100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 2-31.2

Capítulo 31: La Promesa Imposible (Parte 2)


Mi sugerencia de usar [Speedy Rooster] una vez más se encontró con una fuerte oposición por parte de las dragonesas.

En nuestro camino ahí, los aldeanos nos agradecieron e incluso algunos de los Paladines nos saludaron. Ahora, ellos eran neutrales o nos admiraban. Era un giro de eventos bastante extraño, pero lo que yo no sabía era que, durante la mayor parte del transcurso de la batalla, Seryanna y Kataryna actuaron como la fuerza de batalla principal, manteniendo a los no muertos a raya. Ellas incluso ayudaron a los Paladines a tomarse un momento de descanso cuando agotaron su energía.

En otras palabras, nosotros éramos los héroes locales, incluso Kleo tuvo su pequeño pedazo de fama. De cualquier modo, con la villa asegurada, no teníamos razón para quedarnos, pero justo cuando íbamos a llegar a nuestros Khosinni, Iolaus se paró enfrente de nosotros.

"Supongo que viejos rencores no pueden ser sanados fácilmente…" dijo Kataryna.

Los paladines cercanos lo observaron, mientras Seryanna le lanzaba una mirada al Gran Paladín Baltros. El dragón se encogió de hombros, ni siquiera él sabía de qué se trataba todo esto.

"¿Qué es lo que quieres Iolaus?" pregunto Kleo con un tono severo mientras daba un paso adelante y lo observaba. 

Esta vez, ella no se escondió.

El dragón agachó la mirada y apretó sus puños por un momento. Era claro que iba a hacer una elección muy difícil.

Tomando unos cuantos pasos adelante, puso su mano en su espada y la desenvaino. Seryanna tomo un paso adelante y puso su mano en su empuñadura. Incluso los Paladines empezaron a murmurar algo entre ellos.

"¡Oi! ¡Oi! ¿Lo hace en serio?" dijo uno de ellos.

"Solo déjalo, Iolaus…" otro le avisó, pero la mirada en los ojos de este hombre era firme.

Entonces, el soltó la espada junto a él. También arrojó su escudo. Esos representaban tanto su orgullo como su fuerza, aun así, el los dejo a un lado como si fueran nada.

"¿Q-Que estás haciendo? ¿Q-Que es lo que quieres de mí? ¡¿No has hecho ya suficiente?!" grito Kleo.

Esta vez, era ella la que estaba contra las cuerdas.

"¡Fufu! ¡Esto es divertido!" Kataryna estaba llena de alegría por alguna razón.

Entonces, en frente de todos, Iolaus se dejó caer de rodillas y se agachó frente a ella.

"¡Por favor perdóname, Thraherkleyoseya Draketerus!" gritó tan fuerte como pudo hacerlo.

"¿Q-Que?" dijo ella sorprendida.

"¡Iolaus! ¡No importa que, agacharse ante un necromancer es algo inaceptable para un Paladín!" vociferó el Gran Paladín Baltros.

"¡No me importa! ¡No estoy como un Paladín o como un discípulo del Templo de la Luz! ¡Estoy aquí como Iolaus von Striggnyark! ¡Un tonto dragón que se enamoró de la encantadora dragonesa Thraherkleyoseya Draketerus!"

"T-Tu… ¿Qué estás diciendo?" Kleo preguntó mientras sus mejillas se tornaban rosadas.

"¡Tu amigo, Alkelios me dijo que amar significa aceptar al otro enteramente! ¡Que si yo en verdad te amaba, no me importaría cual fuese tu elemento incluso aunque fuese el opuesto al mío! ¡Que si te amo, te voy a aceptar por completo sin excepción!" vociferó las palabras que le había dicho.

Parecía como si, tuvieron un poco de impacto en el, más de lo que habría creído.

"Estas diciendo que aún me amas… incluso aunque soy… ¿incluso aunque soy un necromancer?" preguntó ella mientras unas cuantas lagrimas corrían por sus mejillas.

