100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-50.2

Capítulo 50: Prueba de mi Resolución (Parte 2)


Seryanna estaba de pie en el lado opuesto de la habitación. Estaba vistiendo su armadura y tenía su espada desenvainada. Estaba apuntándola hacia mí, y la mirada en sus ojos era una que me decía que no estaba bromeando.

"Estas invadiendo los terrenos del palacio." Me dijo con un tono de voz duro.

"Lo sé." Asentí y di un paso adelante.

"¡Detente ahí mismo! Si te das la vuelta y dejas este lugar, no te mataré."

"Duras palabras, pero no lo harás, y no me voy a ir hasta que consiga lo que he venido a buscar." Dije y me acerqué.

"¡Dije detente! ¡Soy un Caballero Real! ¡Es mi deber detener a los intrusos!"

"Lo que vine a buscar esta justo delante mis ojos, ¿por qué habría de marcharme?"

"¡Porque te voy a matar por entrar sin permiso! Por… romper tu juramento con Sir Draejan, mi prometido."

"No me importa ningún estúpido duelo. No me importa que él fue forzado sobre ti como tu prometido." Entrecerré mis ojos y agarré su espada con mi mano.

Estaba vistiendo guantes de cuero, así que a menos de que ella pusiera algo de fuerza, no iba a cortarme tan fácilmente.

"S-Suéltala…" dijo, pero no empujó ni jaló.

"¿Qué es lo que tus deberes, lo que tus leyes te dicen que hagas?" le pregunté mientras jalaba la espada fuera de su agarre y la tiraba hacia un lado.

Ella se hizo para atrás hasta que golpeó la pared.

"Detenerte… M-Matarte… D-Defender el honor de mi prometido… y las… ¡las leyes de este reino!" dijo, pero estaba tartamudeando.

Me detuve cuando estaba a un solo paso de distancia de ella.

"No lo harás."

"¡Lo haré!"

"No." sacudí mi cabeza.

"¿P-Por qué sigues diciendo eso?"

"Porque me amas." Le mostré una amable sonrisa.

"¡No lo hago!" gritó y levantó su mano para abofetearme.

Agarré su mano antes de que pudiera hacerlo y la empujé contra la pared. Ella apartó la mirada.

"Seryanna… no vine aquí para vengarme de Draejan. No vine aquí para amenazarte o secuestrarte."

"¿Entonces por qué viniste?"

"Porque te amo, y solo te quiero a ti y nada más a ti…" solté su mano y retrocedí.

Seryanna era una mujer orgullosa, pero yo no estaba aquí para quebrar su orgullo o forzarla a que se entregase a mí. No era un animal… retrocedí porque quería que ella escogiera acercarse a mí.

Cuando dije esas palabras, unas cuantas gotas de lágrimas se formaron en las esquinas de sus ojos, pero ella no volteó a mirarme.

"Soy una dragonesa, Alkelios… no una humana."

"Lo sé."

"Soy un caballero… ¡tuviste un duelo oficial con el hombre que fue empujado sobre mi como mi prometido por el Rey a quien sirvo!" dijo, levantando el tono de su voz.

No estaba preocupado por el ruido, Kataryna dijo que ella iba a hacer algo al respecto, pero no sabía con exactitud que era. De cualquier modo, confiaba en esa dragonesa. Es por eso que pude mantenerme calmado, escuchándola, y respondiendo como si tuviera todo el tiempo del mundo.

"Un duelo que perdí debido a mi estupidez, pero cuyo resultado no me importa. Un Rey cuyas órdenes no puedo seguir debido a que soy un humano y cuyas órdenes están en contra de nuestro amor." Respondí mientras me quitaba mis guantes y los guardaba en un bolsillo.

"¿No tienes honor Alkelios?" preguntó observándome.

"No." sonreí.

"¿No tienes vergüenza o respeto por el Rey?"

"No realmente." Me encogí de hombros.

"¿Quieres que traicione a mi Rey?" dijo apretando su mano en su pecho.

"No." sacudí mi cabeza "Solo a Draejan."

"Alkelios, ¡el Rey me dio la orden directa de casarme con Draejan! ¿Quieres que vaya en contra de esta orden?" me preguntó con lágrimas en sus ojos.

