo y con una mirada calmada en mi rostro, hice mi camino a través del Palacio Real hasta alcanzar la salida. De aquí, era un camino derecho hacia la hacia la gran herrería al lado de la muralla, donde los mejores herreros del reino forjaban sus armaduras y armas.

Tres grandes hornos estaban alineados uno al lado de otro, echando humo a través de sus altas chimeneas. Más de una docena de distintos yunques estaban alineados en frente de ellos y varios dragones estaban enérgicamente golpeando piezas de metal templado sostenido entre sus alicates. Entre ellos, miré a mi amiga también, Dregarya Gorrashy.

Con el típico mandil de cuero que la mayoría de los herreros vestían, gruesos guantes de cuero, y un gran martillo en su mano derecho, ella seguía templando la cuchilla de la espada. Sus ojos negros estaban enfocados en la pieza de metal en frente de ella, ignorando todo y a todos a su alrededor. Gracias a su excepcional talento como herrero, ella se volvía de esta forma cada vez que empezaba a trabajar.

Aun es como suele ser. Pensé y luego una sonrisa apareció en mis labios.

Pasé a través de la barrera a prueba de sonido en frente de la herrería, la cual prevenía que todo el ruido de la forja alcanzara los sensibles oídos de la nobleza viviendo en el Palacio, y yo seguí mi camino hacia ella.

Los ruidosos sonidos del metal siendo trabajado podían ser escuchados por todos lados dentro de la herrería. Casi ninguno de los herreros aquí le prestó atención a mi presencia, y aquellos que lo hicieron meramente reverenciaron sus cabezas como saludo.

Una vez que alcancé la locación de la dragonesa, tomé asiento en una silla cercana y esperé pacientemente para que terminara su trabajo. Interrumpirla pudo haber sido grosero, y la última vez que lo hice, ella me regañó por cerca de media hora.

Hasta donde las apariencias mostraban, ella estaba cerca de la altura promedio para una persona de escamas blancas. El color denotaba su afinidad con el elemento de Luz. Aunque ella no tenía un par de alas como la mayoría de los dragones con ese color de escamas, ella tenía una larga y fuerte cola prensil sin ninguna espina en ella. Su cabello plateado estaba sin lavar como lo usual y agarrado en una cola de caballo, mientras que un simple mechón de cabello de color azul rey caía por sobre su mejilla derecha. Como mujer, ella era hermosa, y el par de escamas blancas con forma de diamante sobre sus mejillas acentuaba esa belleza.

Estaba un poco celosa de su apariencia, pero yo aún tenía que Despertar, así que siempre ponía ese asunto a un lado.

Cerca de una hora después, Dregarya finalmente terminó su cuchilla y la enfrió en un barril con agua cercano.

"¡Whew! ¡Eso tomó algo de tiempo!" ella se limpió el sudor de su frente y se dio la vuelta.

Nuestros ojos se encontraron, pero su mirada rápidamente se enfocó en mi armadura.

"¡Ack! ¡¿Qué le hiciste a mi bebé?!"

"Saludos, Dregarya. Me disculpo, pero mi armadura se volvió así después de que tuve una pelea con un Despertado Avanzado y un ejército de No muertos Draconianos en mi regreso a la capital."

"¡Ah! ¡Quítatela! ¡Quítatela! ¡Necesito arreglarla!" dijo e inmediatamente empezó a desamarrar las correas de mi armadura.

Su cola era algo buena removiendo esta armadura, pero antes de que ella se las arreglara para hacerlo, la detuve de un golpe en su cabeza.

"¡Owie! ¿Por qué me golpeaste?" Preguntó con ojos llorosos mientras frotaba el lugar afectado.

"No vas a desvestirme de esta manera en frente de todos estos hombres." Dije apuntando a los dragones sonrojados detrás de mí.

El momento en que ella empezó a desamarrar mis correas, todos los herreros se volvieron callados como un cementerio.

"¡Ah! ¡Que es lo que están mirando haraganes! ¡Regresen a trabajar!"

"¡Si, señora!" respondieron y el ruido regresó.

"Es difícil imaginar que actualmente tu eres el jefe aquí." Dije sacudiendo mi cabeza sosteniendo la armadura de mi pecho con una mano para que no cayera.

"Que puedo decir, solo ocurrió."

"Dudo mucho que puedas decirlo de esa manera, tú también eres conocida como Dreggor el Legendario Herrero."

