100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-50.3

Capítulo 50: Prueba de mi Resolución (Parte 3)


Sentí que mi amor por Seryanna era falso y solo una ilusión creada por mi mente. Que no importaba que, no podía ser posible para mí el sentirme así debido a que o estaba demasiado joven o no era un miembro de su especie. Aun, sus lágrimas… sus sollozos… su dolor… su esfuerzo… todos eran reales. Solo yo era el que no estaba dispuesto a aceptarlos como reales, yo era el único actuando como un niño.

Estos pensamientos míos, estos hechos de los que me hice consciente no ocurrieron en una noche… estos fueron el resultado de mi lucha y mi dolor, mis llantos sordos y lágrimas silenciosas de dos meses. No, fueron el resultado de mi confusión interna, mi batalla interna desde el momento que me di cuenta que en verdad amaba a Seryanna. Aun así, para atravesar ese miedo, yo solo necesitaba un último empujón… y Kataryna dio un paso adelante para hacer el trabajo.

Es gracioso como todo este tiempo fui capaz de decir que amaba a Seryanna, aun así, preguntándome si podría aceptarla. Pero al mero final, fui capaz de aprender mi lección. Ahora, todo recaía en su respuesta. Nuestro futuro y nuestro amor podrían verdaderamente empezar o terminar con su decisión.

"Está… ¿está bien para mi si respondo lo que yo quiero y no lo que debería?" preguntó con lágrimas en sus ojos.

Asentí.

"Entonces… si… ¡Quiero ser tu esposa y no la de Draejan! ¡Quiero ser amada por ti y estar junto a ti!" lloró "Quiero esto… nosotros… pero…"

Estaba feliz y aliviado por sus palabras, sin embargo, no quería que entrara en duda, así que rápidamente me levanté y sellé sus palabras con un beso.

Cuando separamos nuestros labios, le dije "Sin peros… no esta noche…"

"¿Realmente está bien? ¿Está realmente bien para mi ir en contra de las palabras de mi Rey?" tragó saliva y tembló.

"Si… por esta noche, no hay Rey ni Albeyater… Solo nosotros dos…"

"Por esta noche…" sonrió.

"Te amo, Seryanna."

"Te amo, Alkelios."

Terminamos nuestra charla con un beso, y lo que vino después fue el momento en que nos volvimos uno en cuerpo y alma. Quitarle su armadura fue mucho más fácil para mí de lo que era antes, y yo no forcejee con la mía tampoco. Seryanna se rindió hacia el calor dentro de ella y no se contuvo mostrando cuanto me deseaba, y yo no me permití el quedarme detrás de ella.

Sin entrar en muchos detalles íntimos, nuestra primera vez juntos fue bastante asombrosa, y gracias a algunas pociones que ella tenía a la mano, fuimos capaces de continuar por mucho más tiempo. Realmente subestimé sus deseos…

Cuando todo terminó, era casi el inicio del amanecer. Estábamos descansando abrazándonos desnudos con la sábana sobre nosotros. Mi mano estaba jugando con su cabello, mientras que ella estaba sonriéndome de vuelta.

"Realmente lo hicimos…" dijo ella.

"Sí."

"No fue tan malo como creí que sería, pero creo que después de esto necesitaré reemplazar mi cama." Se rio.

"Si, escuché un *crack* en algún punto…"

"La culpa es tuya." Dijo y me acarició.

Sus labios aterrizaron un beso en mi mentón y luego preguntó "¿Qué vamos a hacer ahora?"

"No podemos fugarnos… sería demasiado cobarde, y todavía tenemos más manos por jugar."

"Cruzó por mi mente, pero no quiero abandonar a la Princesa Elleyzabelle o a mi hermana. Mi abuelo también estaría muy triste, y con mi padre fallecido, quería que el fuera el que me llevara al altar el día de mi boda."

"¿Tienen esa costumbre aquí también?"

