100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-92.1

Capítulo 92: La Colección de Pieles (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios]

Tamara era una niña tan dulce e inocente, que no podía creer que ese monstruo humano quisiera desollarla viva y luego venderla como si fuera una especie de estatua rellena a un noble siniestro. Solo pensar en esto hacía que mi sangre hirviera, y yo no era quien para perdonar los pecados de este monstruo tan rápidamente.

En el momento que puse mis ojos sobre el comerciante, liberé mi instinto asesino y dejé que penetrara en el cuerpo de este idiota. Sintiendo su vida en peligro, gritó en pánico y buscó a alguien que lo ayudara. Sus ojos se posaron sobre Kalderan, quien aún se recuperaba de su batalla, y rápidamente corrió hacia él, medio desnudo obviamente.

"¡Hiii! ¡Tú! ¡Tú! ¿Kalderan cierto? Bugah~" preguntó y luego se cayó de cara al suelo.

Claramente podías ver en los ojos del ciudadano ruso el disgusto que sentía por esta pobre excusa de ser humano.

"Me vas a ayudar, ¿no es así? ¡Te voy a pagar! ¡De la mejor manera! ¡El dinero que le iba a dar a los demás, te lo entrego a ti! Solo… ¡no dejes que ese hombre me lastime!"

A pesar de su lloriqueada, mi amigo ni siquiera miró en su dirección. Se sentía extremadamente asqueado por su comportamiento, pero entonces, el comerciante dijo algo que no debió.

"¡Ya sé! ¿Y si te regreso a tu mujer? ¡La que se vendió en tu lugar! Tu amante ¿cierto? ¿Y si te la devuelvo? ¡La mantuve en la mejor condición! ¡Iba en camino a vendérsela a un Duque, pero la puedes tener gratis! ¡Está ahí, en el primer carruaje! ¡Solo sálvame!"

Kalderan se congeló cuando escuchó esto. Su expresión solo mostraba horror y sorpresa. La razón de esto era debido a que solo había una señal de vida en el convoy, perteneciente a la mujer que apenas y se aferraba a la vida luego de ser desollada viva por ese sujeto.

"La quieres, ¿cierto? ¿Cierto?"

Furia se acumulaba en los ojos de Kalderan e inmediatamente pateó al comerciante lejos mientras lo bombardeaba con todo tipo de groserías que se le podían ocurrir. El lenguaje variaba de humano, a draconiano oriental, ruso, inglés, francés, y un puñado que nunca escuché. Era como si su traductor pasivo no pudiera soportar su ira. Entonces apuntó su arma al comerciante y empezó a disparar hasta que vació todo un cargador a su alrededor.

Cuando acabó, había un silencio total que cubrió todo el lugar, donde solo se escuchaba los sollozos del comerciante y la respiración agitada de Kalderan tratando de calmarse.

"¿Te encuentras bien?" pregunté acercándome a él.

Tamara se sujetaba de mi ropa mientras se ocultaba tras de mí.

"E-Estoy bien… Solo… que… Sofía… ella… ella está aquí… o más bien…" entonces miró al primer carruaje y su expresión se convirtió en una de dolor "¡AAAA!" gritó apretando la empuñadura de sus armas.

Por sus mejillas rodaron lágrimas y sus hombros temblaban por el sentimiento que estaba soportando, por todo lo que estaba pasando.

Yo no podía ni imaginar la angustia que lo acababa de golpear. Si me fueran a decir que el cuerpo de Seryanna había sido disecado por este tipo, en mi dolor, probablemente hubiese liberado ataques de [Itsy Bitsy BOOM!] sin parar por todo el continente sin importarme que matara a inocentes en el proceso, y el puro pensamiento de esto me ponía los pelos de punta.

Tal vez estaba exagerando un poco, y claro que no haría eso. Además, esta pobre excusa de hombre no tenía el poder para siquiera tocar un cabello de mi amada esposa. De cualquier modo, era claro que no iba a dejarlo con vida. Si los bandidos que he cazado hasta ahora han conocido el filo de mi espada, ¿por qué no sucedería el mismo destino con esta escoria?

"¡T-Tu! ¡COMO TE ATREVES! ¡¿No saben quién soy?!" dijo enojado.

"Hm… ¿a alguien le importa?"

"¡COMO TE ATREVES! ¡Soy Ghabarat Vadam, un honorable miembro de la Black Company! ¡Si te atreves a tocarme, enfrentarás su ira! ¡No habrá ni un solo hueco en el continente donde te puedas esconder! ¡Nadie que te respalde y ayude! ¡Incluso tenemos al Rey del Reino Ten Swords como nuestra pertenencia!"

¿Tenía un nombre? Espera, eso no es importante. "Básicamente… ¿todos ustedes son basura?"

"¡Eres insolente y molesto! ¡¿No sabes del atemorizante poder de la Black Company?!"

"Alkelios, ¿recuerdas lo que te comenté ayer?" preguntó Kalderan temblando de ira.

