100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-78

Capítulo 78: La Barrera Política



[Punto de vista de Seryanna]

Luego de nuestra reunión con el Rey Feryumstark, junto con Kataryna, fuimos llamadas por la Reina en una de las habitaciones de recepción del segundo piso del Palacio. Estas habitaciones eran lo bastante grandes para acomodar incluso a un grupo de 50 dragones. Estaba bellamente decorado, y en el medio tenía un lujoso sofá. En frente del mueble había un par de sillones del mismo modelo, y en medio de esos dos había una mesa elegante que no pasaba de mis tobillos. Su propósito era ser usada para servir té y bocadillos.

"Por favor, tomen asiento. Oh, y no se preocupen por el acento cortés, estamos entre amigos aquí." Dijo la Reina con una sonrisa mientras se sentaba en uno de los sillones.

A pesar de que dijo eso, no importaba que tan cercanas fuéramos a esta dragonesa, al final, ella era la más alta autoridad y el individuo más importante y poderoso en todo el Reino. Una sola palabra podría causar una calamidad en toda la nación. Una orden que era incluso obedecida por el Rey.

De lo que escuché, a diferencia de las otras familias reales, los Seyendraugher parecían ser muy relajados y calmados cuando se trataba de sus temas. Sus poderosas posiciones no estaban reflejadas en sus palabras y gestos como seguido tendían a creer los plebeyos y nobles de bajo nivel. 

Es por eso que hasta que la Reina no dijera nada, yo y Kataryna permanecimos en silencio. 

Luego de más o menos un minuto, una sirvienta entró a la habitación y colocó tres tazas en frente de nosotros. A primer vistazo, parecía ser té ordinario, pero tenía cierto aroma que cosquilleaba mi nariz. El sabor probablemente era uno que estuviera a la par de la lengua de un noble. 

"Díganme si les agrada el sabor de este té Cura-Todo. Es una nueva receta. Agregué un poco de menta. Alkelios fue muy amable de mencionarme que es lo que podía y no podía mezclar en el original." Dijo la Reina mientras tomaba la taza y con tranquilidad la movía debajo de su nariz. 

Ella no lo bebió, solo tomó una probada de la esencia antes de ponerlo de vuelta en la mesa. 

"¡Creo que este es bastante bueno! Desafortunadamente, necesito dejar que se enfríe por un minuto." 

"Gracias." Dije y tomé mi taza. 

Luego de un sorbo, me encontré con un sabor bastante placentero. A pesar de que no era una experta en tés, todavía podía saber si tenía un buen sabor que me relajaba. 

"Para alguien que tiene afinidad con el fuego, este té no es caliente para nada ¿verdad?" 

"No, su Majestad." 

Para mí, este té no era para nada caliente. Desde mi Despertar, incluso puedo tomar agua hirviendo sin ningún problema. Alkelios también era igual, aunque, él algunas veces tenía la tendencia de olvidar cuando era de noche afuera al igual que Kleo. Yo disfrutaba nuestros juegos nocturnos, pero quería mirarlo cuando hacíamos el amor y no solo mirar a un montón de sombras en la oscuridad. 

"¿Una nueva receta? No será una igual a la que tenía la raíz Mandrakian ¿cierto?" dijo Kataryna alzando una ceja. 

"¡Oh, no! ¡Que los dioses nos protejan! ¡NO!" 

El té del que está hablando era uno que hizo que nosotras tres fuéramos corriendo a los sanitarios. Fue un momento muy vergonzoso para nosotras, pero el único que tuvo que sufrir fue el Rey quien sugirió esa terrible mezcla. Escuché que durmió por tres días seguidos fuera de la habitación real con solo una manta delgada que lo cubriera. La Reina dio órdenes de mantenerlo fuera de todas las habitaciones hasta que dijera lo contrario. 

"Bien." Dijo Kataryna dando un sorbo a su taza. 

Al igual que yo, esta dragonesa no tenía problemas con la temperatura del té. Aquellos con una afinidad ya sea al hielo o al fuego eran igual. Sin embargo, la extensión del cambio de temperatura que podíamos manejar dependía en gran medida de nuestros niveles y habilidades. 

En este momento, la Princesa Elleyzabelle entró en la habitación. Estaba vistiendo un vestido elegante diseñado para aquellos nacidos en la familia real. Aunque la cantidad de volantes y decoraciones en el no eran tanto de mi gusto. 

