100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 1-17
Capítulo 17: A Través de la Espada y la Sangre
"Demonios, ¡está lejos!" me detuve para recuperar el aliento.
Sosteniéndome con una mano apoyada en el tronco de un árbol, abrí el menú de mis habilidades y miré a [Speedy Rooster], pero algo me decía que era mejor mantenerlo apagado por ahora. Suspirando, cerré la ventana y miré adelante. El bosque era espeso, y honestamente me hubiera perdido de no ser por mi habilidad [Domador de Dragón].
No mucho después de que deje a Brekkar, pensé en utilizar la función rastreadora con Seryanna. Fue entonces cuando recordé que la usé en la bromista Kleo. Se volvió una afortunada decisión, especialmente dado que ambos Seryanna y yo estábamos actualmente tratando de encontrarla. Con esta habilidad, sabía exactamente a donde ir, pero no estaba seguro de que la dragonesa siguiera el mismo camino. Conociéndola, ella probablemente se perdió pasada de la primera intersección. Ella tenía ese tipo de suerte.
Deseo que Seryanna no se llegue a perder mientras está buscando a su hermana. Deseo reunirme con ella pronto, así podremos trabajar juntos. Fue lo que pensé cuando me di cuenta de que podríamos terminar yendo en direcciones completamente distintas.
La única cosa que podía hacer ahorita era cruzar los dedos y esperar a que mi Suerte empezara a trabajar.
"Espero que estés bien, Kleo…" dije antes de empezar a correr otra vez en su dirección.
Si yo fuera mi antiguo ser humano normal, ya me habría perdido tres veces y media para ahora. Sin mencionar el hecho de que ya habría escupido mis pulmones de toda esta marcha. Literalmente corrí al menos veinte kilómetros, y todavía estaba muy lejos de Kleo.
Por el lado bueno de las cosas, no me encontré con ninguno de los bastardos que atacaron a Brekkar. De algún modo, yo estaba en plan de evadirlos, pero otra vez, Seryanna ciertamente estaba dándoles caza. Ellos tenían un rehén, y ella no estaba de humor. El combo no se miraba nada bien.
Alrededor de diez minutos después de que tome mi respiro rápido, repentinamente me encontré con una cosa con aspecto bastante sospechoso. Había un dragón cortado, la mitad de su cuerpo estaba alrededor de diez metros alejada del resto.
"¡Eeek!" hice un chillido como una niñita pequeña cuando vi el baño de sangre.
No muy lejos de mi estaba la tajeada parte superior. Sus miembros habían sido aplastados, y su cabeza girada 180 grados todavía pegada a su cuerpo. No muy lejos de él estaban un par de lobos que habían sido cortados a la mitad. Ellos literalmente no tuvieron oportunidad contra el monstruo que pasó a través de este lugar, pero tenía el presentimiento de que conocía a dicho monstruo.
Tragando saliva, continué con el rastreo de Kleo, pero mientras más profundo iba, la cuenta de los cuerpos solo iba en aumento más y más. Señales de batalla se podían apreciar por todo el lugar, pero aquel al que estaban enfrentando no era partido para ellos.
Incluso vi a este tipo convertido totalmente en dragón, pero su cabeza estaba decapitada. Su cuerpo se había dejado a pudrir ahí mismo.
"¿Fue Kleo quien hizo esto?" me pregunté por un momento, pero entonces sacudí mi cabeza. "tuvo que haber sido Seryanna…" y dejé la escena.
Alrededor de seis minutos después, escuche el choque de espadas y los gritos de agonía de un hombre. Algo estaba volando en el aire, y entrecerré mis ojos para verlo.
¿Qué es eso?
Estaba viniendo directo hacia mí. Por un momento, creí que era una bomba o algo por el estilo, pero entonces vi el rostro con la lengua de fuera. Sin la más mínima vacilación, salte para atrás. La cabeza decapitada cayó en el piso, rebotando dos veces y entonces rodando hasta detenerse.
"¿Qué rayos? ¿Están lloviendo cabezas ahora?" dije y recogí una rama que estaba cerca.
Cuidadosamente, me acerqué a ella y la pinché.
"¡Whew! Está muerta… Bueno… ¡duh!"
Pero ¿quién lo mato? Incline mi cabeza a la izquierda.
"¡Mátenla!" el grito vino de adelante.
Levantándome, corrí en esa dirección, dejando la cabeza atrás. ¿Qué iba a hacer con ella de todos modos? ¿Usarla como bola de boliche?
