100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-53.2

Capítulo 53: El Regreso del Héroe Humano (Parte 2)



Era un Verdadero Despertar Avanzado, al igual que el de Kataryna, y para ser franco, lo alcancé mucho antes de alcanzar el Nivel 1000. Hablando del tema, tan pronto como me convertí en mitad dragón, mi nivel se reinició a 1, pero por suerte, mantuve todas mis habilidades.

Estaba tan sorprendido por esto, que pasé todo un día solo mirando mi ventana de estado y preguntándome si no había comido algún hongo venenoso que me hiciera ver cosas.

Aunque no era algo tan malo en sí, mis estadísticas base eran más altas comparadas a cuando era humano Nivel 1. Solo en fuerza tenía 300 puntos, por lo tanto, era mucho más fuerte que la primera vez que puse un pie en el Bosque Seculiar.

Después de eso, entré en un estado que solo podía ser visto como un festival rutinario por alguien familiarizado con los juegos de ‘Hack and Slash’. Todo lo que hice fue subir de nivel, elevar mis habilidades, comer y dormir.

No me tomó mucho tiempo alcanzar la calle principal después de un deseo interino, pero incluso dentro de la gran capital, el aire se sentía que había cambiado desde la última vez, era pesado, y todo mundo miraba a sus alrededores con precaución. El número de soldados era increíblemente alto, la mayoría perteneciente al Ejército Brekkar. Sus armaduras y escudos mostraban su respectivo emblema: dos espadas cruzadas sobre un río.

Curioso al respecto, me acerqué a un puesto de comida cercano y compré algo. Pagué con algunas de las monedas que Kataryna me había dado hace nueve meses. La deuda que estaba acumulando con esa dragonesa no era broma…

"Oye, ¿tienes idea de que sucede con tantos soldados últimamente?" pregunté casualmente mientras limpiaba una de las manzanas que compré y la mordía. "¡Oh! ¡Está jugosa!"

"¿Verdad que sí? ¡Mis manzanas son cosechadas con la mejor magia nutricional que pueda haber! ¡Garantizadas de estar libres de plagas y de tener un sabor delicioso!"

¿Está ignorando mi pregunta?

"Joven, eres nuevo en la ciudad ¿verdad?"

"¡Mhm! Llegué aquí hace no mucho esperando ser aceptado en el Gremio de Aventureros."

"¿Es así? Aunque, ¿no eres un poco joven para eso?"

"No señor. ¡Mi padre decía que es mejor empezar joven para así tener la experiencia necesaria para cuando fuera a Despertar!" le mostré una sonrisa infantil luego de decirle una gran mentira.

"¡Ah! En efecto tiene razón. Cierto. Cierto."

"Acerca de mi pregunta previa…"

"Bueno, no se mucho yo mismo, pero aparentemente ese nuevo dragón que va a convertirse en el general del Ejército Brekkar ya está tomando cartas en el asunto con sus propias manos y empezó a reorganizarlo. Muchos jóvenes que vi el día de hoy querían unirse, pero con todo respeto… todos se miraban como rufianes."

"Entonces, ¿es malo?"

"No, no exactamente… Bueno, depende de lo que el nuevo general vaya a hacer una vez que sea nombrado oficialmente al cargo, pero ahora mismo, la gente está muy cautelosa de sus tropas. No son lo mejor que el reino pueda ofrecer. Incluso escuché que algunos de ellos cometieron crímenes como violación y robo, pero nunca se les castigó por ello."

"¿Cómo puede ser posible? ¿No está eso mal? ¿Qué se supone que el palacio hace al respecto?" pregunté un poco más mientras mordía mi manzana.

"Nada realmente…" se encogió de hombros "Los oficiales siguen diciendo que es algo de esperarse que uno o dos soldados se pasen de la raya. Bueno, los únicos que hacen algo al respecto son esos tres al mando de la Tercera Princesa."

"¿Esos tres?"

"Sir Kataryna Greorg, Sir Seryanna Draketerus, Sir Thaaraer… Thrakea… ¡Ahem! La hermana menor de Sir Seryanna."

"¿Qué fue lo que hicieron exactamente?"

"Bueno, son las únicas a las que no les importa romper varios de sus huesos o de matar a uno o dos. Recientemente, cuando ellas caminan por las calles, los soldados hacen espacio para que pasen o se esconden de ellas. Les infundieron miedo de una manera increíble, y hay un rumor que dice que a menos que sea una orden del Rey o de la Tercera Princesa, no escuchan ninguno de los comandos de los otros nobles, lo cual es bueno para nosotros los plebeyos."

"¿Con que hicieron eso? Bueno, era algo que podría esperarse de ellas, ¿pero incluso Kleo?" murmuré para mí.

"¿Dijiste algo?"

"Nada, solo hablaba conmigo mismo, ¡pero gracias por la información y por las deliciosas manzanas!"

"¡De nada! ¡Vuelve cuando quieras!"

Arrojé las manzanas restantes dentro de mi anillo [Bolso] y tomé una tira de carne seca sazonada de mi habilidad almacén. El cocinar era algo que quería aprender por mi cuenta, no quería perder puntos en algo tan simple.

Ya era hora de encaminarme hacia el palacio, pero justo cuando iba a darme la vuelta, dos soldados me bloquearon el paso. Estaban sonriendo y mirándome abajo. Uno de ellos tenía escamas azules mientras que el otro tenía escamas verdes. Ambos estaban en sus formas antropomórficas.

"¡Tú el de ahí! ¿Eres nuevo en la ciudad?" el que me preguntó fue el de la derecha, haciendo que varias miradas nos voltearan a ver.

"Erm, algo así…"

"Muéstranos tu placa de identificación."

"¿Mi qué?"