"Sí."

"¿Por qué? Por qué debería traicionar a mi reino, mi familia, mi Rey, y a mi futuro prometido por ti, ¿un humano?" dijo a través de sus apretados dientes.

"Porque te amo."

"Esa no es una buena razón, Alkelios. ¡Me estás pidiendo que deje muchas cosas! ¡Me estás pidiendo que haga algo que cada fibra de mi cuerpo me dice que no haga!"

"¿Entonces por qué tiemblas y deseas venir a mi lado? ¿Por qué dices que cada fibra de tu cuerpo te dice que no cuando tu corazón está gritando por mí?" dije poniendo mi mano en mi pecho.

"Porque no sé si tu… si tu realmente me quieres… no sé si esto es solo un juego, un truco, o un hechizo… no sé si realmente me amas… cuando intenté confirmarlo, me hiciste a un lado una, dos… y entonces con el duelo… tres veces." Dijo con un suave sollozo mientras me miraba de vuelta.

Tomando un paso adelante, me miró a los ojos, y con lágrimas recorriendo sus mejillas, dijo "No quiero pasar por el mismo dolor una cuarta vez…"

"No lo harás…" y cerré mis ojos. "Deseo casarme con la dragonesa llamada Seryanna Draketerus. Deseo convertirme en su esposo y hacer una familia feliz junto a ella. Deseo convertirme en su amante y deseo que ella se convierta en mi amante. Deseo que Seryanna Draketerus se convierta en mi esposa. Si digo alguna mentira en este momento. Si los dioses están en contra de esta unión, entonces deseo que algo suceda dentro de los próximos cinco minutos que me aleje de este lugar." Abrí mis ojos y miré directo a los de ella.

"Alkelios… si dices algo como eso… si los dioses realmente están en contra… o…" ella rechinó sus dientes y bajó la mirada. Me agarró por el cuello de mi ropa y apretó fuerte como si ella misma no quisiera que me fuera. "Tonto… ¿Qué si realmente pasa?"

"Entonces vamos a esperar. Si sucede… entonces esto es lo que los dioses decidieron y no importa que tan poderoso me vuelva, nunca seré capaz de ir en contra de ellos. También podría significar que tal vez… alguien más está destinado para nosotros. Pero honestamente, no quiero a nadie más que a ti ahora mismo." Dije y levanté su mentón.

"¿Por qué yo? ¿Por qué una dragonesa que esta prometida para alguien más? ¿Por qué yo quien no puede ofrecerte apoyo en la política o en la milicia? ¿Por qué yo cuya voz en este reino es por mucho más débil que la de los demás?" preguntó con lágrimas en sus ojos.

"Porque amo cada parte de ti… y quiero que seas mía, así como eres ahora, sin despertar, sin voz en la política, sin poder en la milicia, sin bienes de valor económico. Quiero tus labios, tu abrazo, tu aliento, tu amor… todo lo demás es solo un… extra." Sonreí y traté de besarla.

Si ella se hacía para atrás, estaba preparado para detenerme, pero no lo hizo. Si me ella me empujaba lejos, estaba preparado para dejarme ser empujado, pero no lo hizo. Lo que ella hizo fue acercarse más a mí; mover sus brazos alrededor de mí y jalarme hacia ella; y saborear este beso como si fuese a ser el último de ella.

Mientras nos besábamos, el tiempo pasó, y cuando abrimos los ojos, le pregunté "¿Crees que ya pasaron más de 5 minutos?"

"Si…"

"Entonces soy tuyo…"

"Lo se… pero dentro… siento que estoy traicionando a todos, mi propio propósito como caballero. Incluso por el simple hecho de dejarte entrar a mi habitación sin inmediatamente decirte que te fueras es una ofensa… te escabulliste dentro del cuarto de una mujer prometida en el medio de la noche. Eso nadie lo vera bien…"

"No, no lo harán, ¿pero de que otra manera podría mostrarte mi resolución? Estoy dispuesto a convertirme en un criminal a los ojos de las leyes de este reino. Estoy dispuesto a echar a un lado cualquier orgullo u honor que tenga dentro de mí para estar contigo. Estoy dispuesto a escuchar a mi corazón en lugar de las leyes y palabras dichas por aquellos que ni siquiera me entienden a mi… o a ti."

