100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-40.1

Capítulo 40: Drakaria (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios]

Dos días después de que dejamos la posada en el borde del Gran Abismo, finalmente vimos los grandes muros de Drakaria.

Este momento me recordó fuertemente a una película de fantasía donde el héroe arribaba hasta la cima de la colina y en la lejanía veía la deslumbrante ciudad la cual marcaba el final de su viaje. Unos cuantos rayos de sol pasaban a través del cielo nublado, ofreciéndole un toque de hermosura, mientras que el frío viento surcaba por nuestras ropas. Un simple relinchido se escapó por parte de un Khosinni cansado y Kataryna estiró su espalda.

"¡WOW!" dije mirando la escena.

"Para ver Drakaria así por primera vez, de verdad eres suertudo Alkelios." Dijo Kleo.

Parpadeé de la sorpresa y la miré de vuelta.

"No le hagas caso. La primera vez que ella llegó aquí, estaba haciendo un calor de infierno y ella estaba jadeando por agua." Dijo Seryanna con una risilla.

"¿Qué hay de ti?"

"Hm, fue durante el invierno, justo antes de una tormenta, así que… ¿era lo mismo que cuando se miraba durante un día de otoño normal?" ladeó su cabeza un poco.

En el Continente Dragón, el clima alrededor del Reino Dragón Albeyater era más que nada templado, pero las temperaturas eran más bajas al Norte y más altas al Sur, aunque tendrías que viajar una muy larga distancia para darte cuenta del cambio. Para la duración de cada estación, parecía como si primavera, verano y otoño fueran todos de dos a tres meses de duración cada uno, siendo invierno aquella de más duración. No estaba marcado un cierto día de cambio entre estaciones, en su lugar utilizaban el cambio de clima.

Así, cuando la primera nevada aparecía, el invierno empezaba, y cuando las flores de primavera mostraban sus pétalos, terminaba. El verano estaba marcado por la aparición de la fruta Dios, la cual era similar a la cereza, pero crecían en arbustos. El otoño llegaba con la caída de la primera hoja. Encima de todo, ellos tenían cerca de 10 meses. Al menos por como los dragones los contaban.

Los humanos aparentemente tenían 12 meses, mientras que los dwarfs tenían 6, uno por cada vez que las dos lunas en el cielo estaban alineadas, con la más grande posándose detrás de la pequeña. Para ser franco, recientemente me di cuenta que este mundo tiene dos lunas… hasta ahora, honestamente creí que tenía una. Por alguna razón, simplemente sentí que DEBERIA parecerse a la Tierra en ese aspecto, así jamás me habría molestado en… revisar.

Similar a los Dwarfs, los Elfos tampoco medían los meses en días sino en temporadas. Así, sus años solo tenían 4 meses, mientras que los Relliars tenían dos: apareamiento y no apareamiento.

Por cómo fue que me topé con esta información, solo pensé que debía preguntar… Después de todo, muchas semanas ya habían pasado.

El final del año en curso y el inicio del nuevo era algo que todas las especies pensantes estaban de acuerdo debido a que era algo dado por los Dioses aparentemente. Ese día coincidía con el fin del sexto mes de los Dwarfs, así que el alineamiento de las dos lunas siempre era una buena marca para esto.

Bueno, dejando este complicado tema de lado, ahora nos estábamos acercando a las puertas de la ciudad a un paso moderado. El camino principal en el que estábamos conectaba con otros que venían del norte, desde este lado del Gran Abismo.

Drakaria era una ciudad rodeada por grandes muros blancos, alcanzando hasta 30 metros de altura si no es que más. Se miraba pesadamente fortificada y más centrada hacia repeler asaltos aéreos en lugar de asaltos terrestres. Considerando la capacidad de la especie dragón de cambiar de una forma a otra, era natural pensar en construir la capital de esta forma.

El palacio estaba localizado en un terreno más alto que la primera muralla, con otra separándolo del resto de la ciudad. Desde afuera, o más bien desde la cima de donde estábamos, me di cuenta que a pesar de mostrar un exquisito y bello diseño artesano, el palacio estaba fuertemente protegido por cuatro largas torres colocadas en las cuatro esquinas.

