100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-52
Capítulo 52: Nueve Meses y un Huevo
[Punto de vista de Seryanna]
Ahora, cuando el tiempo para que mi amado Alkelios regresara estaba a la vuelta de la esquina, me encontraba sosteniendo la mano de Collentra mientras atestiguaba el milagro de la vida.
"¡Vamos, solo un poco más y el huevo saldrá! ¡Tú puedes hacerlo!" Kataryna animaba mientras sostenía una toalla limpia en su mano.
"No sé si debería estar asombrada o aterrada…" dijo Kleo.
"No seas grosera. ¡Dar a luz tampoco es una tarea fácil para nosotras!" dije lanzándole una mirada.
"Justo como la escamas rojas dijo, ¡si sigues escabulléndote en la habitación de Iolaus de la misma forma cada noche, un día tú también terminarás siendo pesada también!" Kataryna la molestó.
"¿Q-Qué? C-Como lo sabes… No, por qué crees que yo… No, ¿realmente piensas que puedo quedar embarazada?"
La dragonesa estaba un poco confundida acerca de cuál pregunta hacer primero, pero no parecía estar tan en contra del todo con la idea. ¿Tal vez terminaré siendo tía pronto? ¿O tal vez ella?
"¡Dejen de soñar despiertas ustedes dos! ¡Está a punto de salir!" Kataryna nos gritó.
"Dejen de gritar… ¡O LAS ESTRANGULARÉ A TODAS!" gritó Collentra.
"Cariño… ¿te encuentras bien?" preguntó Bayuk.
Él estaba de pie en la esquina del cuarto, sosteniendo un gran escudo redondo en sus manos y vistiendo un casco en su cabeza.
"¡NO!" gritó y ella y lanzó un aliento de fuego hacia él.
"¡Ah! ¡No me quemes!" lloró mientras se ocultaba tras su escudo.
El propósito de su equipo era evitar los repentinos ataques de su esposa. Durante estos tiempos, los hombres eran absolutamente inútiles…
"¡TODO ESTO ES TU CULPA!"
"En realidad, también la tuya." Le dije.
Me observó y alejé la mirada.
Después de unos cuantos pujones más, el huevo finalmente salió. Collentra dejó salir un suspiro de alivio y Kataryna lo limpió. Kleo estaba mirando abajo a sus caderas y sacudiendo su cabeza, repitiendo la palabra ‘imposible’ en un pequeño murmullo.
"¡Es uno grande y saludable!" declaró la dragonesa plateada.
Bayuk se deshizo de su escudo y casco y se acercó.
Ella me lo pasó, y yo cuidadosamente lo sostuve en mis manos.
"No te ves tan mal como madre." Collentra se rio mientras me miraba.
"Tal vez…" dije con una sonrisa suave mientras me acercaba al lado de su cama y ponía con cuidado el huevo en sus brazos. "Pero es tu huevo, no mío." Sacudí mi cabeza y me hice a un lado para dejar que Bayuk echara un vistazo.
"Es hermoso, estoy orgulloso de ti, mi amor." Dijo el dragón mientras soltaba lágrimas de felicidad.
"Si… ¿me pregunto si nuestro bebé será niño o niña?"
"Eso lo sabrás cuando el huevo eclosiones en dos meses." Dijo Kataryna.
Todos miramos a la feliz pareja mientras sostenían su huevo recién nacido. Estaban bastante felices y no podían esperar por ver salir a su bebé. Hasta entonces, el pequeñín continuaría creciendo y absorbiendo Energía Mágica del aire alrededor de él.
Los dragones, a diferencia de los humanos, ponían huevos, los cuales eclosionaban en bebes. Dependiendo de cuantos llevara la madre, ella asumiría ya sea la forma de bestia parcial o total en la duración de su embarazo. Una dragonesa era conocida por poner desde uno hasta inclusive diez huevos.
De lo que aprendí estos días pasados, el cascarón estaba ahí solo para ayudar al bebé a absorber Energía Mágica y protegerlo de posibles depredadores o enfermedades. Podía sobrevivir el calor de un horno y una caída de una altura de 100 metros debido a que estaba infundido con una poderosa Defensa Mágica. El día que él bebé estuviera a punto de salir, el hechizo se desvanecería y el cascarón se volvería tan frágil como una delgada capa de hielo. Una madre usualmente conocería por instinto cuando era el tiempo en que él bebé saldría.
