100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-59.1

Capítulo 59: Una Audiencia con la Reina (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios] 

Tres días… Tres largos días privados de sueño… Ese fue el tiempo que Seryanna me mantuvo dentro de su habitación. 

Aunque, yo no era alguien para quejarme del apasionante alboroto que hicimos, pero estaba agradecido de que al menos uno de nosotros se supiera un hechizo capaz de quitarle el sonido a la habitación. No era el mismo que el de la barrera alrededor de la forja de la ciudad, pero hacia su trabajo. El hechizo se llamaba [Silence] y pertenecía a la rama del elemento Oscuridad. Lo que hacía era que absorbía todos los sonidos que tocaran los muros cubiertos, pero desafortunadamente también cubría todo el cuarto de un manto negro como la noche, forzándonos a utilizar un hechizo de luz para poder ver… erm, detalles. 

Durante estos tres largos días, no solo copulamos como conejos. Cuando tomábamos un descanso, hablábamos acerca de las cosas que nos sucedieron durante el tiempo en que no nos miramos, como el tipo de cosas por las que pasamos, lo que vimos, lo que escuchamos. Le conté a Seryanna sobre mis aventuras en el Bosque Seculiar y en el Desierto del Norte. Los momentos divertidos tenían prioridad sobre todo lo demás debido a que quería verla reír y sonreír, pero tampoco dejé de lado las partes malas. A pesar de tener 100 Suerte, hubo momentos donde chocaba con varios problemas. Cuando caí por primera vez en el bosque, más de una vez me encontré corriendo por los alrededores mientras era perseguido por una manada de monstruos. La única cosa que faltó fue una canción de persecución. 

No tuvimos problemas con agua o comida, tenía suficientes suministros en mis anillos [Bolso] y en mi habilidad [Black Hole]

Al final, Seryanna terminó sabiendo todo lo que me sucedió, y yo también supe todo lo que le sucedió a ella. Al parecer su Despertar llegó no mucho después de que me fui, entonces pasó por su primer cambio y asumió su forma draconiana actual. Las escamas en su cuerpo, la cola, las alas, los cuernos, todo era nuevo desde mi punto de vista, pero todo se sentía natural para ella, casi como si lo tuviera desde el momento en que nació. 

Los ojos de Seryanna eran de un carmesí brillante, cortados como los de cualquier otro Despertado. De cada lado de su cabeza, justo por encima de sus orejas, un par de cuernos de marfil curveados se extendían hacia atrás unos 6 centímetros. Las escamas en su espalda ahora se extendían de hombro a hombro y continuaban hasta por encima de su cola. Había un par de alas fuertes pegadas en su espalda, que se extendían con una longitud total de 6.3 metros, mientras que su cola tenía una longitud de 1.6 metros. Cuando dormíamos, ella tendía a enredar su cola alrededor de mi cintura. Incluso si lo quisiera, no podía zafarme de ella. 

Pude haber estado equivocado, pero sentí que se había vuelto mucho más sensual y atractiva. Tal vez su Despertar le dio esa confianza extra que necesitaba, pero no tenía problemas en utilizar su belleza natural para seducirme. El que yo guiara las cosas solo podía ser posible si ella me dejaba, de otra manera el hechizo de su encanto se rompía, y eso era algo que quería evitar. 

Para ser honesto, estos tres días se sintieron largos y cortos a la vez. La razón era porque ambos disfrutamos nuestro tiempo juntos. Luego de ser traído a este mundo, hubo momentos bastante contados donde podía recordar estar calmado y relajado. Todos ellos se encontraban dentro de los brazos de mi pareja. Solo con estar cerca de ella, sintiendo la calidez de su abrazo, siendo hipnotizado por su esencia, siendo atrapado en su mirada, podía olvidarme sobre la Tierra, acerca de la vida que tuve hasta ahora, acerca de la obligación que tenía con mi planeta natal… podía olvidarme de todo lo que me molestaba allá e incluso aquí, en este nuevo mundo. Todo lo que me importaba era disfrutar el momento junto a Seryanna. 