"¿Y me estás pidiendo que haga lo mismo?" cerró sus ojos.

"Sabes, tal vez estás pensando mucho en esto, acerca de las consecuencias y de lo que otros dirán o pensarán. Por qué no solo… ¿ir con la corriente y ver a donde te lleva? Al final, toda esta traición de la que hablas terminará siendo perdonada o completamente ignorada."

"Ese es un muy riesgoso ‘tal vez’."

"Entonces, lo reforzaré una vez más."

Cuando dije esto, me arrodillé en frente de ella justo como lo había visto en todas aquellas películas en mi casa, y a pesar de que no tenía preparado ningún anillo, he estado pensando en este momento por los pasados dos meses. Después de todo, si iba a estar dispuesto a llegar tan lejos, tenía que comportarme como un hombre crecido y tomar completa responsabilidad hasta el mero final, sin jugar con su corazón y mostrar inseguridad con respecto a nuestro futuro. Tenía que mostrarle que esto era algo que yo quería, que estaba dispuesto a apostar el resto de años de mi vida en la felicidad que ella podía ofrecerme.

"Seryanna Draketerus, sé que soy joven y tonto. Sé que soy un humano y tu una dragonesa. Sé que eres un Caballero Real y yo ni siquiera estoy dentro del rango de plebeyo. Incluso así, Seryanna Draketerus, ¿serías mi esposa?" pregunté con un tono de voz claro y firme.

Para ser honesto, repetí estas palabras toda la semana pasada, pero decirlas en persona se sintió mucho más intenso de lo que había imaginado. Realmente, desde el principio, sentí que ella tenía más razones para rechazarme que para aceptarme. No creí estar preparado para un rechazo, y no sabía cómo iba a poder manejarlo. La intensidad del momento era simplemente demasiada y mi corazón se sentía como si fuera a explotar en cualquier momento.

No quería ser rechazado, y estaba firmemente convencido de que esto es lo que quería hacer, especialmente después de mi batalla y charla con Kataryna. Cierto, vine aquí desde otro mundo, llegué aquí desde un mundo mucho más avanzado que este, pero como un niño.

Si uno fuera a preguntar qué es lo que era hace dos meses, simplemente respondería: un chico de 18 años de edad quien estaba demasiado atemorizado de todos los cambios que sucedían a su alrededor a una velocidad que no era natural. Un chico de 18 años que hasta ahora nunca se molestó pensando seriamente acerca de su propio futuro y que es lo que le traerían sus propias decisiones. Un chico de 18 años quien se enamoró de esta forma por primera vez en su vida y que no tenía padres o amigos de la infancia en los cuales apoyarse y pedir consejo. Un chico de 18 años que vino de otro mundo donde amar, respetar, y tratar de entender a una mujer a esta edad era visto como una broma imposible.

Si fuera preguntado de lo que era ahora, me gustaría responder que alguien crecido que estaba dispuesto a tomar sus primeros pasos hacia la madurez apegándose a sus propias decisiones y no huir de ellas a último momento.

Me propuse a Seryanna esta noche como prueba de mi propia resolución, así como de mi coraje apegándome a mi decisión de amar a esta dragonesa hasta el final… ya no era un chiquillo que veía el amor como un juego donde el hombre y la mujer se decían palabras dulces que solo terminaban en lágrimas cuando se les pedía que vivieran acorde a ellas. Amar significaba más que solo sentir amor, no solo tener el coraje para pronunciar esas palabras.

Es por eso que cuando me encontré con Kataryna hace una semana, la traté de la forma que lo hice debido a que aún estaba temeroso de esta verdad. Aún estaba temeroso del hecho de que ya no era un niño y que tenía que ser honesto hacia mí mismo y hacia Seryanna. Estaba temeroso de que podría jugar el juego del hacer-creer amor y me detesté por esto. Estaba temeroso de que pudiera amar a una mujer de esta forma y estar dispuesto a pararme a su lado por el resto de mi vida. Estaba temeroso de una cosa estúpida…




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