100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 1-20.1

Capítulo 20: Amigos (Parte 1)


[Punto de vista de Kataryna]

"En el momento en el que sobrepases los cielos, vas a encontrar al mundo como algo pequeño e insignificante… mientras tú eres eterna como los dioses de allá arriba. Kataryna, nunca trates de sobrepasar los cielos…"

Recuerdo muy bien estas palabras… Me fueron ofrecidas cuando era pequeña y todavía inconsciente de lo que significaba la inmortalidad. Como todos los otros dragones, soñaba con hacer un Despertamiento Avanzado en las piedras del templo para mostrar que tenía un poder por encima de 1000. Era un sueño que un día se volvió realidad, pero el precio… tal vez era mucho para soportar.

Esas palabras, tal vez debí haberlas escuchado…

Ha pasado un largo tiempo desde que obtuve este poder. Tantas cosas que he visto, ambas buenas y malas. Como una orgullosa montaña que se erigía alta y firme, no dejaba que ni el viento o el mar me dañaran, pero al mismo tiempo, me moldeaban.

Cuando fuera que cerrara mis ojos, podía contar el momento cuando mi vida cambió, y pise en los campos de los inmortales. Esto pasó en un viejo campo de batalla hacia el final de una confrontación en el cual el antiguo Reino Dragón Zerudan perdió ya hace 500 años.

Rodeada por incontables cadáveres de dragones, tanto de mi lado como del lado del enemigo, yo seguía luchando. El frío trataba de tumbarme, las flechas de empujarme para atrás, y sus espadas de hacerme arrodillar, pero no me atreví. Les encajé mis dientes a ellos y luché. Uno tras otro, hasta que mi armadura estaba en meros trapos y mi espada lista para quebrarse, todos aquellos que se atrevieron a desafiarme fueron asesinados por mí, apilándose en una montaña de muertos, quebrados y ensangrentados cuerpos.

Yo estaba en un trance, una danza de sangre y muerte, aun sin ser tocada por el dolor de mi propio cuerpo.

Cuando volví a mis cabales, mi aliento estaba entrecortado, mi cuerpo pesado, y mi visión borrosa. Ante mi estaba de pie un dragón soldado moribundo, el ultimo. Para compensar por mi espada quebrada, yo usaba cualquiera que pudiera sacar de las garras sin vida de mis enemigos. Además, la espada que atravesaba el pecho de este moribundo dragón no era otra que la suya propia. Aun así, no me importó… la empujé más, giré la cuchilla dentro de él y entonces la saqué.

El murió con una maldición en sus labios y entonces yo rugí hacia los cielos lo más fuerte y alto que pude. Mis espadas estaban quebradas, mi armadura destrozada, pero lo hice, gané una batalla que se pensaba era imposible. Yo sobreviví…

No había nadie ahí para escucharme. Yo había sido dejada sola y mojada de sangre en la parte superior de una pila de cuerpos rotos.

Ningún soldado pudo derrotarme después de eso… Todos ellos se sentían como moscas cortadas por mis espadas o aplastadas bajo mis garras. Me sentía libre, poderosa, y por primera vez en mi vida, me di cuenta de lo inservible que era nuestra guerra. El enemigo tenía la seguridad de ganar, después de todo, ellos luchaban para proteger, y nosotros para conquistar.

Mientras reposaba ahí, mirando arriba hacia el cielo oscurecido, me sentí diferente, como que algo había cambiado. En ese momento, yo aún no estaba consciente de lo que me había pasado, pero yo estaba mirando al mundo con un par de ojos diferentes. Por primera vez, colores y detalles que no había visto antes estaban ahora emergiendo en frente de mis ojos. Era asombroso, y por un tiempo, me sentí bendecida.

La furia que había acumulado después de haber luchado y matado demasiado se había disipado en un parpadeo. Tomando un respiro profundo, sabía que incluso mi propio cuerpo había cambiado de alguna manera, yo no me sentía débil para nada.

Entonces los escuché… Otra ola estaba viniendo. Mirando adelante, vi las incontables armaduras corriendo en dirección hacia mí, todas brillando de limpio y sin ser tocadas por el fango y sangre del campo de batalla. Eran los refuerzos del enemigo. Mirando atrás, vi a mis aliados corriendo hacia mí también, pero era extraño. Mi deseo de pelear, mi necesidad de matar a aquellos que veía como enemigos se había ido.

Todos ellos se sentían débiles cuando los comparaba conmigo, ambos aliados y enemigos.

