100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-107.2

Capítulo 107: Como Ellos Nos Observaban (Parte 2)


Luego de irnos del área de nobles, fuimos hacia el área de artesanos. Ahí, vimos a los más expertos artesanos y herreros que este pueblo podía ofrecer. Como uno esperaría, el momento en que avistaron nuestro grupo, todos sus ojos se enfocaron sobre nuestro equipo. Al menos actuaban como profesionales, a pesar de ver el tipo de armaduras y armas que portábamos, seguían trabajando en sus proyectos sin detener o ralentizar su ritmo. Solo lo harían si podían encontrar un segundo de descanso para venir y preguntarnos como adquirimos todo esto… y al final, lo hicieron. A primera vista, yo estaba vistiendo equipo muy común.

El caso era que toda esta atención podía ser considerada una espada de doble filo. Primero, la gente a nuestro alrededor ya no estaba tan dispuesta a pensar que éramos débiles o pobres, por otro lado, podrían esparcir un par de rumores acerca de nosotros. Dependiendo de a que oídos llegaran estos rumores, podría significar problemas más adelante.

Por problemas, me refiero a larga burocracia o a molestos bandidos que intentaran robar nuestras pertenencias. Los últimos eran como cucarachas, justo cuando creías que te habías deshecho de ellas, un puñado más aparecen de la nada.

No había nada interesante para ver en el área de artesanos o en el área de nobles, aunque los humanos en nuestro grupo parecían muy curiosos y sorprendidos por algunos de los objetos que vieron en exhibición. Cuando les pregunté la razón de que basura como esa captara su atención, Ildea dijo esto con una perfecta sonrisa educada en sus labios:

"Recuerdo a un extraño individuo que de repente nos dio a todos armaduras y espadas, cada una en su propio derecho bien podría ser considerada Tesoro Nacional por el Reino Ten Swords, y aparentemente no eran tan importantes para él. Pero eso debió haber sido mi imaginación ¿verdad? Después de todo, si un genio artesano de ese calibre realmente existe, entonces sin importar que tanto se esfuercen nuestros humildes herreros, nunca esperarán alcanzar este tipo de nivel. Así que, sí, debe ser mi imaginación que un herrero tan increíble pudiera estar celoso de que sus compañeros admiraran el trabajo de estos otros humildes herreros."

No había nada que pudiera decir en su contra.

Del área de artesanos nos dirigimos de vuelta a la posada, pero tomamos una ruta más escénica y pasamos por el pequeño castillo perteneciente al noble que gobernaba este pueblo. No recuerdo su nombre, pero no me molesté en aprenderlo en primer lugar. Ildea parecía estar hablando algo con Coshun y Risha estaba jugando con Tamara, el único que estaba observando los grandes muros que separaban este estado del resto del pueblo era Kalderan.

"¿Algo que te moleste?"

"No exactamente."

Miré los muros y luego a él "Este mundo, es muy diferente al nuestro, ¿no es así?"

"¿Diferente? Podría decir que es como todo un universo de diferente. Hace seis años, mi única preocupación política era si los USA iban a declarar o no la guerra o viceversa. Pero ahora… ahora debo preocuparme no solo por cual país decida una noche atacar a este, sino también quien puede ser un noble o no debido a que ofenderlos es similar a una sentencia de muerte… ¡Y ni siquiera voy a empezar acerca de las hordas de monstruos y todo eso!"

"Hm, sí… es cierto. Unos cuantos meses luego de llegar aquí, terminé en un duelo con uno de los caballeros líderes del Reino Albeyater, el sujeto Doesya."

"¿El que dijiste que luchaste en la guerra?"

"Sí, el mismo. En ese entonces era el prometido de mi esposa. Permití que me atraparan en la trampa política orquestada por él debido a mi falta de conocimiento en la materia y casi hago que me asesinen. Fue solo gracias a mis amigos que fui perdonado, pero terminé perdiendo algo más que mi vida en ese duelo…" diciendo eso lo miré a los ojos "La dragonesa de la que me enamoré, Seryanna Draketerus… Pasé por lo que percibo como un Infierno en aquel entonces hasta que finalmente tuve las agallas de levantarme y arreglar mi error."

"¿Cómo le hiciste para levantarte?"

"Tuve amigos… y un poco de suerte."

