100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-62.1

Capítulo 62: Pelea de Exhibición (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios] 

Ha pasado cerca de un mes desde mi boda con Seryanna, y Drakaria se estaba preparando para el inicio del Gran Torneo de Fuerza y Honor, el cual fue iniciado por Draejan y ahora reorganizado por la Reina Elliessara. Mis amigos y yo realmente no nos preocupábamos por ello. Todos teníamos asuntos más importantes que atender justo ahora. Además, se me dijo que yo no voy a participar en el torneo. Era demasiado fuerte comparado a los demás posibles participantes y colocándolos en contra mía hubiera sido completamente injusto para ellos. Pero esto no significaba que no iba a tomar parte tampoco. Iba a haber un encuentro de exhibición al inicio del torneo, a través del cual la Reina esperaba elevar los espíritus de aquellos que observaban y de aquellos que iban a participar. 

Durante este mes, tuve el placer de aprender más acerca de este mundo y de Drakaria. Para ahora había un montón de gente que me conocía. Era el nuevo joven Duque quien era un Despertado Avanzado y que también era el nieto del General Brekkar Draketerus. Siendo que llamarme Duque Draketerus no estaba mal, la mayoría prefería llamarme Duque Yatagai. 

Para ser honesto, tenía el presentimiento de que no todos los dragones y dragonesas nobles se encontraban felices con mi promoción. Había unos pocos que me miraban hacia abajo o que evitaban el hablarme por completo. No se atrevieron a burlarse de mí, pero yo no era nadie para mantener tales asuntos en secreto. Cuando le pregunté a Seryanna al respecto, me mencionó que es imposible no encontrarse con tontos que no sabían dónde estaba su soporte o que no conocían la diferencia entre nosotros y ellos. 

También estaban aquellos que creían tener más autoridad de la que en realidad tenían. Con respecto a este tipo de tontos, Kataryna me contó unas cuantas historias acerca de ciertas dragonesas que trataron de sobornarla o subyugarla con ‘palabras’. La dragonesa de escamas plateadas aparentemente desnudó a estas mujeres nobles y las arrojó al Río Escama Dorada, aquel que pasaba junto a Drakaria. A pesar del hecho de que el Rey la regañó por sus acciones, en realidad no le dijo mucho. La dragonesa era un bien mucho más valioso que aquellos nobles que intentaron meterse con ella. 

Aun así, a pesar de todos estos incidentes, el número de gente que trataba de poner sus manos sobre mí, Seryanna o Kataryna no disminuía. Cuando un tonto era silenciado, otro salía a tomar su lugar, pero cambiaba la forma en que se aproximaba. Ser arrojados en el río no era algo en su lista de prioridades. 

Iolaus y Kleo continuaron con su entrenamiento bajo la tutela de Brekkar y Kataryna respectivamente. Tenía que admitir que estaban ganando fuerza muy rápido. No sería una sorpresa si en unos años alcanzaran el Despertar Avanzado. 

Imaginar a la bromista de escamas negras volverse tan poderosa como Kataryna o Brekkar envió escalofríos a mi columna. 

Durante este mes, también tuve el placer de conocer brevemente a la amiga de Seryanna, la herrera Dregarya Gorrashy. Aparentemente, ella estaba entre la gente que atestiguó mi ascenso a la nobleza, y también estaba entre aquellos en la fila delantera durante nuestra boda. Tuve que pensar con gran esfuerzo para recordarla, pero en efecto estaba allí, entre todos esos dragones y dragonesas. 

Para este momento incómodo ella declaró que probablemente no la recordaba debido a que estaba usando un vestido, y ella los odia, pero Seryanna la hizo vestir uno. Parece que no estaba consciente del hecho de que ir a un evento de tal magnitud cubierta de hollín y vistiendo un delantal de herrero era considerado grosero por algunos. 

Desafortunadamente, la atrapamos en el medio de la preparación de sus maletas. Iba a dirigirse más o menos en una hora hacia la frontera Oeste, donde se encontraría con el Primer Príncipe Charmeill para reparar su armadura. 

Quitando el hecho de que se tenía que ir pronto, la dragonesa aún debía terminar de preparar sus maletas, y todavía seguía cubierta de hollín. Esto hizo enojar un poco a Seryanna, quien la tomó por la cola y la arrastró hasta los baños. Luego de que regresaran, al fin me di cuenta de que el color de las escamas de Dregarya eran blancas y no negras, y que su cabello era plateado con mechones de color azul. 

Luego, Seryanna la ayudó a empacar lo que le faltaba, mientras que a mí me encargó charlar con ella. Mi esposa prohibió a su amiga de ir a la forja y me dejó a cargo de asegurarme que no tratara de escabullirse. Era un poco más difícil de lo que esperé ya que ella era como un niño pequeño que quería su juguete favorito de vuelta. Finalmente se calmó cuando le dije que yo hice mi propia armadura. En ese momento, sus ojos brillaron y el resto de nuestra conversación se convirtió en una descripción detallada acerca del ángulo correcto con el que debes martillar una placa de armadura. De las cuales la mayor parte tuve que estar de acuerdo. 

