100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-100.1
Capítulo 100: Partida de Trindania (Parte 1)
[Punto de vista de Mush'Nomv'Azer]
La noticia de que Andu'Yang'Ores' tuvo éxito en recuperar el Martillo de Umidaba habían alcanzado los oídos de todos los líderes de tribu. Al saber que fue socorrido por las dos dragonesas que recientemente habían pasado el Ritual Nundaba, los dwarfs empezaron a verlas como de su propia especie.
Ahora, no importaba lo que cualquier forastero declarara, Sir Kataryna y Sir Seryanna, así como la Princesa Elleyzabelle, para los dwarfs, todas eran ciudadanas de Trindania, mis ciudadanas. Como tal, la finalización del Acuerdo de Comercio y el Acuerdo de Alianza fue apresurado con apoyo por parte de algunas de las más grandes tribus de nuestra nación.
Estas tres básicamente habían hecho mi trabajo como Emperador mucho más fácil, y para ser completamente honesto, antes de que hubiesen llegado, estaba un poco inseguro en como expandir la influencia dwarf fuera de Trindania. La mayor parte del tiempo, éramos solo una bola de introvertidos que podrían rivalizar con monjes ascéticos.
"Con estos tratados firmados, esperamos empezar una amistad de larga duración entre el Imperio Trindania y el Reino Albeyater." Dijo la Princesa colocando los dos documentos en una caja dorada.
"El Imperio Trindania nos aseguraremos que la forma en que nuestra generación y la que nos sigan más adelante vean a los dragones como amigos y aliados de ahora en adelante, especialmente aquellos que vengan del Reino Albeyater. Hoy, volvieron realidad el sueño de este Emperador, y abrieron las puertas al mundo exterior por nosotros." Declaré con una amplia sonrisa en mis labios.
"Emperador Mush'Nomv'Azer, debo partir ahora junto a mis compañeros, y espero seamos capaces de encontrarnos de nuevo si el destino lo permite."
Para mí, este gesto de respeto y aceptación significaba mucho. No era más que el principio de un futuro maravilloso para Trindania.
Vi cómo se giraba y caminaba hasta la puerta, pero antes de dejar la habitación, Sir Seryanna le comentó algo, y la Princesa respondió asintiendo. Esta conversación captó mi curiosidad, y esperé para ver qué es lo siguiente que iban a hacer.
Sir Seryanna se acercó al trono y tomó un martillo de herrería desde su anillo [Bolso].
"Su Majestad, mi esposo deseaba ofrecer este obsequio al Imperio Dwarf como muestra de buena voluntad y para incrementar más nuestra relación. Inicialmente, pensábamos intercambiarlo por el polvo de aleación de Celestio-Zaradio imbuido con magia dwarf ancestral, pero con la recuperación del Martillo de Umidaba, se volvió innecesario." Dijo y luego volteó a ver a Andu'Yang'Ores, quien estaba de pie junto a mí.
El viejo dwarf llevaba consigo el Legendario martillo a todos lados, incluso al baño. Empezaba a preocuparme por su salud mental.
"¿Un martillo de herrería? ¿Fue creado por tu marido?"
"Sí, su Majestad. Espero que, con él, pueda forjar las espadas y armaduras que algún día nos auxiliarán en la batalla en caso que lo necesitemos." Se arrodilló en una pierna agachando su cabeza y presentando el martillo ante mí.
Asentí y señalé a Andu'Yang'Ores para que lo tomara.
"El Imperio Trindania acepta este regalo, y recordaré el nombre de tu marido, Alkelios Yatagai. Ambos Andu'Yang'Ores y yo nos hemos vuelto increíblemente curiosos de este sujeto humano que logró causar tal impresión en el Continente Dragón de esta manera. Que los Dioses lo bendigan con buena suerte donde sea que se encuentre, y rezamos por su sano retorno a tu lado."
Esta dragonesa, no importaba que tan buena fuese ocultándolo, su corazón palpitaba con anhelo por su esposo.
"Gracias, su Majestad."
Con esto, las dragonesas dejaron mi palacio y se dirigieron de vuelta al Puerto Nefer. De ahí, zarparían en dirección al norte hacia el Continente Elfo, a una distancia razonable del Continente Humano. Desembarcarían en la Península El'doraw, y con suerte, con ese último viaje, finalmente serían capaces de regresar a su hogar el Reino Albeyater.