Kalderan cerró sus ojos por un momento, estaba pensando en algo, y luego los abrió para ver de nuevo el muro "Amigos ¿eh? Tal vez si yo hubiese tenido amigos en ese entonces, ella seguiría con vida…"

Nuestra pequeña charla terminó y seguimos moviéndonos por la calle. Mientras más nos acercábamos al área de plebeyos, más aventureros y rufianes empezábamos a ver. Mientras estábamos ahí, unos cuantos nos observaron, pero ninguno con el coraje de intentar algo.

Aunque esto era un cambio de ritmo. En el área de nobles nos veían con miradas de curiosidad y tal vez admiración, y en la de plebeyos estábamos a un paso de ser enemigos de todos.

"Creen que somos un grupo de nobles adinerados que vienen solo a presumir de su riqueza y linaje." Dijo Kalderan.

"Ridículo." Respondió Coshun.

Los únicos que parecían no prestar atención a nosotros eran los aventureros. La mayoría viajaba en grupos de al menos tres personas y podían ser identificados por la discordancia de sus armas y armaduras o por el hecho de que ellos daban una sensación completamente diferente a la gente en este lugar. Los ciudadanos se sentían como si fueran una pesada piedra anclada en este lugar con cadenas invisibles, y los extranjeros como si fueran una brisa pasante.

En algún punto, me di cuenta de que algo estaba sucediendo un poco más adelante de donde estábamos, lo cual captaba la atención de los pasantes. Había un niño de al menos 10 años con cabello negro y ojos que me recordaban mucho a una persona japonesa. Tenía harapos por ropa que estaban cosidos de forma errática por una persona sin habilidad. Con lágrimas rodando por sus mejillas y con moco en su nariz, estaba de rodillas, rogándole al hombre frente a él.

En lugar de movernos, me acerqué a la escena. Había otros viajeros que se quedaron a ver también, enviando miradas de desdén al pobre niño.

"¡P-Por favor! ¡Se lo ruego! ¡P-Por favor ayude a m-mi h-hermana menor! ¡E-Está e-enferma y t-tiene f-fiebre! ¡Ella n-necesita un d-doctor! ¡Por favor! ¡S-Se lo ruego! ¡P-Por favor!" lloró el chico con un pobre acento quebrado del lenguaje local.

"Mocoso, ¡te dije que no voy a ir a los barrios bajos contigo! ¡¿Crees que alguien como yo irá a revisar a alguien que vive en ese chiquero?!" se quejó el hombre escupiéndole.

"¡P-Por favor! ¡Tengo dinero!"

"¡Sucio! ¡No necesito tu dinero robado! ¡Ve a molestar a alguien más o usa esas monedas para pagarle al sacerdote por un entierro decente!" el doctor le dio un manotazo a la mano del chico, haciendo volar las monedas.

"¡Ah! ¡No!" gritó viendo las monedas esparcidas en el suelo, algunas llegaron hasta donde estaba yo.

Me agaché y recogí una. Cuando la miré, me percaté de que fueron lavadas recientemente con agua.

"Un ladrón no se habría preocupado tanto por unas monedas robadas…"

Mirando a mi izquierda, un rufián intentó alcanzar unas de las monedas, pero le lancé una mirada para detenerlo.

"Tócala, y te cortaré la mano."

Coshun notó mi intención y se movió hasta el hombre. Viendo la prestigiosa armadura y la presión que este dragón emanaba, el rufián retrocedió y se alejó con un chillido.

Recogí todas las monedas cercanas a mí y caminé hasta el niño llorón que trataba de juntar el resto. No había nadie aquí que realmente tuviera la intención de ayudar al chico, y yo, al menos, no podía evitar sino sentir que estaba ocurriendo un tipo de discriminación aquí. Tal vez era debido a que era pobre o a sus orígenes.

Para mí, estas cosas no importaban. Con una sonrisa en mis labios, me arrodillé con una pierna en frente del niño y le entregué el resto de monedas.

"Estas deben ser tuyas."

El chico alzó la mirada, había tantas lágrimas en sus ojos que estaban nublando su visión.

"G-Gracias… s-señor."

Se limpió las lágrimas, pero cuando las miró, empezó a llorar más fuerte.

