100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-49.1

Capítulo 49: Una Buena Paliza (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios]

Dos meses y varios días pasaron desde la última vez que miré a Seryanna… no he visto a Kataryna ni a Kleo tampoco, pero sabía que de vez en cuando ambas pasaban por esta posada y preguntaban cómo me estaba yendo.

Cualquier ocasión que Collentra me informaba de esto, yo empezaba a reírme de mí mismo y regresaba a mi habitación. Ni siquiera me quedaba a escuchar lo que sea que esta dragonesa tenía para decirme, simplemente la ignoraba.

Creo que fue aproximadamente hace una semana cuando Kataryna pasó por aquí y le dijo al cuidador que ella dejaría de pagar mi renta. Hoy era el gran día en que iba a ser expulsado a patadas de aquí.

Honestamente, no me importaba… era un desastre, ¡y me ODIABA por esto! No tenía ni el deseo ni la intención de ponerme mejor.

¿Cuál era el caso de todos modos? Era un humano en medio del continente dragón donde todos aborrecían mi mera existencia. Perdí a la mujer que amaba debido a que fui un idiota, y para ser más específico, fui un idiota aún más grande debido a que yo, por alguna razón, creía que REALMENTE NUNCA iba a amarla de verdad por la diferencia de especies. 

En efecto, ¡yo era la escoria de las escorias! ¡Yo era un producto defectuoso de la especie humana! ¡Yo era una falla!

Así que aquí estaba, sentado en mi cama, solo dios sabiendo cuanto tiempo llevo sin bañarme, con una gran sonrisa en mi rostro y una botella de aguamiel en mi mano. Esa era solo para mostrar, intenté emborracharme una vez, pero como lo esperaba fallé. Vestía las mismas ropas sin lavar de hace dos meses. Era un milagro que todavía no se hayan desintegrado.

En este desagradable estado, iba a darle la bienvenida en mi habitación a una de las más poderosas dragonesas del continente: Kataryna. Hoy era el gran día en que ciertamente ella vendría a decirme que tan fracasado era. ¿Por qué? Debido a que así lo desee, ¡y mi Suerte ciertamente haría que pasara!

Entonces, finalmente… la llave se giró y la puerta se abrió. Mi corazón estaba latiendo realmente rápido, y yo estaba atemorizado, pero tenía una gran sonrisa en mi rostro. La sonrisa de un hombre roto y desesperado… de alguien que creyó que lo había perdido TODO.

Bueno… con Seryanna casándose con Draejan, lo hice, ¿no es así?

Cuando la puerta se abrió por completo, arrojé la botella de aguamiel hacia ella… se quebró en la pared, derramando la sustancia alcohólica por todos lados, excepto a ella. Un escudo de hielo previno que el acre líquido la llegara a tocar.

Yo no quería hacer esa… estupidez.

"Así queeee… ¿estás aquí para rogarme que te haga un bebé?" pregunté como si fuera la peor clase de hombre en la faz del planeta.

¡Yo no quería decir eso! ¡¿Qué me está pasando?!

Adentro, estaba en un estado de pánico, de locura traída hasta el abismo. Estaba empujando los límites de cuan bajo podía caer, preguntándome si iba a ser capaz de quebrarlo y de alguna manera voltear todo para bien. Era ese tipo de lógica retorcida por la estaba pasando que mi mente.

Dos meses de reclusión y depresión tendían a hacer eso en la gente… Desafortunadamente, nunca esperé que fuera a ser tan malo para que pensara una cosa y hablara otra. Realmente, todo lo que salía de mi boca era basura.

"Parece que te está yendo bien, Alkelios." Dijo mientras despedazaba el escudo y entraba a la habitación.

El aguamiel congelado cayó al suelo, y yo la miré de pies a cabeza, pero forcé a mis ojos a detenerse en su pecho.

"Desvístete." Le ordené con una sonrisa.

"¿Hm?" ella sonrió e inclinó su cabeza.

"Desvístete."

Una espiga de hielo fue enviada y clavada a solo una pulgada de mi cuello.

Ni siquiera me moví. Sonreí en su lugar y dejé que una desagradable palabra saliera de mis labios otra vez.

"Desvístete." Ordené.

Kataryna sacudió su cabeza y dejó salir un suspiro.