"¿Sobre él? Hm, creo que sí."

Personalmente, no veía porqué me debería importar, pero solo entendí que era un grupo que no temía utilizar métodos como secuestro para persuadir y manejar a sus objetivos como les placiera. En otras palabras, era una amenaza a todos aquellos más débiles a mi alrededor, y de acuerdo a lo que dice este hombre, podía influir en las leyes de este país de tal manera que me convertiría en el enemigo número uno.

¿Igual y ya soy enemigo del reino siendo que soy Duque del Reino Albeyater no?

"¡Si Black Company no puede cazarte, irá tras todos aquellos cercanos a ti! ¡Cada hombre, mujer o niño que se haya acercado lo suficiente como para ser llamado conocido tuyo será su objetivo! ¡Y no esperes pasar desapercibido ya que he grabado todo con este anillo de aquí! ¡Ahora mismo, alguien en la Black Company sabe sobre ti y esta pelea!"

"Hm, ¿es así?" dije y me moví delante tan rápido que no pudo verme.

Con un movimiento de mi espada, corté su mano hasta la muñeca.

"¡GYAAAH!"

Era la mano que tenía el anillo. Utilicé [Identificus Processus Juridicus] para ver su información. Esto era lo que mostraba la ventana que solo yo podía ver:

(Anillo de Visión Absoluta): Creación de un poderoso encantador, este anillo está conectado a una (Esfera de Visión) en la cual puede proyectar una representación visual perfecta de todo lo que está ocurriendo en un radio de 20 metros alrededor del usuario. Al imbuirlo con magia, también es capaz de enviar grabaciones de audio.

Básicamente, una mini cámara.

"Interesante."

"¡M-Mi mano!" lloraba Ghabarat agarrando su muñón sangrante.

"¡Hola! ¿Pueden escucharme por allá? Le di suficiente combustible a esta cosa para que funcione, así que deberían. Pero bueno, esta es la situación. Le aconsejo a esta Black Company de ustedes que no se meta en mis asuntos o con mis conocidos a menos que tengan un deseo de destrucción inmenso. No tengo el tiempo para cazarlos a todos y cada uno, pero solo necesitan darme una buena razón, y no habrá un hoyo donde se podrán esconder de mi ira."

"¿Qué clase de idiota amenaza a la Black Company?"

"El tipo de idiota que tiene la fuerza y el apoyo para poner en vergüenza a tu pequeña compañía. Su pequeño amigo de aquí, el dueño de esta mano, se metió conmigo y se las arregló para ponerme de malas. Ahora, no serían la primera organización criminal que destrozo, ni el primer ejército que convierto en polvo, así que no crean que me pueden amenazar con fuerza. Pero supongo que necesitan un poco de pruebas. Este es el trato, empezando hoy, mantengan un ojo en sus ventas y ganancias. Verán el alcance de mi red… Verán contra quien se están enfrentando. No se preocupen, me aseguraré que se detenga en exactamente una semana, pero… ciertos aspectos de su ‘negocio’ se irán para siempre." Les mostré una sonrisa y luego aplasté el anillo, cortando la transmisión.

"¿Estás loco?"

"No, estoy perfectamente demente."

Kalderan no dijo nada, solo me miró para ver a donde iba yo con todo esto.

Lo que estaba planeando era algo muy simple. Solo iba a hacer unos cuantos deseos.

Tomé una buena bocanada de aire y grité al cielo. "Deseo que todos los miembros de la Black Company sufran pérdidas increíbles durante exactamente siete días empezando ahora. Deseo que todos los miembros de la Black Company tengan el más bajo número de ventas jamás registrado y de ser posible cero durante siete días a partir de ahora. Deseo que las autoridades y oficiales de los asentamientos donde operan los miembros de la Black Company encuentren un incremento de evidencias convincentes para usar en su contra. Deseo que en los siguientes siete días todos aquellos blancos de la Black Company encuentren alguna manera, ayuda o suerte oportuna para escapar de sus garras. Deseo que la Black Company efectivamente deje de usar, comprar y vender niños esclavos, y que aquellos que ya estén bajo su propiedad sean liberados de manera que puedan tener una nueva oportunidad para vivir sin temor alguno."

Era una forma limitada y complicada de expresar la simple idea de ‘Deseo aplastar a la Black Company’, pero si utilizara ese juego de palabras, sin querer podría haber provocado terremotos que partieran los continentes que hubiesen afectado a todo el mundo. De todos modos, no quería que mis deseos pudieran ser vistos como un abuso de mi suerte. Las palabras que la entidad me comentó en su habitación, que todos teníamos naturalmente una contraparte, todavía permanecían clavadas en mi mente. Si yo terminaba amenazando la seguridad de este mundo, era claro que algo sería enviado para contrarrestarme. Esta vez, yo fui la contraparte de Kronius debido a que él fue el que se volvió loco. Tengo que hacer todo lo posible para evitar tal destino y volver a salvo con mi dragonesa pelirroja.

