100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-36.1

Capítulo 36: Gripe de Dragón (Parte 1)


Llegar a Toros nos tomaría al menos un día entero desde el atardecer hasta el amanecer, con entrenamiento incluido durante los campamentos. Nos encontramos con un par de monstruos tales como un árbol andante y una pequeña manada de Dayuks, pero hicimos un trabajo rápido con ellos. No había amenazas serias por que desee por ello. Digo, el entrenamiento me estaba matando lo suficiente, no quería enfrentarme a un monstruo peligroso mientras apenas podía sostener mi espada en ambas manos.

Una vez que la gran ciudad estaba a la vista, mi primera reacción a ello fue una de asombro. Cuarenta o más dragones estaban patrullando los cielos en su forma de dragón completo. Los muros exteriores estaban hechos de piedra negra y doblaban el tamaño de aquellos en Andrómeda, con incontables soldados patrullándolo.

Incluso de lejos, no podíamos ver que se encontraba escondido detrás de esos muros, pero tal vez fueron hechos con ese mismo propósito. En otras palabras, más que un pueblo, este lugar era una fortaleza preparada para cualquier asalto. Era impresionante.

Mirando detrás de Toros, vi el Gran Abismo: oscuro, irregular, con crestas dentadas en ambos lados, y extendiéndose lejos y a lo ancho hasta donde alcanzaba la vista. Era como si algún tipo de gran fuerza rasgara la superficie a la mitad, separando Drakaria del resto del reino. Daba la sensación de que estaba lista para tragarte en cualquier momento, o que de demasiados monstruos estaban a punto de salir para conquistar la superficie.

"Ese sí que es algún lugar para poner un pueblo… Creo que es un pueblo ¿Es un pueblo?" pregunté confundido.

"Toros es el único pueblo en el Reino Albeyater que sirve un rol doble como fortaleza militar. Es también una de nuestras mejores defensas contra los humanos." Explicó Seryanna.

"Espera, ¿los humanos llegaron hasta este lugar?"

"Algo así de ya, no, pero los estrategas militares predijeron y avisaron de vez en cuando otra vez que en el evento de que perdamos Tunberdraken, la ciudad portuaria, Toros se convertiría en una muy importante locación estratégica. Como nota al margen, también puede ser usada como capital militar en caso de que Drakaria fuera invadida por el otro lado." Explicó mientras nos acercábamos a los grandes muros del pueblo.

Las puertas mismas eran ordinarias en tamaño, pero en lugar de solo dos, había ocho guardias establecidos aquí, y algunos de ellos parecían tener diferentes armaduras puestas. De cualquier modo, gracias a ellos, la gran línea de dragones que quería ir a Toros y alcanzar la capital estaba fluyendo suavemente. No parecía que tendríamos que esperar por un largo tiempo por que llegara nuestro turno.

"Hm, yo hubiera pensado que esos estrategas no hubieran hecho más que alardear que los humanos nunca serían capaces de llegar aquí a que dijeran que tienen una oportunidad de hacerlo."

En muchas de las historias que leí y experimenté a través de los juegos, siempre había algún imbécil en lo más alto quien constantemente hablaba de cuan impenetrable eran las defensas del reino en lugar de admitir que tenían desperfectos.

"¿Qué propósito tiene un estratega si no puede tener estrategias defensivas en el peor de los escenarios?"

"Cierto…"

Ahora que pienso sobre ello, de vuelta en la Tierra, el Pentágono tenía estrategias para todo tipo de situaciones, incluyendo el muy improbable apocalipsis zombi, invasión alienígena, o incluso un completo control sobre los Estados Unidos. Considerando lo que dijo Seryanna, ahora encuentro poco probable que algún otro de los demás países no hiciera lo mismo.

Mientras arribábamos al final de la línea para entrar a la ciudad, vi otros dos caminos haciendo intersección aquí. Uno que venía del Norte, en el medio de las planicies, y otro que venía del Sur, siguiendo el Gran Abismo. Cuando los seguí con mis ojos, pude ver que había varios más viajeros dirigiéndose en nuestra dirección. Probablemente estaban tratando de llegar a Toros antes del anochecer.

En frente de nosotros había un montón de dragones que viajaban a pie y dos grandes carruajes jalados por dos Khosinni de aspecto poderoso. Muchos de ellos eran probablemente eran algún tipo de aventureros, o en realidad escoltas para los carruajes.

