100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 3-60.1

Capítulo 60: Un Día Como Ningún Otro (Parte 1)


[Punto de vista de Alkelios] 

Una semana después de que me encontré con la Reina Elliessara Seyendraugher del Reino Albeyater, me encontraba esperando en frente de las grandes puertas que guiaban a la Sala del Trono. Los dragones se las arreglaron para repararlas majestuosamente, y no se podían ver señales de mi entrada forzada tampoco. Bueno, dada la importancia de esta habitación y también el hecho de que los dragones tenían acceso a la magia, era altamente dudable de que se fuera a quedar rota por mucho tiempo. Era antiestético en primer lugar, y en segundo, no es que algún trabajador quisiera sentir la ira del Rey Seyendraugher y del Primer Ministro. 

Estaba vistiendo la armadura que utilicé en mi batalla con Draejan. En mis caderas, tenía a Heaven y Hell guardadas en sus vainas encantadas individuales. Había dos guardias en frente de mí, y ambos estaban conscientes de mi presencia. Después de todo, la última vez que tuvimos el gusto de cruzar nuestros caminos, terminaron volando a través de la habitación permaneciendo inconscientes la mayor parte del día. 

Si se preguntan el por qué estoy de pie en este lugar, la respuesta yace en la ceremonia en la que estoy a punto de participar. De acuerdo con la costumbre, tenía que esperar aquí hasta que fuera llamado. Como todos aquellos antes que yo, tenía que presentarme vistiendo mi mejor armadura y armas, tener un aspecto pulcro y presentable, y ciertamente sobrio y libre de cualquier influencia de narcóticos. Aparentemente agregaron lo último luego de que cierto dragón llegara a la ceremonia medio borracho en sus ropas casuales. Obtuvo el rango, pero fue duramente regañado por la mayoría de nobles presentes ese día. 

Seryanna, la Princesa Elleyzabelle, e incluso la Reina misma se aseguraron de recordarme esto… varias veces. Hablando de que, luego de la audiencia con su Majestad, me paseaba más seguido con ellos con el fin de preparar el té Cura Todo y también para contarles acerca de mis aventuras en el Bosque Seculiar. 

Feryumstark escupió su té luego de escuchar sobre el ejército de monstruos insecto que estaban marchando hacia Albeyater. Debido a que era muy entrometido, le dije que no era necesario agradecimientos ni recompensas por ello. Solo pasó que estaba en el lugar correcto a la hora correcta, pero estaba aliviado de saber que no eran ningún tipo de aliados. 

Desafortunadamente, dados los peligros del Bosque, no había manera de enviar un grupo explorador al Desierto Norte para traer evidencias de mis palabras. Sin embargo, le mostré algunas piezas de armadura y un arma medio quebrada que tenía guardadas en [Black Hole]

Además del Rey y la Reina, sus dos hijos más jóvenes, los gemelos, también escuchaban mis historias con gran interés. Parecía que las historias de mis batallas y de las cosas que construí llamaron su atención con gran entusiasmo. Siempre me llamaban Gran Héroe, Héroe Humano, Héroe Dragón, Héroe Valiente, pero ni una sola vez me llamaron por mi nombre incluso después de pedírselos en reiteradas ocasiones. No tenía problema ser llamado de esa forma, pero no quería que el príncipe y la princesa más jóvenes crecieran con una idea rara de mi… o que esperaran que me convirtiera en algún tipo de ser sobrenatural ridículo quien era casi omnipotente. 

La ceremonia que estaba a punto de atender era una que el Rey mismo me contó, y que la Reina aceptó también. Viendo cómo se estaba sintiendo mejor, ella quería encontrar el momento perfecto cuando pudiera mostrarse en público otra vez, y que mejor oportunidad para hacerlo que en la Ceremonia de ascensión a la Nobleza de aquel que le salvó la vida. 

El evento fue anunciado públicamente exactamente hace una semana, y escuché que incontables dragones y dragonesas iban a asistir a esta ceremonia. Yo no conocía ni siquiera a una cuarta parte de todos ellos, pero luego de hoy, muchos intentarían acercarse a mí para conocerme. 