"¡Sí!"

"¿Incluso si somos el elemento opuesto uno del otro?"

"¡Sí!"

"¿Incluso si le rezamos a dioses diferentes?"

"¡Sí! ¡Ni nuestros dioses, ni nuestros elementos, o incluso nuestro estado social pueden tener un decir en el verdadero amor! ¡Soy un seguidor de la Luz, de los dioses Lumenya y Lumenos, y eso mismo me da el derecho de amarte aún más que nunca!" declaro con una voz inquebrantable.

"¡Que estás diciendo incrédulo! ¡El Templo de la Luz prohíbe tal cosa!" gritó el cabeza de balde Baltros.

"Tch, bastardo molesto." Me quejé.

"¡Sí! ¡El templo! ¡El sacerdote! ¡Pero no los dioses mismos! ¡En todas las leyendas, en todas las historias, aprendimos que Lumenos no es solo el esposo de Lumenya, sino también de Nocturnia! ¡Mi dios puede amar a ambos Luz y Oscuridad, por eso, yo también puedo, su seguidor! ¡Es por eso que aquí mismo yo juro que en verdad amo a Thraherkleyoseya Draketerus!" declaró con todo el poder de sus pulmones.

"¡WOW!" dije sorprendido.

"¡No lo permitiré! ¡Perderás ambos rango y estado, Iolaus!" gritó Baltros.

"¡No me importa! ¡No es el templo el que dicta mi destino, es mi dios!" declaró, y era claro que estaba terriblemente esforzándose con su decisión.

Para ponerlo simple, él estaba pisando sobre absolutamente todo por lo que había estado trabajando hasta entonces solo para estar con Kleo. Literalmente podría incluso perder su vida si era así.

"Tonto… ¿Por qué? Después de tantos años… ¿Por qué?" preguntó Kleo llorando.

"Porque te amo, mi dulce Kleo… Y fui un tonto por creer que algo como nuestros elementos podrían interponerse en nuestro camino." Le respondió con una suave sonrisa y lágrimas en sus ojos.

Hasta entonces, el mantuvo su cabeza inclinada, pero ahora, todos podíamos ver que este orgulloso draconiano estaba llorando.

"Nunca dejé de amarte… idiota." Respondió Kleo, y tomando ventaja del momento, le di un pequeño empujón en la espalda.

Iolaus la atrapó en sus brazos, y los dos compartieron su primer beso por primera vez desde que se separaron.

"¡Este traidor!" gritó el cabeza de balde furioso.

"¡Oh cállate!"

Aquella que lo calló fue Kataryna. Le disparó una ráfaga de hielo helado y lo congeló al instante.

"¡El aún está vivo, pero si alguien quiere el mismo tratamiento, tengo Energía Mágica de sobra para todos ustedes cretinos!"

Los Paladines sacudieron sus cabezas vigorosamente y tomaron un pequeño paso hacia atrás. Después de la batalla, todos ellos estaban muy conscientes de nuestra fuerza de combate. Por sobre todo, ellos incluso se estaban confrontando conmigo y Seryanna. No tenían oportunidad de ganar.

"Aun así, no puedo permitir esto." Dijo Seryanna mientras avanzaba.

"¿Qué?"

"Mantente callado por un momento, Alkelios."

Tragué saliva.

"Hermana, de que estás hablando, ¿no se acabó todo?"

"No." Seryanna sacudió su cabeza. "Él te lastimó. El causó que te dieran caza. El negó tu derecho a ser feliz. No tengo ningún problema con que se disculpe, pero tengo una pregunta. ¿Crees que eres lo suficiente fuerte para protegerla a ella y a ti mismo?" le apuntó su espada a él.

Iolaus tenía una expresión complicada en su rostro, pero con una mirada hacia mí, respondió "No."

"Eso creía…" Seryanna envainó su espada y dejó salir un suspiro.

"¡Incluso así! ¡Yo lo protegeré!" declaró Kleo.

"No se trata de eso." Ella entonces miró a Iolaus a los ojos.