Tomando un profundo respiro, pensé sobre este momento, estos sentimientos míos. Levantando mi mirada al cielo, no podía encontrar la necesidad o razón para participar en esta batalla otra vez. La fama y la gloria no eran nada más que excusas vacías porque ninguna de ellas ninguna de ellas podía beneficiar mi actual ser de alguna forma que yo deseara.

No tenía familia, ni amigos, ni amantes… Era solo yo en uno u otro lado del campo. Así, sin nada que proteger, sin ningún deseo de crecer rica y famosa, di un paso fuera del campo de batalla y dejé a los mortales jugar sus juegos de mortales. Tal vez con el tiempo, volveré, pero cuando lo haga, me prometí a mí misma que lo haría por una… razón más satisfactoria.

Después de un baño rápido en un estanque cercano, me apresuré hacia el primer templo que pudiera encontrar. Ni siquiera me tomé la molestia de verificar en que reino estaba. Ahí, me dijeron oficialmente que había hecho un Despertamiento Avanzado. Las piedras mostraban que tenía un poder de 1016. Era asombroso, pero al mismo tiempo… no me sentía así de grandiosa.

Este estado mental, el sentimiento de estar por encima de todos, la sensación de que nada puede derrotarte, el miedo de los demás cuando me miraba… la soledad de ser inmortal, todas esas eran las maldiciones que venían con este poder. Al principio, invisible como un demonio, pero entonces tan real como mis propias manos.

Aun así, después de tantos años, hubo uno que se las arregló para sacarme de quicio y hacerme desear por una caza… Sorprendentemente, era un humano.

Alkelios era su nombre, creo. ¡Él se las arregló para hacerme sentir la necesidad de asesinarlo o el deseo de capturarlo y hacerlo MIO! Aun así, él siempre se escurría de mi atrape al último momento. El me derrotó…

[Punto de vista de Seryanna]


"¡Déjame ir! ¡Él está ahí dentro, en algún lugar!" grité mientras me liberaba del agarre de Kleo y saltaba en la pila de escombros, tratando de excavar para sacarlo de ahí.

"¡Hermana! ¡No hay nada que puedas hacer! Algo como eso… incluso tu podrías haber perecido…" dijo con lágrimas en sus ojos. "Incluso mis sombras no pueden encontrarlo…" ella miró abajo y apretó sus puños.

Eso no puede ser… No es posible… sacudí mi cabeza y me rehusé a creer que Alkelios estaba muerto.

¡Sí, él era grosero! ¡Él era molesto! ¡El siempre bromeaba sobre agarrar mis senos o mi trasero! Él era una peste… pero era mi peste, y no lo quería muerto.

En frente de mi estaban los restos de la cueva de los bandidos. Después de que Kleo me despertara, solo pude ver al Fénix haciendo una poderosa bola de fuego cubierta de relámpagos. Esa bola golpeo el mismo punto en el que me estrellé, pero comparado al pequeño agujero que yo había hecho, el ataque de la bestia destruyo por completo el costado de la montaña. Incontables grietas se esparcieron en la superficie, y toda la estructura colapso por sí misma. Miré con temor y por un momento, creí que ganamos sin tener ninguna víctima, pero resultó ser lo contrario… Alkelios no estaba aquí, él estaba dentro.

Ahora, yo estaba cavando como una mujer demente tratando de encontrarlo a él o al menos… sus restos.

"Hermana, todo va a estar bien… ¡Alkelios será recordado como un dragón poderoso!" dijo Kleo con una sonrisa suave.

"Él no era un dragón… él era humano." Le dije limpiándome las lágrimas.

"¿Humano?" se miraba sorprendida, pero era su culpa por no poner atención a estos detalles en primer lugar.

"Alkelios, si mi estúpida suerte vale la pena para algo, deseo que te encuentres bien." Dije y miré sobre la pila de rocas frente a mí.

"¿Él es humano?" Kleo todavía estaba un poco estupefacta por esto.

[Punto de vista de Alkelios]

Caí… ambos lo hicimos…

Aterrizamos en un cuerpo de agua, tal vez en una corriente subterránea debido a que me sentía siendo arrastrado lejos. Traté de agarrarme de algo para detener mi giro y nadar a la superficie, pero no había nada ahí en la oscuridad.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡MIERDA! ¡No quiero morir aquí! Pensé mientras me llenaba de pánico.

Un momento después, golpeé una roca y la pase de largo, incapaz de aferrarme a ella. Golpeé otra y otra, yendo alrededor como una bola de ping-pong hasta que me detuve. Mis pulmones dolían, mi cuerpo estaba herido, pero cuando miré arriba, vi luz. La superficie estaba a solo unos cuantos pies por encima de mí.

