100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-91.2

Capítulo 91: Batalla por el Mullido (Parte 2)



[Punto de vista de Kalderan]

Desde que hablé con Alkelios la noche pasada, sabía que había una alta probabilidad de que esta misión de escolta se convirtiera en una pelea. Como dicen por ahí, no busques problemas porque los problemas te encontrarán. En mi caso, hubiese preferido que los problemas tomaran una desviación hasta que llegáramos a nuestra siguiente parada.

Fue entonces cuando vi a la niña relliar saltando a los brazos de Alkelios que sabía que tenía que hacer mi elección. Apegarme a Alkelios significaba más que nada hacerme enemigo de la Black Company, pero perder a mi único amigo habría sido peor.

Una vez que preparé mis armas y enfrenté al comerciante, mi elección estaba clara.

"Eres un tonto Kalderan. Siempre fuiste y serás uno." Dijo Ragna.

"Tal vez, pero preferiría patear el culo de un goblin que limpiar los dientes de un dragón."

Este era un dicho común entre los aventureros por estos lares, significaba que debías elegir tus batallas con sabiduría o terminarías muerto.

Con mis armas listas, me encaré a mi antiguo grupo. No tenía intención de rendirme o de abandonar a Alkelios. Ragna, Magar y Reva estaban listos para enfrentarme. Me mostraron sus sonrisas confianzudas y se empezaron a acercar. Solo Risha parecía tener desconcierto sobre que debía hacer.

A pesar de haber estado con el resto des idiotas, nunca vi que ella adorara pelear contra otros seres humanos. Si necesitaba defenderse, podía ser bastante implacable, pero cuando se trataba de ser la que tomara la ofensiva, prefería amenazar, usar palabras insultantes, o realizar travesuras desagradables, pero nunca atacar directamente con la intención de asesinar.

"¡Basta de hablar! ¡Tan solo mátenlo!" Magar, el aventurero vanguardia alzó su escudo y preparó su gran martillo.

"Concuerdo contigo." Reva puso una flecha en su arco y la apuntó a mi cuerpo.

"No creo que…" Risha intentó decir algo con su mirada preocupante moviéndose entre ellos y yo.

"¡Risha, mantente fuera de esto si no tienes las agallas para derramar sangre!" Ragna le gritó viendo su reacción.

Yo retiré el seguro de mis SMGs y me preparé para esquivar la trayectoria de la flecha.

"¡Atrápenlo!"

La flecha venía en mi dirección, pero yo la esquivé moviéndome a la derecha. Magar, esperando esta reacción, se apresuró en mi dirección con su escudo. Ragna se movió al otro lado para realizar un ataque de pinza, pero el único problema con esto era que Risha no estaba cubriendo ningún área que me cortara camino, ella permaneció cerca del carruaje con sus manos sobre las empuñaduras de sus dagas, pero sin desenfundarlas.

Salté fuera de su camino y apunté mi SMG a Magar. Al apretar el gatillo, dejé que cayera una lluvia de balas sobre su cuerpo, pero su armadura era resistente. Este era solo un fuego de cobertura, mi objetivo era Reva.

Pasando a Magar, apunté un arma a Ragna y le disparé, mientras que la otra la apunté al arquero. El pelirrojo fue forzado a retroceder para esquivar mis balas, pero Reva no tuvo tanta suerte. Utilizó su capa para defenderse, pero no era una que se podría llamar ‘normal’, sino que estaba encantada, lo que la hacía tan fuerte como un chaleco antibalas. La diferencia era que no podía detener la fuerza del impacto por completo.

Gritó por el dolor y se cayó al suelo. Su cuerpo, a pesar de no ser atravesado, ahora tenía un montón de moretones nuevos, y tal vez una o dos costillas rotas.

Ragna corrió hacia mí, mientras que Magar se movió para proteger a Reva. Yo salté hacia atrás y evité la espada de Ragna, disparando unas cuantas balas al mismo tiempo. Su armadura detuvo varias de ellas, pero una pudo rasguñar su hombro derecho. Tan pronto aterricé en mis pies, quería correr al otro lado, pero uno de los mercenarios que peleó con Alkelios estaba de pie ahí.

Pudiendo confrontar a mis antiguos compañeros, sabía que no podía luchar en contra de esos mercenarios contratados.

"¡Te tengo ahora!" gritó Magar tacleándome con su escudo.

El impacto me envió a rodar contra el suelo. Tan pronto me detuve me puse de pie y evité la cuchilla de Ragna.

"Me sorprende que sigas ileso luego de ese ataque."

"Tengo un amigo que se ofreció a encantar mi armadura." Dije sonriendo.

Lo que sea que Alkelios le haya hecho, ciertamente incrementó sus capacidades defensivas. Era algo mucho más alejado de lo que los comerciantes locales podrían ofrecerme. Es una pena que me perdí la oportunidad de presenciar todo el proceso, en ese momento yo me encontraba de compras.

