100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-85.1

Capítulo 85: La Piedad de Seryanna (Parte 1)


[Punto de vista de Seryanna] 

Obtener evidencias para usar en contra de los delegados humanos iba a ser un poco difícil, pero al igual que con cualquier gran ciudad en el mundo, siempre estaban aquellos con la información necesaria que estarían dispuestos a hablar por un cierto precio. 

A pesar de que al ser una dragonesa muy seguido era llamada un poco extremista, no significaba que no entendía el hecho de que estos bastardos me llevaban un par de días de ventaja. En el poco tiempo que tenía para pasar en la capital del reino Sarakus, tenía que asegurarme de obtener toda la información que necesitara para incriminarlos antes de lanzar un ataque en contra de su grupo. Como tal, decidí el perseguir la idea de que no solo tenían los medios para secuestrar a la princesa, sino que tenían cómplices aquí en la capital dispuestos a tomar tal riesgosa misión. Esto en sí mismo daba crédito a la existencia de un escondite o base de operaciones de algún tipo dentro del Reino, el cual podría llevar a la existencia de algún tipo de documento o al menos de una confesión verbal. Para lo último, planeaba usar una simple herramienta de grabación de voz que podía obtener en casi cualquier tienda de objetos mágicos en Albeyater. 

Así, la primera cosa que quería hacer era ponerme en contacto con aquellos que tenían los recursos y medios necesarios para tomar a la princesa fuera de la ciudad sin que nadie se diera cuenta. Esto no significaba que lo hicieron, pero podrían guiarme a otra pista que me ayudaría a seguir con mi camino. Si llegaban a confesar, significaría que estuve de suerte. 

Mi primera parada eran los suburbios, el lugar de reunión de lo inmoral, lo corrupto y de la pobreza extrema. 

Estos relliars hacían lo que sea para sobrevivir, y con un solo vistazo podía decir que las condiciones de vivienda de aquí eran horribles. No solo había excremento en el camino, sino que la esencia era absolutamente horripilante, aun así, no me perturbé y también me abstuve de usar mis flamas en caso de que accidentalmente empezara una reacción en cadena. 

"¡Señorita! ¡Este no se’ lugar pa’a ti!" dijo uno de los relliars que se me acercaba. 

Tenía una oreja izquierda crestada, le faltaba su ojo izquierdo, y sus colmillos inferiores se asomaban por encima de sus labios. Era bastante alto para un relliar y su pelaje era café oscuro como la tierra por la que estaba caminando. 

Volteándome hacia él, desenvainé mi espada, Drachenkrieg, y lo golpeé con el lado plano de la cuchilla. El relliar salió volando hacia un edificio cercano, atravesando los muros. Mientras que algunos de los testigos corrieron despavoridos, yo me acerqué al relliar que andaba gimiendo y apunté mi espada a su cuello. 

"¿Dónde puedo encontrar a basura humana que disfruta secuestrar niños pequeños?" 

A mi izquierda, había una familia de relliars pobre. La madre estaba abrazando a su hijo en sus brazos con su espalda hacia nosotros, tratando de protegerlo. Los ignoré, por ahora. 

"Ugh… Señorita, no ‘nozco a ningú’ ‘cuestrador." 

"No te creo. Miénteme de nuevo y no verás la luz del día nunca jamás. Ten cuidado con lo que me dices. Soy una dragonesa caballero experta con el permiso de su Majestad para cortar a cualquier escoria que quiera. A menos que seas un Despertado Avanzado, o como ustedes relliars los llaman, Despertados, entonces no tienes ninguna oportunidad en mi contra." 

El hombre tragó saliva mientras miraba a la punta de mi espada. 

"No ‘o se…" dijo y levanté un poco mi espada en señal de ataque "¡Espera! Pe’o se de un homb’e… llamado John ‘Bigotes Largos’. Lo encontra’ás en la Taberna Sin Cráneo al final de la calle. Págale la moneda adecuada y el hablar." 

Lo observé por un momento mientras trataba de discernir si decía la verdad o no. 

Me envió con un informante, y no creo que sea el tipo de relliar que de su vida para salvar a un humano. Me dije y envainé mi espada. 

"Lárgate de aquí." 

"¡Si, Señora!" 

Mirando a mi izquierda, vi a la familia de relliars que se estaba cubriendo y les dije "No se preocupen, no los voy a lastimar, y tomen." Saqué una moneda de oro de mi bolsillo "Usen esto para reparar su casa o para salir de esta ciudad." 

"¿Huh? Esto…" la madre estaba sorprendida. 

"¿Mew~?" el niño también estaba confundido, pero valientemente me resistí a su esponjosidad. 

Me fui de la casa en busca del informante que me mencionó el tipo anterior. El encontrar la taberna era fácil. El pasar a los dos relliars de aspecto rudo en la entrada fue incluso más fácil. Los tomé a ambos de la cabeza y los estampé uno con otro. Los dos brutos quedaron inconscientes y desparramados en el suelo. 

"¡Estoy buscando por John ‘Bigotes Largos’!" declaré cuando entré. 

Tan pronto al hacerlo, silencio cayó sobre todo el establecimiento y todos los relliars me estaban mirando como si quisieran asesinarme. 

Todos eran unos debiluchos. Liberé un poco de instinto asesino y los calmé de inmediato. Solo uno de ellos intentó encararme, un gran bruto con un tarro de aspecto rudo y una espada larga en su espalda. 

