100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-99.1
Capítulo 99: Las Flamas de Urugudu (Parte 1)
[Punto de vista de Andu'Yang'Ores]
Cuando el Emperador me dijo que esas dragonesas se Darian una vuelta por mi forja al día siguiente, no esperaban que tocaran a mi puerta en el desayuno del sol, justo antes de que los cuervos se despertaran, ¡en los primeros rayos del amanecer!
Se miraban tan radiantes y llenas de energía, mientras que yo me veía como si un yunque me hubiese golpeado en la cabeza y luego un Hanba rabioso me hubiese arrastrado por todo Trindania.
Estaba cansado. Estaba somnoliento. Era un viejo dwarf gruñón con una resaca.
"¡¿Lagartos con alas nunca han oído de esta vieja cosa llamada dormir?! ¿Ni siquiera el sol se ha despertado y me piden a mí que lo haga? ¡Vayan de vuelta a sus camas y DUERMAN!" les grité y azoté la puerta en sus marices.
Maldiciendo sobre yunques, roedores apestosos y sacerdotes molestos que tocaban de puerta en puerta, regresé a mi cómoda cama.
Por supuesto, esa no fue la cosa más gentil que un dwarf como yo pudo haberle hecho a un estimado invitado extranjero. Me tomó toda una hora para que mi viejo artefacto entre mis orejas se diera cuenta de lo que había hecho.
Con la sangre abandonando mi rostro, salté de la cama y me apresuré hasta la puerta, pero para ese entonces, ya se habían ido. Recé ahí mismo y luego a los dioses arriba que este evento desafortunado no dejara una mancha negra sobre nuestro Imperio.
¡Quería ser conocido en todo Trindania como el mejor dwarf herrero, no como el dwarf que azotó la puerta en la nariz de dignatarios extranjeros!
"*Sigh*… Mejor me hago algo de desayunar antes de que el Emperador llegue furioso demandando saber cómo me las arreglé para arruinar la relación internacional entre Trindania y Albeyater."
Cerca de dos horas después, hubo un fuerte golpe en mi puerta.
Hice una oración en silencio en mi mente para que mi alma encontrara la paz en la otra vida y entonces fui a ver quién era.
Cuando abrí la puerta, vi a Sir Seryanna y a Sir Kataryna de pie ahí, vistiendo sus impresionantes armaduras.
"Los verdugos del Emperador se han vuelto terriblemente hermosos. Sin ninguna barba o bigote también."
"Eso es terriblemente grosero."
"¡Ah! ¡Discúlpeme!"
"Andu'Yang'Ores, sentimos llegar tan temprano hoy. No sabíamos que no eras una persona de la mañana." Dijo Sir Seryanna calmadamente.
"¡Ah, no! ¡No! Soy yo quien debe rogar su perdón. ¡Fui muy grosero y mi comportamiento no tiene excusa alguna!"
"En ese caso, ¿puedo asumir que está bien que empecemos a recuperar ese martillo suyo?"
"¿Huh? Oh, el Martillo de Umidaba, ¡por supuesto! Pero antes de ir, déjenme decirles una advertencia. He estado estudiando las leyendas que hablan sobre el martillo por años, y a pesar de que algunas de las menciones son exageradas a morir, los detalles con respecto a su localización siempre han sido los mismos: dentro del vientre de la Gran Forja Urugudu una vez que sus flamas sean avivadas otra vez, y el gran volcán de rienda suelta a su poderoso rugir."
"Eso suena terriblemente descriptivo." Dijo Kataryna alzando una ceja.
"Sí, yo también lo creo." Asentí.
"¿Cuándo empezó a rugir?"
"Creo que esa fue usted, mi lady, quien lo hizo rugir el otro día."
"Me disculpo por mi comportamiento inapropiado." Dijo con incomodidad en su rostro.
"Parece que todos hemos tenido nuestro pequeño manojo de problemas, ¿no es así?"
Luego de esta incomoda reunión, guie a las dos dragonesas hasta la Boca de Behemoth, una puerta de piedra gigante que solo podía ser abierta por poderosos magos o algún Iluminado con una increíble fuerza.
