100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-106

Capítulo 106: ¿Perdí?


[Punto de vista de Alkelios]

Cuando los humanos invadieron el Reino Albeyater hace 42 años destruyendo todo el territorio Draketerus, capturaron y esclavizaron a una cantidad enorme de dragones y dragonesas, la mayoría enviados al Continente Humano antes de que Brekkar fuera capaz de salvarlos. Para cuando la invasión fue repelida, esos draconianos ya se encontraban en un bote cruzando el océano. Sin embargo, quienes fueron raptados y quienes fueron asesinados aún permanecen desconocidos incluso hoy.

Recordé leer los reportes vinculados a este trágico evento. Muchos de ellos tenían escrito el nombre de los individuos que fueron declarados desaparecidos o muertos hasta probarse lo contrario. Unos cuantos dragones y dragonesas intentaron sacar ventaja de esta situación para cambiar sus nombres. Algunos tuvieron éxito, mientras que otros fallaron miserablemente cuando entraron en contacto con aquellos que conocían a los fallecidos.

Entre los dragones y dragonesas marcados en las listas nobles, el nombre de Coshun era el que aparecía en la cima.

Su muerte fue asumida como cierta viendo que ninguna carta de rescate fue enviada hacia sus Majestades. Sabiendo esto, yo tenía un poco de esperanza en mi corazón de que tal vez podríamos encontrar a algunos de los parientes perdidos de Seryanna, incluso uno habría sido suficiente, sin embargo, las posibilidades eran vagas, casi inexistentes. Brekkar mismo identificó a la mayoría cuando encontró los cuerpos colgados como animales desplegados en los muros de la fortaleza supuesta a mantenerlos seguros.

Mi única esperanza yacía en el hecho de que tal vez en su ira y aflicción que terminó convirtiéndolo en un inválido, el gran general no fue capaz de identificar apropiadamente sus restos saltando a conclusiones. A los humanos no les preocupó quien era noble o plebeyo. Destrozaron a los draconianos como lo harían un grupo de peste extranjera que no sabía nada más que destruir la tierra y desbalancear el ecosistema.

Si hablamos de por qué dejé que mis nuevos amigos supieran todo esto, había dos motivos. Primero, era un hecho de que yo era más poderoso que ellos como para hacer algo en contra. Segundo, sabía muy bien gracias a mi tiempo con la especie dragón que la honestidad y confianza eran la llave para construir relaciones duraderas, especialmente tratándose de especies en guerra como los dragones y los humanos.

"¿El Príncipe de Albeyater?" preguntó Kalderan con grandes ojos con la sorpresa de esta revelación escrita en toda su cara.

Todos nos miraron de la misma forma, especialmente Ildea, quien probablemente no esperaba conocer a un miembro de la Familia Real de Albeyater de esta forma.

"Bueno, ya sabíamos que eras un Duque, pero esto… esto es bastante inesperado." Dijo Ildea viendo como le faltaba palabras para expresarse.

Risha solo nos miraba con una expresión vacía en su rostro. Y Tamara estaba sentada en la cama, enrollada como una bola de pelo bostezando como lo haría un gato de vez en cuando. Esta bola de pelo durmiente no tenía el más mínimo interés respecto a esta situación.

Por otro lado, la expresión de Coshun no cambió. Miraba a mis amigos y a mí con ojos que no mostraban regocijo o enojo. Con un pequeño paso al frente, se agachó a recoger el collar de cuero roto que lo mantuvo a raya por 42 años a él y a su descomunal fuerza natural por abajo de la de un humano.

El dragón apretó la pieza de cuero en sus manos y se formaron dos lágrimas en las esquinas de sus ojos. Su expresión se contorsionó como si fuera a mostrar todo el dolor, aflicción y furia contenidas durante todos estos años.

Miramos a Coshun en silencio mientras se sobreponía a todas estas emociones. Mostramos respeto a su dolor, aunque no debiéramos hacerlo. Quien sabe cuántos amigos tuvo que ver siendo asesinados o torturados por manos humanas. Quien sabe la cantidad de tragedias que atestiguó y cuantas veces se maldijo a si mismo por ser incapaz de detenerlos. Siempre estuvo ahí, observando, esperando, atrapado por el collar de cuero en su cuello, restringido por cadenas invisibles que lo drenaban de su poder. A pesar de todas estas emociones surgiendo en su interior, aún tenía la fuerza de aguantar la mayoría de sus lágrimas viendo como solo unas cuantas tocaban sus mejillas.