Desde el Norte, un río fluía hacia la ciudad, separándose en dos tan pronto alcanzaba los muros exteriores. Un brazo corría alrededor del muro exterior, actuando como un foso y terminando en un pequeño lago, mientras que el otro brazo iba al sur, siguiendo una línea paralela al Gran Abismo.

Desafortunadamente, yo no podía ver detalles más allá de eso, pero tenía el sentimiento de que estaba separado en partes similares a cómo eran las antiguas ciudades de Europa, lo que significaba una Área Noble, una Área Comerciante y una Área Común. Al menos, eso era lo que yo suponía. Una vez dentro, iba a preguntarle a Seryanna más detalles al respecto, por ahora, solo teníamos que pasar de las puertas.

"Eijeer Nayus Nerver Il." Dijo la pelirroja y una luz amarilla brillante se formó alrededor de su cuerpo, emanando de su armadura.

Esto me tomó por sorpresa, especialmente dado que yo estaba viajando atrás de ella. Una pequeña advertencia hubiera estado bien, pero una vez que terminó, algo cambió.

"¿Qué acaba de pasar?"

"Liberé el Hechizo Ilusorio que escondía los emblemas en mi armadura. Representan mi rango, estado, así como mi afiliación a la Tercera Princesa, a la cual sirvo."

Haciéndome un poco para atrás, fui capaz de verlo con claridad.

Era un escudo gris con una flor lirio blanco encima. Cuatro hojas verdes estaban en su base, y una sola espada apuntando hacia arriba estaba escondida tras el escudo, dejando solo la punta y la empuñadura a la vista. Un diseño bastante interesante, pero muy difícil de dibujar en mi opinión.

"¿Por qué la espada está escondida?"

"Para representar la posición de la Princesa, la cual es la Defensa sobre la Ofensiva."

No pregunté nada más allá de esto, pero suponía que al revelar este emblema, ella ahora declaraba al mundo que ella estaba de vuelta en servicio. Los guardias en la puerta probablemente no nos darían problemas sobre dejarnos pasar. Con un poco de Suerte, ellos ni siquiera preguntarían mi especie.

Para mi sorpresa, tan pronto como nos vieron, saludaron y nos dejaron pasar sin siquiera soltar una sola pregunta. Así, pasamos a través de las grandes puertas cuyo propósito era mantener afuera a toda la gente desagradable y no permitida.

El momento en que entramos a la ciudad, un mar de dragones apareció ante nosotros. Gente normal que iba en su día a día, muchos vistiendo armaduras, mientras otras vestían ropas casuales. No había tensión en el aire como lo había en Toros. Las personas no nos lanzaban miradas de desagrado o más como… evitándonos. Los guardias nos saludaron cuando pasábamos y los niños levantaban sus cabezas por curiosidad. El poder del emblema era ciertamente fuerte, pero me hacía preguntarme por qué ella no lo había mostrado hasta ahora. Hubiera sido mucho más fácil pasar por las otras ciudades de esta manera.

"¿Estuvo eso BIEN?" pregunté luego de unos momentos.

"¿A qué te refieres?"

"De lo que pasó allá atrás. ¿No se suponía que nos preguntaran por algún tipo de identificación o demandaran una cuota de entrada?"

"No. Tan pronto hice que mi emblema fuera visible, era claro que yo era de rango más alto que esos guardias. Como caballero al servicio de la realeza, estoy exenta de las tarifas de estado y puedo incluso ordenar a los Guardias de la Ciudad como deseé, pero hasta cierto límite. Sin embargo, no tengo autoridad sobre los Guardias del Palacio, solo la Realeza puede."

"¿Además de muchas otras cosas verdad?"

"En efecto."

"Usualmente la tarifa de entrada en Drakaria es de 5 monedas de cobre por una noche, una de plata por un pase anual y una de oro por estadía permanente. A menos que seas un noble, es entonces la mitad. Si estás trabajando en el Palacio, entonces es gratis." Explicó Kleo.

"¿Pero por qué pasamos todos gratis?"

