100 Luck and the Dragon Tamer Skill! Arco 4-91.1

Capítulo 91: Batalla por el Mullido (Parte 1)



[Punto de vista de Alkelios]

En nuestro camino de la Villa Lineas a la Villa Orhigam no podía deshacerme de ese mal presentimiento que tenía. Aún seguía viendo ese momento cuando el comerciante entró detrás de esas dos mujeres encadenadas. También estaba esa cola peluda que tuvo que pertenecer a un relliar.

Aquí ocurre algo, y no es nada bueno…

"¿Todo está bien?"

"¿Hm? Sí, ¿por qué?"

"El goblin que te venía atacando se rindió y se echó a correr."

"¿Huh? ¿Qué goblin?"

No sentí nada.

Un poco confundido, miré mi cuerpo, pero no había señales de heridas, entonces avisté al pequeño bribón. Se estaba alejando enojado.

"Lo siento."

"¿Por qué te estás disculpando con el goblin?" Kalderan alzó una ceja y luego le disparó a la criatura antes de que se alejara.

"Es que… hay algo molestándome… esas dos esclavas… el comerciante."

El convoy estaba en movimiento de nuevo, obvio no nos iba a esperar. Como escoltas. Nos encargamos de las situaciones peligrosas, por lo que ahora teníamos que alcanzar los carruajes. Decirle al convoy que se esperara en una posición altamente riesgosa era algo meramente idiota.

"¿Sabes de la ley con respecto a la esclavitud en este país no?"

"Sí…"

Por supuesto que sabía que aquellos que se endeudaban o no tenían el dinero suficiente para pasar el invierno eventualmente venderían a un miembro de la familia o a ellos mismos a los tratadores de esclavos para pagar dicha deuda. Desafortunadamente, nadie se molestaba en revisar si todos esos casos eran legalmente justificables o no.

Echarle la culpa a alguien o engañarlos para que se convirtieran en esclavos era considerado un crimen, pero no era uno que los campesinos de esa pobre villa pudieran demostrar.

Al cerrar la distancia con el convoy, me acerqué al último de los carruajes. Mi instinto me decía que algo estaba mal, y quería ver con mis propios ojos que no había nada de qué preocuparme, pero justo cuando estaba a unos metros de la ventana, algo saltó y aterrizó directo en mis brazos.

Por un momento me quedé sorprendido, no supe que acababa de ocurrir. De haberse tratado de alguien peligroso, mis instintos habrían reaccionado para contrarrestar la amenaza, pero fue… al contrario, le di la bienvenida. Aquel que saltó a mis brazos no era un enemigo sino una niña, una niña relliar con pelaje café claro y oscuro.

Al ver en su dirección, ella cruzó su mirada con la mía, y pude notar su expresión asustada, con lágrimas en sus ojos, y sus labios temblando. Sus pequeñas manos cubiertas de pelaje estaban aferradas a mi pecho con la poca fuerza que podía ejercer, hubiese sido tan fácil solo empujarla lejos de mí, pero ni siquiera yo podría ser tan cruel.

Esta niña… está asustada… está llorando… ¿por qué? Pensando eso, giré mi cabeza para ver el interior del carruaje.

Adentro, vi al comerciante con apenas ropa encima. Sostenía un cuchillo en su mano derecha, el cual estaba cubierto de sangre humana fresca. La esencia me golpeó como un martillo, incluso hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

Por un momento, esperé que lo que estaba mirando no fuese verdad, pero mis sentidos no mentían.

A la izquierda del comerciante había una mujer a la mitad del proceso de ser desollada viva, sus brazos y pecho tenían la piel colgando. Había lágrimas en sus ojos, y podía notar en su mirada que su mente pasó de un estado de cordura a uno de locura. Tenía una mordaza para evitar que gritara.