"P-Por favor, Kalderan, ríndete… no puedes ganar." Risha trató de persuadirme.

"Lo siento, pero esta batalla no está a tu favor." Dije recargando mis armas para la siguiente ronda.

"P-Pero…"

"¡Mantente alejada de esto, mujer! ¡Si eres tan cobarde como para ayudarnos, entonces no te conviertas en un estorbo!" gritó Ragna.

"No tengo miedo… es solo que… luchar en contra de Kalderan y…"

"Déjala ser Ragna, Risha es buena para pelear contra monstruos, no contra humanos." Dijo Magar.

" *Tch* Mujer inútil."

Yo escuché su conversación, pero no intervine. Era mejor que Risha no se les uniera. Pelear contra tres era más fácil que con cuatro, y ella era del tipo de aventurero que se acercaba a su presa para apuntar a los puntos vitales o a los tendones de las extremidades.

Ragna me atacó de nuevo al mismo tiempo que Magar se acercaba con su martillo gigante. Reva todavía se recuperaba de mi ataque. Sacó una poción curativa y se la bebió. Apunté con una de mis armas a la botella, pero Magar se interpuso entre los dos, bloqueando mi línea de visión.

Chasqueando mi lengua, me retiré unos cuantos pasos y probé atacarlos desde lejos, pero Ragna se estaba impacientando. Rindió por completo su defensa y se apresuró hacia mí lo más rápido que pudo. Magar estaba bien protegido desde el inicio gracias a su armadura pesada, pero era el más lento de todos.

"¡Muérete ya!" gritó Ragna.

Esquivé y le disparé unas cuantas balas antes de ser forzado a saltar a un lado para evitar la tacleada de escudo de Magar.

Reva se recuperó y preparó una de sus flechas para dispararme. Magar y Ragna se metieron en nuestro camino y me forzaron a retroceder, dándole la ventaja. La repentina presión liberada por la espada de Alkelios ayudó a crear un momento de confusión entre ellos, lo cual aproveché para buscar una distancia segura.

Todo este grupo estaba repleto de aventureros no magos. Si hubiese alguien que me pudiera disparar bolas de fuego, habría tenido serios problemas. Pero, aun así, tuve que admitir, no era tan débil como cuando los dejé. El viejo yo, aquel antes de conocer a Alkelios, no hubiera podido pelear con estos tres como lo hice ahora. En aquel entonces, no tenía los reflejos o la velocidad para esquivar sus veloces ataques con la espada.

Es por eso que sentí que podía ganar si lo daba todo de mí, y sabiendo esto me hacía darme cuenta que tanto he crecido gracias a la ayuda de Alkelios.

Aun así, era cierto que mis ataques en este instante no podían hacer nada en contra de sus armas y armaduras. He obtenido muchos puntos en fuerza y velocidad, pero el daño de una bala fundamentalmente no cambiaba. Estas armas mías ayudaban a un debilucho a volverse fuerte, pero no tenían un crecimiento exponencial de acuerdo a la fuerza del usuario. Esta era su debilidad, su desventaja, y por un tiempo, realmente creí que no podría hacer nada al respecto, que mi única esperanza era inventar nuevas armas que fueran más poderosas que las anteriores.

El adquirir una nueva habilidad de la entidad le daba la vuelta a todo este asunto.

Al ver a los tres recuperarse de la distracción causada por Alkelios, decidí usarla por primera vez en combate. No había necesidad de titubear ahora, tampoco de probar mi fuerza.

"[Eel Tapper!]" dije cuando Ragna cerraba la distancia con su espada lista para darme un tajo descendente.

Su sonrisa mostraba confianza total en sus habilidades. Sus ojos me veían como nada más que un debilucho que podía aplastar en cualquier momento. No vaciló. Quería cortarme sin importar que nos conociéramos de antes o no.

Con mi frase, sentí mi Energía Mágica llenando la bala cargada en el cañón de mi SMG derecha. El encanto la convertía en algo más poderoso y mucho más letal que lo que he estado disparando hasta ahora. Solo podía usar una bala a la vez, pero era más que suficiente.

Apunte directo a su cabeza y jale el gatillo.

¡BANG!

Sonó como un revolver, pero sin ningún tipo de retroceso.

Una bala ordinaria de 9 mm disparada por una de mis SMG podía perforar una placa de metal de 5 mm de grosor. Armaduras normales eran destrozadas por estas armas, pero no una encantada, la cual podía soportar una fuerza de impacto 4 a 6 veces mayor.

Cuando diseñé mis ametralladoras, utilicé el modelo de una Vityaz-SN, pero no fui capaz de replicar su desempeño moderno. A lo mucho, podía ser comparada con una UZI en términos de precisión y cadencia de fuego. Constantemente traté de mejorarlas, y el llegar a mi estado actual de desarrollo ha sido un gran éxito personal.