Quitando este momento de felicidad cuando atestigüé la primera vez que un huevo era puesto, me encontré a mí misma teniendo una gota de preocupación en mi corazón, tanto para mí como aquellos a mi alrededor.
Nueve meses han pasado desde que Alkelios se fue a entrenar al Bosque Seculiar. Aunque sabía que se encontraba sano y salvo, en realidad lo extrañaba demasiado. Últimamente no había día en el que no pensara en él, e incluso estaba un poco celosa con respecto a mi hermana pequeña quien seguido le enviaba cartas a su amado en Tomeron. Por supuesto, todo eso era antes de que vinieran aquí a la capital a petición del Rey.
De acuerdo a lo que me dijo Kleo, ambos Iolaus y mi abuelo estaban avanzando espléndidamente en su entrenamiento, creciendo en fuerza con el pasar de cada día. Pero esto era debido más que nada a que ambos eran amigos de Alkelios y compartían los beneficios de su habilidad [Domador de Dragón].
Mientras tanto, yo también cambié, finalmente había Despertado, y todo era gracias a mi amado.
Quién hubiera sabido que necesitaría cumplir con tales requerimientos extraños para ser capaz de alcanzar mi poder.
Kataryna una vez mencionó que era increíblemente raro que alguien de Elemento Alto alcanzara el Despertar. Esto debido a la incrementada dificultad, así como a los complots dirigidos a los dragones de ese tipo.
Mis padres y mi abuelo lo hicieron bien al ocultar mi elemento de mi conocimiento, pero una vez Despertada, me percaté de cual se trataba, controlar y utilizar el fuego se volvió como una segunda naturaleza para mí, podía lanzar hechizos sin hacer cánticos, y cada hechizo que utilizaba era mucho más poderoso que la versión regular que todos utilizaban.
Estaba feliz, y siendo honesta miraba mi Despertar como algún tipo de regalo de parte del humano del que me enamoré. Con ello, las actitudes de aquellos a mí alrededor cambiaron, y no hubo muchos que se atrevieron a hablarme como si aún fuera una niña. No significaba que había olvidado sus actitudes altaneras hacia mí, pero yo no era nadie para tomar venganza o represalias sobre ellos. A los tontos se les debe dejar con su propia estupidez, a menos que se atrevan a intentar un movimiento, si lo hacen, tendrán que aprender a caminar sin una cabeza sobre sus hombros.
Mientras que yo cambié para bien, otros también lo hicieron, el Rey salió de su habitación y se sentó en su trono otra vez, aunque esto era solo por un periodo de tiempo corto en un par de días. Muchos temían que él finalmente se había resignado a la idea de perder a su Reina, mientras que otros creían que ella se debería estar sintiendo mejor.
Durante su primera aparición, su Majestad envió un mensajero directo a Tomeron a través del cual solicitaba la presencia de mi abuelo en la capital durante este año. No especificó una fecha exacta, meramente le ordenó que estuviera aquí en caso de que decidiera salir de su habitación otra vez. Como tal, al final del noveno mes después de la partida de Alkelios, él finalmente arribó a Drakaria, trayendo consigo a todos sus sirvientes de confianza, así como a su discípulo, Iolaus.
Su llegada no fue recibida con mucho entusiasmo por los nobles de la capital, y muchos le lanzaron miradas de lástima. Aunque era claro debido a que no sabían que mi abuelo estaba recuperando rápidamente su antigua fuerza.
Por ahora, él espera la convocatoria del Rey en su habitación privada en el palacio. La mayor parte de su tiempo la pasaba ya sea entrenando o platicando con la Tercera Princesa.
Para Iolaus, él fue raptado por Kleo ese día, y nadie supo noticias de ellos por los siguientes días. Cuando esto ocurrió, recuerdo que Kleo estaba bufando y entonces se apresuró a Iolaus en el momento en que lo vio. Ella ni siquiera se molestó en besarlo o recibirlo, lo tomó por el collarín y se lo llevó con ella mientras el clamaba por ayuda.