Si alguien me dijera que podría pasar el resto de mis días de esta forma con ella, habría aceptado sin preguntar, pero otra vez… ninguno de nosotros era un recluso. 

"Le dije a su Majestad que te mantendría a lo mucho por dos días, pero llevamos tres hasta ahora." Dijo ella mientras se ponía su armadura. 

"No tengo remordimientos, además, voy a regresar esta noche." Le contesté sonriendo mientras me ponía una playera de algodón negro de mi creación. 

"¿No vas a pedir un cuarto para ti?" 

"Nah. Quiero dormir contigo, no solo." 

Seryanna me mostró una sonrisa suave y asintió "Yo también deseo caer dormida contigo en mis brazos." 

"Por cierto, nunca me dijiste acerca del sistema matriarcal de este reino, ¿verdad?" 

"Creo que lo mencioné unas cuantas veces, pero para nosotros fue un poco auto explicado." Dijo mientras rascaba su cabeza, tratando de recordar. 

"Para mí no lo fue, aunque esto podría explicar porque la autoridad de Kataryna era tan alta… aunque no puedo encontrar una explicación de por qué fuiste tratada tan horrible si ese era el caso." 

"¿Horrible? ¿Por quién?" 

"Allá en Tomeron y Andrómeda, los dragones te daban una mirada maliciosa." 

"¡Oh, eso! Bueno, eso fue más que nada porque aún no Despertaba. Como te lo expliqué, los dragones Despertados son tratados como los son los adultos en la sociedad humana, mientras que los otros son más o menos niños. Es… algo instintivo para nosotros." 

"¿Es algo equivocado que piense que eso está mal?" 

"No, la mayoría de las otras especies lo creen así también, es solo que no se trata de algo que puedas cambiar de la noche a la mañana. Es parte de nuestra naturaleza. Cuando Desperté, los dragones en el palacio, así como aquellos en la ciudad empezaron a tratarme de una manera diferente. No significa que los perdoné, solo que de alguna manera entiendo su punto de vista." 

"Instintivo dices… Bueno, es cierto, t encuentro más atractiva ahora, aunque también encontraba atractiva a la Seryanna de antes, en ojos humanos eras tremendamente hermosa." 

"Aprecio el cumplido, mi amor, ¿pero no se te va a hacer tarde? No deberías tener esperando a su Majestad más tiempo." Dijo con una sonrisa seductora mientras se acercaba a mí. 

Sus caderas se menearon con una tentación mortal a cada paso que daba, y cuando se detuvo en frente de mí, enredó sus brazos alrededor de mis hombros para darme un largo y apasionado beso. Cuando separamos nuestros labios, su mirada ferviente me decía que quería más, pero fue ella la que me hizo para atrás. 

"Deberías irte antes de que tres días se conviertan en cuatro." 

"Creo que empiezo a comprender por qué los dragones tienen un sistema matriarcal." 

Con una risilla de su parte, me volteó a mirar por encima de su hombro y dijo "Tal vez, pero creo que si le preguntas a su Majestad directamente, recibirás una mejor respuesta." 

Sacudí mi cabeza y me puse una chaqueta de cuero café oscuro. 

"¡Te veré luego Seryanna!" 

"¡Ten un buen día Alkelios!" 

Antes de salir, removí el hechizo [Silence], regresando el cuarto a la normalidad. 

Hoy, no veía razón para vestir mi armadura pesada, así que vestí ropas casuales: un par de pantalones de algodón, una playera negra, un chaleco de cuero, y un par de botas de cuero militares. 

Me dirigí directo a la habitación del Rey, donde fui detenido por lo guardias. Luego de una breve introducción, uno de ellos tocó a la puerta y le dijo a su Majestad que había llegado. 

"Déjenlo pasar." 

"¡Si, su Majestad!" respondieron los guardias y abrieron camino. 

Abrí la puerta y entré. La Reina parecía estar despierta y leyendo un libro a sus niños, mientras que el Rey estaba… tejiendo. 

Ese es un pasatiempo extraño para un feroz dragón. Me dije para mí tratando de no mirar. 