¡Puedo hacerlo! ¡Sobreviviré!

Desde la esquina de mis ojos, vi a la dragonesa de escamas plateadas mientras ella se hundía en el oscuro y frio abismo de este lugar. Ella estaba noqueada, así que era por seguro que se ahogaría aquí. Podía ignorarla y nadar por mi cuenta, ella era el enemigo después de todo.

¿Por qué? Pensé y entonces me di la vuelta en dirección hacia ella. Incluso pensando que era doloroso y sabiendo que esto no terminaría bien, aun así, nade con dirección al enemigo. ¡Idiota! ¡Tonto! ¡Imbécil! ¡Estúpido! ¡Retardado! ¡No lo hagas! ¡No te atrevas a hacerlo! ¡Ella es el enemigo! ¡No lo hagas! ¡Solo nada de vuelta! Todos estos pensamientos empezaron a fluir en mi mente, diciéndome claramente que me mantuviera lejos de ella, dejar que se ahogara, dejarla sufrir, pero…

No puedo… hay algo jalándome hacia ella… Hay algo diciéndome que ella es importante… no puedo, pero si hago esto, moriré. ¡Ella me asesinará! ¡Soy un idiota! ¡Soy un maldito idiota! Grité en mi mente mientras agarraba su mano.

Mirando su cara inconsciente, apreté mi mandíbula y desesperadamente traté de nadar de regreso, empujando el agua a mí alrededor con toda mi fuerza. Por lo menos, Jophiel ya no estaba absorbiendo Energía Mágica de mí, ella probablemente se desvaneció por sí misma.

¡De veras que voy a morir después de esto! Llore en mi mente cuando alcance la superficie.

"¡Puha!" tomé un gran respiro y entonces tosí.

Era un poco doloroso, pero podría sobrevivir.

Jalando la cabeza de Kataryna por encima del agua, empecé a nadar hacia la orilla, estaba bastante cerca de nosotros. Cuando la alcance, jalé a la dragonesa fuera del agua y tosí un par de veces.

¿Está respirando? Pensé e inmediatamente revisé.

Ella no estaba respirando. Un escalofrío recorrió mi columna, y sin el más pequeño retraso, empecé a aplicarle CPR. Gracias a mi fuerza, era bastante fácil de hacer, pero yo solo esperaba que este método funcionara en dragones también.

"¡Vamos! ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!" entonces levanté su barbilla, bloqueé su nariz y exhalé dentro de su boca. Repetí el proceso, presionando con ambas manos en su pecho.

"¡Vamos! ¡Respira!" estaba en mi cuarto intento ahora.

Fue cuando ella tosió y expulsó el agua en sus pulmones. La ayudé a darse la vuelta y palmeé entre sus alas para ayudarla. Ella probablemente aún estaba confundida y no entendía que le había ocurrido. Estaba aliviado por un momento, pero cuando me vio, repentinamente me agarro por el cuello y me estrello contra el suelo con la suficiente fuerza como para agrietarlo.

¡Ouch! Esto es todo… ¡voy a morir! Pensé y cerré mis ojos.

Kataryna tosió un par de veces y entonces me pregunto "¡Tú! ¿Por qué… me salvaste?"

"¿Huh? Erm… Honestamente. No lo sé…" respondí mientras abría un ojo y miraba su confusa expresión.

"Soy tu enemigo…" entrecerró sus ojos.

"¿Sí?" sonreí tontamente.

Dejando salir un suspiro, ella me libero y tomo un paso atrás.

"Y pensar que había un humano que podría vencer a alguien como yo quien hizo un Despertamiento Avanzado." Ella sacudió su cabeza y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas.

"¿Despertamiento Avanzado? ¿Qué es eso?"

Ella me miro por un momento, probablemente preguntándose si decirme o no.

"¿Tú sabes cómo los Templos en las ciudades y pueblos miden el poder de un individuo?"

"¿Los hacen estrellar rocas?"

"No, esa es la tonta manera humana de verlo, pero la fuerza puede ser una cosa engañosa a veces. Uno puede tener fuerza pequeña pero gran poder." Sacudió su cabeza.

"Tengo el presentimiento de que no estás hablando de la habilidad para quebrar rocas aquí…"

"Eso es solo fuerza bruta. Un individuo tiene fuerza, velocidad, destreza, Energía Mágica y Excelencia Mágica, todos los cuales se elevan con el poder de uno mismo." Explicó y entonces uso sus garras para dibujar unos cuantos símbolos en el suelo.