"¿Oh? ¿No tienes una? ¿Eres alguien que entró sin autorización entonces?"

"Sí." Me encogí de hombros.

"¿Qué?" dijo parpadeando de la sorpresa.

Supongo que no esperaban que fuera tan franco en mi respuesta.

"¡Oi! ¡Oi! ¿Hablas en serio?"

"No necesito una."

"¿A qué te refieres con que no necesitas una? ¿Huh? ¿Te estás burlando de nosotros?" preguntó el de escamas azules mientras desenvainaba su espada.

"¡Definitivamente se está burlando de nosotros! No tiene una placa de identificación, así que DEBEMOS reprenderlo ahora, ¿no es así?"

"¿Hm? ¿Qué es esto? ¿Algún tipo de juego de intimidación?"

"¡Mocoso! ¡No te pases de listo con nosotros!" dijo intentando agarrar mi collarín.

Tomé su mano y entonces… la quebré.

El ruido hizo que todo mundo guardara silencio.

"¡AAARGH! ¡MI MANO!"

"¡Eso es todo! ¡Tú te lo buscaste!" el otro me amenazó e intentó cortarme con su espada.

La detuve con dos dedos agarrándola de la cuchilla, y tiré de ella zafándola de su agarre.

"¿Qué es esto? ¿Un picadientes?" pregunté mientras la partía a la mitad con facilidad.

El dragón se puso pálido.

"Hm… ¿puedes volar?"

Tragando saliva dijo "No… no tengo alas…"

"Has que te crezcan algunas." Sonreí y lo agarré por el cuello arrojándolo en el aire.

"¡GYAAA!" gritó antes de aterrizar en algún lugar fuera de la ciudad.

"¡Por favor! ¡Lo siento! ¡Me rindo!" el otro soldado empezó a rogar mientras trataba de correr.

"¡Tú también necesitas volar!" sonreí y lo agarré de su cola arrojándolo en el aire tras su amigo.

Este tipo tenía alas, así que tal vez no iba a terminar tan herido. Ambos tenían un nivel pasado del 100, así que era improbable que murieran de la caída, pero no garantizaba que no tuvieran huesos rotos.

"¡Bueno, esa es la manera en que se saca la basura!" 

Sería una mentira si dijera que no deseé que ocurriera esa situación tan ocurrente y estereotipada. Prácticamente rogué porque apareciera algo de carne de cañón, pero así era más divertido.

Era pasado del mediodía, y la flecha me estaba dirigiendo al castillo. La razón por la que no la seguía directamente era por las complicadas calles de este lugar. También, la flecha no apuntaba a la entrada del palacio. Si la hubiera seguido habría llegado a un punto muerto o a algún muro.

Mientras yo me dirigía hacia allá, el Rey probablemente estaba manejando su parte del trato reuniendo a todos en la sala en este momento. La reunión iba a ser una divertida, y esperaba que mi actuación fuera una que disfrutaran tanto él como Kataryna. También estaba 100% seguro que Seryanna iba a terminar regañándome o llevándome a su habitación. 

[Punto de vista de Feryumstark]

Al mediodía, reuní a los nobles de mi Reino en la sala del trono para un anuncio especial. El hijo del Duque Doesya estaba aquí presente junto con su apdre. Habia varios Marqueses y Barones de las afueras del Reino, especialmente de los alrededores del Campo de Batalla Cicatriz. Mi tercera hija, Elleyzabelle, estaba aquí también junto a sus tres ayudantes, Seryanna Draketerus, Kataryna Greorg y Thraherkleyoseya Draketerus. Así mismo, Brekkar también estaba presente, parado a un lado mío, vistiendo su vieja armadura y mirándose más vivo que nunca.

Muchos aquí se estaban preguntando por qué un viejo general como él estaba en esta reunión y también por qué parecía que nunca fue tocado por alguna enfermedad, solo por la edad. Yo sabía la respuesta a esta pregunta, pero hasta ahora todavía tenía que hablar con él respecto a Alkelios.

Aparentemente su aprendiz, el antiguo Paladín Iolaus von Striggnyark lo acompañaba. Me hizo un poco curioso el por qué ese mocoso había desistido de su posición como Paladín, pero al ver que era el prometido de la nieta de escamas negras de Brekkar, tenía el presentimiento de que Alkelios tenía algo que ver al respecto.

Ambas nietas de ese dragón estaban destinadas a grandes cosas, y no eran del tipo de dragones que se miraran débiles tampoco. Podía apostar mis escamas a que ambas eran lo suficientemente fuertes como para ser comandantes en un campo de batalla.

"Pad… Su alteza, ¿se encuentra bien?" el que preguntó fue mi hijo Elovius.

Casi se le sale un desliz en el habla.

El chico siempre estaba preocupado por mí y su madre. Desde que Elliessara fue envenenada, él mostró un carácter remarcablemente fuerte, así como un comportamiento rígido y estricto para ocultar cualquier debilidad potencial. Se ponía en ese papel debido a que de entre todos mis hijos, él era el que más se preocupaba por nosotros.

"Me pregunto por qué tanta emoción." Dijo Kataryna con un suspiro de aburrimiento.

Esta era un individuo peligroso. Ella podría dejar este lugar si sentía que no importaba para ella, así que le lancé una mirada y le mostré una sonrisa.

La dragonesa se sorprendió y me sonrió de vuelta.

"Tal vez me quede un poco más." Dijo cruzando sus brazos.

Entre aquellos como nosotros no había necesidad de palabras para dar a conocer nuestras intenciones.

Ahora, todo lo que queda es esperar que Alkelios aparezca… me pregunto qué es lo que va a mostrarnos. Pensé mientras enfocaba mi mirada en las puertas frente a mí.




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