"Usualmente, los padres son quienes llevan a sus hijas ante el altar, mientras que los hombres deben esperar ahí para recibirlos. En algunos casos, los padres golpean a su futuro yerno. Si puede resistir el golpe, es dicho que él será alguien que podrá encargarse de su hija. Si no es así, es dicho que la hija será la que tome las riendas del hogar." Sonrió.

"Así que… ¿voy a ser golpeado en la cara por Brekkar Draketerus? ¿Aquel que hizo retroceder la invasión humana hace 38 años?" dije levantando una ceja.

"Si, pero no te preocupes. Estoy segura que él no te enviara volando hacia un muro peligroso." Palmó mi cabeza.

"Pero aun así voy a ser enviado a volar HACIA un muro."

"Sí."

"Muy bien, mejor me aseguro de entrenar duro para soportar su puñetazo."

"Entonces… preguntaré otra vez, ¿qué es lo que vamos a hacer?" me mostró una sonrisa gentil y se acercó a mí.

La apreté un poco en mi abrazo y entonces le dije lo que tenía planeado hacer… todo, incluyendo lo que aun debía decirles a Kataryna y Kleo.

"Eso es… peligroso… y estúpido." Dijo sacudiendo su cabeza.

"¡Si, pero el premio por triunfar lo vale totalmente!"

"¿Y no le dijiste a Kataryna sobre esta parte?"

"Ella sabe que voy a volver más fuerte que nunca, pero no sabe sobre esto. Conociéndola, solo le arruinaría la diversión. Es mi regalo para ella. Dejarla saberlo cuando sea el tiempo adecuado." Le guiñe un ojo.

"*Sigh*… bueno, por lo que estoy más sorprendida es acerca de tu habilidad [Domador de Dragón]… ¿Realmente piensas pasar por eso?" me preguntó con preocupación en sus ojos.

"Te quiero, Seryanna. Algún día, tendré a ese viejo cascarrabias Brekkar llevándote hacia el altar, y cuando sea el momento, quiero ser capaz de tener hijos contigo. Tal vez no ahora o en los próximos años, pero algún tiempo adelante… estoy tomando esto un paso a la vez… aun así, de esta forma, tendré mejores posibilidades."

"Entonces por qué no lo hiciste antes, si lo hubieras hecho…" dijo bajando la mirada "Si lo hubieras hecho, te habrías convertido en el blanco para los nobles de aquí… en una buena y mala manera." Me apretó en sus brazos.

"Eso también, pero yo estaba simplemente temeroso de perder mi humanidad…" dejé salir un suspiro y gentilmente palmé su cabeza. "Ahora mismo, no me importa darla si así puedo tenerte."

"Nosotros la llamamos draconidad. Los dwarfs la llaman dwarfidad. Los elfos la llaman elfidad. Los relliars la llaman relliaridad. Pero al final, es la misma cosa con diferencias menores… no creo que tu pierdas tu humanidad, Alkelios, al contrario, tú vas a obtener draconidad también."

"¿En serio?"

"Sí."

"Hah~ eso me hace sentir mejor, y ahora que lo pienso, puedes tener razón… tener humanidad no es algo que está definido por ser humano, es más acerca de cómo pienso y actúo, ¿cierto? Realmente, ahora que pienso en ello, había historias en mi mundo con personajes que no eran exactamente humanos, pero actuaban más como uno que los mismos humanos de esas historias." Dije mirando arriba, tratando de recordar como exactamente llegué a la conclusión de que perdería mi humanidad si mi cuerpo cambiaba.

"Eres un bobo. Si hubiera sabido que tales preocupaciones te estaban molestando, habría sido capaz de decirte con antelación que no te preocuparas por esto." Dijo mientras frotaba su nariz contra la mía.

"Entonces, de ahora en adelante, si algo me molesta iré directamente contigo, mi amor."

"Lo mismo conmigo, mi amor."

Después de eso hablamos de algunas otras cosas, y ella me dio tips de supervivencia para cuando estuviera de caza en el Bosque Seculiar. También me dijo que debería mantener mis ojos abiertos por huevos de monstruos ya que, con mi suerte, podría ser capaz de encontrar una mascota fácilmente.