Los sonidos de espadas chocando fueron escuchados otra vez y entonces un ruido sordo. Alguien rugió y entonces algo paso volando hacia la izquierda. Una afilada espada estaba empalada por la mitad en un árbol cerca de veinte metros sobre el suelo.
Continúe corriendo.
Después de saltar un arbusto, vi la escena de otra batalla. Había seis bandidos ahí, tres asesinados con heridas de puñaladas al corazón. Uno estaba partido a la mitad por su cintura. Uno estaba decapitado, y el ultimo estaba sobre sus rodillas, con su mano izquierda cortada por su muñeca y vomitando sangre.
"Que demon…" pensé cuando mire, pero justo cuando estaba preguntándome quien les hizo esto, alguien me empujo por atrás hacia el suelo y la afilada punta de una espada fue apuntada a mi garganta.
Sobre mi estaba parada la dragonesa pelirroja. La furia rugía en sus ojos, su cara y su armadura estaban pintadas por la sangre de ellos. Estaba respirando duramente como si apenas se controlara, y para ponerlo simple, ella se miraba enojada.
Tragué saliva.
"¡Hola, amorcito!" sonreí.
"¿Huh?" ella frunció el ceño y acercándose, ella obtuvo un mejor vistazo de mi rostro. "¿Alkelios?"
"Tú siempre podrás besarme para asegurarte. ¡Estoy seguro de que recuerdas el ultimo!" sonreí como un tonto.
¿Realmente deseo morir ahora? ¡Cerebro estúpido! ¡Dios! ¡Quiero un reembolso! O un repuesto…
"¡Hmph!" ella se hizo para atrás y me dejo ir. "¿Qué estás haciendo aquí?" pregunto mientras caminaba hacia el bandido moribundo.
"Por favor… no." El suplico y entonces su otra mano fue cortada. "¡ARGH!"
"¿Dónde está mi hermana? ¡HABLA!" ella le rugió.
Nota para mí… Si la invitas a tu cama, pégate a ella. ¡Sin engaños! Pensé y tragué saliva.
Por alguna razón, cubrí mi entrepierna con las dos manos.
"No lo sé, ¡perra estúpida!" él le grito de vuelta.
Mala respuesta, amigo.
Ella no dijo otra palabra y con un corte, lo decapitó.
Mirándome de vuelta, entrecerró sus ojos a mi extraña posición.
"¿Qué estás haciendo?"
"¿Huh? Nada… solo admirando… ¡los árboles! ¡Sí! Los árboles…" dije y miré para la izquierda.
Un pequeño roedor, similar a una ardilla de la Tierra, me vio, saco su lengua, y se fue corriendo de vuelta a lo que estaba haciendo.
¿Qué demonios?
"¿Arboles? ¡Hmph! Ve de regreso con mi abuelo. ¡Este no es lugar para un humano como tú!" ella resoplo y envaino su espada.
Antes de que tuviera la oportunidad de replicar, ella se apresuró hacia el bosque de nuevo. Corrí tras ella.
"¡Hey! ¡Espera!"
"¡Regresa, Alkelios! ¡No hay nada que puedas hacer!"
"¿Siempre puedo besarte?"
"¿Acaso eres idiota?"
"No, pero yo puedo rastrear a Kleo si tú quieres."
Ella inmediatamente se detuvo, y yo choqué con ella. Golpear un muro de acero a 60 km/h no era algo agradable.
Tosí un par de veces de la conmoción.
"¡Alkelios! Lo que dijiste. ¿Es verdad?" pregunto mirándome seriamente.
"¿El beso? Sí…" ¡Cough! ¡Cough!
"¡No eso!" ella me levantó por el cuello y me miró fijamente "¡Sobre Kleo!"
"Sí… es verdad… Ella está en esa dirección…" apunté al bosque un poco a la izquierda de donde Seryanna se estaba dirigiendo.
"Si estás mintiendo…"
"¿Cuándo te he mentido?" le pregunté y entonces gentilmente toqué su mejilla izquierda.
"Lidera el camino entonces." Ella dijo después de golpear fríamente mi mano y alejarla.
"¡Ow!" me quejé, aunque realmente no haya dolido.
Al menos, no tuve que decir un montón de cosas para convencerla. Estaba esperando algo como que ella me diera esta larga y aburrida plática sobre el cómo no era bueno para mi estar en esta batalla, que ese era su trabajo, o algo parecido a esas líneas. Básicamente, el resultado cliché de alguna confrontación similar, pero aparentemente, estaba equivocado.
