100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-67.2

Capítulo 67: El Sonido del Cuerno (Parte 2)


"Si este dragón tiene tal poder aterrador, ¿entonces por qué solo no hacemos que use una versión más débil como una advertencia? Eso disminuiría su moral y fortalecería nuestras fuerzas." El que sugirió esto fue un dragón de escamas café oscuro con armadura de placas completa de Dregaryum.

Este dragón con una mirada feroz y una espada larga a dos manos envainada en su espalda se llamaba Reyades Undrakan. Él, al igual que los otros seis aquí, era uno de los tantos Despertados Avanzados bajo el comando de la Reina y el Rey.

"Debido a que esta área es parte del sector de cereales del reino. Si ganamos esta guerra, las cosechas volverán a prosperar en un año o dos y las pérdidas podrán ser recuperadas, pero si utilizo este ataque, entonces el área al respecto no tendrá oportunidad de recuperarse por décadas." Respondí mostrando mi deseo por no usar [Itsy Bitsy BOOM!].

No importaba que tan buena fuera una bomba para ganar una guerra con facilidad, si no tenía los medios para encargarme de la lluvia radioactiva, entonces sería lo mismo que perjudicar mi propia tierra. Además, había inocentes en esta área y tal vez no todos los soldados en ese ridículo ejército vinieron a este campo por voluntad propia. Podía imaginarme a Draejan reclutando a los dragones capaces locales en su fuerza mientras tomaba las armas y armaduras de las dragonesas luchadoras.

"No veo el problema. ¿No podríamos solo plantar en otro lugar?" dijo Reyades rascando su cabeza.

"¡Si no podemos encontrar una manera de ganar sin depender del poderoso hechizo de Alkelios y dañar nuestras propias tierras, entonces sería lo mejor el no clamar que somos guerreros dragones orgullosos que defienden el honor y la justicia!" declaró Feryumstark.

"*Sigh*, su Majestad siempre ha sido alguien que prefiere no utilizar métodos inmorales a menos que sea absolutamente necesario."

El que habló fue Leone Sylvara, un dragón del elemento viento con escamas verde claro, un hermoso cabello plateado atado en una bola por la parte de atrás, y que vestía una larga túnica azul. Él era el especialista en comunicaciones del reino.

¿Métodos inmorales? Bueno… podrías decir que es una forma cobarde de atacar… a pesar de que, en una guerra, uno no se preocupa por utilizar tales medios con el fin de terminarla. ¿No sería entonces la masacre de miles de inocentes justificada como víctimas desafortunadas por el victorioso? Digo, la utilicé en ese ejército de insectos y realmente no sentí ninguna culpa o remordimiento por ello, pero ese era un ejército en el medio de la nada…

Al final, esto no era territorio de nada con un ejército de aspecto alienígena en el medio… había ciudades y pueblos en las cercanías, villas con dragones inocentes viviendo en ellas, esperando y rezando a los dioses para que esta guerra no tomara la vida de sus seres queridos. Matarlos a sangre fría o destruir sus medios de sobrevivencia irradiando estas planicies no era algo que pudiera hacer…

"Yo estoy de acuerdo con esta decisión. Hablando en términos de estrategia de guerra, era sabio en efecto el envenenar los suministros de agua y comida del enemigo, pero en este caso, ellos están invadiendo nuestro territorio. Envenenar nuestras reservas sería lo mismo que concederles una victoria temporal." Dijo la dragonesa de pie junto a la Reina.

Tenía cabello negro largo y sedoso que llegaba hasta su cintura y que contrastaba con sus escamas blancas. Como dragonesa del elemento luz, ella era una renombrada sanadora, o al menos es lo que ella decía.

Ah sí, esta tierra no pertenece a Embryger. Esos asentamientos son parte de Albeyater.

Estaba feliz de encontrar otra razón para no usar mi habilidad.

"Preferiría ganar esta guerra a través del acero y la sangre, no por algún hechizo que haga más daño que bien." Dijo Moros Onias.