"He llegado, madre." 

"Si querida. Toma asiento. Vamos a tener una plática importante ahora." 

La misma sirvienta que nos trajo los tés entró en la habitación con una taza para la Princesa. 

Luego de retirarse, la Reina nos miró y dijo "Estamos aquí para hablar sobre el matrimonio de Alkelios con mi hija, Elleyzabelle." 

La dicha princesa escupió el té en frente de mí. Lo esquivé en el último momento. 

"¡Oh dios! Bueno, no es como que no lo supieras. Te conté esto en el campo de batalla ¿no es así?" 

"S-Si, madre, yo… bueno… pensé que habías cambiado de parecer, y…" me miró a mí y luego a Kataryna quien parecía haberse congelado en su lugar con la taza a una pequeña distancia de sus labios. 

Al parecer yo era la única que no se veía tan afectada, pero eso era solo porque sabía que mi esposo no tenía tales sentimientos por la Princesa. Él me amaba más de lo que dejaba ver. 

"¿Me permite preguntar de que se trata esto?" pregunté calmadamente. 

"Por supuesto." Dijo asintiendo. 

La Reina aplaudió y una sirvienta entró. Luego de que limpió la mesa y el sofá, se fue y la conversación se reanudó. La princesa estaba roja como tomate debido a la vergüenza. 

"Supongo que, aunque tengas una cara de seriedad, hay algunos asuntos que tornarán tus mejillas rojas en la presencia de tus amigos." La Reina bromeó mientras tocaba la mejilla de la Princesa. 

"M-Madre…" 

"¡Bien entonces! El asunto es que este matrimonio es uno absolutamente político. Queremos atar a Alkelios a nuestra familia real con el fin de detener el insano número de propuestas de matrimonio que esos tontos nobles siguen mandándole. ¡Por los dioses, incluso estuve pensando en declarar una nueva ley solo para ponerle un alto a toda esta ridiculez!" 

"Entiendo, pero yo no he recibido nada." 

"Por supuesto. Hice que todas ellas pasaran a través de mi antes de que alguna cayera en tus manos." 

"Ruego su perdón, su Majestad, ¿pero por qué haría algo como eso?" 

"Seryanna, querida, podrás ser una Despertada de Elemento Alto, pero eres bastante novata y tonta cuando se trata de nuestras políticas. Esas dragonesas ahí afuera te comerían viva en el momento en que mostraras cualquier señal de debilidad. Para Alkelios, él no es alguien que se moleste en lidiar con esos problemas hasta donde tengo entendido. Pero corrígeme si estoy equivocada." 

Tragué saliva. 

"No, su Majestad, está absolutamente en lo correcto." 

"Lo sé, es por eso que sugerí y decidí hacer oficial este matrimonio político. Como sabes, la poligamia no es un problema en nuestro Reino. Alkelios estará casado contigo y tal vez en un futuro con Kataryna también, así que añadiré a mi hija a su grupo para que actúe como la barrera política entre tu feliz vida de casada y el resto de los bufones de ahí afuera." 

Kataryna seguía sin moverse. 

"Entiendo, ¿entonces la Princesa tendrá que concebir el huevo de Alkelios?" 

Elleyzabelle no podía ponerse más roja. Si lo hiciera, creo que habría concordado con el color de mis escamas. 

"Por supuesto que no. A menos que en realidad algo se desarrollara entre los dos, nunca sugeriría o permitiría algo como eso. El matrimonio es solo en nombre. Un simple documento firmado con el consentimiento de la dragonesa con quien está actualmente casado, quien eres tú, Seryanna, y mi hija quien será su esposa. No habrá matrimonio más grandioso que el de ustedes." 

"¡Ahem!" Kataryna tosió y finalmente puso su taza en la mesa. 

"¿Sí?" preguntó la Reina. 

"Si lo que dices es verdad, entonces puedo entender el por qué quieres poner a la Princesa como una barrera política, pero ¿no es esto un poco demasiado para ella y tal vez para Alkelios?" 

"Creo firmemente que después de que regrese, el no tendrá tanto tiempo libre en sus manos mientras intenta embarazarlas a ustedes dos, así que…" esta vez fui yo la que escupió su té. 

"¡Ah! ¡Me disculpo!" 

