100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-85.3

Capítulo 85: La Piedad de Seryanna (Parte 3)



El monstruo saltó hacia adelante, intentando apuntar a mi yugular, pero era demasiado lento. Lo tomé por la nuca y lo mandé hacia la entrada. El monstruo traspasó la estructura y giró un par de veces en la calle.

"[Magma Spear]"

Una lanza de roca fundida se formó frente a mí y salió disparada a la velocidad de la luz hacia la pantera. Ni siquiera tuvo el tiempo de esquivarla, lo que ocasionó que fuera perforada por el ataque. El monstruo murió sin completar una simple tarea y sus restos se desvanecieron en una luz brillante.

"Ahora entonces." Dije y me apresuré al humano, cortando su brazo izquierdo.

"¡GYAAA!" gritó de dolor, pero le di una cachetada para hacer que se callara.

"¿Adónde enviaste a los relliars secuestrados? ¡Dímelo! ¡AHORA!"

"Ugh… Monstruo lunático."

Lo apuñalé en la pierna izquierda con mi espada, cortando a través de su carne con facilidad.

"¡AGH!"

"Si no quieres que la corte, entonces empieza a hablar."

"¡OK! ¡OK! Solo no me asesines."

No prometí nada.

"Una vez que obtengo un buen grupo de relliars, los envío al Pueblo Mashat. Los traficantes hum… ¡ugh! Los traficantes humanos tienen una base ahí."

"¿Una base?"

"Sí… ¡Maldita sea, esto duele! Está justo debajo de la Iglesia del Panteón de Zeus, edificio grande, no puedes perderlo."

"Bien, ahora dime, ¿recientemente secuestraste a una niña relliar con pelaje dorado?"

"¿Esa mocosa? Sí. Ella es la princesa ¿cierto? La drogamos muy bien para que no hiciera ningún escándalo, pero el comprador nos dijo que no la tocáramos."

"¿Es así?"

"Eso es todo lo que se, señorita. Ahora déjeme ir…"

"Seguro." Asentí y troné su cuello en dos con mi mano.

Su cuerpo sin vida cayó frente a mí en el piso, y yo envié a mis flamas a que lo consumieran hasta que no quedara nada.

Así que está bajo la Iglesia del Panteón de Zeus en el pueblo Mashat. Tal vez solo es un punto adjuntado, está muy alejado de un puerto, pero juzgando por su dirección… ¿están embarcando a los relliars hacia el Reino Humano vía marítima en el Puerto Donmar?

Saliendo del edificio en llamas, caminé hacia la calle principal y llamé a uno de los guardias que había venido a ver la conmoción.

"¡Tu, el de ahí!"

"¿Sí? ¡¿Qué está pasando aquí?! ¿Quién hizo esto?"

"Ve y dile al Rey Kragarr que Seryanna Draketerus se está dirigiendo al Pueblo Mashat."

"¿Por qué debería?"

"Debido a que soy un invitado político muy importante y definitivamente querrá saber en dónde me encuentro. Puedes elegir el no hacerlo, pero eventualmente encontraré a alguien dispuesto y que se llevará toda la gloria."

El relliar me miró a mí y luego al edificio en llamas, luego otra vez a mí.

"Entendido."

"¡Bien!"

Con esto hecho, extendí mis alas y volé hacia el cielo.

Mi siguiente parada iba a ser el Pueblo Mashat. Estaba haciendo un buen progreso.

[Punto de vista de Elleyzabelle]

Mientras Seryanna le daba caza a los humanos que raptaron a la princesa relliar, yo fui a visitar a la Reina Drameer Ruvus, la esposa de Kragarr Ruvus. Ella nos dio la bienvenida dentro de su habitación, donde nos sirvió té y nos ofreció el placer de participar en una conversación casual con ella.

Esta mujer relliar era alguien que mostraba la elegancia y gusto refinado de la familia real en cada acción que realizaba. Su cabello era de un hermoso color dorado, mientras que el resto de su pelaje tendía a inclinarse hacia el tono naranja. Era una combinación de colores interesante que concordaba con sus ojos verdes.