"Bueno, si ese es el caso, déjame tener una charla con él." le sugerí.

Seryanna me miró de vuelta y luego a Iolaus.

"Muy bien…" dijo ella.

"No lo entiendo." Dijo Kleo confundida.

Sonreí y caminé hacia él.

"Vamos." Le ofrecí mi mano.

"Estaré aquí de vuelta, mi amor…" dijo Iolaus y le dio un beso en la frente.

Tomando mi mano. Entonces hice un poderoso salto, el cual nos envió a volar al borde de la villa.

"¡Ah! ¡Rayos! ¡Me olvidé del ATERRIZAJEEEE!" 

Resbalé, caí, y choqué como un lemming suicida. Tener un dragón de armadura completa encima de ti no es para nada divertido.

{Busquen “El suicido del lemming” para que entiendan}


"Ugh… ¿estás bien?"

"Si… ¿Qué fue eso?" preguntó frotando sus hombros.

"Un bobo error… De cualquier modo, ¿entiendes que es lo que estaba diciendo Seryanna?"

"Si… No soy lo suficientemente fuerte incluso para protegerme yo mismo, pero ahora, también tengo que protegerla a ella."

"¡Bien!" sonreí.

"Incluso así, no es el final." Le di una palmada en el hombro.

"Pero, ¿qué puedo hacer?"

"¡Ya se! ¿Qué tal si vas a Tomeron y le pides a Brekkar que sea tu maestro? ¡Estoy seguro que el viejo general estará más que encantado de tener a alguien a quien derrotar!"

Podía sentir miedo en los ojos de Iolaus.

"Después de lo que dijiste ahí, dudo que los Paladines te dejen ir tan fácilmente. Bueno, para el tiempo en que se las arreglen para sacar a ese idiota de la prisión de hielo de Kataryna, ya estaremos muy lejos. Durante ese tiempo, tú te dirigirás a Tomeron."

Iolaus entrecerró sus ojos.

"Eso podría funcionar, pero ¿qué tan fuerte debo volverme?"

"Hm…" froté mi barbilla. "¿Qué tal hasta que alcances el Despertamiento Avanzado?"

"¡¿Qué?!" 

"¡Relájate! Con Brekkar ahí y mi ayuda, será pan comido. ¡Entonces, serás capaz de cuidar a Kleo de lo que sea!"

"Cierto, pero… Ni siquiera en una vida seré capaz de alcanzar tal nivel de poder." Dijo un poco deprimido.

"Bueno, esto es lo que significa luchar contra todos los retos. ¿Qué tanto quieres a Kleo?"

"Prácticamente di todo mi futuro por ella allá atrás… no tengo nada más… ¿Hay alguna otra cosa que pueda darle?"

"Tu vida…"

"¿T-Tú quieres que muera?"

"¡No!" le di un golpe en la cabeza.

"¡OW!"

"Dale tu vida a ella… y tal vez ella te de la suya." Le guiñé un ojo.

"¡¿Huh?!" 

"¿Es en serio? Piensa en lo que acabo de decir."

¿No puede ser tan denso o sí?

Cinco minutos después.

"Erm… ¿Quieres que haga un contrato de maestro-esclavo?"

Me rindo.

"¡No! ¡CASATE CON ELLA!" le di otro golpe.

"¡OW!"

Dejando salir un suspiro, no podía creer cuan denso este tipo era respecto al tema…

"Solo ve y declara esto en frente de ellos. Esos Paladines idiotas pensaran que estás loco, que no tendrás éxito ni en un billón de años y te dejarán solo. Una vez que las cosas se calmen, y tengas tu Despertamiento, podrás volver a decir tus votos con Kleo. ¡Esta es probablemente la única forma SEGURA en que puedas estar con Kleo! Problema resuelto, ¿verdad?"

"Cierto… eso debería funcionar…"

"Aunque aún debes pedirle ayuda a Brekkar."

"Lo entiendo."