Tuve suerte de que nada cayera en ninguna de las dos dragonesas y arruinara sus atuendos. 

"*Sigh*… ¿Tal vez debí haber preparado bocadillos en su lugar?" dijo la Reina y luego aplaudió. 

Luego de que la sirvienta limpiara la mesa nuevamente, continuamos con la conversación. 

"Supongo que es natural para él, ¿verdad? Él era antiguamente humano, y sé que los humanos están en celo todos los días todo el año. Digo, no es un secreto que ustedes dos han hecho el amor más veces que todo el castillo junto en un año." La Reina rio. 

"Ese tipo de cosas… es…" me sonrojé y agaché la mirada. 

"Sin preocupaciones, es bueno ser joven y estar lleno de energía. Sin embargo, se mantiene el hecho de que ustedes dos desean formar una familia juntos, ¿no es así?" 

Asentí en silencio. 

"Kataryna también expresó su deseo por esto más de una vez ¿verdad?" volteó a ver a la dragonesa en cuestión. 

Ella asintió silenciosamente. 

"Entonces no hay problema con ello. Solo estoy bastante sorprendida de que no te hayas embarazado hasta ahora. ¿No es estéril por mera casualidad?" preguntó con preocupación en su voz. 

"¡No! El solo, pide un deseo antes de hacerlo." Dije la última parte en voz baja y con mis mejillas volviéndose rojas. 

"¡Oh! ¡No hay necesidad de ser tímida al respecto!" la Reina se rio. "Pero ya veo, él deseó que no ocurriera. Supongo que, si deseara lo contrario, entonces… Hm, ya veo. Ya veo. Cuando regrese, haré que desee por la fertilidad de algunos de mis conocidos." 

La Reina entonces mostró ese tipo de sonrisa que solo verías en un noble que está tramando algo. Todas tuvimos escalofríos recorriendo nuestras espaldas, y me hacía preguntarme si se estaba refiriendo o no a amigos que tuvieran problemas incrementando el número de su familia. 

Por un momento, pensé acerca de mi amiga Dregarya Gorrashy y su amante secreto el Príncipe Charmeill, pero algo como eso… la Reina no lo haría, ¿o sí? 

"Bueno, volviendo al tema principal, como dije antes, la formalidad política para esto solo consiste en un pequeño papel, el cual es este de aquí." Dijo eso y luego aplaudió tres veces. 

Una sirvienta cargando una bandeja dorada decorada en sus manos entró a la habitación. Puso la bandeja en la mesa entre la Princesa Elleyzabelle y yo. Luego de una reverencia, salió de la habitación. En la bandeja que había dejado, pude ver dos documentos decorados con tinta dorada, mientras que el texto estaba escrito en negro. En el medio había una botella de tinta con un grabado, y también dos plumas con puntas doradas puestas en el lado derecho de cada documento. Sus puntas estaban apuntando en direcciones opuestas. 

"Puedes leerlo si gustas." 

Me incliné un poco y tomé el documento de la derecha. La Princesa tomó el de la izquierda. 

De lo que pude leer, las condiciones y resultados del matrimonio eran justo como la Reina dijo. También había una cosa que ella no nos mencionó. A través de este matrimonio, se volvía imposible para Alkelios el casarse con cualquier otra dragonesa a menos que ella obtenga permiso de la Reina, pero no decía nada de casarse con un Relliar, un Dwarf, o un Humano. 

Viendo mi ceño fruncido, su Majestad supuso que parte del documento me hacía preocuparme y decidió explicarme. 

"La autoridad de este documento se extiende solo dentro de las fronteras del Reino Dragón. Lo que ocurra afuera no podrá ser reconocido aquí adentro, así como lo que ocurra aquí adentro no será reconocido afuera. Declarar a través de un documento tan importante que alguien de otra especie además de dragón está permitido o no de casarse con tu marido es lo mismo que declarar que tengo autoridad de gobernar sobre todos los continentes. No creo que deba explicar qué tipo de peligro podría traer algo como esto a nuestro Reino, e incluso podríamos involucrar a todo el Continente, ¿me explico?" 

"Lo entiendo, su Majestad." 

En efecto, una guerra o cualquier otro gran conflicto político era lo que estábamos tratando de evitar a toda costa, no publicitarlo en la cara de nuestros enemigos. 

