100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-105.2
Capítulo 105: El Esclavo Real (Parte 2)
Rascando mi cabeza, intenté preguntar "Espero entender esto correctamente, Kalderan, ¿Estás tratando de decir que Ildea no asumió su rol como Princesa?"
El hombre respondió asintiendo.
"¿Qué? ¡Eso no es verdad! Yo…" Ildea intentó contestar a sus palabras, pero Kalderan la silenció con una mirada.
"Si realmente querías actuar y asumir tu misma las responsabilidades de tu rol como Princesa de este Reino, entonces desde el primer momento de hacerlo, habrías buscado formas de protegerlo de influencias externas, de mejorar las vidas de la gente sin importar sean plebeyos o nobles, para ejercer tus derechos y poder sobre aquellos dispuestos a usarlos como propios. Dígame, Princesa ¿cuándo fue la última vez que ejerciste tu autoridad y derechos del título sin dejar que otros decidan por ti?"
Ildea permaneció en silencio por un largo rato, con sus puños apretados y con sus ojos fijos en el suelo. Estaba irritada, pero no respondió, ¿tal vez no sabía cómo?
Con su encuentro llevándose a cabo, yo escuché los argumentos de Kalderan, y en efecto, los encontré resonando con algo en mi interior. Lo que dijo trajo una punzada de dolor a mi pecho, pero no tenía idea de cuál era la razón.
"E-Eso puede ser verdad… pero… los otros… cuando la personalidad de mi padre cambió y…" intentando hablar, sus palabras estaban marcadas por la debilidad y desesperanza que sentía en este momento.
"Esas son excusas, no acciones. No culpes a otros por tu falta de voluntad y deseo de actuar por tu propio bien. Un hombre sabio me dijo una vez que es sencillo poner la culpa en alguien más, pero es endemoniadamente difícil mirarse en el espejo y admitir tus propios errores. Mientras más le eches la culpa a los demás, más duro va a ser para ti aceptar la situación actual como es y luego enfocarte fijamente en encontrar una solución." Kalderan rompió el contacto visual con ella y miró sus armas.
Cuando vi esto, me recordó de un hombre que no predicaba sus consejos de un libro leído, sino de su propia amarga experiencia.
"Ildea, creo, que él tiene razón, y a pesar de que suene injusto, sabes que dijo la verdad. ¿Pero sabes? Realmente no creo que importe lo que pensaste y como veías las cosas hasta ahora. Eres humana, creces, aprendes, te adaptas. Ya sea que cometiste un error ahora o no, no importa. Como dijo Kalderan, enfocarse solamente en la solución es lo mejor por hacer."
Bueno, era sencillo decir eso de mi parte, pero tratándose de ello, ambos Ildea y yo teníamos que poner en práctica. Yo no era tan diferente de ella en este aspecto. Mas bien, yo no podía poner un solo rol en mi lista de roles a querer asumir en mi vida. Claro, a veces sabía que es lo que quería hacer y que quería obtener o lograr, pero un rol sentía como que era algo más.
Viendo como Ildea no contestaba, Kalderan suspiró y nos dijo "Si no sabes que roles asumir por ti misma, intenta pensar que roles existen y que roles la gente asumió por sí misma. Bueno, si no tomas nota de lo que digo, simplemente puedes ignorarme, realmente no me importa."
"Un rol… nunca pensé sobre que rol puedo tener en mi vida, sino en cual era mi rol dentro de las políticas de este país. Como Princesa, realmente no creo que tenga mucha libertad de elección… en el momento en que regrese al lado de mi madre, mi capacidad para hacer algo será próxima a nada." Mientras Ildea seguía hablando, el tono de su voz lentamente se convirtió en uno de impotencia y tristeza.
Yo no fui el único que se dio cuenta de esto. Kalderan frunció su ceño y la miró con gran desagrado.
"¿Te lavaron tanto el cerebro los nobles en el palacio que no puedes ver que ahora mismo no eres ni noble ni Princesa? Eres como nosotros, una plebeya que puede morir en una orilla del camino y de la cual la gente no se va a preocupar en mirar dos veces cuando pase por aquí. Las riendas, las cadenas que te atan, la falta de libertad que mencionaste ¿dónde están aquí en este lugar? ¿Dónde están esas reglas que restringen tu ética y tu moral?"
