100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-55.1

Capítulo 55: Hace Nueve Meses (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios]

Actualmente estaba de pie en el medio de la sala del trono del rey del Reino Albeyater, sosteniendo una bomba nuclear encima de mi cabeza y amenazando con destrozar a toda la capital incluyendo a mi novia y amigos.

¿Estaba loco?

Esa era una forma ambigua de ponerlo.

Toda esta farsa empezó hace nueve meses, en aquella primera vez que conocí al dragón sentado en frente mi…

Feryumstark Seyendraugher era un hombre imponente en muchos aspectos. Él era un gobernante justo con un agarre de hierro sobre aquellos que quisieran ir en contra de él, pero últimamente, se encontraba un poco fuera de sí. La razón principal era su esposa, Elliessara, quien había sido envenenada hace 38 años por un presunto embajador humano.

Normalmente, uno pensaría que su ira y enojo contra mi especie alcanzaría alturas inimaginables, pero no este no era el caso que llegué a aprender.

De solo estar de pie en frente de él, recordé lo que sucedió esa noche…

[Hace nueve meses]

Estaba de pie en frente del rey del Reino Albeyater, Feryumstark Seyendraugher, y detrás se encontraba su amada esposa enferma.

El dragón estaba leyendo las cartas que recibió de Brekkar y su hija, Elleyzabelle. Mientras tanto yo esperaba en la ventana, rezando en mi mente no ser asesinado. Estaba temeroso, terriblemente temeroso debido a que este dragón sobrepasaba mi imaginación. No era solo de aspecto poderoso, él en verdad era un monstruo real con fuerza incalculable. Para ser honesto, ni siquiera veía a Kataryna capaz de ganarle.

Al mismo tiempo, yo, un héroe humano, estaba esperando por su veredicto…

"Ambas son genuinas." Dijo mientras se calmaba un poco.

La sed de sangre del aire se esfumaba, y podía sentir que mi tenso cuerpo se relajaba.

"Lo se… pero aun así fue atemorizante."

"Mis disculpas. El último humano en el que confié… no terminó siendo muy honesto que digamos." Mientras decía esto se volteó a ver a su durmiente esposa.

"Para ser honesto, ese es un movimiento sabio de su parte no importa la especie."

"Cierto. La carta de Brekkar me dijo algo intrigante… al parecer tú no eres de este mundo."

"Ah, sí. ¿Le gustaría escuchar mi historia? Tomará algo de tiempo por supuesto."

"Claro que me encantaría. Toma asiento. Iré a decirle a las sirvientas que nos traigan unos aperitivos y algo de té." Me dijo apuntando a la silla junto a mí.

"Lo aprecio, gracias." Asentí y sonreí.

"Honesto… me agrada eso." De igual manera el sonrió.

Sus palabras me confundieron un poco.

Después de sentarme, el rey fue a la puerta y sin abrirla, le ordenó a su sirvienta al otro lado que nos trajera lo que me ofreció. Cuando escuchó la respuesta confirmatoria, Feryumstark regresó y colocó una silla en frente de mí, en la se sentó.

"¿Así que donde debería empezar? ¡Ah sí! ¡La Tierra!"

Entonces empecé a contarle sobre como fui enviado a este mundo, como conocí a Seryanna, Kleo, Brekkar, luego Kataryna y Iolaus. Le dije cuando conocí al comerciante en Toros, y de cómo terminé conociendo a Draejan. No olvidé decirle acerca del evento que sucedió en Pertiko y de cómo conocí a otro de los de mi gente, pero si omití los detalles íntimos y personales de la historia. De alguna manera dudaba que el rey quisiera saber que tan bien besaba Seryanna.

Básicamente, no le dije una sola mentira, solo la verdad.

Alguien podría decir que era un movimiento estúpido de mi parte. Incluso yo mismo me lo hubiera dicho. La información en este mundo podría significar la diferencia entre la vida y la muerte, sin embargo, ¿me encontraba en una posición donde pudiera mantenerla para mí? Estaba en frente del mas poderoso dragón en el Reino Albeyater, cuya esposa había sido envenenada por un mentiroso y rastrero humano. Si quisiera tener una mínima pizca de oportunidad de recibir ayuda de él o de probar que estaba de su lado, tenia que dejarlo conocer la verdad, la cruda y pura verdad.