Mas o menos, media hora luego de que se fueran de la sala de audiencias, Andu'Yang'Ores todavía seguía de pie en el mismo lugar donde recogió el martillo que nos obsequiaron con una mirada que podría espantar a cualquier niño. Sus ojos casi se salían de sus cuencas, su frente estaba fruncida, y su mandíbula estaba apretada.
"Andu'Yang'Ores, ¿cuál es el problema?"
"¿Hm?" giró su mirada hacia mí, y casi me provoca un ataque al corazón, pero era fuerte, NO me perturbé.
"Este martillo, su Majestad. Está… ¿está bien que yo lo use?" dijo resoplando sus fosas nasales.
"Sí… pero ¿por qué luces de esa forma? ¿Te comiste una araña podrida?"
"¡NO! ¡NO! ¡NO!" dijo sacudiendo su cabeza como un Hanba luego de una lluvia torrencial.
"¿Entonces?"
"Su Majestad, ¿sabe que estoy sosteniendo?" preguntó mostrándome el martillo obsequiado por las dragonesas.
Era de una manufactura maravillosa, cierto, pero no podía notarlo, así que giré mi cabeza de derecha e izquierda.
"Su Majestad, ¡este es el más asombroso e increíble martillo sobre el que he puesto mis manos! ¡Es tan grandioso, que no tengo palabras para expresarlo!" declaró con una apasionada mirada en sus ojos.
"¿Oh? ¿Es así? ¿Qué pasa con tu amado Martillo de Umidaba?"
Miró su cintura donde colgaba el martillo en su cinturón.
"Su Majestad, comparar el Martillo de Umidaba con este… Martillo de Alkelios, ¡es como comparar una espada de cobre corriente con una espada de aleación de Zaradio perfectamente encantada!"
"¿Huh?" ahora si me sorprendí.
"¡Este Martillo de Alkelios está más allá de la perfección, su Majestad! ¡Si con el Martillo de Umidaba podía forjar armaduras y armas de nivel Legendario, con este puedo incluso forjar objetos Divinos!"
"¡¿Qué?!" me sorprendí tanto que me levanté de mi asiento.
"Sí, su Majestad. Este es ese tipo de herramienta de creación… es un Martillo de Herrería Divino, toda una clase por encima del Martillo de Umidaba."
Caí de vuelta a mi silla mirando la herramienta en sus manos. Cuando pensaba la facilidad con la que nos obsequiaron tal objeto valioso, empecé a sentirme mal del estómago.
Esa Princesa Elleyzabelle… es maquiavélica. Pensando eso luego empecé a reírme muy fuerte.
Los demás solo me lanzaron una mirada extraña, pero los ignoré.
Con una sonrisa en mis labios y una mano en mi rostro, miré a través de mis dedos al martillo en las manos de Andu'Yang'Ores.
"No hay forma de que podamos volvernos enemigos de Albeyater… no, de los dragones en general." Dije eso y luego cerré mis ojos por un momento.
Pensé sobre lo que estaba a punto de declarar con mucho cuidado. Pensé muy bien en ello para no terminar trayendo la destrucción al Imperio Trindania, pero no importaba que, no podía ver esto como algo más que una oportunidad otorgada por los dioses.
Levantándome, miré a todos los dwarfs en esta habitación con una mirada muy seria y luego grité tan fuerte como mis pulmones lo permitían.
"¡DE ESTE DÍA EN ADELANTE, EL MARTILLO DE ALKELIOS SERÁ CONSIDERADO UN TESORO NACIONAL! Y COMO SU EMPERADOR, DECLARO QUE EL IMPERIO TRINDANIA HARÁ TODO DENTRO DE LO POSIBLE EN SU PODER PARA PERMANECER ALIADOS CON LOS DRAGONES Y MAS ESPECÍFICO CON EL REINO ALBEYATER, ¡INCLUSO SI ESO SIGNIFICA EMPEZAR UNA GUERRA CON EL CONTINENTE HUMANO!"
No había forma de retractarme de esto. Si algún día llegara el momento en que el Reino Albeyater pidiera nuestra ayuda en batalla, nosotros los dwarfs con gusto los apoyaríamos, porque ahora… ahora teníamos con QUE luchar. Nuestros Iluminados finalmente podrían portar Armas y Armaduras Divinas forjadas por nuestros propios herreros dwarfs.