Ofrecimos una plegaria silenciosa, para que su sacrificio pudiera apaciguar al pequeño demonio.
El momento en que regresaron, Iolaus estaba tan pálido como un fantasma y apenas y podía caminar. No había tenido ni una pestaña de sueño durante esos días. Mientras tanto, Kleo era toda risillas y sonrisas.
Gracias a la presencia de Kataryna, no hubo ni un solo tonto que se atreviera a acercarse a nosotros con intenciones malvadas, pero si hubo unos cuantos que no aceptaban su persona y la desafiaban a un duelo. Ese día, el Primer Ministro Elovius se desmayó después de ver la cuenta del costo de las reparaciones en el muro sur. La dragonesa no fue blanda con ellos, especialmente después de que uno tuviera las agallas de compararla con una prostituta. Sus amigos necesitaron tres meses para sacarlo de ese bloque de hielo.
Aun así, el cambio más significativo que ocurrió durante este periodo de tiempo fue probablemente la manera en que Sir Draejan Andrakaryus Doesya empezó a comportarse. El antiguo Ejército Brekkar continuaba reuniendo soldados, alcanzando el doble de tamaño al de la época cuando mi abuelo lo lideraba, pero la mayoría de ellos eran ladrones perdonados y sinvergüenzas. También había rumores de una figura sombría al servicio de Draejan cuyo objetivo era amasar sus increíbles números. Nadie conocía su nombre, solo el hecho de que era visto a menudo cerca del noble draconiano o dando órdenes a los comandantes del ejército.
Con un ejército incrementado, los grupos entre los nobles empezaron a cambiar también. Muchos estaban apoyando a la joven promesa draconiana, muchos otros estaban pensando en unirse, mientras que la mayoría de ellos estaban esparciendo rumores acerca de la Tercera Princesa y de otros nobles. En esto, Kleo ha sido de mucha utilidad. Su habilidad con las sombras le permitía escucharlos sin ser detectada, y si por casualidad encontraba a alguien con malas intenciones, inmediatamente se lo informaba a Kataryna.
La dragonesa de escamas plateadas era vista como un símbolo de miedo en la corte. Tres meses después de que Alkelios se fue, varios nobles de rango Marqués y Vizconde pertenecientes al grupo de Draejan intentaron amenazar a la dragonesa y convencerla de que se uniera a su bando. El resultado fue una impresionante escultura de hielo colocada en el medio del jardín frontal del palacio, donde todos pudieran verla. Debajo de ella escribió: ¿Quién va a ser el siguiente?
Desde entonces, todos evitan su mirada y los nobles actuaron con un poco más de sigilo.
Hablando de mi relación con Draejan, no cambió. Siempre le lanzaba miradas heladas en cualquier ocasión que me encontrara con él. Si se atrevía a acercarse a mí, yo elevaba la temperatura hasta el punto donde se sintiera incómodo. Si Kataryna estaba conmigo, ella usualmente desenvainaba su espada o creaba una espiga de hielo en su mano, causando que él se diera la vuelta sin demora alguna. No respondía a sus palabras ni le ofrecía el placer de escuchar mi voz.
Era un infortunio que no pudiera hacerlo pedazos yo misma, todavía era muy débil comparada con él, pero era por mucho más fuerte si me comparaba a la época cuando aún tenía que Despertar.
"¿Todo bien Seryanna?" preguntó Kataryna.
Parpadeé sorprendida y la miré.
"¿Sí?" incliné un poco mi cabeza.
"Estabas un poco distraída."
"Lo siento… solo estaba pensando en algo…"
"No te preocupes, querida. Estoy segura de que volverá pronto." Me dijo Collentra con una amable sonrisa.
Asentí en respuesta.
Era verdad, lo extrañaba… lo extrañaba demasiado, pero tenía que esperar… si todo iba de acuerdo a lo que Alkelios había planeado, entonces yo solo tenía que esperar por él y rezar en mi corazón por que regresara a salvo…
[Punto de vista de Feryumstark]
"La fecha de la llegada de ese hombre se acerca…" hablé mientras dejaba salir un gran suspiro.