"¿Estás loco? ¿Crees que deseando de esa manera detendrá a la Black Company?"

"Quién sabe. Así que, Kalderan, ¿qué quieres hacer con él?"

Le echó un vistazo al tipo y luego a sus armas. Una sola bala era todo lo que hacía falta para asesinarlo. Una bala encantada sería demasiado.

Yo miré a Kalderan esforzándose con sus emociones internas, tratando de decidir si jalaba el gatillo o no. Si lo hace, no importaría. Razones, había de sobra. No solo era un comerciante bastardo sin corazón, pero también estaba afiliado con la Black Company. Si esto no era suficiente, los restos de Sofía, la amante de Kalderan, estaban dentro del primer carruaje. Tenía bastantes razones para poner una bala en su cabeza.

"Entonces, ¿lo vas a hacer?"

"P-Por favor n-no."

Me sorprende que aún no se desmaye con ese muñón sangrando en su antebrazo.

Kalderan levantó su pistola apuntando al comerciante. Lo miró a los ojos y jaló el gatillo. La bala voló rozando apenas su mejilla.

"¡Hiii!"

"Eres una COSA que no vale la pena matar. Siento que, si te disparo, no obtendré venganza, solo mancharé mis armas con la más asquerosa de las basuras en este universo."

"¡Ha-haha-ha! ¡T-Tú no puedes m-matarme! ¡T-Tienes m-miedo de la B-Black Company!"

"Bueno, creo que es la elección correcta." Dije y luego me puse en medio del comerciante y Kalderan.

"¿Q-Qué intentas h-hacer?"

"Él no te matará debido a que eres un pedazo de basura. Es una coincidencia que yo sea el que recoja la basura este día." Sonreí y clavé la punta de Hell en su estómago.

"¡Guh!" miró aterrorizado la espada mientras salía sangre de su vientre. Luego alzó su cabeza y me miró a los ojos. "¿P-Por qué?"

Donde me encontraba ahorita tenía un ángulo donde nadie podía ver mi rostro siendo el comerciante la excepción, así que convertí mis ojos en unos de tipo dragón.

"Debido a que me das asco." Luego de eso giré la empuñadura de mi espada.

Gritó de dolor, pero todavía no terminaba. Mientras regresaba mis ojos a la normalidad, le di un poco de Energía Mágica a Hell y liberé varias Espigas de Sombra desde adentro. Parecía que una granada de agujas explotó desde adentro de su cuerpo. Cuando los picos desaparecieron, hice que mi espada devorara los restos. Una sombra negra se extendió desde la empuñadura y engulló todo el cuerpo del comerciante. Un momento después, ya no existía. La sombra lo convirtió en energía extra.

"Ni siquiera mereces una tumba."

"Gracias." Dijo Kalderan bajando la mirada.

"No hay problema, pero no creas que le quito la vida a los demás cuando se me pega la gana. No importa mi rango de nobleza o mi autoridad en un país, la vida de un hombre solo puede ser juzgada por sus acciones. Aquellos que eligen reformarse pueden tener una segunda oportunidad, mientras que el resto serán enviados a dar una visita a los dioses de la muerte." Luego voltee para con Risha, la mujer que se rehusó a combatir junto a sus compañeros. "Ser contratado como escolta no significa que el cliente puede convertirte en un asesino que puede manejar a su antojo."

En ese momento, no me di cuenta de que pasivamente tenía activada mi autoridad de Escamas Doradas y que estaba liberando la misma presión que Feryumstark a menudo utilizaba cuando se encontraba en su trono.

Risha retrocedió cuando me escuchó y asintió temblando.

Luego me dirigí a los tres mercenarios. Ellos mantenían cierta distancia de nosotros y esperaban mis ordenes, o más bien la decisión con respecto a que haría con ellos.

"Tomen sus caballos y regresen a Soldra. Si la Black Company contacta con ustedes, díganles que mantendré mi palabra y les mostraré de lo que soy capaz."

"Entendido." Asintieron y se fueron sin preguntar nada más.

No había razón para que permanecieran aquí, ni recompensa ni ganancia. Hoy, simplemente eligieron el trabajo equivocado, pero usualmente a la gente como ellos se les pagaba parcialmente o por adelantado antes de empezar la escolta para asegurar la lealtad en el camino, por lo que probablemente ya tenían cubiertas sus cuentas.

Fue hasta que se fueron que me di cuenta de mi autoridad activa, inmediatamente desactivándola.

"Kalderan… ¿qué vamos a hacer con esto?"

Cuando volteó para conmigo, apunté a la mujer a medio despellejar que quedaba casi sin vida en el carruaje.

Ambos giramos para verla a los ojos. Estaba rogando que termináramos con su sufrimiento. Y así, sin vacilar, Kalderan puso una bala entre sus ojos.

"Un destino desafortunado…"

Kalderan caminó hasta el primer carruaje y abrió la puerta, revelando su contenido.

"S-Sofia…" dijo eso y luego cayó sobre sus rodillas y con lágrimas en sus ojos.




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