"Tú debes ser el rumoreado Alkelios Yatagai. Es un placer conocerte. Soy la Reina de Albeyater, Elliessara Seyendraugher. La última vez, estaba un poco fuera de mí, así que espero comprendas que no tengo memoria de tu persona." Dijo con un tono de voz educado y con una sonrisa en sus labios. 

"No, está bien. ¡Estoy feliz de que se sienta mejor, su Majestad!" 

"Hm, en verdad te comportas como un Despertado Avanzado." Remarcó mientras tocaba su mejilla izquierda con un dedo índice dos veces. 

Parpadeé de la sorpresa e incliné mi cabeza confundido. 

"¿Por qué lo dice?" 

"Solo un Despertado Avanzado se atrevería a comportarse tan… casual en frente de mí. Cualquier otro dragón se habría arrodillado y no se atrevería a levantar su cabeza hasta que yo se lo ordenara." 

Me encogí de hombros. 

"Meh. Usted es mi amiga, así que actuar de esa forma ante usted sería considerado por mucho más irrespetuoso, ¿no lo cree?" 

"¡Ouch!" el Rey se pinchó su dedo. 

La Reina parpadeó sorprendida a mis palabras y entonces se rio cuando vio a su esposo tratando de enmendar su error. 

"Eres justo como Feryumstark te describió, valiente, astuto, y aun así… muy honesto. Cualidades que normalmente no encuentras en ambos dragones y humanos. Y sobre todo, no eres de este mundo, ¿correcto?" 

"Así es." 

"Eres un hombre fascinante, Alkelios, pero ¿dónde están mis modales? Por favor, toma asiento. Estaba a punto de terminar esta historia. Una vez finalizada, podemos retomar nuestra plática amistosa." 

"Ahora sabes por qué estoy tejiendo." Dijo el Rey. 

"*Hush*, querido, necesito concentrarme." Se rio. 

Feryumstark me miró y se encogió de hombros como si fuera nada, y luego regresó a su tejido. No estaba haciendo nada, solo desperdiciando tiempo, o tal vez yo era el que no era capaz de suponer lo que estaba haciendo. 

Dado que no tenía nada que hacer, decidí sentarme y escuchar la historia de la reina también. 

Con una calmada voz, ella empezó, mientras que los gemelos la escuchaban con grandes ojos curiosos. 

"Y así… la noche cayó sobre las tierras de Varkminsha. El príncipe, herido por su pelea anterior, se debatía entre la vida y la muerte, pero no tenía ningún deseo de darse por vencido. Fallar no era una opción, ya que, si lo hacía, su Reino entero sucumbiría ante la ruina, y su gente sufriría terriblemente. Perder la gente de su Reino era algo que temía más que perder sus tesoros sagrados escondidos en el Euphorium. Si el destino se lo permitía, no… si él no se rendía, entonces ciertamente, podría alcanzarlo antes del amanecer. Así, con una mano presionando sobre su herida, marchó adelante a través de los callejones detrás de la capital, dejando solo un pequeño rastro de sangre…" 

La Reina era buena contando historias. La forma en que hablaba te hacía que la escucharas y que pusieras atención. Trajo a la vida a personajes dentro del cuento, e incluso yo perdí la noción del tiempo escuchando las aventuras del príncipe y su improbable aliado. Era una especie de cuento acerca de un Príncipe y una Princesa. Era acerca de honor, deber, amor, y el deseo de salvar a la gente que vivía en un Reino sentenciado a la perdición. 

Detuvo su lectura antes de que la historia se extendiera, era un libro muy grueso, así que era mejor terminar en un punto al azar, por ahora, en lugar de continuar hasta llegar a un punto culminante en la historia. Los gemelos también mostraron signos de cansancio, sin embargo, antes de que los dos se fueran, voltearon a mirarme. 

"Hola…" dije un poco confundido. 

"¡Gracias por salvar a nuestra madre, Gran Héroe!" los dos hicieron una reverencia formal y me mostraron una gran sonrisa. 

"A pesar de que aún no he terminado, daré lo mejor de mí." 

Ellos se miraron, y luego a mí. "Creemos en ti." 

Con esto, dejaron la habitación.




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