"Porque están conmigo. El caballero y sus acompañantes pasan sin dar tarifa alguna." Dijo Seryanna jalando las riendas del Khosinni, dirigiéndonos a una calle a la derecha.

"¿Adónde vamos por cierto?"

"A una buena posada que conozco en el Distrito Aventurero."

"¿Distrito Aventurero?"

El día de hoy yo estaba lleno de preguntas y casi sin nada de respuestas.

"La ciudad de Drakaria está separada hacia el Norte en el Distrito Aventurero y el Distrito Comerciante. Si hubiéramos ido por el camino de la izquierda, hubiéramos arribado al Área de Talleres. De ahí, pudimos haber arribado al Área de Mercados y entonces entrar al Área de Viviendas de Comerciantes. El Área de Talleres, Área de Mercados y Área de Viviendas de Comerciantes juntas forman el Distrito Comerciante. Al Sur de aquí, podemos alcanzar una puerta que nos dirigirá a las afueras del Área de Talleres, los Barrios Bajos y el Área de Vivienda de los Trabajadores."

"El Palacio Real está rodeado del Área Noble, donde la mayoría de las altas clases de la nobleza habitan, tales como Condes y Vizcondes." Agregó Kleo a la explicación.

"Creo que ya tengo una idea."

"La posada a donde vamos está localizada en el Distrito Aventurero, y está justo en seguida del Salón de Gremio. Ellos tienen buenos arreglos."

"¿Por qué vamos hacia aquí y no al Palacio?"

Fue una pregunta normal desde mi punto de vista. Honestamente, no veía alguna razón por la cual no pudiéramos. 

"Porque mientras que puedes pasar libremente de las puertas de la ciudad, no puedes entrar al Palacio sin una convocatoria de uno de los nobles o realeza trabajando ahí. A menos que la Princesa específicamente llame por ustedes, no tienen permitido entrar."

"Oh…"

¿Supongo que hablé fuera de término?

Para mí en realidad no había gran diferencia entre nobles y plebeyos, pero aquellos alrededor mío ciertamente no lo veían del mismo modo.

"No te preocupes. Solo mantente alejado de los problemas y espera por mi retorno después de que mi encuentro con la Princesa finalice."

Asentí en respuesta.

"Por cierto, ¿siempre necesitas quedarte en una posada cada vez que eres convocada por la Princesa?"

"No. Debido a que soy su Caballero, yo tengo un lugar apropiado para mí en el Palacio. "

"Que mal… ¿Supongo que no dormiremos juntos esta noche?" dije reposando mi mentón en su hombro.

"Lo siento." Agachó la mirada.

"¡No te preocupes por ello! ¡Ve y has tu trabajo sin preocupación alguna!" le di un beso en la mejilla y le mostré una sonrisa.

Ella asintió en respuesta.

No mucho después de nuestra pequeña charla, finalmente llegamos a la posada. Estaba llena de aventureros por el aspecto que tenía, e incluso tenían un establo también. Hablando del cual, estos Khosinni de renta no eran necesarios que se regresaran al lugar donde los pedimos en Toros. Aparentemente, no importaba donde nos detuviéramos, mientras especifiquemos donde los obtuvimos y firmáramos la forma de regreso, teníamos la oportunidad de ir a rentar otros. Dado que ser atacados por bandidos o encontrarse con monstruos peligrosos era una cosa prevista, habríamos de pagar una multa de varias monedas de plata en caso de pérdida o muerte del Khosinni.

A cambio de todas estas tarifas, podíamos rentar y regresar la bestia a cualquier establo oficial en el reino. Pero como resultado, no podíamos comprar alguno a menos que fuera de un vendedor autorizado, y siempre tendríamos que cargar con el certificado de propiedad o en el momento en que pisáramos un establo, podría ser confiscado.

Primero trajimos los Khosinni al establo, y después de firmar la forma de retorno, entramos a la posada. Los dragones adentro, todos Despertados al parecer, nos dieron una mirada rápida y entonces regresaron a sus conversaciones. No todos eran aventureros, entre ellos, visualice a un grupo de cuatro soldados e incluso una cuanta gente que se miraban como vendedores ambulantes viajeros.




Comentarios