Ildea no recibió muy bien el fuego de sus palabras, lo observó como estando a punto de arrancar su cabeza, pero entonces, algo sucedió. La mirada de sus ojos se suavizó y observó sus manos. Sus labios temblaban susurrando unas palabras que ni siquiera yo pude escuchar. Luego dejó escapar un suspiro de sumisión y miró a Kalderan.
Había una tristeza muy profunda en sus ojos, y las palabras que habló emitían una soledad terrible "No están aquí… No hay cadenas, ni sogas, nada… Soy libre, aun así, sigo encerrada en mi propia jaula."
"Es tu propia elección que quieras salir de esto o no, Ildea, no de nosotros. Siempre tendrás la libertad de elegir tus propias decisiones, solo debes ver si eres consciente de las elecciones a tu disposición."
"Risha no entiende nada… Risha perdida…" la pobre dijo mirándonos con sus ojos girando.
Gentilmente palmé su espalda diciéndole "Ya. Ya."
Tamara ni siquiera nos estaba poniendo atención, estaba persiguiendo insectos en los arbustos cercanos. Si alguien tenía una lección de libertad que enseñar, definitivamente era este inocente relliar.
"Deberíamos dejar de hablar de esto…" Dijo Ildea apartando la mirada y agarrando su hombro derecho. "Pero gracias… me diste algo sobre lo que pensar. Nunca creí que alguien tendría el coraje para decirme algo como eso y sí… ahora mismo… no hay nada que quede de mi nobleza."
"¡Hmph!" Kalderan se cruzó de brazos y rompió el contacto visual.
Estos temas eran un poco pesados para dar opinión si no se tenía una buena cerveza a la mano, o una o dos botellas de țuică. Como dicen por ahí, cuando están un poco cálidos por el calor del estómago, los hombres tienden a debatir temas de filosofia, politica, ciencia, y mujeres por supuesto.
Bueno, eso era lo que al menos mi padre decía, nunca tuve la oportunidad de emborracharme con mis amigos de la preparatoria.
Aunque el tema amargó nuestro paladar, continuamos nuestro camino hacia Mathias. Todavía estábamos a una buena distancia de las puertas del pueblo, pero ya podía avistar a varios viajeros esperando en la línea para que el guardia los deje pasar.
"Imagina si tuvieran el concepto de pasaportes."
"¿Qué es un ‘pasporte’?" dijo Risha extrañada por el juego de palabras.
"Un documento que te identifica como residente legal de cierto país. Usualmente, requieres llevarlo contigo adonde sea que viajes, pero en este continente no existe tal cosa. La mayoría de la gente utiliza su Tarjeta del Gremio o la facilidad de palabra de un comerciante viajero." Explicó Kalderan.
"¿Hm? No suena como una mala idea. Tal vez podríamos hacer algo similar a una Tarjeta de Gremio o hacer que la Tarjeta de Gremio sea mandatorio para todos." Ildea empezó a planear ideas futuras.
"¿No sería eso un desperdicio de dinero noble?" Dijo Kalderan con tono burlón.
"Estoy empezando a sospechar que tal vez yo no te agrade."
"Nah, tu no, solo esos todos poderosos nobles."
"¿Te burlas de mí?"
"¿Crees en ti misma como un todo poderoso noble? ¡Oh, que sorpresa!"
"Suficiente niños, pueden arrancarse la cabeza después de que lleguemos a la posada."
"¿Qué?" ambos me miraron.
"Ya casi llegamos." Dije apuntando al pueblo.
Mathias era como una copia de Soldra, con muros altos y resistentes que protegían a la gente de adentro de los peligros acechando en las afueras. Por lo que pude ver, había muchos más guardias patrullando los muros de este pueblo. Había casi tantos como los de una ciudad pequeña. Comparada con una ciudad de la Tierra, podía imaginar que era tan grande como la mitad de Sinaia o un cuarto del territorio de Brașov, aunque podría estar mal. Ha pasado un tiempo desde la última vez que vi un mapa de Rumania.
Los únicos lugares recientes con los que podría compararlo eran Andromeda, Tomeron y Drakaria, pero la diferencia entre esos tres y esta eran enormes. Los dragones construían estructuras altas llenas con un sentimiento de fuerza y superioridad, mientras que aquellos construidos por los humanos se sentían como golpeados por una pesada ola de depresión. No había energía en ellos, ningún deseo de expansión, ningún rastro de desarrollo. Los campesinos que circulaban por el pueblo se miraban como si fueran a caer y morir en cualquier segundo. Los nobles ni siquiera los miraban, y la relación entre hombres y mujeres era deplorable, las últimas no tenían mucho para decir en los asuntos del primero. Aunque todo esto se trataba del estándar para las civilizaciones humanas de este mundo.