No mucho tiempo después de que empezamos a correr, sentimos movimiento delante de nosotros, y Seryanna fue a investigar. Cuando llegué ahí, vi la misma escena sanguinaria y ensangrentada de antes con bandidos dragones asesinados sin piedad alguna. La dragonesa pelirroja era como un huracán de sangre y acero, cortando y destruyendo todo lo que tocara, pero que al mismo tiempo dejaba salir tiernos gemidos cuando acariciaba las escamas de su espalda.
"Tú no pierdes el tiempo, ¿verdad?" pregunte mientras saltaba sobre uno de los cuerpos.
"En batalla, aquel que bromea termina muerto." Respondió fríamente.
"Ya veo…"
Continuamos persiguiendo a la flecha invisible que solo yo podía ver, esperando que nos guiara a la dragonesa gótica, pero ciertamente no había suministro corto de bandidos. Justo como un juego te arrojaría un grupo de mobs tras grupo de mobs para tratar de detenerte de alcanzar de tu objetivo, así lo hacia este bosque. Eso o tal vez la suerte de Seryanna simplemente los jalaba a todos ellos hacia nosotros como un magneto, pero otra vez, mi suerte debería anular eso.
Eventualmente, alcanzamos una entrada y nos detuvimos frente a un campo de hierba. En el otro lado, podía ver una enorme montaña levantándose alto en el cielo, cubierta de filosos acantilados que no se miraban como que se dejarían escalar. En frente de nosotros, cerca de veinte bandidos sobresalían de la hierba, haciendo muecas hacia nosotros.
"Tú necesitas pelear ahora."
"¿Yo? ¡Pero nunca he matado a nadie en mi vida!"
En efecto, yo venía de una ordinaria vida civilizada en un país pacífico. Muerte y guerras era lo último que nos importaba ahí, ser robado era la primera prioridad. Aun así, era ridículo creer que yo podía hacer algo como eso.
Con un *Gulp*, desenvaine mi espada y los dragones me tomaron en la mira.
Necesito recordar que esto no es Rumania. Estos no son los campos civilizados de Europa. Vida y muerte tienen un simple significado aquí… tú matas a aquellos que tratan de matarte. No lo pienses mucho. ¡Esto es exactamente como un juego! ¡Estos son mobs! Sangre y carne… mobs.
No había manera de pensar que yo podía matar a cualquiera de ellos, pero si me aferraba con fuerza a la empuñadura de mi espada, yo podría literalmente sobrevivir un golpe o dos. Tenía estadísticas mayores después de todo.
"Ahí vienen." Me advirtió Seryanna.
Levante mi espada y mire hacia los bandidos entrantes. El deseo de verme muerto y pidiendo por misericordia podía ser visto en sus ojos y presumidas sonrisas. Si yo fuera a mostrarles incluso la más pequeña señal de debilidad, como perros rabiosos, ellos tratarían de acabar conmigo.
Espero no llegar a morir aquí… pensé y entonces vi a uno levantando su espada para atacarme.
A pesar de que vi su movimiento, reaccioné rápido y bloqueé el primer golpe. Hubo un momento de sorpresa en su rostro, pero no podía cantar victoria todavía, los otros estaban viniendo. Empujé la espada lejos y ejecuté un corte.
Pensando que él era lo mismo que un personaje de juego, no trate de controlar mi fuerza. El dragón intentó bloquear el ataque, pero mi espada simplemente cortó a través de su arma como si estuviera hecha de cartón. La hoja no se detuvo ahí, y vi como tocaba su armadura, presionando contra ella y cortándola. Como si estuviera viendo un cuchillo yendo a través de la arcilla, de igual manera lo hizo mi espada a través de su carne y huesos.
De un solo golpe, el dragón fue cortado a la mitad. El me miro como si no entendiera que era lo que acababa de pasar y cayó al suelo. Viendo esto, los otros se detuvieron, tomando un cuidadoso paso hacia atrás. Yo ya no era un debilucho, al menos no ante sus ojos.
Para mí, la emoción que me golpeo fue similar a un choque, pero al mismo tiempo, la adrenalina recorriendo a través de mis venas me decía que no podía detenerme ahí. Me advirtió que, si lo hacía, moriría.
¿Acaso esos soldados que pelearon en esas guerras en mi mundo sintieron lo mismo? ¿Este ímpetu? Esta necesidad de presionar adelante, pero al mismo tiempo, ¿también sintieron este aplastante miedo que te confundía y que te hacia seguir adelante? Fuerza y velocidad emparejadas con miedo y terror, todos cayendo sobre ti, ¿haciéndote dar cuenta que la única razón por la que estabas de pie era por tu entrenamiento? Pero yo no fui entrenado, ¿así que porque sigo de pie? ¿Por qué no estoy gritando del miedo? Pensé mientras miraba a otro de ellos desde la esquina de mi ojo.