"Gracias…"

Asentí y sonreí.

Sus ojos luego se movieron a mis amigos humanos detrás de mí.

"Permítanme introducirme formalmente. Soy el Primer Príncipe Adoptado Coshun Seyendraugher, alguna vez Capitán de la Guardia Real de su Majestad, Reina Elliessara Seyendraugher, Palacio de Drakaria, y estudiante del General Brekkar Draketerus."

"Mi nombre es Kalderan Brahmin, un aventurero."

"¡S-Soy R-Risha! ¡Una p-plebeya y a-aventurera, sin nombre de f-f-familia! Soy una cura de gato… digo, ¡es un placer conocerlo su Alteza!"

En el lenguaje de Ten Swords, el sonido de las palabras una, gato y cura eran muy similares a las de la palabra placer. Era como decir ‘apple sure’ en inglés o 'crăcii mierea’ en rumano. (No tiene mucho sentido dado que el lenguaje de la novela no tiene importancia, el juego de palabras de esta parte en inglés se refiere a ‘a pleasure’, ‘apple sure’ sería una especie de desliz al hablarlo.)

"Por favor permítame presentarme también, Principe Coshun. Soy la primera hija de la Casa de Kor, Ildeanussi Vermida Kor, Princesa del Reino Ten Swords, y aunque en nuestro actual predicamento nuestros nombres no importan en el ámbito político, espero que acepte esta disculpa mía por la tragedia que cubrió al Reino Albeyater hace 43 años."

Esta es la primera vez que escucho su nombre completo. Con que su apellido era Kor, espera, ¿Qué? ¿43 años? ¿No que 42? Hm, la entidad en ese entonces me dijo que habían pasado mas o menos 5 años desde que los terrícolas fuimos enviados a este planeta. Han pasado tres años de un chasquido en el lugar de la entidad divina… así que… erm… 38 más 2 más 3… ¿es 42? No, espera… ¿huh? ¡¿Cuánto era?! ¡ARGH! ¡MALDITO SEAS KRONIUS! ¡Mi sentido del tiempo está todo estropeado gracias a ti!

Aunque ambos dragones y humanos tenían diferentes sistemas de medición, la duración del año era la misma. No era como si el Continente Humano tuviese un par de días extra o algo ridículo parecido, lo cual me hacía sentir un poco avergonzado y confundido.

Estaba bastante SEGURO de que han pasado 42 años desde entonces, no 43, tal vez utilizar ese evento como punto de referencia fue un error en primer lugar. No es como que la entidad me dio un mes y día preciso de cuando fui tomado del Continente Dragón para venir aquí. Los cambios estacionales eran un poco mas sutiles en este mundo hasta donde podía ver, y aun debía adquirir una habilidad o dispositivo que pudiera medir apropiadamente el tiempo. Además, podía ser posible que todos estuviésemos mal y en realidad fueran 44 años los que hayan pasado.

No, en serio, ¡¿en qué día estamos?! Sigh… HM, ¿puede que deba replantearme crear un reloj? O un calendario internacional con imágenes de gatitos… debería hablar con Kalderan sobre ello mas adelante, tal vez tenga buenas ideas.

Ildea todavía iba a decir algo luego de presentarse, mientras Coshun la observaba con sus ojos severos y expresión de piedra. Por un momento, temí que saltara a atacarla, pero si eso fuera a pasar, definitivamente detendría esa tontería. No es como si fuera a dejar que lastimara a mis compañeros solo porque era un príncipe.

"Su Alteza… Ildeanussi… Por como veo las cosas, lo que ocurrió hace 43 años no tiene nada que ver contigo, tu padre, o la mayoría de humanos con vida en este momento. Incluso así, el odio humano dirigido a nuestra especie fue heredado de abuelos a padres a hijos, y hoy en día la lucha contra nosotros sigue llevándose a cabo sin siquiera poder entender por completo el porqué. Mientras tanto, los draconianos siempre han estado a la defensiva. Nunca deseamos o queremos esta guerra, pero fuimos marcados como enemigos de todos."

El príncipe dragón me miró con una mirada llena de tristeza. Probablemente estaba pensando en lo que mi nueva familia pasó en aquel entonces, el sufrimiento, el dolor, las lágrimas derramadas por los sobrevivientes. Todo eso produjo un resentimiento profundo por la humanidad, uno que Coshun no podía clamar inexistente. Todavía estaba ahí, aferrándose con desesperación en los corazones de los dragones y dragonesas sobrevivientes, dejando salir lágrimas saladas con olor a hierro y que gritaban por venganza.