Este dragón tenía escamas grises y era de doble elemento: Hielo y Tierra. Él era del tipo que dejaba que sus espadas hablaran, es por eso que la primera vez que lo conocí, inmediatamente pidió tener un duelo conmigo. Lo rechacé respetuosamente. Pelear en contra de un aliado Despertado Avanzado justo antes de empezar una guerra no era algo que llamaría inteligente.

"De igual manera concuerdo con Onias, no importa que tanto me sorprendan mis palabras." Berros Mandrakea dejó salir un suspiro y entrecerró sus ojos al dragón en cuestión.

Este tipo era una vanguardia hecha y derecha. Su constitución gigante, su armadura gruesa, escudo grande y lanza como arma lo hacían ser alguien que estaba designado a tomar la fuerza bruta de un ataque. Era un dragón de escamas cafés, lo cual sacaba a relucir el hecho de que era del elemento Tierra.

"¡Realmente no me importa siempre y cuando pueda cortar algunas cabezas y dejar que mis invocaciones liberen su lado salvaje! ¡Hihi!" dijo Mendeles Unvar.

Este dragón era del elemento Agua, y sus escamas azules estaban pulidas y bien mantenidas. Mendeles era, así como lo dijo, un dragón que se especializaba en invocación mágica, lo cual reforzaba con hechizos de largo alcance. Lo que me preocupaba acerca de él era su personalidad bastante infantil. A pesar de ser un Despertado Avanzado, se comportaba como un niño de 12 años, sin embargo, Feryumstark me aseguró que cuando se trataba de una batalla, él era un pequeño demonio escurridizo y peligroso. No era un dragón que debiera subestimarse por esto.

"Por mi parte, tengo más curiosidad acerca de lo que este fuerte dragón puede hacer en la cama." Dijo Novias Oshika con un suave ronroneo en su tono de voz.

Su armadura dejaba poco a la imaginación. Sus escamas verdes y cuerpo voluptuoso podrían hacer salir el deseo interno de cualquier hombre, pero este era exactamente su propósito. Oshika era una seductora del elemento Viento, quien utilizaba la dulce caricia del viento para seducir a dragones y dragonesas por igual para que así cometieran errores durante su batalla y dejaran una apertura por la cual ella podría conseguir un golpe fatal. También se me dijo que era bastante buena con ataques a distancia y hechizos de inmovilización. Ella podría detener a miles de dragones si quería para luego embestirlos sin piedad con su magia de largo alcance.

"¡Cuidado con lo que dices!" Seryanna observó a la dragonesa mientras ponía su mano en la empuñadura de su espada.

"¡Oh dios, la esposita es aterradora! Pero…" Oshinka le guiñó un ojo "...no me importa hacer un trío contigo."

"Deberías detenerte a menos de que quieras averiguar cómo es ser congelada y cocinada viva." Kataryna observó a Oshinka.

"Todos, por favor cálmense." Feryumstark dijo y las dos dragonesas giraron sus espaldas una a la otra con un ‘¡hmph!’ audible. Seryanna también eligió ignorarla. "Bien, ahora Brekkar, ¿cuál es tu punto de vista en todo esto?"

"A mi parecer, su Majestad, creo que el resto de nosotros vamos a seguir el juicio de Alkelios sobre esto. Él sabe de su habilidad mejor que nadie y si el firmemente dice que nos haría más mal que bien, entonces me opongo a su uso."

"Ya veo… en ese caso, el voto ha sido otorgado. Alkelios, usarás esta habilidad solo y solo si es nuestro último recurso. No quiero destruir ni envenenar nuestro territorio a tal grado. Hubiera sido un resultado diferente si habláramos del territorio enemigo."

"Hablando de esto, ¿qué ocurrió con la invasión humana?" preguntó Sylvara.

"Si, escuché sobre ello también. La única razón por la que yo, Leone y Malavan regresamos de nuestra búsqueda de la cura para la Reina es debido a la [All-Call]."

