100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-88.1

Capítulo 88: Incendio en los Muelles (Parte 1)


[Punto de vista de Seryanna]

Volé directo hacia Sagar, sin detenerme por nada a medio vuelo. Tanarotte estaba justo detrás de mí, y me sorprendí de ver que era capaz de mantener mi ritmo. En mis brazos cargaba a la dormida Shelly, cubierta de una manta cálida. Su sangrado se detuvo gracias a la poción que le dio Tanarotte, pero todavía se encontraba en un estado donde necesitaba urgentemente un sanador. Mis propios hechizos sanadores eran muy débiles y peligrosos de usar cuando no sabía que tan grave era su condición actual.

Cuando la estaba cargando, un espantoso pensamiento cruzó por mi mente: ¿Que si en lugar de Shelly hubiera sido mi propio hijo? ¿Qué si en una situación similar no tuviera sanadores cerca que me ayudaran a tomar cuidado de sus heridas?

Solo pensar en eso hacía que tuviera escalofríos. Mientras que mi armadura y tal vez la suerte de Alkelios nos protegerían, no significaba que teníamos que depender de ello para cualquier situación. Hace un par de años, no habría tenido la necesidad de pensar en aprender a castear hechizos de curación más poderosos. Casi siempre me apoyaba en encontrar a alguien que lo hiciera por mí.

En aquel entonces, solo era un Caballero entre muchos otros. Mi poder era promedio a lo mucho. Mis conexiones con aquellos en el poder no eran tan grandes si es que no existían. De no conocer a Alkelios, ahora mismo estaría compartiendo una cama con Draejan, y tal vez, esperando su huevo. Mi deber como Caballero se habría desvanecido en el momento que dijéramos nuestros votos ante Drakartus, y me hubiera convertido de una guerrera a una ama de casa. Considerando lo que ya sabía de Draejan, probablemente habría sido una Matriarca solo en nombre, mientras que él se encargaba de todo desde las sombras.

Si Alkelios nunca hubiera aparecido ante nosotros los dragones o si por algún infortunio del destino, hubiera perecido en ese bosque, entonces todos nosotros no habríamos conocido la felicidad y la esperanza que él nos ofreció.

Al menos yo, probablemente, nunca hubiera conocido lo que significaba ser amada y el deseo de querer ser abrazada por la persona que amo. El destino de la Reina habría sido sellado, el Reino se hubiera lentamente convertido en un estado vasallo del Imperio Embryger. Mi abuelo habría sufrido de una muerte dolorosa, y mi pequeña hermana hubiera seguido siendo tratada como una marginada. Kataryna habría continuado viviendo en soledad, escondida en esa cueva suya, y la Princesa Elleyzabelle hubiese sido forzada a casarse con algún noble extranjero para fortalecer las relaciones del Reino Albeyater.

Aun así, el hecho de que Alkelios nos obsequiara la oportunidad de mejorar nuestras vidas, no es excusa para que dejáramos de esforzarnos en mejorarla y perfeccionarla por nosotros mismos. Para mí, esta probablemente era una realidad que inconscientemente estaba ignorando hasta ahora.

Cuando Kataryna me entrenó, en realidad nunca pensé mucho acerca de mi propio poder, mi influencia en este mundo, mi capacidad para cambiar mi propio destino y el de aquellos a mi alrededor. Mi sueño siempre había sido ser un Caballero y servir a la Familia Real, pero ahora, no podía permitir limitarme a tal nivel.

¿Si tuviese mi propia Orden de Caballeros entrenada como lo quisiera, entonces tal vez este secuestro no se habría llevado a cabo? ¿O tal vez mis caballeros se habrían percatado de algo que yo pasé por alto? Pensé eso y recordé a los tres dragones que he estado entrenando en mi tiempo libre.

Encontré que el acto de entrenar a mis propias tropas era algo muy disfrutable. Se sentía bien el presenciar su progreso.

A pesar de esto… ni siquiera me acuerdo de sus nombres.

Suspirando y mirando a Shelly, le hice una pregunta a la dragonesa que me ha estado siguiendo en mi camino hacia la capital.

"Tanarotte, ¿crees que el secuestro de la princesa pudiese haber sido prevenido de tener más tropas resguardando el palacio?"

"¿Hm? ¿No es una pregunta algo tonta? ¡Por supuesto que se habría tenido una mejor oportunidad de prevenirlo! Digo, una cosa es escabullirse en el Palacio Seyendraugher en Drakaria, y otra es escabullirse en el Palacio Ruvus de Sagar."

"¿Así lo crees?"