A su derecha se encontraba la piel de otra mujer. Había sido completamente removida del cuerpo casi con precisión quirúrgica y se encontraba a través del proceso de secado. Cuando busqué por sus restos, miré el cuerpo sin vida colgado como un cerdo en un gancho de carnicero muy a la izquierda.

"¿Q-Que has hecho?" pregunté con temblor en mi voz.

"Po’favor… po’favor sálveme… po’favor…"

"No dejaré que te haga daño."

Supongo que me convertiré en fugitivo.

"¡Chico! ¡Regresáme mi mercancía! Aún no ha sido procesada." El comerciante me gritó.

Los tres sujetos con capucha se acercaron a mí con sus armas preparadas y con un aura intimidante a su alrededor.

"Ibas a asesinarla."

"¿Iba? ¡Ciertamente lo haré una vez que me la entregues! ¡Es mi mercancía! ¡Pagué buen dinero por ella! ¡Regrésala!"

No respondí, solo observé a la gatita temblorosa.

"¡Si no lo haces, dejaré que te unas a mi colección!" el comerciante chasqueó sus dedos y los tres hombres se pusieron en posición de batalla. "¡No tienes ni idea de cuantos nobles desean mis productos, y el dinero que ofrecen es extraordinario!"

"Chico, no te opongas a la Black Company." Me advirtió uno de los encapuchados.

"Deseo… que esta niña no sea lastimada en la batalla que está por librarse. Deseo que Kalderan tampoco sea lastimado y que ambos salgamos victoriosos."

"¿Te estás volviendo loco?"

"Necesito luchar ahora, ¿puedes por favor hacerte a un lado para que estés segura?"

"¿T-tú me potegerás?"

"Por supuesto. Si no me atreviera mi esposa no estaría muy contenta, además no soy del tipo que abandonaría a un niño necesitado."

Al oír mis palabras, Kalderan tomó sus armas y se mantuvo a mi lado justo como prometió.

"¿Así que eliges ir en contra de la Black Company? ¡Que idiota!" dijo el comerciante sacudiendo su cabeza.

"Ya veremos eso."

"¿Un aventurero debilucho como tu piensa que puede derrotar a mis mercenarios especialmente contratados?"

Ante todos ellos, activé [Black Hole] y saqué a Heaven y Hell. Pensé que podría utilizar mi armadura, pero habría sido un poco exagerado en contra de estos sujetos. Lo que traía puesto actualmente y hechizos de barreras deberían ser suficientes.

"Que habilidad tan interesante." Dijo el comerciante.

"Sabía que ese tonto haría algo estúpido." Dijo Ragna y desenvainó su espada.

"Yo me encargaré de estos cuatro." Dijo Kalderan.

"¿Estás seguro?"

"Sí."

"Muy bien, yo me encargó de los pesados en ese caso."

"¡Vas a morir hoy chico!"

"¡Lo dudo!" grité y salté en su dirección.

Hasta entonces, apenas y había usado 10% de mi fuerza. En esta tierra llena de nada más que criaturas débiles, mi fuerza como mitad dragón Despertado Avanzado nunca tuvo la oportunidad de ponerse a prueba. En realidad, incluso ahora, no planeaba utilizar mi poder por completo. No había la necesidad de hacerlo. Solo por mero presentimiento podía notar que estos humanos no podían hacer nada contra mí.

Ni siquiera me vieron mover hasta que ya era demasiado tarde, pero no deseaba matarlos todavía. Quería ver si podía hacer que se rindieran primero, por lo que me puse justo en el medio de los tres.

"Ríndanse."

"Q-Que rayos…"

Mis ojos mostraban seriedad.

"¡HAAA!" el grito provino de Ragna cuando atacó a Kalderan, pero lo esquivó y se movió fuera del camino en el último momento.

El pelirrojo se sorprendió por su agilidad, pero yo no. Después de todo, era alguien que me acompañó en mis cacerías de monstruos y que tenía que seguirme el paso casi sin parar. Sus estadísticas se dispararon casi desde que formamos un grupo. Lo dejé tener la mayoría de los asesinatos para que sus niveles siguieran elevándose. Tal vez ni siquiera él sabía que tan poderoso era ahora, pero yo tenía una buena suposición.