"¿Q-Que voy a h-hacer? Mi h-hermana está e-enferma… e-ella… e-ella no p-puede s-sobrevivir a-así."

Miré de vuelta a mis compañeros, todos viéndolo con la misma mirada de lástima.

"Probablemente sea de Akutan. La gente aquí no es tan cordial con ellos o con los que viven en los barrios bajos." Dijo Kalderan.

"Todo mundo inmediatamente asume que eres pobre de nacimiento o incluso que tienes algún tipo de enfermedad si vives ahí. Esto es algo que yo misma experimenté antes de ser rescatada por ti, Alkelios." Dijo Ildea."

"Sigh… bueno, ustedes saben que no puedo dejar este asunto así como está. Es solo un niño."

"Hay miles más como él ahí afuera Alkelios. Tener lástima por uno ignorando al resto es un poco hipócrita de tu parte, ¿no lo crees?"

"No. Ayudo a aquellos que se cruzan en mi camino y que sé no interferirán en mi misión actual. Si fuera a ser tan magnánimo como para detenerme y ayudar a todos a mi alrededor, después de todo lo que vi en este reino, probablemente nunca terminaría viendo a Seryanna de nuevo." Dije eso y luego pensé: Además, la entidad me dijo que me tomara mi tiempo para viajar por Ten Swords, y estoy seguro que ella recibe las alertas de la habilidad de [Dragon Tamer]. Si no fuera por esta pequeña pieza de alivio, no habría gastado ni un solo segundo en irme volando de vuelta a Albeyater a máxima velocidad, ignorando todo y a todos en mi camino. Tomar la ruta lenta ya es doloroso en sí, pero igual puedo tratar de disfrutarlo tratando de hacer el bien lo más que pueda.

"Kalderan, no es como que trate de convertirse en un santo o algo parecido. Además, no es como haya algo más interesante que ver en este pueblo." Le dijo Risha.

"Concuerdo con ella." Dijo Coshun.

"¿Q-Que están h-hablando s-señores?"

"¿S-Señores?" Ildea y Risha dijeron al mismo tiempo con una voz muy baja, como si hubieran sido golpeadas por una bomba.

"Estamos hablando acerca de ir contigo a ver cómo está tu hermana. Podríamos ser capaces de ayudarla."

"¿Qué? ¿R-Realmente me ayudarán? ¿Son doctores? ¡Ah!" al levantarse de repente una de las monedas cayó de su mano, yo la atrapé.

"No exactamente, pero tengo unas pociones extra y puede que conozca uno o dos hechizos." Dije poniendo la moneda de vuelta en su mano.

El chico la miró con grandes ojos y luego a mí. Probablemente seguía confundido sobre lo que estaba pasando, así que no lo apresuré.

"Muy bien, te llevaré con mi hermana."

"Grandioso. Bueno, mi nombre es Alkelios, el tipo grande es Coshun, el gruñón es Kalderan, las dos mujeres que parecen cristal quebrado son Ildea y Risha, y esa es… erm… ¿Chicos? ¿Dónde está Tamara?"

"¿Huh?" Risha se compuso y empezó a buscarla.

Nuestros ojos se movieron de izquierda a derecha hasta que la avistamos al final de la calle mordiendo un pescado humeante en frente de un puesto de comida.

"Por supuesto." Rodos dijimos al mismo tiempo.

"Sigh… yo iré por ella… espero tener monedas suficientes." Dijo Kalderan mientras caminaba hasta ella revisando su cartera.

Mientras tanto, el chico se levantó y se limpió su moco y lágrimas con la manga de su camisa. El dinero que tenía estaba guardado en un pequeño bolso y atado con la cuerda que utilizaba como cinturón.

"Mi nombre… Mi nombre es Amadeus."

"Encantado de conocerte, Amadeus." Dijo Ildea con una suave sonrisa.

¿Amadeus? ¿Dónde he escuchado ese nombre antes? Me pregunté.




Comentarios

  1. Respuestas
    1. Que tal bro, a fecha de hoy, llevo 1 de 3 partes listas del siguiente, a este paso en menos de una semana lo tienes.
      Saludos.

      Eliminar
    2. Lol jaja y aka están los hermanos con la naranja si no mal recuerdo jeje ...gracias por la traducción y el trabajo ... ánimo y suerteFuersas ;v

      Eliminar

Publicar un comentario