Sin embargo, yo sabía que la especie dragón como un todo tenían la remarcable característica de ser capaces de perdonar y dejar ir ese dolor después de un periodo de tiempo. Mi familia y amigos en Albeyater eran la prueba viviente de esto a través de su aceptación por mí.

"Princesa Ildeanussi, lo que Coshun intenta decir es que, si así quisiéramos, nuestros ejércitos podrían fácilmente aplastar a la resistencia humana en este continente y reclamarla como nuestra tierra. Dentro de Ten Swords, todo lo que he visto son fortalezas o ciudades incapaces de defenderse a sí mismas en contra de una armada draconiana. Dejando de lado el cielo, la superficie apenas podía aguantar el ataque de los monstruos nativos de estas tierras… lo que para Albeyater, por ejemplo, son debiluchos risibles que incluso los niños podrían derrotar."

"¿Qué? Es… ¿es eso verdad?" Ildea me miró con grandes ojos preocupados, cambiando su mirada a mí, Coshun y Kalderan, quien asintió confirmando.

Luego de tomar una bocanada de aire y exhalar lentamente, continué "Participé en la última guerra de Albeyater, así que conozco muy bien que tan poderosos son los más débiles de nuestros soldados. Si fuéramos a tomar en cuenta a los Despertados Avanzados e incluso el poder del Rey, no veo como un ejército con al menos veinte millones de soldados podrían pelear en nuestra contra."

No sabía que tan exacta era esta estimación, pero de todos modos sentí que los estaba subestimando. Lo que mataría a los dragones al final sería la fatiga obtenida por pulverizar a todos esos escudos de carne. Como dice el dicho: ¡Debiluchos, pero MUCHOS!

Ildea miró el suelo, la sorpresa de mis palabras podía leerse en su expresión, y ahora mismo probablemente se estaba preguntando por qué no habíamos hecho nada para recuperar a Coshun, o peor, destruir a los tontos humanos que planearon esta tragedia. Por suerte para nosotros, el príncipe mismo vino al rescate.

"Su Alteza, la especie dragón en general no es una raza belicista. Tenemos esperanza de vida que excede por mucho la de los humanos regulares, pero al final, no tenemos deseo de exterminar a otras especies. Desafortunadamente, no puedo expresarme por todos los ciudadanos del Reino Albeyater, pero luego de pasar todos esos años en el Continente Humano, puedo decir sin discrepar que nuestras especies no son tan diferentes una de otra. De aquí el por qué creo que si esta relación se deja como está, eventualmente los draconianos llegaremos a odiar a los humanos tanto como ellos nos odian a nosotros." Coshun habló con un tono de voz lleno de tristeza, pero dentro del cual podía sentir una sabiduría que excedía su edad.

De cierta manera, me recordaba a su padre adoptivo, Feryumstark.

"¿Pero no sientes odio o ira por lo que los humanos te han hecho por las pasadas décadas?" preguntó Kalderan con sus ojos entrecerrados.

"¿Resentimiento?" Coshun frunció su ceño mirándolo por un momento y luego viendo sus manos "Por supuesto que hay resentimiento… y odio. Hubo demasiados inocentes que fueron asesinados ante mí, tantas vidas que fueron tomadas debido al afán de los humanos por ver sangre y dolor derramados…" cerró sus ojos y apretó su puño "Sí, hay resentimiento en mi corazón." Luego atravesó a Kalderan con su afligida mirada y preguntó "¡¿Pero que bien podría brindarme este enojo y resentimiento cuando aquellos que cometieron esas atrocidades han dejado este mundo hace ya tiempo y cuando yo SÉ que los pecados del padre nunca serán los pecados del hijo?!"

Sus palabras calmadas al principio se convirtieron en un estruendoso grito al final.

No estábamos sordos o ciegos para notar que Coshun creía fuertemente en sus propias palabras. La furia todavía guardada en su corazón, el deseo por venganza todavía se encontraba ahí, pero se encontraba sin la voluntad de desquitarse en los inocentes que caminaban afuera en las calles. Nadie en esta ciudad podía expiar lo que los humanos hicieron en Albeyater, y tal vez el no tener un objetivo para su venganza era lo que más le pesaba.