"Este no ser lugar para ustedes dragones." Escupió a un lado mío. 

"…" lo miré a los ojos y entonces lo golpeé en el hocico.

El hombre salió disparado chocando con una mesa y luego contra el muro, casi traspasándolo. 

"El siguiente que intente eso también saldrá volando… literalmente." 

Nadie dijo nada y regresaron a sus bebidas. Si estos eran nobles, hubieran tratado de sacarme a patadas de aquí incluso aunque fueran más débiles que yo, pero esta gente que vivía en los suburbios se preocupaba más por sus vidas que por su orgullo. 

Caminé hacia el barman. 

"¿Dónde puedo encontrar a John ‘Bigotes Largos’?" 

Era un relliar alto con pelaje café claro y una cicatriz en su hocico. A diferencia del resto, él fue el único que permaneció calmado y continuó con sus propios asuntos, limpiar los vasos. 

"¿Vas a pagar por el muro?" preguntó sin voltear a verme y continuando con su trabajo. 

"¿Cuánto?" 

"Una moneda de oro." 

"Toma." La puse en la barra. 

Eso captó su atención. 

"¿Hm? ¿En verdad tienes la moneda y pagarás a pesar de ser un noble? Interesante." Dijo tomando la moneda y poniéndola en el bolsillo de su camisa. 

"Si. Ahora, ¿dónde puedo encontrar a John ‘Bigotes Largos’? Necesito comprar algo de información." 

"Lo estás mirando. Sígueme. Llevaremos a cabo nuestro negocio en otro lugar." Dijo y tronó sus dedos. 

En ese momento, otro relliar caminó hasta él. Era un adolescente de tal vez 17 años. 

"Relévame por un par de minutos." 

"Si, maestro." 

Seguí a John hasta la parte de atrás y entramos en una habitación con dos sillas y una mesa. Había un Cristal lumínico sobre la mesa en lugar de una vela. Luego de tocarlo, el cuarto se iluminó. 

"Por favor, tome asiento." 

Me senté y puse mi monedero sobre la mesa. 

"¿Qué requiere saber?" 

"Quiero saber si la delegación humana está detrás de los recientes secuestros de relliars." 

Cerró sus ojos y dijo "Diez monedas de cobre." 

Puse una moneda de plata sobre la mesa. 

"No lo sé. Esa es una información que yo también estoy tratando de saber. Si te enteras de cualquier cosa, te pagaré generosamente." 

Latigueé mi cola en el aire. 

"Cada respuesta tiene un precio, pregunte con cuidado." 

"Entonces, ¿hay algún humano en esta ciudad involucrado en algo como esto?" 

"Cinco monedas de plata." 

Pagué. 

"Sí. Creo que hay tres hombres con los suficientes rumores circulando sobre ellos que te harían pensar que son posibles secuestradores. Son Steve el Minero, Ronald el Curandero y el Tonto Vester." 

"¿Dónde puedo encontrarlos?" 

"Una moneda de oro." 

Pagué. 

"Steve el Minero se la pasa en la parte norte de la ciudad. Lo encontrarás cerca del burdel llamado Twin Tails. Lleva con él un pico de minería encantado como arma. Ronald el curandero es un apostador que parece no atinar ninguna, pero es un pequeño y escurridizo ladrón. Lo encontrarás aquí en los suburbios. Su casa es la que tiene una ventana quebrada al final de esta calle. El Tonto Vester es un rumoreado bandido y violador. Se pasea con su banda de relliars inadaptados en la parte sur de la ciudad por la Posada Recall." 

"Steve el Minero, Ronald el Curandero y el Tonto Vester. Esos son unos nombres extraños." 

"Sus nombres reales son desconocidos, pero el Tonto Vester tiene el rumor de ser uno de esos misteriosos héroes humanos." 

"¿Esa es información gratuita?" 

"Sí. Después de todo, si terminas chocando espadas con él, será para mi beneficio." 

"Entiendo. Gracias." 

"No hay necesidad. Esto fueron negocios después de todo, nya~" 

Me levanté de la silla y tomé mi monedero, dejando el pago por la información en la mesa. 

El primero al que visité fue a Ronald el Curandero, el ladrón que vivía no muy lejos de la taberna. Antes de entrar a su casa, activé el grabador de voz en mi bolsillo. 

La puerta estaba cerrada, así que la destrocé con una patada. El sonido fuerte hizo que se despertara. Estaba acostado en la mesa con tres botellas vacías de aguamiel junto a él. Este lugar olía peor que la celda de un convicto. 

"¡¿Quién eres tú?!" 

"Soy tu peor pesadilla." Le mostré una sonrisa y desenvainé mi espada. 

Viendo esto, hizo un sonido muy chillón e intentó salir corriendo, pero lo detuve agarrándolo por atrás y azotando su cara contra el suelo. 

"Los secuestradores de relliars, ¿dónde están?" 

"¡No sé de qué estás hablando!" gritó y quebré su brazo izquierdo. 

"¡¡¡AAA!!!" gritó del dolor. 

Los huesos estaban saliendo por encima de la carne y la sangre estaba saliendo muy rápido. 

"Dime ahora y te mostraré piedad." 

"¡Dragona lunática!" 

"Los secuestradores, ¿dónde están?" dije otra vez tomando su otro brazo. 

"¡E-Espera! ¡Y-Yo no lo sé!" 

Empecé a apretar.




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