100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-100.2

Capítulo 100: Partida de Trindania (Parte 2)


"Ahí están, los auto proclamados dueños de estos mares." Dijo el capitán.

"¿Te has topado antes con ellos?" dijo la Princesa mientras abría su abanico y se cubría su boca.

"Varias veces, sí."

"¿Cómo fue que los evitaste?"

"No lo hice. Los rodee. Mi barco siempre era el más rápido, pero esta vez, una desviación nos tomaría una semana más de nuestro itinerario."

"Eso es inaceptable. Sir Kataryna, Sir Seryanna, ¿pueden encargarse al respecto?"

"Depende si tienen Despertados con ellos a bordo."

"O Héroes Humanos." Dijo Kataryna.

"Hm. Intente rodearlos Capitán Mathew, y si se atreven a at…" no fue capaz de terminar su frase debido a que escuchamos el sonido de cañones siendo disparados en la distancia.

"¡Yo me encargaré de eso!" dijo Tanarotte mientras se lanzaba de la borda.

El momento en que estaba encima del agua, un pez gigante de más de 30 metros de longitud saltó desde abajo y se la tragó de un solo bocado.

Las balas de cañón luego golpearon al pez en un lado, y Kataryna le dio un puñetazo por el otro para que no cayera sobre el barco. El pescado murió actuando como un escudo y vomitando a Tanarotte.

La dragonesa cayó sobre la cubierta junto a los contenidos del estómago del pez. Sus ojos estaban girando.

"¡Ugu~! ¡¿Por qué a mí?!" dijo sollozando.

"*Sigh*… Seryanna, andando." Respondí asintiendo a Kataryna.

Rápidamente nos equipamos nuestras armas y armaduras y fuimos en camino de los barcos enemigos. Kataryna saltó de la cubierta y corrió encima del agua mientras disminuía la temperatura bajo sus pies. En donde pisaba se formaba un pequeño parche de hielo.

Mientras tanto, yo tomé la ruta aérea y extendí mis alas para volar alto en el cielo. Los arqueros enemigos ya me estaban apuntando con sus arcos mientras los magos trataban de detener el avance de Kataryna. Una lluvia de lanzas de hielo, bolas de fuego, relámpagos, y Energía Mágica explosiva fue lanzada en su dirección. Pero justo como lo haría una bailarina nata al ritmo de la música, la dragonesa esquivó todos y cada uno de los ataques sin dejar que una sola gota de agua tocara su piel.

Con el caos consumiendo la superficie del agua, yo volé por los cielos, con una esfera de aire como protección suficiente para defenderme de las flechas, y usando maniobras aéreas para evadir las balas de cañón.

Como respuesta al violento ataque, lancé mis propias bolas de fuego, las cuales estaban imbuidas con mi poderosa Energía Mágica. Mi objetivo no era aquellos a bordo de los barcos, sino el barco mismo. Mis bolas de fuego liberaban una poderosa explosión en sus cascos, justo en la línea de flote. El resultado era un hoyo lo bastante grande para amenazar la integridad de aquellos a bordo.

Los ataques de Kataryna eran similares a los míos. En el momento en que alcanzó el primer barco, liberó una espiga de hielo que se formó justo debajo del mismo. La afilada punta perforó a través de la armadura, e incluso lo levantó por encima del agua unos dos metros. Cuando retiró la espiga, el barco se llenó de agua.

En total, había 34 naves en esta flota, un número bastante impresionante. Si hiciera una suposición, me imaginaba que se estaban preparando para invadir una nación extranjera, pero no podía adivinar un posible objetivo.

Con nuestros poderosos ataques de hielo y fuego constantemente atacándolos, sus acorazados rápidamente se hundían, uno tras otro. Gran cantidad de humanos se ahogaron cuando sus barcos se destruyeron mientras que muchos otros murieron debido a que se encontraban muy cerca del impacto de nuestros hechizos. Si hablamos de su contra ofensiva, era casi inexistente. Tal vez nunca pensaron que se encontrarían a dos dragonesas de nivel Avanzado tan lejos del Continente Dragón.

Luego de su séptimo barco hundido, Kataryna se apresuró en el medio de cinco de ellos y antes de que pudieran atacar, lanzó un hechizo que envió cinco espigas de hielo muy afiladas en cada dirección. Una vez que el proyectil impactó en un costado del objetivo, ella los detonó provocando una poderosa explosión que desgarró sus cascos.