En general, fue un tiempo de paz. Una vez que esta ‘luna de miel’ finalizara, tendría que empezar a procurar los ingredientes para la cura de la Reina y al mismo tiempo, investigar un poco acerca de la historia de este mundo. Quería conocer que había más allá de las fronteras de Albeyater. De ser posible, me encantaría ver un mapa mundial, y con mis nuevos amigos y mi nueva autoridad como Duque, no había razón para el no encontrarme con alguno. 

Sin embargo, hasta entonces, todavía tenía que pasar a través de un pequeño… evento. 

En el primer día del Gran Torneo de Fuerza y Honor, muchos dragones y dragonesas se reunieron desde rincones de todo el reino. Drakaria misma nunca tuvo una arena para tales eventos. Draejan planeaba comprar varios edificios dentro del Área Aventurera y demolerlos para construir un Coliseo impresionante. Sin embargo, gracias a mí, este plan se detuvo, por lo que la Reina cambió unos detalles. 

Usando su autoridad como Reina de Albeyater, ordenó a los soldados que fueran a los barrios bajos y demolieran una parte de ella. Las familias que vivían ahí se les ofreció otro hogar en el Área Trabajadora. Aquellos que estaban en problemas con la ley se les dio arresto. Durante este mes, ella hizo una limpieza completa de los suburbios y encerró a aquellos encontrados culpables mientras ayudaba a los otros a restablecerse o a reiniciar sus vidas. Quería deshacerse de los barrios bajos de una manera que ayudara a todos los dragones viviendo ahí en lugar de forzarlos a someterse. 

La arena que fue construida en esa locación no estaba intencionada para ser grande y lujosa, solo muy resistente y eficiente. Era lo bastante grande para abarcar a todos los participantes dentro de ella, un poco más de 100x100 metros, con 3 metros sobre el nivel del suelo y 4 por debajo. Se hizo a partir de piedra resistente y encantada para que sobreviviera los poderosos ataques mágicos. 

La audiencia se colocó detrás de tres capas de barreras, pero la nobleza y la realeza tenían asientos especiales reservados para ellos. Para la Reina y Rey, prácticamente se construyó una pequeña torre con un balcón desde donde pudieran relajadamente disfrutar los combates. Mientras tanto, los nobles tenían unas pequeñas plataformas de madera puestas a los lados de esta torre. Las familias e invitados tenían bancas reservadas, pero la alta nobleza estaba separada de la baja nobleza con una pared entre las bancas. 

Los únicos que tenían que estar de pie eran los plebeyos. Para ellos, se construyó una plataforma de tres niveles, la cual rodeaba el resto de la arena. Era grande y podía sostener con facilidad a cualquiera de entre 500 y 1000 individuos, pero esto no significaba que se quedaran sin opciones. Aquellos con alas podrían volar y mirar la batalla desde el cielo. Si tenían conocimiento de alguna magia de espionaje, podrían utilizarla para obtener una mejor vista del evento. 

Todo el torneo iba a tener una cantidad decente de espectadores, por lo tanto, la Reina ordenó que cierto número de soldados patrullaran el área y actuaran como guardias contra aquellos que desearan acechar los bolsillos de la gente desprevenida. 

"¡Dragones y dragonesas! ¡Bienvenidos al Gran Torneo de Fuerza y Honor organizado por su Majestad, la Reina Elliessara Seyendraugher!" dijo el anunciador con la ayuda de un hechizo que hacía que su voz se escuchara por toda el área. 

Incontables porras se elevaron hacia el cielo, mostrando la emoción de la gente. 

El anunciador esperó a que se aplacaran los ánimos un poco y continuó "¡Iniciaremos este glorioso evento a través de una pelea de exhibición amigable entre nuestro Rey, Feryumstark Seyendraugher, y el Duque Yatagai! Las reglas son simples: ¡Si pisas fuera del ring, pierdes! ¡Si eres noqueado, pierdes! ¡Usar cualquier otra cosa que las armas o armaduras proporcionadas por los organizadores de este torneo está prohibido! ¡Utilizar pociones o hechizos potenciadores casteados por otros dragones está prohibido! ¡Por supuesto, el asesinato también está prohibido! Ahora, ¡deseémosles a estos contendientes la mejor de las suertes y que su batalla, empiece!" 

Era una explicación simple y breve donde se daban a conocer las reglas de las peleas. No había necesidad de explicar cómo sería el progreso de todo el torneo, esta era información dirigida a los participantes mismos, no solo a los dos que estábamos aquí para dar un show de bienvenida a los espectadores. 

En efecto, lo que necesitaba saber era que es lo que no tenía que hacer, para así no perder por default. 

Mientras el anunciador explicaba esto, entré en el ring. Del otro lado se encontraba el Rey, con una gran sonrisa sobre su rostro. 

Así que era por esto que el viejo lagarto estaba tan emocionado por esta batalla… con razón encontré un poco extraño que nadie me dijera quien era mi oponente. El intentar persuadir a Seryanna tampoco funcionó… pensé mientras estiraba mis brazos un poco. 