[Punto de vista de Seryanna]
Cerca de una semana después de recuperar el Martillo de Umidaba, partimos del Puerto Nefer. El Capitán Mathew estaba bastante complacido de tenernos a bordo del Sueño Escorpión. Nos habían estado esperando todo este tiempo, y parecía que había algunos cambios que tomaron lugar mientras no estábamos.
Primero, dos de nuestros dragones marineros se enamoraron de dos mujeres dwarfs nativas de este puerto poblado. Decidieron seguirlos de vuelta hasta Albeyater, y para hacerlo más fácil para ellas, tuvieron una ceremonia nupcial doble hace un par de días. Quedaba ver si esta era una elección apresurada o no, pero cuando escucharon que nos íbamos de Trindania, los cuatro confirmaron su decisión.
Mientras estuvieran a bordo del Galeón, las dos dwarfs tendrían el trabajo de aprender a actuar como sirvientas para la Princesa Elleyzabelle, y ella sería quien las entrenaría. Aparentemente, necesitaba algo para entretenerse, y hacer que Tanarotte persiguiera una vara por el océano no era suficiente.
El otro gran cambio que ocurrió era el hecho de que uno de los dragones marineros murió hace más de una semana. Tuvo un accidente cuando estaba cazando un monstruo salvaje fuera del puerto. La causa de muerte fue empalamiento en el pecho. Esto me sorprendió en gran medida, dado que no tenía idea de que la fauna local pudiera matarnos con facilidad a los dragones, pero cuando investigué más a fondo sobre el caso, parecía que el tonto no estaba portando ninguna armadura protectora cuando se fue a la caza, y a que estaba un poco tomado. El dragón se apresuró a lo salvaje antes de que sus amigos pudieran detenerlo.
Fue un desafortunado accidente, pero ahora el Capitán Mathew se encontraba sin un marinero en su tripulación, por lo que contrató a dos dwarfs para tomar su lugar. Ambos eran jóvenes y llenos de ansias por navegar el vasto océano. Con el nuevo Emperador velando por la apertura de la frontera a los forasteros, no tenían que preocuparse por no volver nunca.
Si hablamos de mí, seguí pensando en Alkelios. El anhelo en mi corazón nunca cesaba, y a menudo soñaba con él. Que tonto pensar que alguna vez estuve llena de odio y enojo en contra de los humanos solo para encontrar que uno de ellos movía el mundo bajo mis pies.
Pero no me importaba como era la especie humana en general, solo tenía ojos para Alkelios y nadie más. Aunque últimamente, he estado notando un anhelo similar en los ojos de Kataryna, y empecé a preguntarme si tal vez algo similar le ocurrió en el templo que hizo cambiar su mentalidad acerca de alguien en específico.
Sabía que tenía sentimientos por Alkelios, pero nunca pude figurar que tan profundos eran. Era como si escudara su propio corazón con una barrera de hielo impenetrable. Siempre pensé que tal vez muy profundo, ella tenía miedo de dar el siguiente paso.
Como dragonesa, era hermosa, encantadora, atractiva, pero también era una persona decente con un punto suave para Alkelios. Siempre declaró que quería tener un hijo con él, y eso realmente no me molestaba. Con todo lo que nos ha ayudado y apoyado, no era una mala idea.
Pero, ¿y si quería más?
Por alguna razón, este pensamiento era el que más me molestaba. ¿Y si la Princesa Elleyzabelle tomaba su matrimonio político al siguiente nivel con Alkelios y empezaba a abrazarlo y verlo como una dragonesa a un dragón? ¿Y si Kataryna hacía lo mismo? ¿Terminaría siendo tomado de mi lado? ¿Se olvidaría de mí?
Tales pensamientos se disparaban en mi mente de vez en cuando, pero nunca se quedaban. Algo dentro de mi corazón me decía que Alkelios nunca me iba a abandonar, que nuestro vínculo era mucho más fuerte que quizás incluso me atrevía a darle crédito por ello.
Dos semanas después de que partimos del puerto, nos encontramos con una flota de acorazados pertenecientes al Imperio Akutan. Su bandera estaba ondeando con el viento en lo alto de su mástil. Sus barcos eran grandes y estaban pintados de un rojo sangre.
Al fin .....al fin encontré la continuación desde el cap 100 Dios siiiiiiiii al fin lokooooo jajaja esta novela es la primera de todas las que leí bien tengo muchas más que ya leí que le compiten pero en si para mi la mejor es esta belleza uf jaja grande ....gracias por subirla ;v
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