"¿Tal vez esperé demasiado tiempo?"

"¿Quién sabe? ¿Vas a desvestirte o no?" Por favor no…

"Dime… ¿Seryanna aun aparece en tu lista?"

"Si… ¿Qué sucede con ello?"

"Ya veo… ¿Qué hay de mí y Kleo?"

"Si…"

"Bien…" asintió.

Me moví de la cama, y me acerqué a ella con un paso tembloroso.

"Solo estamos nosotros dos aquí… soy joven, puedo manejar más." Sonreí. Alguien por favor golpéeme…

Y mi oración fue contestada, el puño de Kataryna vino volando directo hacia mis tripas. Fue un golpe tan poderoso que hizo que vomitara lo que había comido ese día.

"Olvidaste decir ‘por favor’. Ahora, creo que yo soy la que tiene que disculparse aquí. Después de que pasara una semana, debí haber sabido que las cosas irían de esta manera. Pero yo pensé de ti como un dragón y no como un humano. Para nosotros toma más tiempo alcanzar el estado en el que tú te encuentras." Dijo ella sonriendo enviando escalofríos por toda mi espina.

"¡Estoy*cough*perfectamente bien*cough*!"

"En serio, ¿ahora?" dijo con un tono de voz burlón.

"Si… no te necesito a ti, Seryanna, Kleo, Brekkar, ¡ni a NADIE MÁS! ¡Solo déjame*cough*solo! ¡¿Soy un humano no es así?! ¡Solo un tonto! ¡Un juguete para ustedes los dragones!" la observé e intenté empujarla lejos, pero ella lo esquivó, y yo me tropecé en el suelo.

"Puedo ver eso. Estás tan bien que estás viviendo como un cerdo en un lugar donde el sol no brilla."

"¡Hah! ¡Buena esa! Así que, ¿vas a desvestirte o no?" 

"Primero me dices que te deje solo, entonces me pides que me desvista." Ladeo su cabeza "Si yo fuera Seryanna, tal vez trataría de confortarte de esa manera, pero… soy lo suficientemente sabia para entender que esa no es la cura que tú necesitas."

"¿Y cuál es?" dije y me reí.

No tenía idea de lo que pasó porque la siguiente cosa que supe era que estaba de cabeza en el medio de la calle entre los restos de algo destruido. Parpadeé de la sorpresa y miré alrededor a los perplejos dragones.

"Que demon… ¡Ugh! Mi cuerpo duele…"

"Y pensar que ni siquiera podrías evadir algo tan lento como eso. Como caen los poderosos~." Dijo Kataryna sacudiendo su cabeza.

Siguiendo su voz miré hacia arriba, bueno… abajo desde la posición donde me encontraba, y la vi caminando hacia un gran agujero en la posada donde me encontraba.

¡¿Esta loca mujer realmente me envió volando a través del muro?! Y… ¿sobreviví? Pensé, a pesar de que no sabía que parte de mi estaba más sorprendida.

"Solo estoy un poco oxidado…" comenté e intenté levantarme, pero me tropecé en el suelo y caí de espaldas.

Chocando con algo, miré hacia atrás y vi a Kataryna de pie con siete Espigas de Hielo flotando detrás de ella. Tragué saliva, y salté fuera de su camino. Una de esas espigas fue apuñalada justo en el suelo en el lugar donde me encontraba antes.

"¡¿Estás intentando matarme?!" grité.

"¡SI!" respondió con una carcajada.

"¡Estás loca!" grité y empecé a correr.

"¡Soy un Despertado Avanzado! ¡Locura es mi segundo nombre!" ella gritó y vino tras de mí.

Como se esperaba, los guardias y todos los demás mantenían su distancia de nosotros. Realmente, ahora que miraba mejor, Kataryna estaba vistiendo una pieza de pecho con el emblema de la Tercera Princesa en ella. Tal vez ella se lo puso con el fin de no ser molestada por los guardias y los demás. Si fuera la disputa de dos aventureros, ellos se habrían metido a intentar detenerlos, pero si alguien como yo, que no se miraba diferente a un holgazán, era perseguido por alguien quien representaba a la Realeza, ciertamente no se atreverían a interferir.