"Y gracias a ese estúpido apodo, todo mundo sigue asumiendo que soy un hombre."

"Bueno, ¿dónde puedo tener algo de privacidad para cambiarme?"

"Usa el cuarto de por ahí." apuntó a la puerta junto a la forja.

Era la cocina usada por los herreros de aquí. Por ser tan flojos e ir a molestar al cocinero para que les hiciera algo de comer y por ser demasiado tercos para moverse hasta que ellos finalizaran su trabajo aquí, el Rey fue forzado a construirles una cocina aquí con el fin de detener que se sigan desmayando y se vean como fantasmas cada vez que empezaban a martillar.

"Un cambio de ropa, ¿por favor?"

"Hm…" ella frotó su barbilla y entonces miró a la izquierda a la pila de armaduras.

Dos momentos más tarde ella regresó con un set de mi talla.

"Usa esto."

Asentí y tomé el set conmigo a la cocina. Una vez adentro, empecé a cambiar mi armadura. No era como que no tuviera nada debajo de ella, pero desde que Alkelios me vio desnuda, honestamente no quería que otro hombre me vea, aunque fuera por accidente. Probablemente era mal de mi parte sentirme de esa manera mientras aún era un caballero, pero por ahora, no me importaba demasiado.

Una vez que me cambié, me miraba ahora como otro Guardia Real del Palacio.

Salí de la cocina con la armadura quebrada en mis manos y se la di a Dregarya. Ella empezó a llorar cuando revisó las grietas.

"¿Qué es lo que te golpeó Seryanna? ¿Una montaña?"

"Cerca, pero no, solo una dragonesa muy poderosa."

"¿Y quién es ella?" 

"Kataryna Greorg." Respondí calmadamente mientras tomaba asiento en la silla que usé anteriormente.

"Nunca escuché de ella. ¿Es fuerte? ¿Tiene alguna buena arma o armadura con ella?"

"Ella es muy fuerte, pero no vi nada fuera de lo ordinario en armas o armadura. Ella más que nada viste ropas normales hechas de algodón o cuero. Sin vestidos, solo pantalones, y de vez en cuando, la vi que traía protectores para brazos normales de acero."

"¡¿Hablas en serio?! ¿Cómo fue que ella peleó solo con eso?"

"Kataryna es una muy poderosa maga de hielo. Ella pudo fácilmente congelar todo un campo de batalla o lanzar incontables lanzas de hielo hacia el enemigo. Sin embargo, sospecho que su especialidad debe ser en otro tipo de estilo de combate."

"Así que, ¿ella solo usa magia contra debiluchos? ¡ACK! ¡Se resquebrajó más!" dijo cuando una pieza de armadura se quebró en su mano.

"Tu armadura salvó mi vida, Dregarya, gracias."

"Ese es el rol de una armadura. ¡Si lo hizo, entonces funcionó!"

"Por cierto, ¿alguien fuera de lo normal llegó a pasar por aquí?"

"¡Sip! Verás, el señor resplandor que quiere tomar el control sobre el ejército de tu abuelo me hizo una visita el otro día."

"¿Es así?"

"Sí. Me ordenó que le hiciera algún tipo de armadura con los materiales que me trajo. ¿Sabes que materiales son esos?" dijo mirando a mi espalda.

"No."

"Draconitium y Dregaryum."

Parpadeé de la sorpresa. Escuche de esos dos metales y eran considerados por ser raros y de un valor invaluable. No cualquiera podía permitirse una armadura o arma hechas de ellos, la razón siendo sus resistentes propiedades únicas, así como la facilidad con la cual podían ser encantadas.

Draconitium era un raro metal descubierto por los dragones hace mucho tiempo. Tenía la propiedad de rápidamente absorber la energía mágica. Cuando lo hacía, incrementaba su resistencia. La mayoría de las armaduras y las armas de los Caballeros Reales estaban hechas de este material. Y para el Dregaryum, ese es otro metal raro el cual fue descubierto por Dregarya misma. Tenía la propiedad de disminuir los efectos de cualquier ataque físico o mágico.

Gracias a la armadura especial que ella le fabricó a mi abuelo, Brekkar Draketerus, ella fue traída al palacio y se le concedió el título de Herrero Legendario. Como resultado, ella hizo otra armadura para el Rey, el Primer Príncipe y varios de sus caballeros de confianza. Después de eso, debido a que otros nobles y caballeros siguieron persistiendo en que les hiciera armaduras, ella le pidió al Rey que le diera permiso de aceptar trabajar solo para aquellos que ella quisiera. Como tal, la persistencia se detuvo por que nadie quería ir en contra de su Majestad.

