100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-35.2

Capítulo 35: ¿Puedo Sacrificar...? (Parte 2)



"Si es que ya tengo un prometido, entonces ellos no pueden decidir egoístamente presionar uno hacia mí. Mi casamiento podría ser también visto como una manera de mantenerme en el reino o una forma de atarme. Cancelar un casamiento existente solo puede ser hecho por el Rey mismo si lo aprueba. Pero todo este problema puede pasar solo porque yo soy un caballero y la nieta de un poderoso general. Es por eso que, lo siento…" sacudió su cabeza.

"Hey, no hay necesidad de disculparse." Sonreí y puse mis brazos sobre su cintura. "No está escrito en piedra que va a pasar de esa forma, y además, todo lo que debo hacer es probar mi valía en frente del Rey, ¿cierto?"

"En efecto."

"¡Entonces no hay nada de qué preocuparse!"

"¿Esto significa que estás dispuesto a tomar mi mano en matrimonio cuando lleguemos a la capital?"

Mi mente se detuvo por unos segundos mientras intentaba procesar la lógica detrás de lo que sea que acababa de pasar.

¿Acaso yo solo hice? Qué demonios… no lo capto… ¿Cómo? ¡¿HUH?! Pensé mientras las piezas del rompecabezas eran voladas en añicos.

Así que, la conversación empezó como esto: Seryanna dijo que tenía algo que hablar conmigo, entonces de alguna manera terminamos hablando de cómo no sería aprobado por el Rey por causa de un presunto matrimonio, pero entonces… ¿Cómo esta conversación terminó conmigo proponiéndome a ella? ¡¿Cuándo?!

"Erm…"

"Lo siento… Esto…" ella agachó la mirada cuando me vio dudar y se dio la vuelta.

¡Ah mierda! ¡Lo hice ahora!

Las probabilidades de empezar a llorar ahora mismo eran bastante altas…

La única cosa que no se estaba metiendo en mi grueso cráneo era el hecho de que esta era una sociedad diferente, una civilización diferente, y especies diferentes todas juntas. La idea de matrimonio, relaciones, y otras cosas similares era bastante diferente de lo que yo conocía en la Tierra. Nuestra sociedad nos permitía estar relajados cuando se trataba de estos asuntos. La primera novia no siempre significaba ponerle el anillo en el dedo también. ¿Pero tal vez las cosas aquí eran diferentes?

"Seryanna… Yo…" me detuve yo mismo de lo que estaba a punto de decir y tragué saliva.

Tengo que pensar en esto… ¿Qué es lo que significa matrimonio en la vida de ella? ¿Qué significa para mí? Hombre, ¡solo tengo dieciocho! ¡Soy muy joven para morir! Erm… digo casarme… ¿Acaso fui plagado en la Tierra por las ideas falsas sobre el matrimonio? Pensé y me esforzaba por encontrar una respuesta, pero mientras me estaba dando un dolor de cabeza, la espalda de Seryanna nunca se miró tan solitaria.

Con un *gulp* y respirando profundo, abracé a la dragonesa por atrás.

¿Ahora qué? Pensaba mientras escuchaba sus rápidos latidos.

"¿Alkelios?" preguntó después de un momento, viendo que no habría la boca.

"Es demasiado duro para mi contestar ahora… no puedo… De vuelta en la Tierra las cosas no eran tan… estrictas a como son aquí. Lo siento…"

"No, yo debería ser la que se disculpe… Ni una sola vez pensé que tal vez tú no supieras la forma en que las cosas funcionaban aquí. Incluso en el continente humano estas cosas son bastante similares. Aquí, la realeza y los nobles seguido actúan como forma-parejas para aquellos debajo de ellos." Respondió tocando mi mano.

En ese momento, vi una lágrima recorriendo su mejilla.

La hice llorar… ¡grandioso!

"De dónde vengo no todo funcionaba de esa manera… ¿Es mucho pedirte que esperes por mi respuesta hasta que lleguemos a la capital?" le dije y le di un beso en la mejilla.

"No, eso está perfectamente bien… A menos que una orden venga del Rey o que los nobles me molesten al respecto, debería haber algo de tiempo para decidirnos."

"Entiendo, gracias." La liberé de mi abrazo, y se volteó a mirarme.

"Yo te amo, Alkelios… Es por eso que, para mí, no hay señal de duda o vacilación en mi corazón." Dijo con una suave sonrisa mientras lagrimas corrían por sus mejillas.

"Yo también te amo… y sé que normalmente, no debería pensarlo dos veces sobre esto." Sacudí mi cabeza "Pero soy un humano tonto… Nuestras mentes trabajan de maneras tontas y a menos que disipe la bruma de duda entre mis orejas, no estaré en paz. Te amo, pero la idea de casarme se siente extraña. Te amo, pero cuando pienso en ti como mi esposa, los engranes dejan de girar…" sacudí mi cabeza y mostré que no estaba en lo más mínimo confortable con estos pensamientos.