Risha, la mujer con las dagas no tomó una pose ofensiva. Se miraba confundida por lo que estaba pasando. Sus ojos se enfocaban en la niña relliar, luego en Kalderan y luego en sus compañeros.

"No parpadeen, o si no…" dije y me moví tan rápido que me desvanecí de su campo de visión y luego reaparecí detrás de uno de ellos "me van a perder." Luego lo patee en la espalda.

El hombre salió volando hacia uno de los carruajes, haciendo que se volcara.

"¡NOOO! ¡MI MERCANCIAAA!" gritó el comerciante.

Al mismo tiempo el mercenario que intentó atacarme primero se giró y balanceó su espada en un intento de separar mi cabeza de mis hombros. Contuve el golpe con Hell y empujé su cuchilla hacia atrás. El que quedaba trató de atacarme por atrás, pero me di la vuelta y esquivé su espada.

Definitivamente son bastante poderosos como para ser mercenarios normales, pero está claro que no sobrepasan un Nivel de Poder de 700, a lo mucho se encuentra cerca de 500.

Salté hacia atrás y utilicé a Heaven para bloquear otro ataque. Los tres eran implacables e intentaban hacer que mostrara una abertura a su favor, pero con mis habilidades y velocidad, así como mi experiencia en combate en el Bosque Seculiar y en la guerra dragón de Albeyater, tal hazaña era imposible.

"¿Qué sucede con este sujeto?"

El que gritó eso fue el más rápido de los tres, pero ninguno de sus golpes lograba acertar.

Decidí tomar esta batalla al siguiente nivel, y finalmente vertí un poco de Energía Mágica en Heaven y Hell.

Desde adentro de ellas se liberó un pulso de presión que cubrió toda el área. Tomó a todos por sorpresa, lo cual hizo que se congelaran por un momento, excepto por Kalderan, quien ya había experimentado esto un par de veces. Aprovechó esta oportunidad para tomar algo de distancia entre sus enemigos y el.

"¿Q-Que son esas espadas?"

"¿No te gustaría saberlo?" respondí eso y me apresuré hacia él, con la estela oscura de Hell y la luz blanca de Heaven combinadas a mi espalda.

Un solo corte sería suficiente para matarlo, pero en su lugar utilicé la parte de atrás de mi espada para golpearlo. Fue un golpe tan poderoso que lo envió volando por el cielo a una velocidad ridícula. Mientras sus amigos lo veían irse, me moví a mi siguiente objetivo. Le di en el estómago con la empuñadura y luego hice una patada giratoria que lo mandó varios metros lejos de mí. Salté y alcancé al tipo que antes había enviado a volar. Le di una patada en el estómago que lo envió de vuelta al suelo.

Su cuerpo chocó con la superficie haciendo que se formara un pequeño cráter a su alrededor. Mi ataque fue lo suficientemente fuerte para dejarle daño considerable, pero también lo suficientemente débil para evitar que muriera por el impacto. Entonces me centré en el mercenario restante, pero cuando me encontraba en el aire y estaba a punto de atacar, se deshizo de su arma y alzó sus manos.

"Me rindo."

Aterricé a unos pasos de distancia en frente de él y pregunté "¿Te rindes?"

"Somos mercenarios, no Caballeros leales. Si somos forzados a enfrentar un oponente desfavorable, preferimos tomar nuestras oportunidades para rendirnos o escapar."

"Una sabia decisión. Si continuaban no habría tenido problemas en matarlos a los tres."

"Te agradecemos por tu misericordia."

"Toma a tus amigos y esperen por allí en lo que termino mis asuntos con su empleador."

El hombre asintió y se fue a ayudar al tipo en el cráter.

Mientras tanto, me puse a observar cómo le estaba yendo a Kalderan.




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