Cuando era tiempo de mi partida, me vestí y le di a Seryanna un beso de despedida. También hice un deseo para que estuviera a salvo mientras yo no estaba y para que Draejan estuviera alejado de ella y de mis amigos.

"Hasta luego, mi amor. Te veré en nueve meses." Le dije.

"Adiós y mantente seguro."

Con esto, escalé fuera de su ventana y me fui, dirigiéndome a la alcoba del Rey.

Después de esta noche con Seryanna, me sentí bastante confiado con la plática a venir con su Majestad. Desee para que terminara de una forma tranquila desde el momento que dejé la posada, y dentro de ello yacía una gran parte de mi plan. El único que podía mantener un ojo sobre Draejan era él. Al mismo tiempo, él era el único con el que su aprobación podría regresar y asegurar que el deseo de Seryanna se vuelva realidad.

Te veré en un vestido de novia, Seryanna, y yo voy a ser el que espere por ti en el altar, ¡no Draejan ni nadie más! ¡Yo! ¡Alkelios Yatagai! 

Sacando el collar y las dos cartas, con los dos sellos visibles, abrí la puerta y me metí.

Ahí, vi al Rey de Albeyater, Feryumstark Seyendraugher sentado en la cama al lado de su esposa, la Reina de Albeyater, Elliessara Seyendraugher. Sus imponentes alas de escamas doradas se mantenían dobladas en su espalda, pero su imponente presencia estaba haciéndome sentir como si mi vida hubiera sido condenada el momento en que pise adentro.

"Dame una buena razón por la cual no debería matarte, humano." Dijo con un rugido bajo sin darse la vuelta.

"Vengo en paz como amigo de Kataryna Greorg, Brekkar Draketerus, y tu hija, la Tercera Princesa Elleyzabelle Sojourn Seyendraugher. Tengo la prueba en mis manos." Dije con un tono de voz firme, pero no pude evitar tragar saliva al final.

El dragón en frente de mi estaba soltando demasiado instinto asesino para hacer que todo un ejército temblara en sus botas. El también parecía tener la fuerza para hacerlo. Cada célula de mi cuerpo me estaba advirtiendo que le entidad en frente de mi era por mucho el más fuerte dragón que he conocido hasta ahora, y que no estaba de muy buen humor del todo. Un paso en falso iba a significar el fin de mi vida.

"Ese es un nombre que no he escuchado en 500 años, y difícilmente puedo creer que mi amigo Brekkar, quien debería estar muerto para ahora debido a los humanos te enviara aquí."

"¿Huh? ¿A qué te refieres con muerto? La poción que hice para el debería haberlo sanado por completo. Digo, seguro que sabía lo suficientemente mal para hacer que se desmayara, pero él estaba saltando y corriendo al siguiente día diciendo que no podía esperar para volver al campo de batalla. ¿Estás seguro que te encuentras al día con las últimas noticias de tu reino?" pregunté un poco sorprendido por su comentario, y olvidé por completo hablar de una forma respetuosa y serena, volviendo a mí ser casual.

"¿Qué?" el Rey se giró, y con un par de ojos brillantes dorados y rasgados me lanzó una mirada perforante.

Tragué saliva.

Metí la pata.

"¿Acabas de decir la verdad ahora?"

Asentí tan rápido que sentí que mi cabeza se iba a caer de mis hombros.

"Dame esas cartas y la medalla. ¡AHORA! Yo me cerciorare si son en efecto los originales o no." extendió su mano.

"Claro… aquí…"

Él las tomó y entrecerró sus ojos.

"Seguro tienes agallas en venir aquí justo de después de dormir con una mujer. Bueno, no importa… si es tu último día, se te excusara."

"No, no lo creo. Apropiadamente deseo tomar a Seryanna Draketerus como mi esposa."

"¿Qué?"

"Ella también es la principal razón por la que estoy aquí. Así que, adelante, lea esas cartas y vea por usted mismo si son o no de esos dragones."

Esto era…




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