"¿Cómo te sientes jovenzuelo?" 

"Un poco preocupado… ¿qué tal si te llego a herir?" respondí desenvainando mi espada. 

"¡Entonces inténtalo! ¡Ven a mí con todo lo que tengas!" dijo extendiendo sus brazos a lo ancho y mostrándome una gran mueca. 

"Qué bueno que yo fui aquel que encantó nuestros objetos entonces." 

El primero en atacar… fui yo. 

[Punto de vista de Kataryna] 

Para este torneo, se me pidió que fuera el guardaespaldas de su Majestad junto a Brekkar. Seryanna estaba al lado de la Princesa Elleyzabelle, y podía ver que tan ansiosas estaban por ver la pelea entre el Rey y Alkelios. Detrás de nosotros había un pequeño ejército de Guardias Reales, los cuales estaban escondidos dentro de esta torre. Un buen número de ellos estaban entre la multitud también, solo para asegurarse de que nadie tratara algún movimiento ‘inteligente’ sobre la familia real. Aunque conmigo aquí, dudaba que alguien tratara algo, y Seryanna no era alguien que debieras ignorar tampoco. 

"¿Fue difícil mantener en secreto quien era su oponente?" su Majestad me preguntó. 

Asintiendo, respondí "Si, bastante. Especialmente Seryanna, ella fue la que tuvo los momentos más difíciles con él." 

"Alkelios trató de varias maneras obligarme a decirle de quien se trataba, pero mantuve mis labios sellados… aunque, he de admitir que disfruté de algunas de las cosas que intentó." 

"¿Es así? Ambas lo hicieron muy bien. Mi esposo no podía esperar por este encuentro. Él quería que fuera un completa sorpresa para Alkelios." 

"Estoy segura que sí." 

"Todas, ya están empezando." Dijo Elleyzabelle. 

Volteando mi mirada hacia la arena, vi a Alkelios desenvainando su espada y tomando su pose. El Rey, sin embargo, extendió sus brazos casi como queriendo darle un gran abrazo, pero la verdad era que no estaba mostrando ninguna abertura. En efecto era un dragón poderoso, bastante aterrador en realidad. 

Me pregunto si Alkelios podrá ganar… 

El primero en moverse fue el humano mitad dragón. Para los dragones normales, pareciera como si se hubiera desvanecido por un momento, pero no podían engañar a mis ojos. Su velocidad, sin embargo, era ridícula… el Rey también, bloqueó el ataque con su propia espada en el momento justo. 

Una onda de choque se formó de este simple ataque, levantando tierra y sacudiendo la arena. Cada susurro y sonido se desvaneció. Los dos peleadores captaron su atención con un asombroso despliegue de poder, pero esto era solo el primer movimiento. 

Alkelios saltó hacia atrás y lanzó una bola de fuego hacia donde estaba el Rey, pero el viejo lagarto la cortó a la mitad y luego lanzó una espiga de hielo hacia el humano. Usando viento, se empujó a si mismo hacia la izquierda y evadió el peligroso proyectil. Estos dos ataques tomaron lugar en una fracción de segundo. 

Con una gran sonrisa en su cara, el Rey se apresuró hacia Alkelios e intentó atacarlo con una habilidad de espada. Cuando la liberó, incontables golpes fueron lanzados, pero su oponente se las arregló para evadir la mayoría, mientras que esos que golpearon apenas y rasguñaron su armadura. Impulsándose hacia la izquierda con una ráfaga de aire, Alkelios lanzó una serie de bolas de fuego, forzando a su oponente a evadirlas. Pero el Rey no era alguien que retrocediera ante esto. Al igual que él, se impulsó hacia adelante con una ráfaga de aire y lanzó de su mano izquierda una serie de espigas de hielo. Alkelios contratacó con un escudo de fuego y luego liberó un aliento de fuego a través de su escudo, derritiendo la magia de su oponente y forzándolo a levantar un escudo de hielo. 

Todo este tiempo, se mantuvieron en el aire no con sus alas, sino con una magia de viento llamada [Wind Burst], la cual tenía el solo propósito de crear un poderoso viento que soplaba hacia la dirección que el usuario quisiera. Si se usaba en el suelo, podía empujar lejos a un enemigo, pero si se usaba en el aire, podía impulsar al usuario en el aire, el controlarlo, sin embargo, requería de práctica y habilidad. 

Alkelios aterrizó en el lado izquierdo de la arena, mientras que el Rey en el lado derecho. Ambos mostraron un feroz combate de habilidades y eso que aún les faltaba transformarse en mitad bestia. 

"¿Espigas de hielo? ¿En serio?" 

"¡Bueno, tu eres el que me atacó con una bola de fuego primero!" 

"Entonces debería subir un poco de nivel." 

"¡Yo de igual manera!" 

Los dos se observaron, pero podía decir que se estaban divirtiendo con esta batalla. Ambos eran buenos oponentes para cada uno, quienes no retrocedían ante un simple golpe. En retrospectiva, Draejan no era nada más que una mosca al lado de ellos.




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