Atrapado, incapaz de pelear y defenderse o de quebrantar sus propias cadenas, Coshun solo estaba ahí para observar y sufrir por todas estas décadas como un esclavo a manos de la tiranía humana. No era nada mas que un observador en un mundo que lo despojó de su libertad.

Ni siquiera podía llegar a imaginarme lo que ha sufrido u observado, pero el tono en su voz decía sus palabras con la certeza de la experiencia.

"Incluso así… lo siento…" Ildea dijo esto agachando su cabeza, sus manos temblando, y con un par de lágrimas formándose en sus ojos.

"Eres o muy ingenua o muy frágil, princesa Ildeanussi."

"Tal vez, pero… incluso yo he visto algunas cosas bastante crueles desde que fui expulsada de la capital. La gente de mi país no sonríe… y los esclavos, son tratados como objetos. Y por encima de todo, " alzó su cabeza mientras unas lagrimas rodaban por sus mejillas "no tengo el poder para detener todo eso… no tengo el poder para detener que otros sufran como tu…"

Coshun se quedó sin palabras, mientras que yo sinceramente no podía figurar lo que esta señorita estaba pensando.

Si fuera Kataryna, se hubiese encogido de hombros y simplemente le hubiera dicho que se le ocurrirá algo, tal vez incluso buscar ayuda. Seryanna habría mantenido su compostura para resolverlo con una actitud severa. Si hablamos de su Majestad, Reina Elliessara y su Alteza, Princesa Elleyzabelle, era mas probable que ya habrían arreglado un plan que resolvería todo este desastre.

Yo estaba más como "Cómo llegamos aquí… ¡¿CÓMO?! ¿Lágrimas? En serio… y Coshun, ¡¿en serio?!"

Bueno… tal vez yo era el tonto que no sabia como funcionaban las cosas. Por suerte para nosotros, aquí había alguien que podía sacarnos de esa atmosfera pesada.

Aplaudiendo un poco y caminando entre ellos, Kalderan dijo "¡Muy bien! Eso es suficiente. Aunque sea entretenido verlos cambiar de emociones más rápido que lo que yo cambio cargadores de mis armas, creo firmemente que esto es un desastre complicado que ninguno puede resolver en este momento, especialmente no en esta posada en el medio de la nada."

"Tiene razón… esto es un asunto político que se llevó a cabo durante siglos. Solo un milagro podría resolverlo." Dijo Risha, dolorosamente consciente de esta verdad.

"O una insana cantidad de suerte." Murmuré un poco.

"Sigh… tienen razón. Me disculpo." Coshun hizo una pequeña reverencia.

"Yo también… me disculpo por mi comportamiento. Me puse un poco… emocional." Ildea le siguió con una pequeña reverencia también.

"Bueno, entonces supongo que todos concordamos en que el Príncipe de aquí no será un problema. No está lleno con el insaciable deseo de descuartizar a los humanos, y la Princesa tampoco tiene miedo de él. Aunque con un monstruo como tu alrededor, dudo que siquiera hubiese importado." Kalderan me entrecerró sus ojos.

"¿Huh? ¿Estás hablando de mí?"

"No, de otro idiota que casualmente compró un esclavo que casualmente resulta ser el príncipe de su país. ¿Te das cuenta siquiera de qué tipo de grupo somos ahora?" preguntó apuntando a los dos nobles.

"Erm, no veo el problema."

"Sigh… Tú y tu maldito sentido común roto." Kalderan masajeó su frente con sus dedos.

"Incluso… Incluso un noble significaría problemas para nosotros… p-pero d-dos nobles de la realeza… y-y sin g-guardias… e-eso es…" 

"¿Ves? ¡Ya quebraste a Risha!"

"Awawa~" la pobre mujer sostenía su cabeza.

"¡No es mi culpa que terminara de esa forma! ¡En el momento en que llegué a este mundo, fue en el Bosque Seculiar siendo la primera persona con la que interactué la hija de un Duque y un héroe de guerra retirado! ¡Sin mencionar el hecho de que la primera batalla seria que libré fue en contra de alguien que incluso el Rey de Albeyater era cuidadoso! ¡Todos ustedes literalmente son las personas más NORMALES con las que me he juntado hasta ahora!"

"¿Terminaste?"

Lo miré de vuelta, desafiándolo, y levantando un dedo, pero luego lo bajé y dije "Sí."