"¿Estás preocupado?" Elliessara, mi Reina, habló con un tono de voz suave mientras me enseñaba una sonrisa gentil.
"No. Él prometió que regresaría mañana. Confío en él incluso si se trata de un humano." Cerré mis ojos y recordé como fue que nos conocimos.
Alkelios Yatagai, un humano con una amante dragona, sosteniendo las pruebas de confianza de esa mujer, de mi buen amigo Brekkar y de mi propia hija. Incluso una de ellas hubiera sido suficiente para concederle una audiencia conmigo, pero con tres, no tenía necesidad de dudar de sus palabras.
Aunque encontré extraño que él no pidiera una audiencia con mi hijo, Elovius, pero viendo la gravedad de las cosas que discutimos después de nuestro encuentro, tal vez eso fue lo mejor.
"Por supuesto que confías en él." Dijo Elliessara riendo "Si no fuera por él, ya estaría muerta para ahora. Pensar que, de todos, un humano sería aquel que me permitiría pasar más tiempo a tu lado."
"Sus palabras hablan verdad, y yo solo nunca hubiera podido descubrir la pista de tal complot… pensar que alguien tendría la audacia de alterar tu té medicinal." Dije con un tono enojado.
Cuando escuché los detalles del veneno utilizado para asesinar a mi esposa, pude sentir como toda esperanza se alejaba de mi corazón. Era demasiado poderoso, sin una cura, o eso era lo que se decía. Alkelios fue aquel que destrozó esta pesadilla. Había una cura, pero él no tenía idea de cómo prepararla. La razón de eso era…
"Es algo horrible que se requiera de un Gran Alquimista Divino para hacer la cura…"
"Él lo hará…" dijo Elliessara.
"Eso espero, pero hasta entonces, tengo que ir y encontrarme con él en nuestro gran juego teatral, justo como lo decidimos en aquel entonces." Sonreí.
Era un plan muy astuto y ridículo. Uno del tipo que conlleva un gran riesgo, pero con una gran recompensa si sale bien, uno que nos pone a todos en peligro, pero que hará que todos muestren sus verdaderos colores, sus verdaderas intenciones. Es por eso por lo que hice enviar una convocatoria para el día de mañana a todos los nobles del reino que son de importancia en mi corte.
Si Alkelios demostraba ser un monstruo, un traidor, un asesino de parte de los humanos, entonces mañana el Reino Albeyater dejaría de existir, pero para que esto pasara, eso significaría que no solo la dragonesa de escamas plateadas, sino que mi hija y Brekkar estaban todos equivocados con respecto a él… Mi hija, tal vez… Brekkar, realmente lo dudaba. Esa vieja serpiente era mejor atrapando ratas que cualquiera de nosotros. Y Kataryna Greorg, esa vieja dragonesa que podía matar a un ejército entero por sí misma, ella era por mucho más astuta que lo que dejaba ver y mucho más vengativa con cualquiera que se atreviera a traicionarla.
[Punto de vista de Draejan]
¡Mañana iba a ser un gran día! ¡Tenía el presentimiento de que el Rey Feryumstark nos convocó a todos con motivo de proclamarme oficialmente a mí como el nuevo general del Ejército Brekkar, finalmente concediéndome el ascender hasta la posición que por derecho me pertenecía!
Tenía varias cosas que tenía planeado hacer tan pronto recibiera esa autoridad, aunque, en este punto, todo esto era una mera formalidad. El Ejército Brekkar, con excepción del nombre, estaba ya bajo mi control. Todos y cada uno de esos soldados fueron contratados para obedecerme a mí y a nadie más, incluyendo la familia real. ¡Tenía grandes planes para este reino! Y mañana… iba a ser el día cuando podría dar el primer paso para sacarlos a relucir y hacer que se volvieran realidad.
"Quien hubiera pensado que un encuentro al azar con un aventurero humano cuando era joven me llevaría más cerca al control de este… reino." Sonreí mientras miraba a la durmiente Drakaria por la ventana.
En este punto, ni siquiera Kataryna iba a ser lo suficientemente poderosa para detenerme, para Seryanna… ella iba a ser una simple decoración hasta que yo obtuviera todo en mi poder.
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