"Si, ¿por qué la pregunta?"

"Solo me preguntaba… eso es todo." Le respondí, pero en mi corazón, se habían formado dos heridas que estaban sangrando.

La verdad hablada por esta dragonesa dolía, y no pude evitar sentir que tenía parte de la culpa por el secuestro de la pobre Shelly. Si solo hubiera tenido más dragones para cuidar las cosas que yo no podía ver. Si tan solo supiera como curar apropiadamente a otros.

"Mew~ Mami… hombre malo… duele…" dijo la pequeña mientras dormía.

"Todo está bien pequeñita. Nadie va a lastimarte."

Yo no era su madre, pero mis palabras de consuelo parecían tener un poco de efecto.

Luego de media hora, llegamos a Sagar y aterrizamos justo en frente del Palacio. Los guardias se apresuraron hasta nosotras para ver de qué se trataba la conmoción, pero cuando vieron a la pequeña Shelly, sus rostros se llenaron de dolor.

"¿Dónde se encuentra su mejor sanador?"

"Esa sería Madam Leanna. La llevaremos ante ella."

"Yo iré a informar a su Majestad de su regreso." Dijo otro guardia.

"¡Y yo iré a decirle a la Señora Kataryna que ya volvimos!"

El guardia me guio adentro del palacio hasta una habitación localizada en el segundo piso a la derecha. Esta habitación estaba llena con todo tipo de hierbas y pociones, libros esparcidos por todos lados, y una mujer relliar hecha bola y desnuda durmiendo en el piso, murmurando algo sobre panqueques de alcohol.

Según mi estimación, tenía más de veinte años, y su pelaje era blanco y brillante. Su cabello era rubio y sus bigotes se movían de forma tierna. Normalmente, viéndola así, habría querido saltar sobre ella para empezar a acariciarla, pero con Shelly en este estado, no podía hacer tales cosas.

El guardia que me escoltó hasta aquí dejó salir un gran suspiro y luego tomó un balde con agua que había sido puesto estratégicamente a un lado de la puerta.

"Deme un segundo, la despertaré." Luego de decir eso, tiró el contenido del balde sobre la mujer dormida.

"¡¡¡NYAGYA!!!" con ese grito extraño saltó hasta el techo, donde utilizó sus garras para sujetarse ahí arriba.

Mirando a la relliar empapada que respiraba con irregularidad y que miraba alrededor con grandes ojos buscando por peligro, no pude evitar darme cuenta de las otras marcas de garras en el techo.

¿Es esto algo común por aquí?

"¡Profesora Leanna, necesitamos su ayuda! ¡La Princesa Eshantiel fue traída de vuelta y su condición no parece ser buena!"

"¿Huh?" parpadeó y luego nuestras miradas se cruzaron. "¿A Eshantiel le crecieron escamas?"

"¿Realmente está bien esto?" le pregunté al guardia.

"No se preocupe por ella. Solo se enfoca tanto en encontrar nuevos remedios y en experimentar con pociones curativas que muy seguido incluso se le olvida ponerse ropa luego de tomar un baño. Mas de una vez ha recibido a los nobles e incluso a su Majestad de esta forma. Todos ya se acostumbraron a esta mujer virgen que no conoce la palabra ‘vergüenza’."

"¿Qué le estas contando a la gente, nya?" respondió con su rostro enrojecido mientras trataba de bajar.

"¿Te atoraste de nuevo?"

"N-nooo…?"

"Un momento." Dijo el guardia y luego tomó lo que parecía ser un gran gancho de madera, el cual estaba estratégicamente posicionado a un lado del balde con agua.

Utilizando eso, despegó a la profesora desnuda del techo.

La mujer aterrizó con una gracia digna de un acróbata, y me hubiera impresionado si es que lo hubiese hecho con ropa puesta.

"¿Realmente está bien?" le pregunté al guardia.

"¡Sí, ella arreglará a la Princesa en un instante!" dijo esto y caminó fuera de la habitación.

"Nya~ Esto es embarazoso."

"Por favor deja a un lado estas tonterías y toma un vistazo a la Princesa."

"¡Ah! ¡Enseguida, nyanya!"

"¿Es realmente necesario que agregues ‘nya’ en tu forma de hablar cuando esta niña ni siquiera lo hace?"

"¿Nya? ¡Claro que sí, nya! ¡Me hace única, nya!"

"¿No te hace única el solo hecho de andar desnuda por ahí?" le pregunté mientras le daba a la Princesa.

"¡Nya! ¡No digas eso! No soy una mujer de cabaret, ¿sabes? ¡Es solo que me enfoco demasiado en las cosas y a veces olvido cosas sin importancia como la ropa, la comida o respirar!"

"Eso último es peligroso."

"¡Nya! ¡No te preocupes, ese guardia siempre viene a mi rescate! ¡Es mi amigo de la infancia, nya!" dijo con un orgullo mientras empujaba su pecho desnudo hacia adelante.

"Por favor ponte algo de ropa."

"¿Por qué, nya? Todas somos mujeres aquí."

"Su Majestad podría arribar en cualquier momento."

"Ah, eso podría ser un problema, nya. La última vez que me vio de esta forma, tuvo un sangrado nasal de la nada y su esposa le dejó un ojo morado, nya."

¿No fue eso tu culpa? En serio, ¿Shelly se encuentra segura con este tipo de cabeza de chorlito cuidándola?

Luego de que se vistiera, empezó a inspeccionar a la Princesa Relliar y entonces utilizó un poderoso hechizo curativo en ella. Era del tipo que yo no podría usar en un futuro cercano, pero fue suficiente para quitarle todas las cortadas y heridas de su cuerpo. En solo unos minutos, la pequeñita estaba sanada y descansaba con una sábana blanca cubriendo su cuerpo.

"Nya, no puedo hacer nada respecto al pelaje, nya. Crecerá con el tiempo, nya. Pero es terrible lo que le ocurrió, nya. Cuatro costillas quebradas, sangrado interno, cortes y moretones sobre todo su cuerpo, mutilación, e incluso varias heridas infectadas. Quien sea que le hiciera esto, espero que haya muerto, nya."

"Él y todos sus cómplices han sido quemados hasta cenizas."

"¡Eso es bueno, nya! Pero dejando de lado la tortura obvia, estaba preocupada de que hubiera sido forzada a tomar la semilla de algún hombre, pero al parecer llegaste antes de que ocurriera algo de ese tipo."

"Eso es bueno. Una niña de su edad no debe experimentar algo tan horrible… no puedo ni siquiera comprender como es que le harían algo así a ella."

"¡Nya! Lo que dices es cierto, pero sus mentes no funcionan de esa manera. He estudiado muchos casos de nobles y plebeyos que abusan de aquellos más jóvenes que ellos. Si los relliars son algo parecido a los humanos, entonces todo esto no pasa debido a que inherentemente son malos, sino a ciertos eventos en el transcurso de sus vidas o a la falta de una guía apropiada que los empujan a creer que tales actos son lo que define placer y poder en sus cabezas. Para ese tipo de gente, abusar del débil les ofrece la satisfacción de sentir superioridad sobre la vida de otros individuos. Es complicado, nya, pero todo lo que debes saber es que la Princesa está a salvo ahora."

A pesar de no comprender la mayoría de lo que me intentó decir, entendí que estos salvajes no habían nacido así, sino que fueron criados en este estilo de vida.

En ese momento, su Majestad entró a la habitación. La expresión de su rostro y la respiración entrecortada daba entender que no paró de correr hasta que llegó aquí. Como el padre de Shelly, no había duda de que se preocupaba por ella.

"Señorita Draketerus, mi hija…"

"Por aquí. La buena sanadora Leanna cuidó de ella."

"¡Eshantiel!" dijo y se apresuró hasta la pequeña.

Ella no respondió, todavía estaba dormida.

No mucho tiempo después, la Princesa Elleyzabelle llegó junto a Kataryna.

"Buen trabajo, mi Caballero. "

Por primera vez desde que adquirí mi título, escuchar estas palabras pesó mucho en mi corazón. Una vez más, recordé esos pensamientos fugaces que tuve mientras volaba hacia acá.

"Gracias, su Alteza. Ahora, si me disculpan, y con su permiso, deseo ir al Puerto Donmar y destruir los veleros donde arribaron los humanos. Tengo razones para creer que van a ser usados como transporte de esclavos de vuelta al Imperio Akutan."

"Su Majestad, Rey Ruvus, ¿qué dice al respecto?" Elleyzabelle le preguntó luego de una pausa.

"¡Ella tiene mi permiso para cazar a esos endemoniados humanos por cualquier medio necesario!"

"Como desee."

"Yo iré contigo, solo para asegurarme de que no incendies por completo todo el puerto." Dijo Kataryna mientras me seguía.

"¿Qué hay de mí, Señora?"

"¡Tú y los otros caballeros se quedarán aquí y protegerán a la Princesa Elleyzabelle con sus vidas!"

"¡Sí!" dijo con gusto la dragonesa.




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