"Y entonces finalmente decidí que desperdicié el tiempo suficiente esperando, arrojé a un lado todas mis preocupaciones y miedos, me adentré en el palacio y me encontré con Seryanna. Después de un poco de plática, me propuse a ella, esto fue hace varias horas. Justo luego de dejar su habitación vine hacia acá." Dije asintiendo y terminando mi historia.

"Así que es su esencia la que está emanando tu cuerpo." Sonrió.

"Así es."

"¿Cómo te sientes respecto a la posibilidad de casarte con una dragonesa?"

"Para ser honesto, bastante emocionado y feliz. Amo a Seryanna, es por eso que quiero quedarme a su lado por todo lo que me quede de vida."

"¿Y que si los reyes héroes humanos de este mundo te piden que la traiciones o dejes?"

"¡Entonces espero que ya tengan reservado un lugar en el cementerio porque no hay manera alguna de que yo vaya a hacer algo como eso! Preferiría mil veces ser un traidor hacia la humanidad y abrazar a la mujer de mi vida que perderla y obtener algunos puntos con algún humano desconocido." Apreté mi puño y sin quererlo liberé un poco de instinto asesino.

Cuando me di cuenta de esto me tranquilicé y me disculpé.

"Me agrada tu reacción, Alkelios. Si hubieras mentido o mostrado duda justo ahora, habría sido más cuidadoso de ti, pero puedo ver que tu corazón y tu cabeza están en el lugar adecuado. Seryanna encontró un buen compañero en ti."

"Compañero suena un poco raro para mí, ¿esposo tal vez?"

"Para los dragones es la misma cosa, así que no lo tomes como una ofensa joven."

"Muy bien, lo recordaré."

"Ahora, mencionaste que curaste a Brekkar, y su carta me confirma esto. A pesar de que es duro de creer para mi… pero si es la realidad, entonces tu eres uno de los más grandes alquimistas de este reino. No, debes ser uno de los más grandes alquimistas de todo el continente." Se cruzó de brazos y agachó la mirada, pensando sobre algo.

"¿Qué tal si veo si puedo curar a su esposa la Reina también?" 

El rey levantó su cabeza y me miró con sorpresa.

"¿Así como así? ¿Qué es lo que quieres a cambio?"

"Nada en realidad."

El rey se quedó atónito ante mi respuesta.

"Hm, pero supongo que no pedir nada sería grosero. Aun así, es la verdad cuando digo que no hay nada que quiera como recompensa en particular. No por ahora al menos, tal vez después o tal vez nunca, pero lo que sí sé es que, al curarla a ella, estaré ayudando a este reino y a usted. Este reino es amado y protegido por Seryanna y por Brekkar, quien es mi amigo. Si puedo ayudarlos a ellos dos, así lo haré."

"Eso es muy generoso de tu parte."

"Lo que quiero, y que no está conectado con este asunto, es ver si puede resolver el problema con Draejan."

"Hm… No puedo hacer eso."

"¿Por qué no? ¿Le importaría explicarme?"

"Eres un humano proveniente de la Tierra, así que no conoces el modo en que funcionan las cosas por aquí. Legalmente hablando, él no fue en contra de mis órdenes ni abusó de su poder si lo miramos desde estándares draconicos. Por otro lado, tu perdiste un duelo contra él, rompiste la promesa hecha durante el duelo e incluso tomaste la castidad de su prometida legal, encima de todo, eres un humano sin ningún tipo de rango noble, mientras que él es el hijo de un Duque además de ser mi nieto. Hablando francamente, él tiene el mismo derecho de sentarse en el trono tanto como la Princesa Elleyzabelle. Políticamente hablando tu eres un intruso en este reino, así como un humano, una especie que está en guerra con nosotros actualmente, mientras que él es un dragón con sangre real fluyendo por sus venas además de ser un respetado miembro de la nobleza de este reino. Básicamente, tú no tienes absolutamente ningún punto de vista desde el cual yo pueda disolver su matrimonio con Seryanna, no importa cómo llegó a suceder. Al mismo tiempo, si no fuera por tus amigos dragones, en especial Kataryna y Brekkar, yo habría ordenado que te tomaran en custodia y te metieran a la cárcel por allanamiento."