Por otro lado, tenía el presentimiento de que todos estaban zumbando como locos por la repentina aparición de la Reina, cuyo acto podría atraer MAS atención hacia mí. Por ello que decidiera traer mi mejor armadura y armas. 

"¡Ahora entra, Alkelios Yatagai!" alguien desde adentro gritó, con lo cual las puertas se abrieron lentamente. 

Tragué saliva y me paré derecho. Incluso yo quería entrar luciendo lo mejor que pudiera. 

Aquí vamos… 

En el momento en que entré, murmullos y miradas cayeron sobre mí. 

A diferencia de la vez cuando los traidores se reunieron, hoy la habitación estaba llena de dragones y dragonesas así como de caballeros que formaban una fila a mi izquierda y derecha. El número de mujeres sobrepasaba al de hombres, y las ropas que vestían eran exquisitas y representativas de alguien de clase alta. Había demasiadas caras que no podía reconocer, pero no me molesté en intentar hacerlo. Caminé hacia adelante y guie a mi ser hasta el lugar en frente del Rey y la Reina en donde tenía que arrodillarme. Hacer otra cosa pudo haberse visto como grosero o irrespetuoso, y quería evitar esto a toda costa. 

Aun así, de alguna manera, entendía ahora por qué Feryumstark dijo que este país tenía una sociedad matriarcal donde las mujeres dominaban la intriga política y los hombres florecían en el campo de batalla. Todas las dragonesas presentes en este cuarto estaban de pie frente a los dragones, excepto por la pareja real, cuyas posiciones eran simbólicas. Estas mujeres estaban emitiendo una presión increíble. Su mirada era solo parcialmente curiosa, y más intrigada por mi mera existencia. Me estaban analizando, diseccionando mi persona para encontrar puntos de debilidad o fortaleza. Para ver si valía más la pena como aliado o como enemigo. Los dragones trataron de hacer lo mismo, pero su presencia era vastamente ensombrecida por las dragonesas. No había ni siquiera un punto de comparación. 

Cuando me detuve frente a sus Majestades, me arrodillé sobre una rodilla y agaché mi cabeza. El silencio cubrió la habitación, y todos nos prestaron atención. 

El Rey se levantó de su silla y dio un paso al frente. Su presencia era imponente como siempre, haciendo que todos los que lo miraran entendieran su lugar en la cadena alimenticia. La única sin afectar era la Reina, quien con solo estar presente aquí le daba a la ceremonia un nuevo nivel de importancia. 

"Alkelios Yatagai, has demostrado coraje, inteligencia y determinación cuando el destino del Reino Albeyater estaba sobre la balanza. Has mostrado sabiduría y entendimiento al probar que mi esposa, la Reina Elliessara Seyendraugher, fue envenenada por los traidores que buscaban perjudicar al Reino. ¡Has mostrado fuerza y poder dignos de un Despertar Avanzado y una devoción increíble hacia le especie dragón cuando tú mismo te volviste uno de nosotros! ¡Como el gobernante legitimo del Reino Albeyater, he llegado a la conclusión de que sería tonto e injusto de nuestra parte el no recompensarte por tus logros!" declaró con un tono de voz poderoso que hizo eco a través de la habitación. 

Mientras él hablaba, todos lo escuchaban con cuidado. Nadie se atrevió a hacer un solo sonido. Yo de igual manera, presté atención a sus palabras. 

Luego de finalizar, la Reina Elliessara se levantó de su asiento y se unió al lado de su marido. 

"Alkelios Yatagai, has hecho un gran trabajo por el Reino Albeyater. Has mostrado tu valía no solo hacia mi sino también a grandes figuras en esta tierra. El General Brekkar Draketerus, Sir Seryanna Draketerus, Señorita Thraherkleyoseya Draketerus, Sir Kataryna Greorg, Primer Ministro Elovius Seyendraugher, Princesa Elleyzabelle Seyendraugher, y mucho otros. Tu deseo por proteger este reino ha sido mostrado en más de una ocasión, y como mi esposo lo declaró, no pueden pasar sin ser recompensados." Declaró con un tono de voz cautivante que te hacia conocer que ella era la gobernante aquí. 