Ya veo, así que ya había un grupo enviado a encontrar la cura después de todo, ya se me hacía un poco extraño que no hubiera nadie buscando por ella, ¿pero no recibieron el memo de que la cura había sido encontrada? Pensé y luego pregunté "¿Cómo les fue con eso?"

"Muchos callejones sin salida desafortunadamente."

"Yo tengo la receta por si la quieren."

"¿Qué?"

"Nos estamos saliendo de ruta aquí. Hablen de mi cura más adelante, por ahora enfóquense en esta batalla. También, sí que envié varias cartas a ustedes tres, pero gracias a algunos espías, nunca llegaron a su destino al parecer." Dijo Elliessara mientras desdoblaba su abanico y observaba a Leone Sylvara.

"Escuché de esto también… no obstante, es más afortunado que alguien ya la haya encontrado, con respecto a la invasión humana, me pregunto si fue o no una distracción para mantener a nuestras fuerzas separadas." Preguntó Sylvara con un tono de voz calmado, pero su cola se meneaba como la de un perro feliz.

"Eso es exactamente lo que sucedió." Dijo el Rey.

"Con la repentina movilización de nuestro ejército en dos frentes separados, tuve que escribir muchas cartas y reunir muchas pruebas para ser enviadas a los países vecinos. La última de nuestras preocupaciones sería terminar siendo atacados por ellos debido a que creyeron que empezamos una campaña de conquista invasora." Explicó Elliessara.

"Su Majestad, ¿cómo puede estar segura que esas cartas alcanzaron su destino?" preguntó Verona.

"Como una cuestión realizada, ya han alcanzado su destino. Hice uso de la velocidad en vuelo de Kataryna para esto."

"En serio que me hiciste volar mucho…"

"Una vez que encontré que mis cartas nunca llegaron a su objetivo, tuve que cambiar mi estrategia. Por esto, como dije antes, voy a reforzar una vez más esta declaración frente a todos, Kataryna Greorg, estoy en deuda contigo."

"*Sigh*, no se moleste."

"Sus Majestades, ¿cuál es el plan de ataque?" preguntó Brekkar, asegurándose de que la conversación no se desviara.

Si esta reunión fuera una entre dragones regulares, habría alcanzado el punto principal hace mucho tiempo, y sus Majestades habrían sido los que dieran la mayoría de la plática, sin embargo, todos aquí eran un Despertado Avanzado o alguien cercano a uno. Nuestro estado de mente general y la manera en que veíamos las cosas era bastante diferente.

"Vamos a hacer un pequeño resumen de nuestras fuerzas enemigas. Ellos tienen seis Despertados Avanzados confirmados. Uno de ellos es un mercenario de Ozur; dos fueron enviados por la facción en Embryger; uno es del estado vasallo Novarak; uno es un mercenario nómada sin un país hogar; y el último es de Olvia. Sin embargo, estos son los únicos Despertados Avanzados conocidos y confirmados reportados por nuestros espías. Tengo razones para presumir que Draejan y su hombre hayan traído a otros o que él personalmente sea uno ahora." Explicó el Rey poniendo una figura de madera con la forma de un soldado dragón en el mapa.

"Escuché que vamos en contra de 364000 dragones. ¿Cómo desea que peleemos contra ellos con nuestros 26000?" preguntó Brekkar.

"Un ataque de frente sería un grave error. Pueden abrumarnos con puros números, y esto es probablemente lo que tenían por objetivo desde el principio."

"Me pregunto si mi historia se repetirá otra vez." Dijo Kataryna con una sonrisa en sus labios.

"Es posible, pero quiero que tú y Alkelios se encarguen de los Despertados Avanzados. Ustedes dos formarán un Equipo Caza Avanzados. Las hermanas Draketerus junto con el aprendiz de Brekkar se encargarán de los comandantes del ejército enemigo. Yo y Brekkar, formaremos un grupo y actuaremos como los Generales de este ejército, así como Comandantes y Caza Avanzados."