Levantando mi espada, bloqueé su ataque y entonces lo pateé en el pecho como un bárbaro. El hombre cayó hacia atrás un par de metros, mientras que su compañero trató de cortar mi mano derecha. Lo vi y esquivé el golpe. Solo un corte de mi espada fue todo lo que tomo para matar a este. La hoja afilada se movió a través de las placas de su armadura y perforo su suave carne. Sangre salió volando, tocándome unas cuantas gotas.
Parpadeé por la sorpresa y salté hacia atrás. Mirando abajo, vi mi espada teñida de rojo, entonces levanté mi cabeza y vi a los tres muertos, bueno... uno estaba inconsciente.
"¿Qué es lo que acabo de hacer?" me pregunté confundido.
Mirando a mi izquierda, vi otra batalla. Seryanna se estaba encargando de todos los otros soldados. Su espada era rápida y no mostraba ningún momento de vacilación. Ella cortó a través de ellos sin misericordia y cuando la espada no era necesitada, ella usaba solo sus manos para aplastar a los otros dragones o para simplemente convocar un hechizo de fuego, cubriéndolos en llamas. Los hombres gritaban y trataban de cortarla, pero no eran rivales para la dragonesa. Era lo mismo que poner un león hambriento en una jaula con un cerdito sangrando y esperar que el felino no atacara.
Sin piedad, sin cuidado, sin duda o miedo, la pelirroja los cortaba y acababa con sus patéticas vidas. Repentinamente, mis tres asesinatos no eran tanto un logro. Ver esto me hizo darme cuenta de que su resolución era aterradora. Después de algo como eso, yo ciertamente hubiera tenido un severo daño mental, pero ella estaba bien.
"Ese fue el comité de bienvenida." Dijo ella con una mueca.
"Así que, van a venir más, ¿cierto?"
"Sí." Apuntando a la montaña. "Hay una cueva por ahí. ¿Tal vez se están escondiendo adentro?"
"Posiblemente. Vamos a revisar, aunque, actualmente esto me dice que Kleo está en algún lugar debajo de nosotros." Apunté en la dirección en que la sentía.
"Hm." Seryanna entrecerró sus ojos y luego miró a la montaña. "Ellos están los pasajes de las cuevas. Son viejos e intrincados, pero de buen uso para un escondite."
"En otras palabras, ¿necesitamos cavar hacia abajo para encontrarla?"
"O simplemente ir a la cueva e ir cuesta abajo." Ella me sonrió de vuelta.
Asentí y la seguí. Mi mente y corazón todavía estaban un poco turbados por el hecho de yo solo tomé la vida de otro ser viviente, pero no lo suficiente como para interferir con mi habilidad para pelear.
¿Por qué me siento bien con todo esto? ¿Es porque ellos no eran humanos? Si lo hubieran sido... ¿puede haber llegado a matarlos de la misma forma que lo hice con ellos? Me pregunté yo mismo y sentí a mi corazón vacilar con tal decisión.
Por alguna razón, yo no podía poner a dragones y humanos en la misma escala. Los últimos la tenían a su favor. Este pensamiento me aterraba un poco.
"¡Cuidado! ¡Más está viniendo!" me advirtió Seryanna, sacándome de mis pensamientos.
Mirando adelante, vi un bonche de bandidos dragones apresurándose hacia nosotros en esfuerzo por detenernos. Yo estaba seriamente empezando a cuestionar cuan inteligentes eran realmente estos tipos. Después de matar a sus amigos con tanta facilidad, ellos deberían haberse detenido en seguir tratando de venir hacia nosotros sin un plan o estrategia de por medio, no cargar así sin más.
Apreté la empuñadura de mi espada y me preparé para defenderme.
Esto no es asesinato... es auto-defensa... Sí, auto-defensa. Pensé y me aferré a mi propósito.
Había siete de ellos viniendo hacia mí y nueve hacia Seryanna. Todos ellos vestían armadura simple de cuero y empuñaban espadas de acero similares a la mía, pero un poco más oxidadas. Dudé de que alguno de ellos tuviera encantamientos en ellas, pero tenía que ser cauteloso de todos modos.
Deseo salir sin heridas, rasguños y victorioso de esta batalla. Espero lo mismo para Seryanna. Pensé mientras tomaba una mirada hacia la dragonesa quien había cargado contra ellos.
