100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-114.2

 Capítulo 114: Reunión con el Señor de la Ciudad El'doraw (Parte 2)


Ni siquiera un minuto pasó cuando el noble el’doraw hizo su aparición. Era un hombre grande con un vientre rechoncho, un bigote blanco largo, y cabello largo atado en una coleta. Dado que los el’doraw como especie tenían una piel ceniza inclinada al tono oscuro, la cual cambiaba de color dependiendo de sus emociones, hacía que el elegir un atuendo agradable fuera muy molesto, pero de lo que he visto, arcoíris acaramelado no era parte de la selección. ¿Quizás este Señor de Ciudad era una excepción al resto?

"¡Ah! ¡Saludos! ¡Saludos, mis estimados invitados que cruzaron los mares! ¡Espero que su viaje hasta aquí haya sido de su agrado y fuesen maravillados por nuestra hermosa ciudad!" dijo el el’doraw con una gran sonrisa antes de tomar asiento rápidamente en el sofá.

"Fue un viaje placentero, gracias, Señor Offspray."

"¡Bien! ¡Bien! Pero debo preguntar, ¿por qué han viajado desde tan lejos?"

"Nuestra llegada desde el otro lado del continente fue quizás un poco sorpresiva, siendo que venimos desde el Continente Dwarf."

"¿Continente Dwarf? ¡Vaya, eso es muy lejano!"

"Sí, pero, aunque la distancia no es algo para reírse, los varios barcos molestos que se metieron en nuestro camino si lo fueron."

"¿Barcos molestos?"

"Piratas… flotas navales humanas, debiluchos de esos tipos."

"Ya veo… ya veo… debiluchos como esos…" el Señor de la Ciudad asintió y sacó un pequeño pañuelo rosado para limpiarse su sudor.

"Tenemos algunos negocios con la Emperatriz Elfo, y pensamos que sería bueno llegar también al Reino El’doraw. Hemos escuchado mucho de sus maravillas, y nosotros, las naciones dragón, estamos interesados en establecer algunas relaciones de comercio básicas entre nosotros. Si esto fuera posible, ¿con quién tendríamos que hablar?"

"Hm… me temo que con nadie en nuestro humilde reino." Talmarund mostró una expresión de arrepentimiento y sacudió su cabeza.

"¿Por qué es así?"

"¡Debido a que el Reino Ledmerra es una orgullosa nación vasalla del Imperio Anui’Yahna! Si desean empezar a comerciar con nosotros, entonces primero tendrían que obtener permiso de ellos. Después de todo, no nos sentiríamos cómodos comerciando con una nación que todavía debía ganarse su aprobación. Uno incluso podría decir que esto era visto como traición, y aunque está permitido hacer pequeños trueques para un barco pequeño, una flota comercial era asunto completamente aparte."

Lo que decía este Señor sonaba lógico, pero no esperamos que la relación entre estas dos naciones fuera de esta forma. Incluso los libros que su Alteza leía no mencionaban este importante detalle. ¿Tal vez debido a que nadie en el pasado intentó algo similar? También había naciones vasallas en el Continente Dragón, pero ninguna tenía tales restricciones económicas y políticas. Solo debían pagar algo de tributo cada año y unirse a sus batallas cuando sea que fueran convocados, eso era todo.

Dudo que incluso haya naciones humanas que lo tomen tan lejos…

"Hm, ¿sería grosero preguntar por qué estas regulaciones son de esta forma?"

"Esa es una razonable y sencilla pregunta de responder, estimada invitada. Verá, cuando en el pasado los el’doraw fueron liberados de la corrupta oscuridad del Dios de la Locura, fuimos otorgados por la poderosa Anui’Yahna con la oportunidad de elegir formar nuestras propias naciones independientes, sin embargo, en lugar de escoger una independencia total y con ello la posibilidad de atacar a nuestros benefactores en un futuro, decidimos regirnos bajo algunas estrictas e inquebrantables reglas que todos los el’doraw jóvenes y adultos deben seguir al pie de la letra. Entre ellas, ‘Todo trato militar, político y económico con naciones extranjeras debe ser aprobado primero por el Imperio Anui’Yahna.’ Y así, como pueden ver… sería bastante difícil realizarlo al menos que deseáramos romper una tradición que tiene milenios de duración."

"Entiendo, y le aseguro que esta no fue mi intención. Supongo que sería lo mejor para nosotros embarcarnos en un viaje al Imperio Elfo." Dijo asintiendo.

"En efecto, eso sería lo mejor. ¿Viajarán por tierra o por mar?"

"Hm, ¿qué opinas Sir Seryanna?" me preguntó sin voltear.

"Creo que viajar por mar es la mejor opción debido a que no tendremos que ser forzados a tomar retos inesperados dentro de una tierra extranjera con tantos elementos desconocidos."

"¿Sir Kataryna?"

"Estoy enferma y cansada del mar, preferiría tener calambres en el trasero que pescar otro tiburón con Tanarotte… *Sigh*… La carnada viviente se vuelve aburrida rápidamente."

"Ya veo, entonces carruaje será."

"Su Alteza, ¿está segura?" pregunté con los ojos abiertos cuando escuché su decisión.