La puerta era la única entrada a la Gran Forja Urugudu, y en tiempos pasados, era resguardada por centinelas de metal gigantes. En aquellos días, los grandes herreros dwarfs estaban forjando armas y armaduras de valor sin igual, los cuales eran utilizados en muchas de las pasadas grandes guerras. Muy pocas de aquellas maravillas quedaron en posesión de los dwarfs del presente, ya sea para usarlas o estudiarlas, y yo era uno de esos pocos afortunados que se las arregló para poner sus manos en un objeto de esos.
Pero alcanzar la Boca de Behemoth no era algo sencillo como ir y venir del mercado. Teníamos que pasar a través de toda la ciudad de Exaver hasta llegar al otro lado de la Montaña Urugudu. Para hacer nuestro viaje más fácil, nos subimos en mi carruaje y nos conduje hasta ahí. Podría ser un viejo herrero cascarrabias, pero eso no me detenía de criar un poderoso Hanba que me llevara adonde sea que deseara ir.
Una vez llegamos al gran muro que rodeaba la ciudad, condujimos en el camino paralelo a ella hasta llegar a los resistentes riscos de la Montaña Urugudu. Aquí, grabada dentro de la dura piedra se encontraba la entrada a la forja, la Boca de Behemoth. Era gigantesca, extendiéndose por encima de los edificios cercanos, con un gran rostro de monstruo grabado en ella.
Se decía que los ojos podían ver más allá de los muros de la ciudad, observando a cualquier enemigo invisible que se atreviera a acercarse a este majestuoso lugar. La leyenda dice que cuando alguien se atreviera a bloquear su mirada, entonces Behemoth se tragaría la suerte de esa dwarf y la escupiría en forma de maldición o mala suerte para traerlos rápidamente a su perdición.
Uno no se molestaría en creer en tontas supersticiones, pero, el antiguo Rey sí que construyó un gran museo en su propio honor justo en frente de la Boca de Behemoth. En ese entonces, bloqueaba por completo la vista de la puerta, pero ahora… solo quedaban los restos del edificio.
"¿Esta es la Gran Forja Urugudu?" preguntó Sir Seryanna.
"¿Hm? Sí. Pueden observar el grabado de Behemoth en los muros. La gran bestia es la mascota de Urugudu, pero hay quienes creen que en realidad es la mascota de Andaryos, no de Urugudu. Para mí, es solo el dibujo de alguien con buena imaginación."
"¿No temes molestar a los dioses comportándote de esta forma?"
"¡Nah! ¡Si los todopoderosos dioses se enojaran solo por algo de este nivel entonces ya habrían destruido el mundo! ¡Hahaha!"
Tan pronto pusimos un pie dentro, sentimos el ardiente calor viniendo de las Flamas de Urugudu. Los dwarfs que estaban trabajando aquí sudaban como un Hanba en un día de verano, pero que rápidamente se movían para preparar la Gran Forja una vez más para ser utilizadas por nosotros los dwarfs. Tomaría al menos otros veinte días antes de que este lugar fuera lo suficientemente bueno para empezar.
"Síganme e ignoren a las ocupadas abejas."
A diferencia de ellos, nosotros no estábamos tan perturbados por el calor. Yo estaba vistiendo un conjunto de ropas encantadas para protegerme de las altas temperaturas, además de mi propia habilidad especial para ayudarme a aguantar.
En términos de tamaño, la Gran Forja Urugudu era absolutamente gigantesca. Era tan grande como para caber todos los dwarfs de la ciudad capital, pero aquí había canales llenos con lava fluyendo por todo el lugar. Cada uno era utilizado para calentar una serie de calderos de metal grandes encantados con magia para que ellos mismos no se derritieran cuando los minerales en su interior se volvieran líquido. Junto a ellos se encontraban las forjas que también se calentaban con la lava. Usando encantamientos de viento en las pipas de metal, no había porque preocuparse del humo, todo era succionado fuera de las forjas y guiado hasta afuera encima de un acantilado, muy lejos de la ciudad.
Ahora, profundo dentro de este lugar, espalda a espalda con el volcán mismo, ¡se encontraba la más grande forja en el mundo!
Cuando estabas de pie en frente de ella, podías sentir la abrumadora presión del calor dentro de su vientre y de toda la Energía Mágica irradiada por todos y cada uno de los ladrillos utilizados para construirlo. Todos ellos fueron encantados por los grandes dwarfs del pasado, y en sí mismo era una maravilla de su habilidad y su ingenuidad.