"En efecto, eres un humano tonto. Si me amas, si darías cualquier cosa para tenerme y estar conmigo, ¿por qué vacilar entonces?"

"No lo sé…"

"Ya veo… Tal vez tu no…" no la dejé terminar sus palabras finales y le robé un beso de los labios.

"¡No digas eso! Esta duda mía es solo porque aun soy joven e inseguro cuando se trata de asuntos de adultos como este. En la Tierra, la gente se casa cuando ya están pasados de los veinte, incluso algunos pasados los treinta años. Tú ya eres un adulto ante mis ojos, pero yo soy mucho como un niño. Es por eso… solo dame algo de tiempo para enderezar mis pensamientos. Por si algo, aquí… ¡deseo tener todo el tiempo que necesite para hacer la decisión correcta sobre si debo o no casarme!" declaré.

De esta forma, incluso si era un tonto, sería capaz de llegar a la mejor decisión para nosotros. Incluso si esperara hasta el último segundo, gracias a mi Suerte, debería estar bien. Estaba esperando y apostando en esto.

"Muy bien, pero sabes… No te voy a dejar ir por hacerme llorar." Dijo suavemente y me jaló para otro beso.

"Lo siento… ¿Cómo puedo pagarte por esto?"

"¡Tendrás una sesión de entrenamiento conmigo ahora, y no usarás tu Suerte! Además, me dejarás golpearte un par de veces."

Su dulce sonrisa envió escalofríos por mi columna.

"Erm… ¿No podemos hablar de esto?"

"¡Hiciste llorar a una pobre doncella esta noche, así que no!" se rio mientras se limpiaba su última lagrima.

Dejé salir un quejido, pero entonces ella me jaló en otro beso. Este fue uno muy largo y tuvo algo de lengua en él.

Cuando separamos nuestros labios, su rostro se miraba muy sonrojado.

"No huyas de mi… Cualquier adversidad que debamos enfrentar, pasaremos a través de ella, juntos…" me dijo y me besó otra vez.

No tenía permitido pelear de vuelta, y sus palabras tenían algo de coraje para darme en la batalla contra mi propia duda y miedos. Fueron más que bien recibidas.

Esa noche, después de que ella literalmente sacó el moco fuera de mí y me hacía preguntarme si realmente no me estaba convirtiendo en un masoquista por su culpa, fuimos a la cama en la misma tienda. Seryanna se durmió en mis brazos con una sonrisa feliz en sus labios, mientras yo estaba pensando en todo lo que me había dicho, menos los quejidos y suplicas durante la sesión de entrenamiento. También recordé lo que me dijo Iolaus y lo que pasó durante la noche en que besé a Seryanna por primera vez.

En efecto, para mí, toda esta experiencia fue extremadamente apresurada. Era como si alguien saltara en un auto deportivo, presionara el pedal a fondo y manejara como un maniaco durante hora pico. No se detendrían por la abuelita cruzando la calle o por las luces en rojo del semáforo. No se detendría cuando la señal de ‘¡No puente adelante!’ apareciera ante ellos. A pesar de todo esto, tenía que tomar notas y absorber toda la información alrededor de mí.

Era solo demasiado rápido para un humano normal, pero… Yo tenía la pasiva [Héroe]. No importaba que tanto me quejara, estaba consciente de mi rápido incremento de nivel, sin mencionar el hecho de que hubo momentos donde veía toda esta experiencia más como un juego de Realidad Virtual más que otra cosa. Incluso así los sentimientos que tenía por Seryanna eran más que reales. Realmente la amaba desde el fondo de mi corazón.

¿Tal vez fue porque ella me salvó? ¿Tal vez fue porque anduve alrededor de ella todo este tiempo? ¿Tal vez era porque ella es una hermosa mujer pelirroja de voluntad fuerte? Había un montón de tal vez que pudieron haber sido la chispa que inicio nuestro amor, pero al final… lo que importaba era el resultado.

Amo a esta mujer… amo a Seryanna, pero… pensé mientras miraba su rostro durmiente. Pero eres un dragón…

Al final… la razón por la que yo estaba temeroso de este matrimonio no era porque las costumbres fueran diferentes… era solo yo el que era diferente, quien la estaba mirando con ojos diferentes solo porque ella no era de la misma especie. Era un miedo biológico e instintivo que me decía que no podía estar con ella como humano, pero dar mi humanidad era algo que temía aún más.

Me pregunto… ¿Puedo sacrificar mi conexión con la Tierra, la sangre de mis padres que fluye por mis venas, mi especie y todo lo que fui o puedo ser como humano? ¿Puedo sacrificar todo esto por la mujer que amo? Me pregunté mientras gentilmente quitaba un mechón de cabello rojo de sus mejillas.

Para algunos, esta era una pregunta que contestarían sin siquiera llegar a pestañear, pero para mí era una a la que no le tenía respuesta. Al final, ¿era yo el que estaba equivocado por pensar de esta forma o era algo normal como parte de ser humano?




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