La Reina Drameer no se cohibía del hecho de que, con el nacimiento de más de un hijo, su cuerpo ganó un poco de peso como resultado. Si la fuera a describir, diría que se en encontraba en un punto entre hinchada y regordeta, pero definitivamente no en forma.

"¿Se encuentra preocupada por la princesa?"

Moviendo sus orejas, la relliar me miró y respondió "¡Que madre no estaría preocupada por su propia cría cuando fue secuestrada por esos monstruos!" su mano se sacudió y el té se derramó. "¡Ah! ¡Perdóname!"

"No hay por qué preocuparse, su Majestad, mi caballero seguramente atrapará a esos demonios. Aunque, no puedo prometer que se les regresará para un juicio justo." Dije y tomé un sorbo de mi taza.

Debería pedirle que me obsequie algunas cajas de este té. Creo que a Madre le encantaría.

"¿Como puedes estar tan segura?"

Su mano se detuvo en el medio de limpiar la agarradera de la taza. Sus ojos observaron el líquido caliente y su ceño se frunció.

"Su Majestad…" cerré mis ojos y tomé otro sorbo de la taza "… Los humanos tienen un dicho sobre nosotros, tal vez ya lo haya escuchado."

"¿Un dicho? ¿No tienen varios de ellos?"

"Sí. Pero hay uno en particular que encaja perfecto en esta situación." Abrí mis ojos y observé el té de mi taza "Benditos sean los amigos de los dragones y lastimosas las almas de los tontos que eligieron ser sus enemigos."

"No creo haberlo escuchado antes."

"Es una frase divertida que tienden a ignorar en su mayoría, pero que habla de una verdad acerca de nuestra especie. En general, cuando nos miran desde el exterior, parecemos calmados, colectivos, pacíficos, incluso lindos, pero eso solo es entre nuestros amigos y familia." Moví mi mirada de la taza hacia los ojos de la Reina "Cuando alguien amenaza a nuestros seres queridos, a nuestras personas amadas, no tenemos miedo de hacer que el mundo entero se postre ante nosotros con miedo y temor. Ahora mismo, esos tontos humanos se atrevieron a secuestrar al amigo de una dragonesa que puso en llamas a todo un campo de batalla lleno de dragones valientes."

"No sé qué decir… solo quiero a mi preciada hija de vuelta."

Mirando hacia la ventana, me di cuenta de Kataryna creando lanzas de hielo con su magia y arrojándoselas a alguien.

Entrecerrando mis ojos, le pregunté "¿Qué estás haciendo?"

"¿Hm~? Estoy utilizando a Tanarotte como objetivo de práctica." Dijo con una sonrisa.

"¿Qué? Eso suena peligroso, deberías detenerte."

Me miró con una expresión en blanco, pero ahora había creado una lanza de hielo más grande y la lanzó fuera de la ventana.

"¡GYAAA! ¡JUSTO EN LA CARA!" Escuché su gritó hasta donde me encontraba, haciendo que incluso la Reina Drameer moviera sus orejas de la sorpresa.

Los labios de Kataryna lentamente se acomodaron en la forma de una sonrisa malévola.

Esa dragonesa sobrevivió a tal ataque. Hm, considerando todo lo que ha pasado hasta ahorita y el hecho de que tiene un Número de Poder bastante alto, Tanarotte podría probar ser un bien bastante valioso para el Reino Albeyater.

"¡Muy bien! De ahora en adelante, Tanarotte es parte de tu Orden de Caballeros. Escoge un nombre para ello y lo discutiremos con mi padre cuando volvamos." Dije asintiendo con satisfacción.

"¿Qué?" Kataryna me observó con ojos grandes.

"Pareces tener un gusto muy grande por ella, por eso es por lo que dejo su entrenamiento en tus manos." Dije y resumí el beber mi té.

"¿Qué?" su ojo izquierdo estaba temblando.

"Hm~ Este té es muy bueno." Dije con una sonrisa mientras regresaba a la conversación con la Reina.




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