Yo era el más grande herrero en el Imperio Trindania, pero cuando me comparaba con las leyendas del pasado, me sentía pequeño e insignificante. ¡Ni siquiera en mis más salvajes sueños podría haber diseñado una forja tan perfecta y magnifica!
Debido a que las fundiciones utilizaban el flujo de lava de la Montaña Urugudu para calentar los metales, los metales forjados terminarían obteniendo un poco de magia del espíritu de la tierra, incrementando su fuerza y dureza. También, nuestra ciudad capital estaba segura de la ira del volcán más que nada gracias a esta forja, la cual nunca permitió que la presión dentro de la bolsa de lava bajo nuestros pies alcanzara la barrera crítica.
La forja misma se miraba como un majestuoso dwarf de piedra que separaba el flujo de lava detrás de el en dos corrientes idénticas. El dwarf solo se mostraba de su cintura para arriba, y la entrada a la forja estaba justo en el medio de su pecho. Un tramo de escaleras con seis grandes escalones se extendía en frente de él. Cada uno representaba un mes del calendario dwarf, y en la noche, gracias a un complicado sistema de espejos de plata, la luz de la luna se reflejaba desde el exterior para iluminar su escalón correspondiente.
Hace mucho, mucho tiempo, se decía que ciertas espadas solo podían ser forjadas en meses específicos. Esta vieja superstición era mantenida en alta estima incluso ahora.
"¿Así que donde están las Flamas de Urugudu? El Emperador le dijo a la Princesa que necesitabas nuestra ayuda con ellas." Preguntó Sir Seryanna.
"¿Las Flamas de Urugudu? Pero si las están viendo." Dije apuntando a las dos corrientes de lava a la izquierda y derecha de la forja.
"¿Perdón?"
"La Gran Forja Urugudu no utiliza fuego para calentar los minerales con los que creamos nuestras espadas, utiliza la ardiente lava de los pozos de la montaña."
"¿Y en donde exactamente se encuentra este Martillo de Umidaba?"
"Bueno, primero iremos al área de forja. Se encuentra dentro del gran pecho del dwarf. Ahí, entraremos por una de las corrientes de lava y nadaremos hasta llegar al corazón de la forja, un pozo de magma localizado justo debajo del Templo del Dios del Fuego."
"Ya veo la razón por la que había lava en ese lugar." Dijo Sir Seryanna.
"Sí, pero hasta recientemente no había la presión suficiente adentro para elevar el nivel de la lava de esta forma. Lo que sea que hicieses hace unos días, ¡por poco y provocas que la montaña vuele en mil pedazos!"
"Me disculpo."
"No te preocupes, ¡solamente casi provocas un cataclismo que habría borrado sin excepción a todo Exaver del mapa!"
"Ugh."
Luego de divertirme un poco, guie a las dos dentro de la forja. El calor aquí era tan alto que incluso yo estaba empezando a sudar. Pude haber dicho que íbamos a nadar en lava, pero esperaba que ellas simplemente pudieran hacer algo con su poderosa magia. Si yo ponía un pie en esa cosa, mi barba no sería la única que terminaría incendiándose.
Mientras yo me preocupaba por estas cosas, las dos ni siquiera mostraban una seña de molestia por la temperatura.
Estas dragonesas sí que son algo más…
Adentro de este lugar, miré el Yunque de las Edades, el cual se decía era una de las herramientas necesarias para forjar armaduras y armas Legendarias. Estaba colocado justo en donde estaría el corazón del enorme dwarf de piedra, y su base se decía que alcanzaba más de 20 metros de profundidad por debajo del piso. Era un yunque encantado hecho de aleación Celestio-Zaradio. Fue hecho para ser casi totalmente indestructible, así que incluso si quisiéramos, no podríamos rasguñarlo, agrietarlo o fundirlo en otra cosa. El Yunque de las Edades fue hecho con un solo propósito, y ese era ser usado en combinación con el Martillo de Umidaba.
Me pregunto si tendré alguna oportunidad de usarte. Pensé mientras pasaba mi mano por su brillante superficie.
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