De todos modos, las balas que había en el cargador eran de plomo común y corriente. No podía replicar algo como las balas de tipo explosivo o de penetración de armadura. No tenía conocimiento de cómo funcionaban o de que estaban hechas. Intenté en múltiples ocasiones, pero con un fallo miserable en cada una de ellas.

Sin embargo, esta vez poseía [Eel Tapper!], podía otorgarle a mi munición normal de 9 mm el mismo poder perforador de una bala de penetración 12.7x108 mm, utilizadas en el rifle antimaterial OSV-96. En la Tierra, una bala calibre 50 como esa podía traspasar una placa de acero de 25 mm.

En otras palabras, las armaduras encantadas promedio de los Caballeros en este Reino Humano fácilmente podían soportar una ráfaga de balas de cualquier cosa menor al calibre 50 de los rifles de francotirador. Si la milicia rusa fuera a combatir contra el ejército de Ten Swords, solo los tanques y bombarderos harían una diferencia, de otra forma, los soldados en el suelo serían incapaces de hacer nada en su contra.

Me llevé una gran sorpresa cuando me di cuenta de lo poderosas que eran las armaduras encantadas en este planeta. Es por eso que mis armas de fuego han sido la burla de los aventureros de Soldra. Si hablo de la armadura de Alkelios… dudo que siquiera una bomba nuclear tenga efecto alguno sobre ella.

¡Sin embargo, a partir de este día, nadie se burlaría de mis armas!

La bala encantada que disparé estaba cargada con la suficiente Energía Mágica para convertirla en un calibre 50 tipo penetración, pero eso no era todo. También agregué un encantamiento que hacía capaz la liberación de una fuerza hasta diez veces mayor en el momento del impacto. Y para asegurarme que mis armas estaban a salvo, agregué un tercer encantamiento para que la bala absorbiera la fuerza de retroceso de mi arma al momento de disparar y la utilizara para amplificar su propia fuerza de impacto.

No le dije nada a Alkelios, pero una vez que me di cuenta de lo poderosa que era [Eel Tapper!], inmediatamente gasté el resto de mis puntos de habilidad en mejorarla. Ahora, podía agregar a una bala hasta tres encantamientos diferentes con variación de elementos, y apenas estaba descubriendo el potencial de esta habilidad.

Como resultado, la bala que disparé al rostro de Ragna simplemente ignoró los encantamientos de su armadura y perforó a través de su cabeza. La fuerza de impacto liberada hizo que su cabeza explotara como una sandía, esparciendo cachos de cerebro por todo el lugar. Su cuerpo cayó con un sonido sordo al suelo.

Magar y Reva se detuvieron y me miraron con ojos de sorpresa y con sus bocas abiertas.

Yo me detuve por un momento para mirar mi arma y luego al cuerpo inerte en el suelo.

Yo hice esto… pensé y miré a los otros dos.

A Magar se le enrojeció el rostro de coraje y se lanzó en mi dirección. Yo cargué otra bala con el doble de poder de penetración que la usada contra Ragna y apunté a su torso.

Cuando jalé el gatillo, Magar salió volando hacia atrás por el impacto, su escudo tenía un agujero del tamaño del mundo en el medio y su pecho estaba destrozado. El hombre murió al instante. Reva, al ver esto, retrocedió y trató de huir. Apunté mi arma en su dirección y murmuré:

"[Eel Tapper!]"

¡BOOM!

La bala surcó el aire e hizo un hueco de atrás hacia adelante en su torso. Se detuvo y volteó a mirarme.

Esta no era la primera vez que veía los ojos de un hombre moribundo, y no estaba tan impresionado como la primera vez en aquel entonces. Este hombre, aunque escapó, había intentado matarme sin remordimiento alguno. Dada la oportunidad, habría tomado mi vida sin cuestión alguna.

Bajé mis armas y quité mis dedos de los gatillos.

"Se acabó."

[Punto de vista de Alkelios]

La batalla de mi amigo me dejó sin aliento. Así de intensa fue, y esas increíbles detonaciones de sus armas ciertamente captaron la atención de todos aquí. Los únicos que quedaban para desafiarnos eran el comerciante y la mujer Risha, pero no tenía ninguna intención de luchar. Tan pronto Kalderan disparó a través de la cabeza de Ragna, ella cayó al suelo, temblando y mirando impactada como sus otros compañeros eran asesinados uno tras otro.

Mientras Kalderan se recuperaba de su batalla, yo caminé hacia el relliar gatuno.

"Ya se acabó." Le dije con una sonrisa.

"¿Acabó?" dijo alzando sus orejas y haciéndolas mover tiernamente.

Con el estruendo de la batalla, se asustó y se hizo bolita en el suelo.

"Si pequeña."

"Nya~ Gracias señor…"

"Mi nombre es Alkelios, y ese hombre de ahí es Kalderan. ¿Cuál es tu nombre?"

"Nya~ ¿Mi nombre? ¡Mi nombre es Tamara, nya~!"




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