No reconozco ninguno de esos…

"La fuerza es obtenida por el levantar cosas, haciendo trabajos pesados en general." Ella apunto al carácter a su derecha lejana, entonces con el siguiente "Velocidad es obtenida presionando tu cuerpo al límite cuando corres y después de recuperarte, haciéndolo todo otra vez." Ella apunto al siguiente "Destreza es el más difícil de todos ellos porque necesitas entrenar en la manera de mover apropiadamente todo tu cuerpo, por ejemplo, haciendo entrenamiento con la espada o entrenamiento con dagas. Alguien dijo que el tejido de punto y los estiramientos también sirven. La Energía Mágica es obtenida a través de la meditación y concentrando la energía dentro de tu núcleo, mientras que la Excelencia es obtenida tomando tu tiempo para lanzar cada hechizo y concentrarte en el hasta que entiendas el sentimiento detrás de él. Bueno, hay más de eso que solo esto, ¿pero tienes la idea correcta no?" me pregunto con una mueca.

"Sí, lo tengo… pero estoy sorprendido de que me estés contando y no me estés asesinando…"

Kataryna me miró y después a la pequeña cueva alrededor de nosotros.

Ella dejó salir un suspiro y dijo "Si escuchas, entenderás…"

¿Escuchar? ¿A qué? ¿A los murciélagos cagar? Pensé mientras parpadeaba confundido.

Mirándome de vuelta, ella dijo "No lo entiendes, ¿verdad?" cerró sus ojos.

Lo siento señorita, ¡pero no soy un psíquico! Me encantaría ser uno, ¡pero no lo soy! Respondí en mi mente, pero mantuve mi boca cerrada.

"Por ahora, vamos a decir que el que tu estés vivo es uno de mis caprichos." Ella me miró y ladeó un poco su cabeza a la izquierda "Tú también salvaste mi vida, y para alguien como yo, eso no es algo que pueda ignorar fácilmente. Si te mato, ¡mis viejos maestros se revolcarían en sus tumbas y volverían como Esqueletos Dragón para atormentarme! ¡Hahaha!"

La dragonesa tenía una linda risa, pero ella hablo de algunas cosas bastante confusas. Siempre y cuando que yo no quedara como un insecto aplastado en una de las paredes de la cueva, estaba bien con eso. Además, realmente yo ya no me sentía en ningún peligro. Al contrario, me sentía un poco seguro con ella a mi lado, lo cual era lo raro viendo hasta hace unos momentos como ambos estábamos intentando matarnos el uno al otro.

¿Me estoy volviendo un masoquista? ¿Ella es el enemigo verdad? Ella es quien mando a volar a Seryanna hacia el muro, secuestro a Kleo y prendió fuego a la mansión, ¿cierto? Pensé mientras trataba de recordar todas las razones por las que debería estar temeroso de ella.

"Bueno, como estaba diciendo… el Poder es algo más. Incluso yo no sé qué es exactamente, pero los Templos tienen un método de encontrarlo. Si vas a uno y le preguntas al monje que te muestre, él te guiara a una habitación privada. Adentro, vas a estar tu solo con una esfera negra encima de un pedestal. Ese es el cuarto de lectura. Poniendo tu mano en la esfera e infundiendo Energía Mágica en ella, un pequeño número será desplegado en la parte superior. Ese vendría a ser tu poder actual." Me explicó con una sonrisa.

Parpadeé de la sorpresa, y le pregunté. "¿Cuál es tu número actual?"

"La última vez que revisé, era 1290, creo."

¡Santo Panqueque en un Unicornio Arcoíris! ¡Ella está hablando de los niveles! ¡Ese dios idiota nos mintió! Él nos dijo que solo nosotros, los héroes, podíamos ver los niveles, pero de lo que Kataryna acaba de decirme, cualquiera que vaya a un templo puede saberlo. La única diferencia es que ellos lo llaman poder. Bueno… técnicamente podría ser poder de combate o nivel de poder, pero aun así… ¡WOW!

"Actualmente es 1294…" murmuré en mi asombro.

"¿Tú puedes ver el poder de un individuo?"

La cagué.

"¿Taal veeez?" sonreí tontamente.

"Nunca le menciones esto a un monje, van a pensar que eres un blasfemador o alguna especie de demonio." Me advirtió y sacudió su cabeza.

"¿Gracias?" me estaba poniendo más y más confuso.

¿Por qué creerían eso? Me pregunté.


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