Con nada más que hacer, esperamos pacientemente en la línea hasta que nos tocara. Presentamos nuestras tarjetas de gremio como identificación y pagamos la tarifa de peaje para entrar, pero justo después de que el guardia le devolvió su tarjeta a Seryanna, el estornudó en su rostro.

"¡Ah! ¡Mis disculpas! Algo me dio comezón en la nariz." Dijo inmediatamente, pero la pelirroja estaba haciendo lo mejor posible para mantener su espada envainada.

"Vas a necesitar un baño." Le dije como broma.

"Ugh…" hizo un quejido y se limpió la cara con su mano.

Bueno, no más besos hasta que se lave la cara.

"¡Aquí! ¡Yo te ayudo!" dijo Kataryna mientras apuntaba su mano hacia ella y dejaba salir un hechizo de agua.

En lugar de un pequeño chorro, la presión era similar a esas de las mangueras contra incendios. Si ella no fuera una dragonesa con fuerza y resistencia sobre humana, pudo haber sido enviada a volar lejos.

"Ah… ¡Oops!" dijo Kataryna y se rio incómodamente.

Seryanna no tenía palabras para contestar a la dragonesa, quien no estaba ocultando su disculpa muy bien, viendo como estaba meneando su cola con entusiasmo. 

"¿Estás bien?" le pregunté.

"Nunca estuve mejor…" Seryanna gruñó.

Después de este pequeño incidente, entramos a Toros y fuimos recibidos por una multitud de… soldados. Todo el pueblo estaba lleno hasta el borde por ellos, lo cual fue una sorpresa incluso para las tres que ya habían estado aquí antes. Muchos de ellos estaban acampando afuera porque no había más espacio en donde se pudieran quedar. Esto por si solo nos dio una horrorosa premonición.

"Me disculpo, pero ya no tenemos habitaciones." Dijo la dragonesa que era la encargada de la última posada que encontramos en el pueblo.

Fuimos a las otras tres, pero ninguna tenía ningún cuarto disponible. Todos y cada uno de ellos estaban llenos al borde por soldados, comandantes, y otro personal militar. Actualmente estábamos en un apuro.

"Ungh… ¡Quería una cama cómoda!" dijo Kleo quejosa.

"Yo también, pero no hay nada que podamos hacer."

"¿No podríamos sacar a patadas al comandante por la fuerza?" sugirió Kataryna con una sonrisa.

"¿No nos meteríamos en problemas con el ejército?" 

"¿Crees que cualquiera de estos debiluchos son partido para nosotros? ¡Hahaha!"

Bueno, hablando con la verdad, la mayoría de ellos estaban alrededor del nivel 100 y 200, pero aun con eso, dudaba que alguno de ellos fuera capaz de ir a la par con cualquiera de nosotros. Yo era un poco tramposo debido a mis habilidades y mi Suerte, especialmente si invocara a Jophiel Thunderash, el fénix. Ella sola era nivel 999.

En efecto, nosotros podríamos fácilmente desaparecer todo este pueblo de la faz del planeta si quisiéramos, pero entonces necesitaríamos vivir como criminales. ¿Y para qué? ¿Por una habitación en una posada? No, gracias.

"Podemos ir a la taberna y pasar la noche ahí. Después de todo, vamos a estar en nuestro camino a la capital." Sugirió Seryanna.

"No es una mala idea." Kataryna aceptó.

Así, nos dirigimos a la taberna cercana, encontramos que estaba llena, entonces nos dirigimos a la siguiente. Esta vez, desee en mi mente que encontráramos una taberna vacía.

"Este lugar está lleno…" dije.

"Eso parece. Simplemente no tenemos suerte." Seryanna me miró.

"Hey, si hubiera sabido que iba a haber tantos soldados aquí, habría hecho el deseo desde que salimos de Tomeron."

"Cierto. Solo deseo que realmente lo hubieras hecho, pero ni por un segundo pensé que fuera a haber tantos soldados."

"¿Tal vez algún general dio la orden de reagruparse? Puedo ir a preguntarle a los soldados de esa mesa si quieren." Dijo Kataryna.

"Si, pero primero, vamos a ordenar. La camarera está aquí."

"¿Qué va a ser todos ustedes?" preguntó.

La mujer era un poco mayor que Seryanna en términos de aspecto, pero también era bastante gorda. Me frené de decir algún comentario rudo y pacíficamente ordené algo para comer y beber. Las otras hicieron lo mismo, entonces cuando estábamos esperando a que llegaran las órdenes, Kataryna fue con los soldados.




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