"¿Qué es lo que dijo?"

"Que eso va a ser necesario para la guerra que se viene, así que sería bueno que yo no traicionara al reino."

"Dudo mucho que algo como eso pueda pasar, dado tus circunstancias ‘especiales’, ¿pero de qué guerra está hablando?"

"¡Hey! ¡Mantén eso en secreto! ¡Todavía quiero tener sexo la siguiente semana!" ella sacó la punta de su lengua.

"Tu deberías checar tu lenguaje."

"¡Bah! ¡Detalles!"

"Aun así, estas noticias acerca de una guerra… ¿A qué se pudo referir? Los humanos no han mostrado ningún movimiento serio desde su derrota hace 38 años. Además de las usuales escaramuzas en la Isla Ragold y el campo de batalla al sur de aquí, no ha habido señales de una guerra en camino."

"Lo sé. El Campo de Batalla Cicatriz es un desastre. La planicie entera se convirtió en carbón por Brekkar, y la Isla Ragold es donde el Príncipe Charmeill y la Princesa Natalia están colocados. Con eso dos ahí, los humanos necesitarían al menos dos Despertados Avanzados en su poder."

"Extraño en efecto… ¿Tal vez él sabe algo que nosotros no?"

"Lo dudo. Ese tipo me hubiera contado de haber habido algún peligro o algo más grande."

"¿Ese tipo? *Sigh*…" sacudí mi cabeza por como ella se refería a alguien de su jerarquía.

"Detalles."

"De cualquier modo, ¿qué tanto te tomara arreglar mi armadura?"

"No tengo idea… Incluso los encantamientos recibieron daño… Aunque honestamente, mientras más miro a esta armadura, no puedo evitar más que pensar que fuiste ridículamente suertuda de haber escapado ilesa de esas batallas." Dejó escapar otro suspiro cuando otra pieza de armadura se rompió en su mano.

Escuchar la palabra ‘suertudo’ hizo que mi corazón se apretara, y fruncí el ceño.

"¿A q-que te refieres?"

"Solo mira esto."

"No veo nada malo."

Levantando su martillo, ella lo dejó caer solo por impulso de la gravedad. Normalmente, un golpe así no debería significar nada, he recibido peores, así que no mostré señales de preocupación en mi rostro, pero cuando el martillo golpeó, la protección se rompió como si estuviera hecha de cristal.

Me congelé.

"Mi amiga, tu armadura no es nada más que un pedazo de basura ahora mismo… Necesita ser re forjada y encantada desde cero." Ella agarró los restos y los arrojó en una pila junto a otras armaduras dañadas.

"¿No hay nada que puedas hacer?"

"Nope. Dañada más allá de mí poder. Pero como dije, en serio fuiste suertuda… Demasiado suertuda… ¿Cómo sobreviviste por cierto?"

Dejé escapar un suspiro.

"Mi novio me ayudó, supongo."

"¿Tu qué?" Dregarya me miró con ojos centelleantes.

Creo que cometí un error… pensé, pero ya era muy tarde.

La cola prensil de la dragonesa estaba meneándose en el aire justo como en aquel momento en que se dio cuenta de cómo combinar Draconitium y Dregaryum para hacer una poderosa armadura para mi abuelo. La mirada en sus ojos era aquella de un depredador que encontró una presa jugosa.

Con un *gulp*, traté de mirar alrededor y encontrar una salida, pero antes de poder actuar, ella puso sus manos en mis hombros y me mostró una gran mueca.

"¡Quiero escucharlo TODO sobre ello! ¡Incluyendo como fue tu primera vez con el!" ella bufó.

"Aun soy… virgen." Susurré lo último.

"¡Incluso mejor! ¡Te enseñaré como capturarlo!" ella bufó otra vez.

"¿Por qué eres así?"

"¡Porque es absoluta y positivamente DIVERTIDO!"

Tragué saliva.

Sin siquiera ser capaz de decir una sola palabra en su contra, fui llevada de vuelta a la cocina, donde tuvimos un poco más de privacidad. Por lo menos, no tuve que escupir todos mis secretos allá en donde todos los herreros podían llegar a escucharme. Era una información un poco sensitiva.




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