Mirándolos a ambos, normalmente pensarías que el gran dragón imponente era el que estaba a cargo de todo, pero al hablar, había una clara diferencia entre los dos. Su presencia tenía una presión diferente también. 

"Hemos pensado muy a profundidad acerca de que recompensa sería la mejor. Viendo que no tienes un rango o título, llegamos a la decisión de concederte uno acorde a tus capacidades, relaciones y logros." Dijo la Reina. 

"¡Pero antes de anunciar cual será, Alkelios Yatagai, levanta tu cabeza y ponte de pie!" dijo el Rey. 

"¡Como ordene, su Majestad!" 

"¡Bien! Ahora, te pido que hagas un juramento aquí, en frente de todos estos dragones y de nuestros dioses. Tú, Alkelios Yatagai, ¿juras proteger y defender al Reino Albeyater de ahora en adelante como si fuera tu propia familia?" 

"¡Juro proteger y defender al Reino Albeyater de ahora en adelante como si fuera mi propia familia!" 

"¡Tu, Alkelios Yatagai, ¿nos aceptas a mí y a mi esposa como tu Rey y Reina a quienes obedecerás y cuyas leyes reforzarás?!" 

"¡Juro aceptar a Feryumstark Seyendraugher y Elliessara Seyendraugher como mi Rey y Reina cuyas órdenes obedeceré y cuyas leyes reforzaré!" 

"¡Entonces, de ahora en adelante, no solo eres Alkelios Yatagai, serás conocido como Duque Yatagai del Reino Albeyater! ¡Que en todo lo que hagas a partir de ahora, traigas gloria a tu Rey y Reina! ¡Que traigas gloria al Reino Albeyater!" 

"¡Gracias, sus Majestades! ¡Juro que haré todo lo posible para reforzar sus leyes y escuchar sus órdenes!" hice una reverencia hasta la cintura. 

"¡Entonces que así sea!" declaró el Rey. 

Me enderecé y di un paso hacia atrás. 

Con esto, la ceremonia estaba terminada y todo mundo en la habitación empezó a susurrar entre ellos. La mayoría de dragonesas parecían estar en shock por el hecho de que me hicieron Duque. En realidad, incluso yo estoy sorprendido. Esperaba que fuera Barón, un Marqués, incluso tal vez Vizconde, pero ciertamente no un Duque, el cual era el rango por debajo de Príncipe. 

Mientras que el Rey y la Reina regresaron a sus respectivos tronos, varias dragonesas se acercaron para felicitarme por mi llegada a la clase Ducal. Aunque yo no tenía suelo para hablar, solo era Duque en título y tenía más un rol militar dentro del Reino. No era como que me importara, no habría tenido el tiempo suficiente para administrar la tierra de todas maneras, y le dije a sus Majestades este hecho varias veces, señalando que yo tenía en mente viajar alrededor del mundo y visitar otras naciones. Mientras que el Reino Albeyater iba a ser mi país hogar a partir de hoy, no tenía sentido que me quedara ahí para siempre. 

Para aquellos que vinieron a felicitarme, todos fueron formales y abiertamente mostraron su interés en mi armadura, armas y color de escamas. Respondí con las palabras que la Reina misma me recomendó: 

"Un placer conocerlo también [Rango] [Nombre de la Familia del individuo], pero me disculpo, ya que en este momento, no soy capaz de responder a sus preguntas. ¿Tal vez en otra ocasión? Estaría encantado de charlar más entonces." 

Era solo una manera formal de aplacarlos viendo que el puro número de nobles que estaban haciendo fila para felicitarme no habría permitido que ninguna pequeña plática se llevara a cabo. Además, detrás de mi había dos dragonesas con una mecha corta, que observaban a todo aquel que intentara acercarse demasiado o intentara prolongar la conversación. 