"Bueno, vamos de vuelta entonces… Pero caminaremos esta vez. ¡No quiero saltar y accidentalmente aterrizar en una pila de excremento!" Me estremecí con el pensamiento de tal evento.

Sin necesidad de decirlo, solo podía haber deseado a mi suerte que no pasara eso, pero de algún modo se me escapó la idea.

"Gracias, Alkelios."

"¡Cuando quieras!"

Ambos regresamos al sitio, donde Kataryna encontró un nuevo asiento en la cima de la cabeza de la escultura de hielo.

Ahí, una vez más, Kleo se paró frente a Iolaus, pero esta vez, teníamos más espectadores.

"¿Acaso la multitud se hizo más grande?" le pregunté a Seryanna.

"Sí. ¿Qué fue lo que le dijiste?

"¡Oh, ya verás!" 

"Thraherkleyoseya Draketerus…" empezó.

"S-Sí." Parpadeó sorprendida.

El dragón se postro sobre una rodilla.

"¿Qué es lo que está haciendo este tonto?" pregunto un Paladín, pero la mirada de Kataryna lo abstuvo de decir otra cosa.

"Thraherkleyoseya Draketerus, planeo alcanzar el Despertamiento Avanzado. Cuando lo haga, regresaré a ti y entonces… quiero que te conviertas en mi esposa."

"¡Oh cielos!" Kataryna estaba sonriendo.

"No lo hizo, ¿lo hizo?" los Paladines empezaron a murmurar.

"Tan joven… para decir que él se quiere casar a tal edad. Pero que tonto." Comentó uno de ellos, pero no pude encontrar al sujeto.

"Rezaré por sus almas."

"¡Ahí van nuestras bebidas de esta noche!"

"¡Rayos, fallé mi oportunidad!"

¿Qué fue ese último comentario? Quería gritar ese pensamiento.

"Si… esperaré por ti, pero si yo lo alcanzo primero, ¡seré yo la que te haga mi marido!" declaró con una sonrisa.

"¡Entonces es una carrera!" declaró Iolaus.

¿Una que ahora?

"Si…" se rio ella.

Ellos dos compartieron un tierno momento, mientras que el resto de nosotros sentimos que presenciamos un momento increíble. Para la dragonesa plateada, ella estaba toda emocionada sobre esto.

Me estaba preguntando qué es lo que estaba pensando. Tal vez a ella solo le gustaban este tipo de momentos.

De cualquier modo, con esto, el asunto estaba sellado. Kleo y Iolaus una vez más se convirtieron en pareja.

"Espero que no la vaya a traicionar de nuevo." Susurró Seryanna.

"Si lo hace, estoy seguro que Kataryna tendrá algo que decir al respecto, y nosotros también." Le besé la mejilla y sostuve su mano.

Con esto terminado, preparamos nuestros Khosinni y decidimos partir a nuestros respectivos destinos. Iolaus se iba a dirigir a Tomeron, mientras que nosotros cuatro continuaríamos nuestro viaje hacia Drakaria, la capital del Reino Albeyater.

Antes de partir caminos, estreché la mano de Iolaus y le pregunté: "¿Serías mi amigo?"

"¿Huh? Qué extraña cosa preguntas… ¿qué es esto?"

"Tu decisión." Le dije.

"Sí."

"Con esto, deberías tener un incremento de velocidad al subir de nivel. ¡Dale mis saludos al viejo Brekkar!"

"¡Lo haré mi amigo! ¡Y por favor, mantén a Kleo a salvo por mí!"

"Lo haré… el problema será quien nos mantendrá a salvo de sus bromas."

"¡Hahaha!" se fue riendo.

"Tipo raro…" murmuré mientras regresaba al grupo.

"Sabes, pudiste haberte quedado con él." le dijo Seryanna a Kleo.

"No…" sacudió su cabeza "De hacerlo sería más una distracción que una ayuda para él."

"En efecto." Todos lo dijimos al mismo tiempo.

"¡Hey! ¡Eso fue malvado!"



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