Tan pronto como me di cuenta de esto, intenté correr más rápido, pero las espigas que ella estaba bombardeando hacia mi persona no eran ninguna broma. Una de ellas paso lo suficientemente cerca para hacerme un rasguño. Después de esa, desee con todas mis fuerzas en mis adentros que ninguna de ellas me golpeara.

"¡Deja de correr y empieza a morir!"

"¡No!" respondí y salté sobre un edificio.

Correr a través de una multitud de dragones era difícil, así que hice uso de mis estadísticas y salté sobre los tejados. Aunque justo cuando iba a aterrizar sobre uno de ellos, escuche el grito de Kataryna detrás de mí.

"¡Una abertura!"

Cuando me di la vuelta, la vi volando hacia mí con sus alas muy extendidas. Intenté bloquearla, pero antes de que pudiera siquiera hacer un deseo para no ser golpeado, lo recibí. El golpe me envió a estrellarme a través del tejado de un edificio y a través de la ventana de otro. Varios dragones estaban gritando del miedo, perplejos por la repentina batalla.

Tosí y escupí algo de sangre. El golpe partió mi labio.

Maldiciendo, me levanté del suelo, pero cuando levanté mi cabeza, vi a Kataryna parada junto a mí y sonriendo. Ella me pateó tan fuerte como pudo en mi pecho. El golpe fue tan poderoso, que de una patada me envió volando a través del muro de un edificio a estrellarme contra el muro gigante que rodeaba a Drakaria.

"¡No se preocupen, la Tercera Princesa pagará por los daños!"

La fuerza de gravedad me despegó del muro, y caí en el suelo con un golpe sordo. Mi cuerpo entero estaba punzando del dolor. Tosí unas cuantas veces antes de intentar levantarme.

Maldición… no recuerdo que fuera tan poderosa… ¿Tal vez mi Suerte no está trabajando como se supone que debe hacerlo? Ungh… Deseo salir de esto con vida… dije con le esperanza de no morir.

Es gracioso como hasta ahora yo estaba buscando por la muerte o algo que me empujara más profundo en ese hoyo de sufrimiento al que fui arrojado, y ahora estaba esperando el poder vivir.

"Así que, ¿aún quieres que me desvista para ti?" preguntó sonriendo mientras aterrizaba unos cuantos metros alejada.

Los dragones de alrededor estaban sorprendidos y se echaron a correr, excepto por uno.

"No me importaría si te desvistes para mí, señorita." Un idiota medio ebrio respondió.

Kataryna no desperdició ni un solo segundo y decapitó al hombre con una espiga de hielo.

"No estaba hablando contigo." Sonrió y despedazó la espiga con la que cometió el crimen. "Ahora, Alkelios… ¿Dónde estábamos? Ah sí, ¡yo cazándote!" asintió satisfecha.

¿Realmente está tratando de matarme? Pensé horrorizado.

Viéndola cargar un hechizo, inmediatamente apunté mi palma hacia ella e intenté lanzarle una bola de fuego, pero nada salió… No, no tenía las agallas para atacarla.

Maldije, esquivé el ataque y empecé a correr.

"¡Vamos! ¡Esto solo se pone mejor!" dijo y vino volando hacia mí.

Ella me tomó por la parte de atrás de mi ropa y voló directo hacia el cielo.

"¡Argh! ¡Déjame ir!"

"No. Quiero que veas algo primero."

"¿Qué?" dije y esperaba que no fuera mi vida pasar ante mis ojos.

Suficientemente extraño, realmente no estaba tan temeroso de ella. Por alguna razón, sentí que ella tenía la intención de matarme, pero no iba a hacerlo. A lo mucho, tenía la impresión de que ella solo iba a golpearme hasta dejarme medio muerto.

"Mira ahí abajo." Dijo cuándo detuvo su ascenso.

Estábamos a una altura considerable ahí arriba. Tan alto, que vi volando a un pingüino que pasaba por ahí.

"¿Huh?" parpadeé sorprendido mientras miraba al ave esmoquin con alas gigantes mientras volaba lejos, sin darnos importancia alguna.

"¡Alkelios! ¡Olvida a esa estúpida ave y mira para abajo!" Kataryna rugió mientras me sacudía en el aire.

"¡Sí! ¡Sí!"




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