"Madre, ¿que si deseo casarme con alguien de quien me haya enamorado?" Elleyzabelle hizo la pregunta que más le importaba. 

"Este documento no te detiene de hacerlo. Somos matriarcales, cariño. Esto significa que las dragonesas tenemos el voto mandatorio sobre los dragones. Alkelios no tiene manera de detenerte si quieres hacerlo incluso si tiene una especie de amor no correspondido de tu parte. Elleyzabelle, eres libre de elegir a tu marido o maridos como desees." 

"Madre… Gracias." La Princesa mostró una sonrisa gentil y se inclinó para tomar otro sorbo a su té. 

"Pero en serio, deberías aprender a controlar mejor tus emociones. O al menos tu sorpresa. ¿Qué habrías hecho si hubiera dicho que voy a concebir el huevo de Alkelios?" lo dijo a modo de broma, pero esta vez, las tres nos ahogamos con el té. 

¡Cough! ¡Cough! "Su Majestad… Esa no es una broma tan agradable." Dijo Kataryna mientras luchaba con el té que se fue por la vía equivocada. 

"Concuerdo con eso." 

"¡Si, Madre!" 

"¿Entonces ustedes tres no saben que Alkelios ha estado viniendo en secreto a mi habitación para divertirse conmigo mientras mi marido se encuentra dormido o se está bañando? Debo decir, es bastante habilidoso para alguien que solo es mitad dragón." Dijo con un tono despreocupado. 

Todas nos congelamos cuando la escuchamos. No, en realidad, creo que tuve un mini infarto. 

Mirando nuestras expresiones de estupefacción, la Reina suspiró y sacudió su cabeza. 

"Ustedes tres en verdad necesitan algunas lecciones en ambos política y mentiras absurdas. Especialmente tú, Seryanna, ¿cómo pudiste creer que Alkelios tuvo una aventura conmigo? Y para ti, Elleyzabelle, ¿realmente crees que soy una dragonesa tan fácil?" la Reina Elliessara expresó su decepción y luego suspiró. 

"No, es solo que… sonó como si fuera… normal… y…" no sabía que decir. 

"M-Madre, tu… si, madre, tienes razón, todavía tengo mucho que aprender." La Princesa se rindió e hizo una pequeña reverencia frente a ella. 

"¿Hm, Kataryna? ¿Te encuentras bien?" la Reina preguntó mirando a la dragonesa. 

"Si, solo siento que esta conversación está un poco fuera de mi liga. ¿O más bien que yo no tengo lugar aquí? Cierto, tengo una promesa con Alkelios de concebir su huevo, pero solo después de que tenga uno con Seryanna y solo si para ese entonces aun sentimos lo mismo. Esta plática acerca de matrimonio y aventuras y mentiras y que se yo, no parece estar en la misma página que yo." 

"Entiendo, aunque tengo una pregunta. Kataryna, todavía eres virgen, ¿cierto?" 

La dragonesa de escamas plateadas se puso roja de sus mejillas y contestó en voz baja "Si…" 

"Entonces realmente crees que después de que tengas tu primera vez con él, ¿en serio vas a decir que ‘no’ a la siguiente?" 

"¿Qué?" 

"Ya lo verás." La Reina le guiñó un ojo, pero la dragonesa estaba arrinconada. 

Por mi parte sabía exactamente de lo que estaba hablando. Pero tenía que admitir que esa mentira de hace un momento me asustó un poco. Sin embargo, tenía la confianza de que Alkelios nunca me engañaría. Si, podría ser engañado en un matrimonio político, pero no en la cama con otra dragonesa. Él era un dragón leal. 

"¡Ahora entonces! Vamos a firmar estos documentos, ¿les parece? ¡Una vez que lo hagan, ustedes dos se convertirán en esposas-hermanas!" dijo la Reina con una sonrisa mientras apuntaba a la bandeja de enfrente. 

Sin ninguna cosa de la que preocuparnos ahora, tomé la pluma y lo firmé. Al igual que la Princesa Elleyzabelle. 

"Por favor cuida de mí de ahora en adelante." Me dijo con una sonrisa. 

"Lo haré." 

Con esto, Alkelios obtuvo otra esposa, pero ella solo iba a serlo en papel. Incluso si era una Princesa, no estaba planeando en dejar que alguien comparta cama con él tan fácilmente.



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