Todo lo que dijo era absolutamente correcto. Yo no tenía nada en lo que apoyarme en este reino, y solo con encontrarme con Seryanna quebré más reglas de las que podía contar. Tal vez arrojarme a prisión era uno de los castigos más piadosos que podrían otorgarme.

"No hay alguna manera en que pueda hacer que todo eso simplemente… ¿desaparezca?"

"Si me pidieras esto como u recompensa por salvar a mi esposa, tal vez. Podría ser visto como que fui forzado a darte el perdón, pero tu reputación ante los nobles, así como ante mi hija disminuiría como resultado. Ante sus ojos no serias diferente de cualquier otro humano."

"Eso, sería algo que quisiera evitar."

Escuchar esto me hacía sentir bastante desalentado.

"Usualmente, en tal situación… hacer desaparecer las cosas que uno hizo con anterioridad es bastante difícil. También está en juego el asunto de las naciones vecinas. Albeyater recibe apoyo de guerra cada vez que vamos a la batalla en contra de las armadas humanas. Nosotros somos la línea frontal, así que tomamos la mayor parte de la arremetida. Sufrimos de más perdidas, así que los otros reinos lo compensan a través de ofrecimientos como oro, armas, comida o dragones. Este intercambio es altamente dependiente de la forma en que los políticos tienen una imagen de mí."

"¿La imagen que tienen los políticos de usted?"

En mi mente, no podía ver como se relacionaban una con otra. Los asuntos internos de Albeyater eran solo de ellos, así que ¿por qué importaba si el rey se miraba de una manera adecuada ante ellos? Y, además, que implicaba todo debido a que él se había recluido a sí mismo en su habitación desde que su esposa fue envenenada.

"Los dragones tenemos una esperanza de vida muy larga y algunos tenemos una memoria remarcable. En las afueras de este reino, incluso aunque no he pisado en el ámbito político por un tiempo, aun soy visto como un poderoso y dominante rey dragón. Si un humano viniera y me obligara a hacer un trato con él, los otros reinos lo verían como si me hubiera dado por vencido al acto de mi esposa sucumbiendo ante el veneno. Ellos usarían esta oportunidad para apuntarme como alguien que no es de fiar y empezarían a retener su apoyo de guerra hacia nosotros. Por ende, esto conllevaría a un duro golpe hacia mi reino y nos haría vulnerables ante una futura invasión." Todo esto me lo explicó con sus ojos cerrados.

"Y eso no es todo, ¿verdad?"

Abriendo sus ojos, me miró y respondió "No. Un reino es sostenido y apoyado por sus plebeyos, pero los nobles son aquellos que los lideran, mientras que el rey lidera a los nobles. Cualquier cambio que el rey efectué debe ser aprobado por los nobles antes de que el anuncio llegue a los plebeyos. Si ocurren fallas en seguir este proceso, podría incluso terminar en tiranía y rebelión. Por supuesto, esto no aplica cuando el rey es el bueno y los nobles son los corruptos. En ese caso, el rey y los plebeyos son parte de la rebelión, mientras que los nobles son aquellos quienes retienen el poder."

"En otras palabras, ¿perder la confianza de los países vecinos significa perder la confianza de los nobles dentro de tu reino?"

"Precisamente. Si los del exterior me ven débil, es en su mejor interés el reemplazarme. Por lo tanto, una rebelión sería apoyada por el exterior a través del apoyo de guerra que era supuesto para ir hacia mis tropas. Esto no significa que un rey confiable de un paso al frente para hacer el trabajo. Hay una alta probabilidad de que toda la rebelión sea liderada por los nobles corruptos, llevando así a la ascensión de un tirano al trono."

"¿Fuera de la sartén para caer en el fuego?"

"En efecto."




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