"Sí, Kataryna tiene razón, hemos estado viajando en barco por mucho tiempo. Una pequeña aventura por tierra no nos caería mal." Elleyzabelle se dio la vuelta y me mostró una pequeña sonrisa.

Sintiéndome derrotada, asentí para estar de acuerdo.

"¡Maravilloso! Entonces, si me permiten, que tal si le pido a la amiga de mi hija, Callipso Emerdel, ¿que las escolte hasta la frontera? ¡Puedo dar fe de su fuerza! ¡Es una muy respetada Caballero Real al servicio de su Alteza Princesa Issera la Tercera!"

"No quisiera perturbar a un Caballero Real, Señor Talmarund, un simple mensajero será suficiente. Mis dos caballeros son bastante fuertes también."

"No me atrevería a pensar esto, pero ella sería mejor que cualquier mensajero, ¡incluso que un representante de la realeza!"

"Perdón por interrumpir, ¿pero por qué un Caballero Real se encuentra aquí y no con su maestro?"

"La Señorita Callipso está de vacaciones, y se supone que regresará a sus actividades en más o menos cuatro días. Aunque esto la haga regresar un poco antes, no creo que sea una pérdida el escoltar a un dignatario extranjero, todo lo contrario, es más un logro, ¡una oportunidad de elevar la fama de su nombre!"

"Bueno, en ese caso, si la Señorita Callipso está dispuesta, aceptaremos la oferta. Mis dos caballeros y otros cuantos guardias también viajarán con nosotros. Necesitaremos un carruaje para al menos seis personas y equipaje."

"¡Oh! ¡Tengo uno para ocho personas que apenas y uso! ¡No me importaría vendérselo a su Alteza!"

"Venderlo… ¿a mí?" Dijo la Princesa alzando una ceja.

"Por supuesto. ¡Puede que no necesite el carruaje después de su visita al Imperio Anui’Yahna, y quien sabe cuándo podré recuperarlo! ¡Venderlo a un precio bajo me ayudará a comprarme uno nuevo y usted será capaz de hacer lo que desee con este!"

"Entiendo… Seryanna, ¿le pagarías a este hombre?"

"¡Por supuesto, su Alteza!" asentí y miré al rechoncho hombre "¿Cuánto cuesta?"

"El valor del carruaje está estimado en 600 drahmas dorados o algo de valor similar."

"Drahmas… hm, no tengo esa moneda conmigo…" en realidad, era la primera vez que la escuchaba.

"Voy a tener que castigar a Tanarotte cuando volvamos por omitir esta pieza de información bastante importante…" dijo Kataryna en voz baja, no diferente a un susurro suave.

"Que le parece… ¿esto y esto?" pregunté sacando de mi anillo [Bolso] una Poción Rotiqus y una Espada de Acero Promedio hecha por Alkelios.

"Hm, ¿qué tipo de poción es esta?" dijo apuntando la botella.

"Una Poción Rotiqus, y la espada, le puedo asegurar que es una de buena calidad." Le dije sonriendo.

"¡Oh! ¡Una Poción Rotiqus! ¡Nunca he escuchado de ella!" dijo con una sonrisa. "Y no estoy interesado en cuchillería. ¿Tiene algo más de valor?"

¿Cuchillería? Esta espada es por mucho mejor que cualquier espada que he visto en tus guardias. ¿A qué te refieres con cuchillería? ¡¿Cómo te atreves a insultar el trabajo de mi marido de esa forma?! Rugí en mi mente, pero sonreí en el exterior.

"¿Qué le parece esto?" dijo Kataryna sacando un extraño tallado de su anillo.

"¡OH! ¡Que increíble artesanía! ¡Esto es exquisito! ¡Lo tomaré!" dijo de un aliento.

"¿Huh?" parpadee sorprendida y mi mirada se iba entre el Señor de la Ciudad que ya estaba observando el extraño objeto de arriba abajo y Kataryna que sonreía traviesamente.

"Si está satisfecho con este intercambio, entonces creo que debemos irnos y prepararnos para nuestro largo viaje."

"¡Sí, por supuesto! ¡Gracias, su Alteza y estimados invitados por visitar a este humilde Señor! ¡Fue un placer!"

Entonces, los dos intercambiaron el tradicional saludo noble el’doraw.

"Que tenga una próspera y larga vida." Dijo la Princesa.

"Y que sus días sean pacíficos en tal vida larga." Respondió Talmarund.

Este saludo tenía un buen timbre y el mensaje era placentero. Cuando pensaba en el tumultuoso pasado de los el’doraw, tal saludo tradicional era como una chispa de esperanza en tiempos de oscuridad y depresión.

No fue hasta que dejamos la mansión del Señor de la Ciudad que le pregunté a Kataryna "¿De dónde obtuviste esa escultura?"

"Oh, ¿esa cosa? Era algo que Tanarotte sostenía por su vida cuando la pesqué del estómago de un tiburón monstruo cuando pescamos hace una semana. Lo encontré raro y divertido, así que lo guardé."

"Le acabas de dar a un noble extranjero… ¿basura que pescaste del intestino de un monstruo?"

"Básicamente." Se rio.




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