Una vez que las formalidades terminaron, nos salimos de la sala del trono y los tres fuimos a comer algo a la Posada Brekkar. Collentra y Bayuk estaban esperando por nosotros con una comida caliente, y el pequeño Askanti, su hijo, estaba tomando una siesta en el cuarto de atrás. 

"Así que, ¿cuál fue el título que te dieron, Alkelios?" preguntó Collentra mientras nos traía tres tazones con sopa. 

"¡Soy un Duque ahora!" 

"¡¿UN DUQUE?!" 

"Te dije que estaría sorprendida." Kataryna sonrió. 

"Mis disculpas, pero hace apenas un año no tenías ningún rango en este Reino, y más que eso… eras humano, y antes de darme cuenta, ¡te convertiste en un dragón y ahora eres un duque! ¡Es como si tuvieses la suerte de los dioses, Alkelios!" 

"No sabes ni la mitad de ello." Seryanna respondió con una sonrisa. 

"¡Bueno, en ese caso, estoy contenta de que sigas comiendo aquí, Alkelios! ¡Teniendo a tales personalidades visitando nuestra humilde posada solo será bueno para el negocio!" 

"¡Por supuesto! ¡La comida es buena y el ambiente es agradable!" 

"¡Me alegra escuchar eso! ¡Disfruta tu comida entonces, la necesitaras para el evento principal de esta tarde!" me guiñó un ojo y se fue. 

"Bueno, tiene razón acerca de eso. El día apenas ha empezado y aún falta que lleves a cabo aquella ceremonia." 

"¿Y cómo te sientes al respecto?" preguntó Seryanna mientras miraba a la dragonesa de escamas plateadas. 

"Ah, ¡esa es una buena pregunta! ¿Cómo me siento?" respondió Kataryna reclinándose en su silla. Mirando al techo, dijo "No me importa, y de hecho estoy feliz por los dos… yo, pues, realmente no sé qué deba sentir…" 

"¿No eras tú la que dijo que quería tener un huevo conmigo?" 

"Lo hice y aun quiero hacerlo." 

"Extrañas palabras para decir frente a su futura esposa." 

"¿Estás en contra?" 

Seryanna la miró y respondió "Estoy en contra de presenciar el acto, y si él quiere aceptar la oferta de hacer un huevo, no me importa… tanto. Honestamente me gustaría mantener a Alkelios solo para mí y dejarlo de esa manera. Pero tu… no me importaría que fueras hermana-esposa." 

La dragonesa en cuestión parpadeó sorprendida y le mostro una cálida sonrisa. "No me importa que tengas tus garras sobre él todo el tiempo siempre y cuando me lo prestes de vez en cuando." 

"Por supuesto. Podemos arreglar eso, pero… Veremos si te sientes igual luego de que tenga mi primer huevo con él." 

"Erm… Perdón por entrometerme en esta aparentemente importante conversación, pero ¿les importaría no hablar de mi como si fuera una especie de ‘juguete’ sin libre voluntad y que se pueden pasar de una a otra sin reserva alguna? Especialmente cuando susodicho ‘juguete’ está presente justo entre ustedes." 

"Oh, no te preocupes, Seryanna. ¡Me aseguraré de no quebrarlo! ¡Y te lo entregaré limpio!" dijo Kataryna con una risilla. 

"También asegúrate de alimentarlo apropiadamente. No quiero que le falte energía cuando llegue el momento de complacerme." Dijo Seryanna guiñando un ojo. 

"¡Por supuesto!" 

Las dos rieron. 

"Me están ignorando por completo y teniendo diversión con esto, ¿no es así?" 

"¿De qué hablas? ¡Eso no es cierto!" 

"¡Te estás riendo!" 

"Relájate Alkelios, este es un asunto entre dragonesas." Dijo Kataryna palmándome un hombro. 

"¡Si, acerca de quién me lleva a la cama primero!" 

"Oye, esto es un matriarcado, ¿lo recuerdas?" me guiñó de vuelta. 

"¿Por qué tu…? ¡BIEN! ¡Si lo quieren de esa forma, yo también tengo algo que decir al respecto!" Declaré apuntando al techo.



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