"Muy bien, entonces ¿qué tal si vamos a conseguir ropa para el nuevo tipo y tal vez algo de comida antes de que Tamara empiece a masticar su cabeza?" apuntó a la nekatar, quien estaba mordiendo la cola de Coshun.

"¡¿Huh?! ¡Tamara! ¡No sabes donde ha estado eso!" grité y la quité rápidamente.

"Nya~ ¿Barril de pescado?"

"Erm, es posible… fui puesto junto a un barril de pescado mientras viajábamos. Debí haber remojado la punta por accidente." Dijo Coshun mirando su cola café.

Había unas cuantas marcas de dientes aquí y allá, pero nada de sangre.

"¿No sentiste nada?" preguntó Ildea sorprendida.

"¿Huh? No." Sacudió su cabeza y se quitó la playera. "Las heridas que adquirí durante la guerra y luego como esclavo dejaron insensibles algunas áreas."

"¡Kya!" el rostro de Ildea se volvió completamente rojo y se giró rápidamente.

"¿Huh?" todos miramos a ella como idiotas luego de esta reacción.

Aun así, debía admitir que Coshun tenía un cuerpo bien tonificado, pero la cantidad de cicatrices y heridas sobre él era ridícula. No me sorprende que el fuera el único con una playera puesta entre todos los esclavos varones. Con un cuerpo así, la mayoría de clientes se habrían asustado o hubieran perdido confianza en que el dragón estaba saludable.

La razón por la que Ildea gritó… no lo entendía. Seguro, Seryanna y Kataryna mostraron un poco de rosa en sus mejillas cuando me observaban entrenar sin mi camisa puesta, y algunas dragonesas me lanzaban miradas de curiosidad de vez en cuando en el Palacio Seyendraugher, pero me encontraba en mi forma de mitad bestia, así que… era natural ¿cierto?

A lo mejor, esto era similar a como me convertía en un tarado cuando Seryanna vestía su camisón transparente o caminaba fuera del baño con solo una toalla encima. Yo también me le quedaba viendo cuando ella entrenaba y portaba solo un pedazo de tela en su pecho, pero eso era completamente natural.

Además, si esto era verdad, ¿por qué Ildea no reaccionó cuando Kalderan o yo nos cambiábamos en el campamento?

¿Por qué estoy pensando en algo tan estúpido como esto? No tengo celos… es cierto, Coshun es un Príncipe, y es varonil… y asombroso… pero… sep, ¡estoy completamente celoso de algo que es absolutamente ridículo para empezar!

Quien diría que algún día terminaría sintiéndome de esta forma.

"¿Hm? ¿Risha?"

"Es vergonzoso." Dijo Kalderan cerrando la boca babeante de ella.

El momento en que cruzamos miradas, sabía que él también era parte del grupo de hombres que sintieron que perdieron en contra de los varoniles pectorales de Coshun y sus asombrosas cicatrices de batalla.

"Bueno… Vamos a comprarte algunas ropas normales y artículos personales, y te daré una armadura y un arma forjados por mí. En realidad, creo que usaré esta oportunidad para darles a todos una mejora."

En mi mente ya estaba tomando medidas y verificando si ya tenía creado algo a la talla, si no, entonces solo le encantaría con un poco de magia ajustadora de tamaño.

"¿Mejorar pescado? ¿Eso significa pez grande? ¡¿Dónde?!" Tamara se despertó y miró alrededor con sus orejas alzadas y su cola erizada en el aire.

Viendo esta actuación de ella, todos soltamos una carcajada.

Una vez calmados, le enseñé mi mano y con una sonrisa en mi rostro, dije "Bienvenido a nuestro grupo, Príncipe Coshun."

Asintió y la tomó como un bárbaro. "Será bueno viajar contigo, mi amigo."

Sonreí, pero [Dragon Tamer] no se activó. Estaba dispuesto a mostrarle confianza por ahora, pero aun era muy pronto para pensar en el como un amigo, pero quien sabe, a lo mejor en uno o dos meses esto cambiaría.




Comentarios

  1. Cuando saldrá el siguiente capitulo bro?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hello bro, hoy estaba revisando que no me faltara nada por corregir, así que el día de mañana 22/07 lo subo.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Wow estuvo genial nuevo compa futuro amigo y más estadísticas?) Jaja gracias por tu trabajo ánimo y suerteFuersas jaja ;D

    ResponderEliminar

Publicar un comentario