Mientras yo me preguntaba estas cosas para relajar mi mente luego del bombardeo de filosofía por parte de Kalderan, me di cuenta de un carruaje acercándose a gran velocidad. Era el mismo modelo que el del comerciante en nuestra misión previa. La única diferencia era el color, este era café oscuro en lugar de negro.
¿Otro esclavista? ¿Lo pasamos de largo durante la noche sin darnos cuenta?
Nos hicimos a un lado permitiendo que el apresurado comerciante llegara a las puertas.
Tan pronto alcanzó la frontera de Mathias, vi a alguien vistiendo una túnica negra con hilo dorado saltando del carruaje y empezando a discutir con uno de los guardias. Los otros viajeros se miraban molestos por esto, pero aún estaban muy lejos de nosotros para entender que estaba pasando.
"¿Me pregunto qué sucedió?"
"Creo que hay un problema con su papeleo."
"Probablemente. ¡Oh miren! El guardia está haciendo que saque a los esclavos."
El comerciante ciertamente estaba enojado por esto, pero el que lo hizo hacer esto estaba sonriendo. Ese guardia estaba disfrutando esto.
Era entendible, y el comerciante probablemente se acercó a él con una mala actitud. Cualquiera estaría irritado por algo como esto tan temprano por la mañana, especialmente si consideras el hecho de no había algo como el café en este mundo. Espero que todavía deba ser descubierto por un explorador.
"Esos son unos muy buenos esclavos. Van a venderse a buen precio." Comentó Ildea, pero todos los demás permanecimos en silencio.
Miré a las pobres almas arrastradas fuera del carruaje. Con cadenas atadas a sus brazos y piernas, previniendo que huyeran, y un pesado collar de metal alrededor de sus cuellos. La mayoría de ellos tenían un vacío en sus ojos, como si toda esperanza estuviese perdida, mientras que otros aun conservaban esa rebeldía en su alma.
La mayoría eran humanos de diferentes tonalidades de piel y constituciones. Mirándolos a todos, me pregunté por un momento como llamarías a un individuo de piel negra cuando no había África o América para relacionarlos, ¿variante oscura tal vez? De cualquier modo, entre los humanos también había dos dwarfs y un elfo. Esos tres tenían mejores ropas que los demás, si fuera a apostar sería que debido a que su costo era más elevado.
Aun así, lo que me sorprendió era el último esclavo que salió del carruaje.
Sus ojos aun tenían esa voluntad imperecedera y la fiereza de un soldado listo para servir en el campo de batalla. Su gran cuerpo y músculos cincelados eran una señal de que estaba siendo alimentado de forma adecuada, y sus escamas café oscuro aun conservaban su brillo saludable. Con una larga cola que terminaba en una punta espinada, y un par de alas dobladas en su espalda, este hombre era sin lugar a dudas un dragón en su forma Despertada.
"Esperen aquí un momento." Le dije a los demás y caminé hasta el dragón.
Lo miré directo a los ojos, no se perturbó para nada. Era fuerte, no una persona fácil de convencer.
"¿Quién eres?" le pregunté en el lenguaje del Reino Albeyater.
"…" no respondió.
En sus ojos, definitivamente no era alguien en quien podría confiar, pero tal vez había una forma de lograr esto.
Mirando a los otros esclavos, vi que ninguno me prestaba atención, luego miré al comerciante, quien seguía peleando con el guardia, apuntando sus documentos como si se supusiera que significaran algo.
Cuando regresé mi mirada al dragón, cerré mis ojos unos segundos, y cuando los volví a abrir, eran iguales a los suyos, rasgados en la pupila. El repentino cambio lo tomó por sorpresa viendo como separaba sus labios y fruncía su ceño.
"¿Quién eres, dragón?"
"Coshun… Coshun Seyendraugher."
"¿Qué?" parpadee sorprendido al escuchar el nombre.
"Dije que me llamo Coshun Seyendraugher." Repitió con un pequeño tono gutural.
Uf se viene algo interesante um que será que será jaja :O
ResponderEliminarGracias por la traducción y el trabajo ánimo y suerteFuersas jajaja ;D