Con un trago de saliva, me preparé para mi siguiente batalla.
"¡Maten al no despertado primero!" gritó un bandido.
"¿Cuál de ellos?" preguntó otro.
"¡El hombre!"
Aparentemente, ellos se habían apresurado sin siquiera elegir apropiadamente a su objetivo. ¿Tal vez ellos ni siquiera estaban enterados de lo rápido que matamos a los otros bandidos?
"¡[Fireball]!" grito uno de ellos y entonces empezó un cántico mientras apuntaba su mano hacia mí.
Lo miré sorprendido, pero cuando termino su canto, una gran bola de fuego fue directa hacia mí. Solo tuve un segundo de reacción para salir fuera de su trayectoria. Si no lo hubiera hecho, hubiera terminado como una pieza de carbón. La ráfaga me pasó y golpeó un árbol lejano. Estallo en llamas, y la explosión hizo que cayera al suelo.
Con un *gulp*, entendí que esa magia podía ser bastante aterradora y destructiva. Bueno, recordando a los niños dragones jugando con una bola de fuego en el medio de la calle, esa parte debía ser bastante obvia.
El primero levanto su espada y me atacó. Salté para atrás y lo esquivé. Tan pronto como aterricé, empujé mi cuerpo hacia adelante y empecé a cortar. Justo como el anterior, el trató de bloquearlo, pero dado que su arma no tenía ningún encantamiento, fui derecho a través de él, otorgándole una herida de corte profunda.
El siguiente fue a mi izquierda, rodé para esquivar su ataque. Tomando una piedra del suelo, se la lancé tan fuerte como pude. El bandido no tuvo ninguna oportunidad contra un proyectil apuntado hacia el como si fuera una bala disparada de una poderosa arma.
Dos estaban abajo, faltaban cinco, y no parecía que se fueran a detener.
Mientras me estaba preparando para evadir otro ataque mágico, un brazo desgarrado fue volando directo a la cabeza del que estaba invocando el hechizo, rompiendo su cuello. Parpadeando de la sorpresa, miré a mi derecha y vi a Seryanna cubierta de sangre. Con una mirada furiosa en sus ojos, ella ya había terminado con su grupo. Los cuerpos de los dragones yacían todos esparcido por el suelo alrededor de ella.
Viendo esto, los cuatro dragones restantes sintieron miedo recorriendo sus columnas y decidieron que no podrían tener ninguna oportunidad contra nosotros. Todos ellos corrieron con rumbo hacia el bosque. Si ellos regresaban a su guarida, era más como si su líder fuera a terminar el trabajo y aplastar sus cabezas hasta abrirlas.
"Bueno, eso fue interesante…"
"Ellos eran un poco fuertes…" señaló Seryanna mientras miraba a uno de los bandidos que había matado.
Para mí, su batalla completa tomo lugar en algún lugar en el fondo. Ni siquiera estaba atento de cuando fue que ella los derroto o como, pero juzgando por las salpicaduras de sangre, fue de una forma desastrosa.
Necesito recordar nunca ponerme en su lado malo…
"¿Así que ustedes son las ratas que se escabulleron en mi guarida? Que adorable… ¿Dos mocosos sin despertar creen que pueden derrotarme?" aquel quien habló fue una dragonesa que voló hacia abajo desde el cielo.
Ella era más alta que yo por al menos un metro. Con un par de alas escamosas plateadas y una larga y espinosa cola, ella tenía un aura impresionante. La diferencia en fuerza era clara desde el primer vistazo. Fue ella quien derroto a Brekkar, un draconiano de nivel 824, con facilidad. Aparte de ser poderosa, ella también tenía un cuerpo de bomba con grandes senos, una figura de reloj de arena, un lindo rostro y largo cabello plateado.
Mirándola, dije susurrando: "[Identificus Processus Juridicus]"
[Senos de dragón]: Copa DD. Reales.
¿En serio? Pensé cuando vi el texto.
Cerrándolo, intenté de nuevo, pero esta vez, dije: "Estado del objetivo."
[Nombre]: Desconocido
[Especie]: Draconiano Superior de la Chispa de Hielo
[Nivel]: 1294
[Estadísticas Desconocidas]
"Bueno… mierda…" fue lo único que pude decir cuando vi los detalles.
"¿Quién eres tú?" pregunto Seryanna apuntando su filosa espada hacia ella.
"¡Kataryna Greorg! ¡Extraordinaria líder bandido, a tu servicio!" ella hizo una mueca y entonces una reverencia burlona en frente de nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario