100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-89.1

Capítulo 89: Regreso al Presente (Parte 1)


[Tiempo presente. Dos años y cuatro meses dragón después de que Seryanna partiera del Reino Sarakus.]

[Punto de vista de Seryanna]

Me encontraba de pie en el puente de mando del Galeón Sueño Escorpión, el mismo que nos llevaba de viaje hacia los lejanos continentes. Con la brisa del océano rociando mi cuerpo, recordé aquella vez cuando conocí a Shelly, su secuestro y su rescate.

En aquel momento la tristeza se apoderó de mi al dejarla atrás luego de tan traumatizante evento, y sé que mis palabras no debieron haber sido las más apropiadas para un niño. Todo lo que deseaba era dejar que la pequeña relliar conociera que ella era lo suficientemente fuerte como para dejar que una experiencia así la forzara a vivir en un mundo lleno de miedo.

A pesar de que me preocupaba mucho por ella, seguí mi viaje con la esperanza de encontrar todos los ingredientes que necesitábamos para preparar la cura de la Reina. Ahora mismo, mucho tiempo después de regresar a mi tierra natal y empezara a entrenar en serio la Orden de la Cuchilla Quemada como Caballeros que tuvieran la valía para proteger al Reino Albeyater, todavía recibía cartas escritas por esa gatita peluda llena de lindura.

Su madre, Drameer, la ayudaba a escribirlas. Todas las cartas estaban llenas con las experiencias y opiniones de la niña luego de mi partida. Recibía una cada varios meses, y no escatimaba esfuerzo en mandarle una respuesta.

Ahora mismo, tenía en mis manos la última que me envió. Ya me aseguré de enviarle una respuesta antes de irme en este viaje para encontrar a mi marido, y esperaba que para el tiempo en que la siguiente carta llegara, yo ya me habría reunido con él. Tenía el presentimiento de que iban a ser noticias interesantes para Shelly, y estaba bastante emocionada por dejarle saber que finalmente lo encontré.

Con una sonrisa en mis labios y esperanza en mi corazón, empecé a leer una vez más la carta de mi amiga:

Querida Seryanna,

¿Cómo te encuentras? A mí me va de maravilla.

Mi amada mami me enseñó bien. Ahora se cómo escribir cartas por mí misma, pero mi habilidad con la pluma es terrible. Mi mami dijo que podría asustar a papá solo mostrándole este papel. Mi mami es mala.

Ayer, finalmente sostuve una espada real. El instructor se sorprendió con la velocidad con la que aprendí a manejar una espada. Papá se desmayó cuando me vio balancear una espada verdadera. Papá es tonto. Siempre se desmaya cuando me ve entrenar. Hace que me preocupe. ¿Tal vez se quede calvo?

Estoy aprendiendo las habilidades que me enseñaste en tus cartas. Ahora puedo enfocar mi Energía Mágica. El usar un cristal para ayudarme a concentrarla y hacerla circular a través de mi cuerpo fue inteligente. ¿Todas las dragonesas son tan inteligentes como tú? Extraño jugar contigo.

El maestro de historia es aburrido. Tiene un gran bigote. Lo encuentro divertido.

Hace dos semanas mi papá me vio escalar un árbol en el patio, aquel grande con bordes picudos abajo. Se desmayó y una sirvienta tuvo que cargarlo de vuelta a su habitación. Mami lo regañó esa noche, pero al siguiente estaban actuando extraño. Se estaban sonrojando un montón. Papá y mami son raros en ocasiones. Un día están discutiendo y al otro se sonrojan cuando se miran uno al otro. ¿Todos los adultos son así?

El mes pasado, un humano vino con papá. Le demandó que reabriera el tratado con una nación liderada por héroes humanos. Le dijo que cuando Ten Swords cayera, este reino sería el siguiente. Papá no tiene miedo. Yo tampoco estoy asustada. Se que mis amigas, las dragonesas vendrán si hombres malos tratan de hacernos daño. Ahora los dragones son amigos de los relliars.

Hace dos meses, intenté montar a caballo. Soy muy pequeña. Me caí y me raspé las rodillas. Papá se desmayó cuando miró la sangre. Se cayó de espaldas encima de una de las sirvientas pequeñas. Tuvo que ser llevada a la enfermería y mami regañó a papá. ¿Tal vez papá se está poniendo gordo?

Estoy practicando habilidades de Reina con mami. Estoy aprendiendo Draconiano Oriental y lenguaje humano. También estoy aprendiendo a pintar. Dibujé a hombres malos destrozados por mujeres valientes. Papá tembló cuando vio el dibujo. Papá es un hombre raro. Cuando dije esto, papá lloró.

El instructor de espada nunca escuchó de las habilidades de Seryanna, pero cuando nadie miraba yo las practicaba. Un día, la espada accidentalmente se deslizó de mi mano. El guardia que cuida de hermana Leanna estaba cerca y la atrapó con las palmas de sus manos. Estaba sudando y temblando cuando me la regresó. Él y Leanna se están llevando muy bien, pero últimamente la barriga de Leanna ha crecido un poco. ¿Se está poniendo gorda? El guardia debería ayudarla a no comer tantos dulces. ¡Con dulces no puedes crecer músculos!

Estoy aprendiendo bien a cómo usar la espada, pero dicen que una real todavía es muy pesada para mí. Entreno con una en secreto, pero con un borde si filo y sin punta como me aconsejaste.

El día antes de ayer, papá estaba llorando debido a que un noble que quería que me casara con su hijo se retractó del compromiso. Conozco a ese relliar. Es débil. Cuando tuve un encuentro de practica con él, solo le rompí una pierna y un brazo. Su nariz no estaba sangrando tanto, pero se orinó encima. ¿Se supone que los chicos sean tan débiles? Papá se desmaya mucho, así que tal vez sí. ¿Debería casarme con una mujer fuerte como Seryanna?

Tu amiga, Eshantiel Ruvus.

Sonreí incómodamente cuando leí esa última parte.

Debería aconsejarle que buscase por hombres fuertes en lugar de mujeres fuerte. Su padre parece que se desmaya mucho recientemente. Me pregunto si tendrá algún tipo de enfermedad.

Shelly todavía era una niña y el mundo era bastante extraño para ella. Incluso así, estaba feliz de saber que su entrenamiento avanzaba sin problemas. Con el tiempo, tal vez podría ser bastante fuerte como para aprender mi [Fire Tornado], ¿o tal vez enseñarle la habilidad [Raging Fire Sword] sería mucho mejor?

Ese viaje que hicimos definitivamente tuvo un gran impacto en el mundo, pero también tuvo impacto en nosotros individualmente. De no ser por esos eventos en el Reino Sarakus, tal vez no hubiese tenido la oportunidad de conocer a la linda Shelly ni crear una alianza entre los dragones y los relliars. Extrañamente, esos eventos y el momento de reflexión que tuve cuando cargaba a Shelly de vuelta a la capital me ayudaron a crear la Orden de caballeros: La Cuchilla Quemada.

En mi siguiente reunión con Shelly, quería llevar a Alkelios conmigo. Realmente me preguntaba cómo iba a reaccionar cuando viera su esponjosidad y dulzura.

Ahora, acerca de las cosas más preocupantes que ella me explicó en su inocente carta, ya le he informado a su Majestad sobre ellas, y parecía que ella ya había enviado un mensaje al Rey relliar. Por ahora, se me ordenó que no me preocupara mucho y que solo mantuviera mis oídos abiertos a cualquier rumor extraño cuando llegáramos a Ten Swords.

[Punto de vista de Alkelios]

Los tres carruajes eran tirados por los poderosos caballos, pero no eran comparación alguna para los Khosinni que se encontraban en el Continente Dragón. Esos monstruos con tres pares de piernas y dos de ojos podían fácilmente sobrepasar a los animales utilizados por los humanos. Un Khosinni promedio podría tirar con facilidad de los tres carruajes que estábamos escoltando y por un periodo de tiempo más prolongado. Después de todo, seis piernas son mejor que cuatro.

Viajando hacia nuestro destino, la Villa Lineas, nos encontrábamos en constante alerta por monstruos y posibles bandidos. Mientras que era lógico que todo mundo estuviera concentrado y se aseguraran de atacar cuando fuera necesario, solo mi grupo parecía ser sido ordenado a involucrarse en el combate. Era como si los demás pusieran su trabajo sobre nosotros.

Durante una de las paradas, pasó que escuché a uno de ellos suspirar unas palabras un tanto desagradables.

"Ragna, ¿no deberíamos tomar parte en la vanguardia y obtener algunos asesinatos también?" fue la mujer la que preguntó del grupo de cuatro.

La mayor parte del tiempo la pasaba jugando con sus dagas o haciendo flechas nuevas para su arco. Aquel con el que habló, Ragna, era el guerrero de cabello rojo y con una actitud generalmente repugnante. La espada negra en su espalda le daba un aspecto bastante intimidante, pero la armadura con pelaje lo hacía parecer un bárbaro sin modales.

"¿Asesinar qué? ¿Dayuks y goblins? Risha, ¿no has visto con qué tipo de pequeñas bestias patéticas ha estado peleando el idiota de Kalderan Brahmin hasta ahora? ¡Incluso su compañero, el enclenque Alkelios, tuvo problemas con un simple goblin!"

En mi defensa, estaba demasiado aburrido en ese momento como para molestarme en tomar la pelea en serio. En realidad, estaba jugando con él. Solo necesitaba de un dedo para que los cerebros de este goblin se esparcieran con un golpe en su frente.

Bueno, no estaba enojado que fuera visto como un debilucho. Además, si prestaran atención, se habrían dado cuenta que yo solo me estaba conteniendo mientras que Kalderan se encargaba de los asesinatos para que así elevara su nivel. Eso era más importante que ejercitar mis músculos.

Hice eso una vez con Seryanna cuando estábamos de cacería… ella terminó cazándome de una manera sexual. Ah~ Buenos tiempos.

"Risha, lo que Ragna intenta decir es que necesitamos salvar nuestras fuerzas solo en caso de que un puñado de bandidos decidan atacarnos." Dijo el hombre con armadura completa.

"En efecto. No hay necesidad de gastar energías en presas débiles." El de la capucha agregó.

"¡Bien! ¡Lo entiendo! Solo espero que esta misión no tome en cuenta el número de asesinatos de cada individuo del grupo." Dijo Risha cruzando sus brazos en su pecho.

Ellos continuaron hablando de varias cosas que querían hacer cuando llegaran al Pueblo Mathias, su siguiente base de operaciones, así que silenciosamente los dejaba solos. Unas horas después, nos detuvimos para acampar por la noche. Nuestros grupos se reunían separadamente en tres fogatas, lo cual mostraba con claridad que había mucha fricción entre nosotros.

No tenía idea por qué no les agradábamos los tres individuos misteriosos, pero podía entender a los otros cuatro. Siendo el antiguo grupo de Kalderan, no parecían verlo con buenos ojos.

Con un suspiro de mi parte, moví las ascuas de la fogata y jugué con las llamas utilizando una vara. Siendo mitad dragón, era un poco tonto de mi parte el temer la posibilidad de quemarme. Después de todo, también tenía escamas rojas.

"¿Qué sucede?" dijo Kalderan mientras cenaba una pierna de pollo bañada en lo que podría asumir era una receta propia de especias mezcladas.

"Estaba pensando en mi hogar…"

"¿En la Tierra? Dijiste que eras de Rumania ¿cierto?"

"No, no en ese lugar. Supongo que ha sido mucho tiempo para mi desde que estuve en paz con la idea de que nunca volvería a ser capaz de ver a mi padre y madre de nuevo."

"Todos nosotros, los héroes, estamos igual, no te preocupes. Aunque, reconocerlo no lo hace menos fácil de digerir. Especialmente cuando sabes que no podrás ser capaz de regresar…"

"El hogar del que hablo es Drakaria, la capital del Reino Albeyater. Si me sigues, seré capaz de mostrártela un día. Ahí, podrás conocer a mi esposa, quien es una bella dragonesa pelirroja. Es fuerte, valiente, y caballerosa por decir al menos."

"¿Caballerosa? ¿Es un Caballero?"

"Un Caballero de la Tercera Princesa y una Duquesa del Reino. Somos una familia bastante extraña, pero al final, somos familia."

Hubo un momento de silencio y luego Kalderan preguntó "¿Fue difícil darte por vencido en ello?"

"¿En qué?"

"La pureza de tu especie."





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