No podía permitirme mostrar un desempeño inferior, así que cargué mi espada y luego envié unas cuchillas de fuego voladoras a un grupo de cuatro barcos alineados uno tras otro. Mi magia cortó su estructura como si estuviera hecha de mantequilla y las incendió todas. Los humanos envueltos en llamas trataron de apagarlas lanzándose al agua, pero los monstruos pez que eran atraídos por el olor de la sangre los estaban devorando uno a uno.

Una de las criaturas trató de morder a Kataryna, pero ella lo congeló y luego lo pateó al fondo del océano. Yo me encontraba muy arriba para preocuparme de ataques desde abajo.

Seguimos a este ritmo hasta que solo quedaban cinco barcos enemigos en toda su flota. En ese momento, vi un humano saltar desde la borda en mi dirección. Tenía una capucha roja, y toda su armadura también estaba pintada del mismo color, pero su Energía Mágica se sentía débil. Este humano no era rival para mí, pero no era tonta como para bajar mi guardia.

En el momento en que se encontraba en rango, vertí Energía Mágica en Drachenkrieg y luego volé hacia el con la intención de tomar su vida con toda mi fuerza.

"En mi nombre, el Héroe Humano Kennyard, ¡los cortaré demonios por esta transgresión en contra del Imperio Akutan!"

El primer movimiento vino de mi parte. Mi espada cortó a través de su armadura con tanta facilidad casi como si no hubiera oposición alguna, y su cuerpo fue cortado a la mitad. Los restos del humano fueron engullidos por dos peces tan pronto tocaron la superficie del agua.

"¡Esos bastardos! ¡Asesinaron a Kennyard!"

Apunté mi palma de donde gritaron eso y liberé una bola de fuego. La explosión envió a los humanos en todas direcciones, y en el medio de la confusión, Kataryna lanzó una espiga de hielo desde debajo del barco, hundiéndolo como los otros.

Para cuando terminamos, toda la flota había sido desintegrada, dejando solo los botes salvavidas en el agua. La mayoría de la tripulación fue desafortunada en caer al agua para ser comida de peces gigantes. Sinceramente, no tenía idea de por qué los botes no eran atacados. Tal vez luego le preguntaría al Capitán Mathew sobre ello.

"Regresemos, tengo hambre." Dijo Kataryna desde abajo.

Asentí y me dirigí de vuelta al Galeón de nuestra tripulación. Desafortunadamente, nunca fui capaz de saber a dónde se dirigía tal flota.

[Punto de vista del Capitán Bugpuke]

"¡Esos idiotas lagartos de tierra convirtieron mi flota en nada más que picadientes!"

Estaba tan enojado que casi estrangulo a alguien de mi tripulación, pero no había nada que hacer en contra de tal fuerza devastadora. Esta flota, después de todo, no tenía Héroes Humanos en ella, ¡y ese Héroe Humano no servía para nada más que como una broma de mal gusto! Y que si tenía una habilidad que le permitía transferir sus propias heridas en el enemigo si el enemigo estaba protegido en contra de este tonto truco o incluso peor, si era más rápido y poderoso que él, resultando en ser derrotado antes de tener la oportunidad de utilizarla.

"¡Maldito camarón en la cola de un burro, toda la operación se fue al demonio!"

¡Me encontraba en todo el derecho de estar enojado! Después de todo, este año se llevó a cabo una gran rebelión dentro del Imperio Trindania, y esos recluidos dwarfs ahora estaban en un estado de crisis. Su capacidad de combate se encontraba limitada por sus armas y armaduras, lo que permitía que nuestros Héroes fácilmente derribaran a sus Iluminados, y con nuestro gran número de tropas, superaríamos a todo su ejército de haber llegado hasta sus costas.

Esas dragonesas probablemente no tenían idea de cuantos soldados estábamos transportando, pero solo de referencia, cada uno de esos acorazados estaba cargando con 2000 hombres fuertes. La flota navegaba con un mínimo de tripulación utilizando a los soldados para cubrir los roles faltantes. No era sencillo, pero de esta forma, fácilmente habríamos conquistado la mitad de Trindania antes de que la flota de apoyo de Akutan arribara, la cual traería a los Héroes entre sus filas.

Desafortunadamente, ahora teníamos que regresar y contar nuestro fracaso. El gran plan del Segundo Príncipe se ha esfumado.

"Malditos lagartos voladores y su asquerosa suerte…"




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