"¿Qué hay del resto de nosotros?" preguntó Undrakan.

"Reyades Undrakan, Leone Sylvara y Malavan Verona actuarán como los guardias de la Reina del Reino Albeyater. Deben defenderla con sus vidas, y si las cosas se ponen peor, deben escoltarla a Drakaria y ejecutar una estrategia defensiva."

"¡Como desee, su Majestad!" los tres respondieron al mismo tiempo.

¿Por qué siento que mi grupo está recibiendo un trato diferente si lo comparo con estos Despertados Avanzados? ¿O tal vez no estamos acostumbrados a las órdenes o al procedimiento estándar? Podría ser eso también…

"Berros Mandrakea, Mendeles Unvar, Novias Oshika y Moros Oniar, ustedes cuatro irán al frente y darán soporte a nuestro ejército de 26000 el cual se separará en cuatro grupos diferentes. No se metan en batalla con los Despertados Avanzados a menos que sea absolutamente necesario. Los Cazadores intentarán derribarlos antes de que se conviertan en un problema para ustedes. En esta batalla, tenemos desventaja en número de soldados, pero tenemos la ventaja en el número de Despertados Avanzados."

"¡Como desee, su Majestad!"

"Erm, si lo desea, su Majestad, puedo ofrecer mis armaduras y armas producidas en masa a los comandantes de nuestro ejército y oficiales más importantes."

"Eso sería de ayuda. ¡Ya has probado el ser un excelente herrero y encantador!"

"En efecto, esas dragonesas sí que tienen unas armas y armaduras finas. ¡La tuya también es bastante una belleza impresionante!" Dijo Unvar suspirando.

"Son mi mejor trabajo hasta la fecha."

"¿Pero es sabio cambiar de equipo a último minuto? ¿Serán capaces de utilizar su máximo potencial?" preguntó Sylvara.

"Tendrán que, aunque cierto, sería mejor si hubieras hecho esto antes." Dijo Brekkar.

"Lo siento, es algo que se me acaba de ocurrir."

"Es mejor que tengan una espada resistente en batalla incluso si no están completamente acostumbrados a ella que tener una que se rompa luego del primer golpe." Dijo Unvar asintiendo.

"Entonces no veo problema en que nuestros comandantes y capitanes cambien su equipo. Como tal, ¡declaro esta reunión como finalizada! ¡Que los dioses nos cuiden y nos guíen en el camino hacia la victoria!"

"¡Que la victoria sea para el Reino Albeyater!" todos respondimos con un tono de voz alto saludando al Rey y la Reina.

Luego de dejar la tienda, visité a cada comandante y capitán de nuestro ejército y les di a cada uno un set de armadura y arma hechas por mí. Eran muy superiores a lo que traían y que se suponía debería protegerlos de ataques de cerca de nivel 500-700. Dudé de que fueran capaces de enfrentar a un Despertado Avanzado.

Con respecto al armamento y armaduras, le dije a cada dragón que se los di como un préstamo del Reino Albeyater y que no pensaran en ello como un regalo u obsequio. Cuando esta guerra finalizara, si su Majestad juzgaba que era correcto que se la quedaran, entonces no me importaba que me dieran los materiales como pago. Por supuesto, no me preocupaba que no fueran a aceptar esta oferta. Una vez que vieran mis objetos prestados en batalla, ¡seguramente iban a poner órdenes para muchas más! Volviendo esto en algo muy rentable y entonces metiéndome en una gran pila de oro para dormir no sonaba tan mal. Bueno, solo esperaba que pequeños dwarfs molestos no aparecieran para robar mi tesoro.

Y entonces, no mucho después de equipar al último comandante, escuché el sonido del cuerno que anunciaba el inmediato ataque del enemigo.

"Y así empieza…" dije mientras volaba hacia donde estaban mis amigos.




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